¿Está la UER abriendo las puertas de su certamen? Desde que Jon Ola Sand llegara en 2010 como supervisor ejecutivo de Eurovisión, el mismo directivo ha centrado todos sus esfuerzos en recuperar el cometido de nuestro festival, unir a personas, países y culturas distintas a través de la música, y exportarlo fuera de nuestras fronteras para convertir este espectáculo paneuropeo en un evento global. A día de hoy, más de 200 millones de personas siguen con atención la superproducción europea pero, muy pronto, la audiencia potencial del concurso podría superar los 1.000 millones de telespectadores.

Más allá del proyecto de Asia Pacific Song Contest, un formato que está siendo desarrollado en tándem por el organismo europeo y la cadena pública de nuestras Antípodas, la australiana SBS, y que verá la luz en los próximos meses, lo cierto es que la UER está estudiando la posibilidad de flexibilizar las normas de participación en Eurovisión, un hecho que de confirmarse podría suponer en un futuro no muy lejano la entrada y la bienvenida al certamen de los miembros asociados de la red europea, una decisión controvertida que revolucionaría el concepto actual del festival y que podría dar pie a la llegada de “Worldvisión”. 

La UER, que fue preguntada por un posible debut de Kazajistán en Estocolmo 2016, respondía a la cuestión de la siguiente manera: “Para la edición 2016 de Eurovisión los miembros asociados de la Unión Europea de Radiodifusión, como la Agencia Khabar en Kazajistán, no serán elegibles para tomar parte del concurso de la canción, a excepción de la televisión SBS de Australia. La UER está revisando estas normas de cara a la competición del próximo año e informará de las últimas novedades sobre ello en su debido momento a través del portal oficial de Eurovision.tv”.

Aunque el certamen nació en el seno de Europa, pertenecer al continente no es un requisito para acceder al concurso. Sí lo es radicar en el Área de Radiodifusión Europea, una zona que incluye de oeste a este a todos los territorios que caen del Atlántico Norte al mar Caspio y, de norte a sur, a todos aquellos entre el Ártico y la cuenca del Mediterráneo. En el caso que se permitiera la participación de los miembros asociados, podríamos ver en el próximo festival, además de Australia, a Estados Unidos, Canadá, China, Corea del Sur, Hong Kong, Japón, Brasil, Chile, India, Bangladesh, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Malasia, Kazajistán, Mauricio, Cuba, Omán, Irán o Siria.

Hasta el momento, solo la SBS, miembro asociado del club europeo, ha participado en el festival. Australia llegó a Europa en Copenhague 2014, con Jessica Mauboy y su Down Under en el “Interval Act”, pero fue a partir de Viena 2015, rememorando el 60º aniversario de Eurovisión y alegando su tradición eurovisiva, cuando nuestras Antípodas empezaron a participar como un miembro más de pleno derecho, tomando el relevo el malasio Guy Sebastian y su Tonight Again, que se clasificó en quinta posición, y en Estocolmo 2016 con la surcoreana Dami Im y su Sound of Silence, que subió al segundo lugar, a la espera de confirmarse el regreso del país para Kiev 2017.