Según los medios locales Depo Odessa y Odessa Courier, la ciudad sureña de Odesa será anunciada el 5 de septiembre como sede del próximo festival. Pese a que aún no se haya hecho público el veredicto, son muchas las voces políticas y mediáticas que confirman que el ministro de Cultura Yevhen Nyshchuk comparecerá mañana lunes ante las cámaras para poner fin a las aguas turbias que han anegado el país este verano en torno la elección de la sede del concurso.

Días atrás queda la rueda de prensa del 25 de agosto que debía zanjar esta batalla de ciudades por acoger la superproducción europea. Treinta minutos antes de la convocatoria, el Consejo de Ministros cancelaba la conferencia, un nuevo aplazamiento apoyado supuestamente por el alcalde de Kiev Vitali Klitschko, denunciado por el alcalde de Dnipro Borislav Bereza en el canal privado 112 Ukraine, que admitía a los telespectadores el triunfo de Odesa y advertía que el bloqueo del anuncio estaba motivado por “intereses económicos desde la Administración”. Después del alboroto, Jon Ola Sand, supervisor ejecutivo del certamen, alegaba el deber de continuar considerando “los últimos aspectos de las ciudades finalistas”.

De esta manera, se confirmaba el cuarto retraso del país en decidirse por una de las tres localidades candidatas, Kiev, Odesa y Dnipro. La fecha inicialmente prevista para comunicar tal decisión era el 27 de julio, pero surgieron en aquel momento “problemas de carácter financiero y de garantías” en los proyectos propuestos, decidiendo posponer el anuncio de la sede para más adelante. Desde entonces, la UER, el comité organizador y el equipo de trabajo de la NTU han estado analizando los pros y contras de cada municipio aspirante.

Los eurofans están asistiendo en los últimos días a una auténtica batalla de gallos entre los alcaldes de cada una de las ciudades contrincantes. Los medios locales de Odesa parecen protagonizar el último asalto antes del anuncio final. A estas alturas, la perla del Mar Negro parece ser la única candidata que puede disputarle la organización de Eurovisión 2017 a la capital del país, después que Dnipro haya perdido apoyo mediático en esta carrera por albergar el festival. Sin embargo, un grupo de activistas ha lanzado un vídeo boicoteando la candidatura de la ciudad portuaria, denunciando la suciedad, la precariedad y la inestabilidad de sus calles.