Hoy se celebra el 20º aniversario del estreno de la academia más famosa de la televisión, Operación Triunfo. Hasta la fecha se han emitido 11 ediciones del concurso, las tres primeras, la novena y la décima directamente vinculadas con Eurovisión.

El premio original de Operación Triunfo, de hecho, era exclusivamente representar a España en el festival. Después, ante el éxito del programa, se aumentó a tres el número de vencedores que firmarían un contrato discográfico y optarían a abanderar a TVE en Tallin 2002, Riga 2003 y Estambul 2004. De este modo, Rosa López, Ainhoa Cantalapiedra y Vicente Seguí ganarían OT, pero solo la primera competiría en el festival. Beth Rodergas y Ramon del Castillo fueron los escogidos en la segunda y tercera temporada.

La historia de Operación Triunfo ha sido una y 1.000 veces contada, también la de Eurovisión 2002 a 2004, pero en esta serie de reportajes especiales nos centraremos en un punto intermedio, las finales nacionales. 10 cantantes y 30 canciones y otros tantos compositores conformaron dichas preselecciones. Hoy recordamos el año 2003, las candidaturas de Ainhoa, Manuel Carrasco y Beth, y todo lo que recuerdas, y lo que no, de la Operación Riga.

DIME

La segunda edición de Operación Triunfo cometió varios aciertos y numerosos errores. El casting, para empezar, tenía más nivel que el de la primera temporada, perfiles más contemporáneos, modernos y variados, algunos autores y compositores, y estilos y personalidades más definidas, sin renunciar a otros patrones más “costumbristas”. Sin embargo, una audiencia todavía resacosa no terminó de empatizar con ellos, quizá por el poco juego que dieron en el apartado extramusical. Otro problema, heredado de la primera edición y agravado aún más si cabe en la tercera, fue el poco mimo y tacto hacia la carrera musical de los alumnos. Así nos encontramos discos hechos deprisa y corriendo, con poca lógica y criterio, y canciones que no pegaban ni con cola a sus cantantes. Algunas de estas bondades y todos estos males se vieron en la final nacional de Eurovisión 2003.

El jurado y el televoto, por un 45% de los votos, decidieron que Dime, obra de Andermay, representara a España en Riga, para disgusto de Beth que ni le gustaba el tema ni quería ir al festival. Al día siguiente medios como ¡Hola! titulaban sus crónicas hablando de “la emoción” de la catalana y, nada más lejos de la realidad, pues las lágrimas eran más bien de tristeza. La catalana, de hecho, se mostró muy distante y antipática con gran parte del equipo y los fans que la acompañaron en la capital letona, si bien su postura se ha suavizado notablemente en los últimos tiempos. Mucho se ha hablado y debatido de estas circunstancias, pero lo cierto es que la intérprete estaba incómoda y tenía todo su derecho a expresarlo y hacer ver que algo fallaba en el formato.

Sea como fuere, Dime es una de las mejores canciones que ha representado a España en Eurovisión. El tema llegó de rebote a la final, y el jurado tenía decidido eliminarlo en la primera de las tres galas, pero la reacción y euforia del público en los primeros compases hizo que los jueces cambiasen de opinión. Dime fue número 1 tanto de ventas como de Los 40 Principales, se convirtió en una de las favoritas del festival, y ganó nuestro único Premio Marcel Bezençon hasta la fecha.

La preselección reunió a 6.237.000 de espectadores con 37.5% de audiencia, la segunda mejor marca de la edición tras la gran final del concurso en sí, una cifra notable y hoy en día sobresaliente que, sin embargo, se dajaba más de cuatro millones de personas y 20 puntos de cuota por el camino de un año a otro. El festival, por su parte, alcanzó el 58.4% de share y 8.790.000 de televidentes, el tercer mejor dato de la historia solo por detrás de Rosa en 2002 y Rodolfo Chikilicuatre en 2008. El doble álbum Generación OT Juntos, que incluía en el primer disco los duetos entre los concursantes de la primera y la segunda edición y en el segundo la Gala Eurovisión 2003, también fue número 1 y certificado cuádruple platino por sus más de 400.000 copias vendidas.

