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Europarásitos

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Si los números cantaran

Europarásitos

28 de septiembre de 2020


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Como inagotables seguidores, estamos muy familiarizados con los países que se intercambian puntuaciones altas año tras año. No obstante, estos intercambios no siempre están compensados y algunos países reciben mucho más de lo que dan a cambio. En este blog hacemos un diagnóstico de las relaciones más descompensadas entre los países del festival. ¿Hay parasitismo en Eurovisión? ¡Ponte la mascarilla!

 

LAS 4 RELACIONES ENTRE PAÍSES

Vaya por delante que nadie entienda el término parásito como algo despectivo, sino una forma de entender que ciertos países toman una ventaja de puntos que no es correspondida por factores que conocemos de sobra (población, cultura, proximidad…) y que no tienen que ser necesariamente nocivos.

En Eurovisión sabemos que existe desde el amor más pasional de Grecia y Chipre, al rechazo más intenso de Armenia y Azerbaiyán. Entre estos niveles, la mayoría de países tiene una nula o no significativa relación entre sí (como España con Bosnia y Herzegovina, por poner un ejemplo). No obstante, existe un cuarto tipo de relación: Algunos países votan más por otros, pero este afecto no es recíproco. Antes de seguir leyendo, ¿serías capaz de adivinar alguno? ¿Qué pares de países tienen una relación de votos desigual entre sí?

 

NOS METEMOS EN EL LABORATORIO

Para saber si existe parasitismo en Eurovisión y cómo de intenso es, hemos consultado nuestra tabla de afinidades del televoto. Si seguís nuestras infografías en instagram, solemos publicar las afinidades del televoto para cada país, dando a conocer a qué países vota un país X y qué países tienden a votarle.

Por ejemplo, en el caso que publicamos de Lituania, en el mapa de tonos verdes vemos que los lituanos apenas votan por los irlandeses (afinidad de 1,3 sobre 10). Por contra, Irlanda suele votar a Lituania muy alto (afinidad de 8,70 sobre 10) como se ve en el mapa con escala de morados. En definitiva, tenemos una descompensación de 8,7 – 1,3 = 7,4 a favor de Lituania. O lo que es lo mismo, Irlanda vota mucho por Lituania, pero el báltico no corresponde estos puntos.

 

LOS PAÍSES DE RIESGO

A continuación podéis consultar las 10 relaciones más parasitarias que tenemos en la actualidad. En la primera columna se indica el país beneficiado y en la de “huésped” el origen de los puntos. La intensidad, como hemos visto para Irlanda y Lituania, mide la cantidad de puntos que se trasvasan descontando los que se dan a cambio. A mayor intensidad, mayor el grado de parasitismo.

En el top10 encontramos a Rusia cuatro veces, parasitando a los tres países bálticos y a Montenegro. Turquía también sacaba buen provecho de dos Big5, Francia y Alemania. Serbia, por su parte, recibe de los alpinos Austria y Suiza sin entregar nada a cambio. Pero esto no es solo cosa de países del Este. En Occidente, Portugal se aprovecha de Francia e Italia hace lo propio con Malta.

La primera vez que encontramos a España en esta clasificación es en el puesto 12º y 13º y es que, al mismo nivel, Bulgaria y Rumanía se llevan nuestros votos sin que recibamos nada a cambio. ¿Es España una víctima? Sí y no. Nos votan tan pocos países cada año que es fácil que los demás países reciban más que lo que nosotros recibimos a cambio. Por otro lado, se evidencia cierto parasitismo español en Suiza (3,49) y Francia (2,49), y, en menor medida, en Portugal (1,56) y Chipre (1,56).

 

LOS EFECTOS SECUNDARIOS

Estas relaciones desiguales tienen efectos directos en las votaciones, que pueden impulsar a algunos países en la clasificación final. No obstante, ¿qué pasa cuando un país es parasitado por otros dos?

En el análisis anterior hemos mencionado que Suiza está parasitada por Serbia (8,88) y por España (3,49). En el siguiente gráfico podemos ver las puntuaciones de Suiza a Serbia y España en las finales desde 2007, cuando los serbios comenzaron a participar como nación independiente. Recordemos que en 2009, 2013 y 2017 Serbia no alcanzó la final y en 2014 no participó.

Se ve claramente que Serbia saca mucha más tajada que España en las votaciones suizas (descontado el hecho de que las canciones fueran mejores o peores). En los años en los que Serbia alcanzó la final, los balcánicos recogieron 92 puntos suizos mientras que España se llevó 29. Además, España nunca ha conseguido quedar por delante de Serbia en las votaciones de Suiza.

Es decir, el parasitismo de Serbia es tan fuerte en Suiza que puede estar reduciendo el propio parasitismo español en el país helvético. Si Serbia no hubiese participado en estos años, España habría sumado 7 puntos más en el conjunto de todas esas ediciones, aunque no habría tenido impacto en nuestras posiciones.

En cambio, si Serbia hubiese llegado a las finales de 2009, 2013 y 2014, al superarnos, seguramente nos habría restado 1 punto en 2009 y otro en 2014. Al perder estos puntos, Ruth Lorenzo habría sido definitivamente 10ª al dejar de empatar con Dinamarca, y Soraya también caería un puesto y habría empatado con Finlandia en la última posición. Y esto sin contar con el impacto que habría podido tener en las votaciones de terceros países.

Por tanto, aunque digamos que el efecto parasitario de España sobre Suiza es de 3,49, en realidad es más, porque el efecto parasitario de Serbia está reduciendo el nuestro, no nos dejan sacar más de las cuentas suizas. Son pequeñas diferencias de puntos pero que sí pueden tener un impacto relevante. Y aquí solo estamos comparando el efecto en dos países, ¿qué ocurriría si lo estudiásemos para todos a la vez? No obstante, que esto no sirva para que no nos alegremos de los pases a la final de Serbia. Pero que nuestro marcador podrá respirar un poco… pues sí.

En resumen, en este artículo hemos comprobado que existe un cuarto tipo de relación que consiste en que algunos países reciben muchos puntos a cambio de nada. Más o menos cada país saca tajada de alguno, lo que tiene consecuencias en las votaciones e incluso en los efectos parasitarios de otros. ¿Conseguirá la organización de Eurovisión una vacuna contra el europarasitismo? Storms don’t last forever.

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