Eurovisión 2025 parece aún lejano, pero Suiza no quiere que le pille el toro. Desde el día posterior a la victoria de Nemo en Malmo, la SRG estableció un grupo de trabajo con doce miembros encargados de hacer que la Confederación Helvética sea el mejor anfitrión posible, y también fueron varias las ciudades que se apresuraron a postularse como candidatas (Ginebra, Basilea, San Galo).

Para elegir cuál será la afortunada, la SRG se basará en el City Bid Book, el documento de la UER que establece los requisitos que deben cumplir las ciudades anfitrionas, y que en este caso se ha adaptado a Suiza. Aunque no han trascendido más ciudades que hayan mostrado interés en ser la sede del próximo festival, todas son libres de hacerlo, y para ello deben presentar un dossier con toda la información necesaria antes de finales de junio. Algunos de los requisitos que se tomarán en cuenta son la capacidad hotelera, la presencia de un aeropuerto internacional cercano o el aforo de los recintos disponibles. La ciudad seleccionada se anunciará a finales de agosto.

Independientemente de qué ciudad resulte elegida, la SRG está avanzando paralelamente con otras cuestiones técnicas. Para ello, ha designado diferentes cargos, como el de director de producción, productor de espectáculos, productor de contenidos, jefe de seguridad o director de marketing. También contará con el asesoramiento y la experiencia de la UER. De hecho, en las siguientes fases se incorporarán profesionales de la UER y trabajadores externos.

Suiza se impuso en Eurovisión 2024 de la mano de Nemo, que contó con un apoyo masivo por parte del jurado y convenció también al televoto. Es la tercera victoria del país alpino, que ya había ganado en 1956 (la primera edición de la historia), con Lys Assia, y en 1988 con Celine Dion. También será la tercera vez que Suiza organice el festival, después de que Lugano fuera sede en la edición inaugural y Lausana en 1989.