MI RAZÓN DE VIVIR

CON LA FUERZA DEL CORAZÓN

Miguel Gallardo, responsable de clásicos como Hoy tengo ganas de ti, fue uno de los autores de Con la fuerza del corazón de Ainhoa. Una balada de corte clásico, con un agradable estribillo, fuerza en los coros y algún que otro cliché eurovisivo, que la intérprete se volvió a cargar en directo sin conseguir hacer suyo el tema en unas galas en las que no estuvo especialmente fina. Gallardo fallecería dos años después, a la temprana edad de 56, después de haber recibido dos Discos de Diamante, uno por su labor como compositor y otro por el catálogo de su discográfica, Veramusic, en la que trabajaron artistas como Sergio Dalma, Azúcar Moreno, Betty Missiego, Ana Torroja, Ana Belén y Greta y Los Garbo.

SANTA LUCÍA

Jordi Cubino también repitió de un año para otro y pasó del Corazón latino a la Santa Lucía, un intento por repetir el éxito internacional de la edición anterior, pero las comparaciones son odiosas. La actuación es todo un despropósito en la que solo se salva un abochornado Manuel Carrasco al que se le nota forzado a cantar y bailar esta copla que, por su tranquilidad y la nuestra, no tuvo mayor recorrido musical ni discográfico. Aún así fue salvada por los jueces en el primer programa y eliminada por la audiencia en el segundo aunque, a favor de nuestra queridísima Pilar Tabares y cía, tenemos que decir que tampoco había mucho más donde elegir. Una pena que otra obra de Jordi Cubino, Miénteme para David Bisbal y Elena Gadel en el álbum Generación OT Juntos, no estuviera presente en esta selección eurovisiva en la voz del propio Manuel Carrasco y una de sus compañeras femeninas de academia.

LA VIDA SIN TI

Andermay también estuvo detrás de La vida sin ti, la tercera y última canción de Beth para Eurovisión 2003, adaptada para la intérprete catalana con un sonido más popero frente a los arreglos electrónicos de la versión original que se encuentra disponible en YouTube. Tan solo Dime se incluyó en su álbum debut, Otra realidad, que fue el disco más exitoso de cualquier artista de la segunda edición de Operación Triunfo. Un trabajo realizado con más gusto y olfato que el de la mayoría de sus compañeros, con 13+1 canciones que se movían entre el pop, el rock y el folk, y un total de cinco singles como Parando el tiempo que fue número 1 de Los 40 Principales. Otra realidad debutó en el #3 de la lista de ventas española, pero tuvo un recorrido ascendente que lo llevó hasta el preciado #1 pocas semanas después, y fue certificado con dos discos de platino por sus más de 200.000 copias vendidas. También se publicó, un año después, un CD+DVD en directo desde el Palau de la Música Catalana.

SUEÑA CON ESE MOMENTO

Daniel Ambrojo se estrenaba en la carrera eurovisiva con Sueña con ese momento, una rumbita agradable que no aportaba nada, pero que al menos no producía sonrojo como Santa Lucía. El compositor volvería a intentarlo un año después presentando dos candidaturas para Davinia. Viviré, moriré fue la única de las eurocanciones incluidas en el álbum debut de Manuel Carrasco, Quiéreme, que también despachó más de 200.000 copias y se hizo con un doble disco de platino. Producido por Capi, con el que el intérprete onubense no tuvo mucha química, se presentó con el single Que corra el aire que hubiese sido una gran apuesta eurovisiva. Manuel Carrasco, junto a Hugo Salazar, Vega, Nika y Mai Meneses, es uno de los triunfitos de segunda generación que ha conseguido tener una carrera discográfica más o menos estable, y en su caso todo un triunfo.