Bielorrusia no participará en Eurovisión por infringir las reglas del festival al intentar colar, por segunda vez, una canción con trasfondo político. Así lo ha revelado en los últimos minutos la Unión Europea de Radiodifusión. La red europea ha recibido una segunda propuesta de la banda bielorrusa Galasy Smesta, pero tras realizar un análisis del tema se ha determinado que “también infringía las reglas del concurso que garantizan que el festival no se instrumentalice ni de desacredite”.

El comunicado recalca que se había extendido la fecha límite para que el grupo presentara una nueva propuesta y lamenta que no haya podido enviar una canción que cumpliera todas las normas. Así, serán 39 los países que participarán en la edición de 2021. Esta cifra supone una disminución con respecto a 2020, después de la retirada de Armenia por la crisis que está atravesando el país y la descalificación de Bielorrusia. Es el número más bajo desde 2014 y supondrá que la primera semifinal tendrá un país menos.

Esto supone la culminación del farragoso proceso que comenzó hace unas semanas, cuando Bielorrusia anunció casi por sorpresa que sería la banda Galasy Smesta quien les representaría en Eurovisión 2021. La cadena pública ya había confirmado que no contaría con VAL, los ganadores de la preselección bielorrusia y representantes para 2020, debido a su postura política, crítica con el gobierno de Lukashenko. No obstante, al estrenar la canción del grupo Galasy Smesta, llamada Ya Nauchu Tebya (I’ll Teach You), se vio que estaba cargada de referencias políticas, lo que contraviene las normas de la UER para el festival de Eurovisión y exigió una nueva canción.

La delegación bielorrusa no encajó bien esta petición. La cadena pública emitió en sus informativos una sección dedicada al grupo, a cuyos integrantes calificaba de “héroes” y de los que decían que “son ecológicos: ahorran electricidad y separan la basura”. También recalcaron su posición política, afín al régimen de Lukashenko. El propio presidente fanfarroneó diciendo que le “estaban presionando en todos los frentes, incluso desde Eurovisión”. Por otro lado, el presidente de la BTRC, Ivan Eismont, insistió en que no veía el mensaje político en la letra de la canción elegida, pero que no dudaba que el grupo les daría “otra gran canción que se escuchará en toda Europa”.

A pesar de todo, la UER eliminó el vídeo de su página y alargó el plazo para que Bielorrusia pudiera presentar una nueva propuesta hasta finales de marzo. Los miembros del grupo Galasy Smesta, por su parte, declararon en primer lugar que “es probable que el país no quiera participar en Eurovisión”, pero después afirmaron que no sería un problema presentar un nuevo tema, ya que componían canciones continuamente.

No es la primera vez que la polémica salpica la participación de Bielorrusia en Eurovisión. Por ejemplo, en 2012 se descalificó a la ganadora de su preselección, Alyona Lanskaya, después de que se demostrara que se equipo había manipulado el televoto para que fuera ella quien recibiera los 12 puntos. El año siguiente sí consiguió ser elegida, pero hubo controversia por el cambio de tema. Más recientemente, en 2019, los votos del jurado bielorruso fueron cancelados porque sus integrantes los habían hecho públicos y, en su lugar, se recurrió a una media de los resultados otorgados por los países de su zona geopolítica… que por un error fueron contados al revés. La UER tardó cuatro días en enmendar el error y, aunque el cambio no afectó al ganador, sí que hubo cambios en los puntos o la posición de hasta 24 países.