Jendrik Sigwart nació el 27 de agosto de 1994 en Hamburgo, Alemania. El segundo hijo de una familia de cuatro hermanos, empezó a estudiar música desde pequeño, y aprendió a tocar el piano y el violín durante la escuela secundaria. Posteriormente curso estudios musicales en la Universidad de Osnabrück, a la vez que participó en varios musicales, como My Fair Lady, Hairspray o Berlin, Berlin, y afirma que se siente muy cómodo sobre el escenario, cuando es observado por miles de personas.

Jendrik compone sus propias canciones, que acostumbra a colgar en su canal de youtube.  Afirma que aprovechó los meses de reclusión domiciliaria obligatoria durante la pandemia de Covid para componer varias canciones, y cuando tuvo una de ellas acabada, decidió que debía presentarla para representar a su país en Eurovisión. También realiza sus vídeos promocionales, proceso que documentó a través de la red social TikTok bajo el título How to make a music video, y que ha superado las 260.000 visualizaciones.

La base para sus composiciones, según afirma el propio Jendrik, es el ukelele. El primero que tuvo era en realidad un regalo para su hermana, pero el quedó fascinado por el sonido del instrumento. Su trabajo de fin de grado en la Universidad se basó en este instrumento, que afirma que crea un gran ambiente y atmósfera. Su actual instrumento está decorado con 4.000 gemas, que ha pegado él mismo una por una, y va a tener un papel destacado en su entrada eurovisiva.

El 6 de febrero de 2021 se anunció que sería el representante alemán para el Festival de Eurovisión de Róterdam 2021, donde actuará directamente en la final, como miembro del Big 5. Su canción I Don’t Feel Hate se dió a conocer a finales del mes de febrero. Jendrik afirma que es un gran seguidor del Festival que ha visto siempre con su familia y amigos.

En el Festival, Jendrik ocupó la penúltima plaza, tan sólo por encima del doble cero del Reino Unido, con sólo tres puntos del jurado y cero puntos por parte de la audiencia. En unas declaraciones posteriores, en las que claramente se mostró bajo los efectos del consumo del alcohol, minimizó estos malos resultados, y aseguró sentirse “realmente feliz” por estos tres puntos. Posteriormente pediría disculpas públicas por estas manifestaciones realizadas, y por el estado etílico en el que las realizó. Más tarde afirmaría que Eurovisión había sido una gran experiencia a la que no hubiera renunciado nunca, pero admitió el mal resultado, y declaró que I don’t feel hate no había sido su mejor canción.

Desde el Festival, no ha publicado nuevo material y tan sólo ha realizado conciertos de pequeño formato. Tras las duras críticas recibidas por sus resultados, su canción y su comportamiento en Róterdam, además de una cuarentena forzosa por contraer el virus de la COVID, Jendrik afirmó que no quería hundirse en la autocompasión y que, junto a su ukelele, iniciaría nuevos proyectos musicales.