La televisión pública belga BRT (hoy VRT) eligió internamente para Eurovisión 1979 a Micha Marah, una cantante bien conocida por el público local, pues ya había participado en las finales nacionales de 1971 y 1975 y representó a su país en varios festivales internacionales. El nombre estaba decidido, pero la canción no, y para ello se organizó una de las preselecciones eurovisivas más bizarras de la historia.

Seis temas compitieron durante nada más y nada menos que cinco semanas para ser interpretados por la artista en la 24ª edición del Eurofestival que se celebraría el 31 de marzo en Jerusalén. Un jurado popular votaba en cada programa y la propuesta peor valorada quedaba eliminada. Para darle algo más de emoción al asunto, la cantante pudo repescar en la cuarta gala una de las tres primeras descartadas que volvió a ser rechazada por los espectadores esa misma noche.

Los resultados semana tras semana fueron siempre los mismos: Primera, Comment ça va; segunda, Hey nana; y tercera, Mijn dagboek. Y llegó la finalísima en la que la votación no fue realizada por el público, sino por un comité de 20 expertos. Y su elegida, a pesar del deseo del público y de la propia artista, fue Hey nana. La decisión provocó todo un escándalo nacional y sobre ella hay varias teorías, siendo la más extendida que el jurado se vengó de la estrella por sus delirios de grandeza. También se habla de que el canal flamenco no quería ir en francés a Eurovisión, algo que ciertamente no ha sucedido jamás, ni antes ni después.

La buena de Micha, a exactamente cuatro semanas del certamen, se negó en rotundo a cantar Hey nana. No quería viajar a la ciudad santa y mucho menos grabarla en estudio. Los directivos de la BRT, de hecho, pidieron a su corista Nancy Dee que ensayara su actuación por si se daba el peor de los escenarios. Marah, finalmente, claudicó y fue a regañadientes a Eurovisión. Y en el festival, como tantas otras veces, lo que mal empieza, mal acaba. Bélgica fue el farolillo rojo de la edición con 5 pírricos puntos, 2 de Dinamarca y Reino Unido y 1 de Alemania.

Y Micha nunca más cantó Hey nana. Hasta ahora. 44 años después de sufrir lo que ella misma define como una pesadilla, ha lanzado por fin un single que el tiempo ha convertido en todo un clásico eurovisivo, cumpliendo así el deseo de muchos fans y coleccionistas. Esto deja a las candidaturas del Reino Unido 1957, All de la recientemente fallecida Patricia Bredin, Luxemburgo en 1958, Un grand amour de Solange Berry, como las únicas obras del festival no grabadas por sus intérpretes originales o publicadas en formato físico y/o digital. Fue el famoso médico Guy T’Sjoen, a la postre, también eurofán, quien dio el último empujón a Micha preguntándole qué le impedía grabar Hey nana, a lo que respondió, “en realidad, nada”.

A lo largo de estas cuatro décadas, la artista ha tenido una fructífera producción discográfica, destacando sus discos infantiles y navideños de los 80, y también ha hecho una notable carrera como presentadora de televisión y radio.