Durante la rueda de prensa del anuncio de Edurne como representante de España en Eurovisión 2015, algunos periodistas preguntaron sobre el coste que le supone a la televisión pública la participación en el certamen de la UER, a lo que los directivos de TVE Federico Llano e Ignacio Gómez-Acebo respondieron que no tenían ni recordaban el dato pero que se lo harían llegar a todos los interesados. Dicho y hecho. En un alarde de transparencia, poco habitual antes del evento, ya conocemos el precio a nuestra presencia en el sexagésimo aniversario del Eurofestival: 356.000 euros.

Los aproximadamente 60 millones de las antiguas pesetas incluyen la cuota de participación a la UER, los servicios de producción y los derechos de emisión de las dos semifinales y la gran final. A esa cifra le hay que sumar, posteriormente, los gastos de alojamientos, dietas, sueldos, transportes, vestuario y todo lo relativo al desplazamiento y trabajo de los equipos de TVE y Edurne y la preparación y presentación de la candidatura, si bien es cierto que, por el momento, se desconoce la existencia de patrocinadores que puedan financiar una parte o la totalidad del proyecto, y el gasto que asumirá la discográfica de nuestra abanderada, Sony Music. Los 356.000€ de Viena 2015 es un desembolso muy inferior a los 427.613€ de Bakú 2012 en la que, hasta la fecha, es nuestra participación más cara en Eurovisión.

COSTE, RENTABILIDAD Y AUDIENCIA

A pesar de las desorbitadas cifras que se manejan en el mundo de la televisión, especialmente en el contexto de crisis generalizada en el que se encuentran la mayoría de televisiones públicas europeas, Eurovisión es uno de las espacios más baratos, rentables y exitosos de TVE. La pasada edición del festival alcanzó los 5.141.000 de espectadores con un 35,2% de share, y 6.343.000 y 41,7% durante las votaciones, siendo la emisión no deportiva más vista del año, un dato que se repite salvo excepciones desde el 2008, y cuadruplicando la cuota media de La 1 en el mes de mayo del 2014 (10.3%).

Si dividimos la cuota de participación a la UER, 356.000€, entre la duración del certamen, 450 minutos repartidos en tres noches, nos encontramos con que el coste por minuto de Eurovisión es de, aproximadamente, 791€. Una cantidad irrisoria frente a los buques insignia de la televisión pública como Águila Roja, Cuéntame Como Pasó, Isabel, Masterchef o Masterchef Junior, hasta quince veces más caros, y la mitad de exitosos. La comparativa es mucho más sorprendente si se realiza con programas o series que no han contado con el beneplácito del respetable como Generación Rock, Gran Reserva: El Origen, o Uno de los Nuestros que llegaron a multiplicar hasta por cinco su precio por minuto y a dividir casi por ocho su audiencia.

Sin embargo no ha sido ni Eurovisión, ni cualquiera de los concursos o seriales de TVE, sino el fútbol el que ha provocado el escándalo y estupor de una parte de la población. La televisión pública ha comprado los derechos de emisión de 20 partidos de La Roja para la fase clasificatoria de la Eurocopa 2016 y el Mundial 2018 por 39 millones de euros, lo que supone un coste por partido 1.95 millones, y un precio por minuto de 21.600. Lo más asombroso del asunto es que la rentabilidad del futbol, si calculamos el dinero que cuesta en relación a cada punto porcentual de su audiencia, puede llegar a ser un ¡600%! menor que las siempre criticadas Águila Roja, Cuéntame Como Pasó y, por supuesto, Eurovisión. Unas estadísticas que conviene guardar para contestar el próximo mes de mayo a todos los opinadores de profesión o por afición cuando saquen a relucir, como cada año, sus odios eurovisivos.