La Unión Europea de Radiodifusión estudia trasladar en un futuro la celebración de la final de Eurovisión a un día laborable, tal y como sucedía en los primeros años del festival. Conscientes de que es precisamente durante los fines de semana cuando desciende el número de personas que ven televisión, y con la idea de rentabilizar al máximo una producción tan costosa como viene siendo el certamen europeo de a canción en los últimos años, el organismo europeo propietario del concurso cada vez vería con menos sentido mantener la gala final en la noche de los sábados. Este descenso de telespectadores durante los fines de semana es todavía más acusado en los países mediterráneos por sus hábitos culturales y climatología más favorable.

De esta forma la UER conseguiría evitar que el festival coincidiese simultáneamente con la retransmisión de otros eventos, como ya ha sucedido en los últimos años en los que se ha visto obligada a postponer la retransmisión de finales deportivas.

Desde la edición de 1961 en la que precisamente España debutó y hasta nuestros días, la final de Eurovisión siempre ha tenido lugar la noche de los sábados, aunque no fue así en sus primeros años:

La UER se encuentra analizando las ventajas e inconvenientes que el cambio podría provocar tanto en términos de audiencia como económicos, aunque de llegar finalmente a implantarse no sería antes de la edición 60ª de 2015, por lo que las fechas previstas para el próximo festival de Copenhague (6, 8 y 10 de mayo de 2014) permanecerían inalterables. Se desconoce en qué forma afectaría a las semifinales, que actualmente tienen lugar el martes y jueves previos.