A escasas horas de la gran final de Eurovisión desde la planta 19 del Royal Beach Hotel de Tel Aviv, el representante de TVE en la 64ª edición del certamen europeo, Miki, hace balance de su experiencia durante los últimos meses y de cómo está viviendo estos últimos momentos antes del sábado tan importantes para su carrera profesional.

“Estoy tranquilo porque veo que las cosas están saliendo bien. No sólo hemos trabajado sobre el escenario para que todo funcione, sino que desde el primer día tanto Fokas como TVE están encima para que salga bien. Ahora ya, por fin, puedo respirar, ahora ya los nervios son de excitación”, comenta pausado durante una entrevista con el equipo de enviados especiales a la capital israelí de eurovision-spain.com.

Si al representante español algo le ha sorprendido es que Eurovisión funciona como un reloj suizo. “La coordinación es tan bestia, aquí todo encaja. Un evento tan grande, con tanta gente implicada, necesita de mucha profesionalidad”, señala y confiesa que Eurovisión para su carrera supone una “exposición brutal que en ningún otro lugar hubiera podido tener. Además, con una canción [como La Venda, de La Pegatina] que te representa cuando empiezas tu carrera musical, Eurovisión es el boom que puedes tener. Es cansadísimo y super intenso, pero tiene su recompensa. Cuando lance mi single, se escuchará en toda Europa”.

Para Miki, una de las claves del equipo español es que “nos va muy bien ser nosotros mismos”. “A una hora de salir al escenario, nos ponemos música, temazos eurovisivos como Dile que la quiero de David Civera, también a David Bisbal… Y una vez que estamos contentos, concentración y calentamiento de voz. Hacemos una familia tan bonita que no necesito nada más que estar con ellos para salir al escenario”, reconoce el joven cantante de Terrasa.