Toda Cataluña conoce a Triquell, pues logró la plata en la primera edición del concurso Eufòria, todo un fenómeno musical y televisivo en la TV3 presentado, por cierto, por “nuestro” Miki Núñez y Marta Torné. La plataforma le valió para firmar por la discográfica Halley Records y dar sus primeros conciertos en solitario, destacando el realizado en la mítica Sala Apolo de su ciudad, Barcelona.

En el resto de España se está dando a conocer, poco a poco, y Eurovision-Spain.com ha puesto su granito de arena este verano al incluirlo como una de las 100 propuestas de La Elección Interna 2024. Su canción Jugular conquistó a nuestros lectores y, por extensión, a la comunidad eurofán. Tanto es así que alcanzó la gran final de esta encuesta anual y se convirtió en una de las cuatro favoritísimas de esta edición, acariciando el triunfo que recayó en el último suspiro en manos de La La Love You.

Nuestras compañeras Rocío Muñoz y Milena González conectaron rápidamente con él para preguntarle de todo, sobre su carrera, sus primeros pasos y los siguientes; sobre las cosas buenas y no tan buenas de su experiencia televisiva; sobre la historia de Jugular… También tuvieron tiempo de interesarse por su visión artística, sus intereses profesionales y el mensaje que quiere transmitir con su obra. Y, por supuesto, hablamos de Benidorm y de Malmö.

“Siempre que hay un ‘imput’ positivo es una señal de que todo se está haciendo bien, me halaga y me motiva, pero no quiero creérmelo mucho, todavía estoy al principio de algo y me queda mucho por aprender y currar”, confiesa Triquell, y añade que “yo quiero ser un currante, si viene algo yo lo abrazo, pero prefiero no crearme expectativas”.

“Espero a que el destino hable por sí mismo, no ser yo el que se anticipe a algo, espero señales, poder interpretarlas y decidir si este es el momento y si esta es la oportunidad”, afirma. Y es que la puerta está más que abierta para vivir la experiencia, siempre que se hablen las cosas y pueda luchar por su obra, con libertad creativa, y tenga el control de lo que se va a exponer. Quizá, el caballo de batalla de todo artista que se precie.