A pesar de la sobresaliente actuación y resultado de Sandra Valero y la notable campaña de promoción de RTVE, Eurovisión Junior firmó ayer su peor dato de audiencia de las nueve ediciones emitidas en España. Solo 827.000 espectadores y un 8,1% de share vieron el vigesimoprimer festival infantil celebrado en Niza y ganado por la delegación anfitriona. Respecto al año pasado, el concurso pierde 356.000 televidentes y dos puntos de cuota.

El junior cayó a la cuarta opción en su franja de emisión, aunque a la competencia tampoco le fue mucho mejor. Seducida por el peligro en el Multicine de Antena 3 rascó un 11,1%, El incidente en el Home Cinema de Cuatro un 8,5% y la “Fiesta” de Telecinco un 8,2%. Por detrás quedó La Roca en LaSexta con un 4,2%.

La gala alcanzó un total de 3.624.000 espectadores únicos en sus dos horas y media de duración y, buscando los datos más positivos, la audiencia despertó en el desenlace de las votaciones con un minuto de oro del 10,8% de share. Además, los niños de 4 a 12 años, el supuesto público objetivo,  fueron los que más vieron la gala con un 14,6%.

La media también fue ligeramente más alta en las mujeres (8,4%), jóvenes de 13 a 24 años (10,2%) y adultos jóvenes (10,9%) y en Murcia (13,8%), Baleares (10,4%), Comunitat Valenciana (10,2%), Madrid (10,2%) y Andalucía (8,8%). En X, Eurovisión Junior fue el tercer programa más comentado del día, con 4,4 millones de impresiones, 29.500 tuits y 9.600 autores únicos.

Entre las causas de la debacle de audiencias, la primera y más evidente, la franja horaria. La crisis económica de 2008 provocó una fuga de participantes, con poco más de una docena de países a concurso hasta 2013 y tirando después de debutantes como Australia o Kazajistán para maquillar la lista. Siendo Malta y Países Bajos los únicos países occidentales fieles a la cita y con el proyecto cogido con pinzas por los países del este en un huso horario más tardío, la UER decidió mover la emisión al domingo y adelantarla a las 16:00 CET. Ahora la pregunta que debería estar sobre la mesa de Mr. Osterdahl es si, con el regreso al completo del Big 5 y el de otros países como Irlanda y Portugal, esta es la estrategia acertada. Y para muestra, la sangría de audiencias que también sufre la televisión neerlandesa, probablemente, la más forofa del formato.

Por supuesto también ha influido en la nota de ayer el inesperado batacazo del Mundial MotoGP de la Comunidad Valenciana, la fecha en sí coincidiendo con el último día de fiebre consumista y un público que en nuestro país, después de 12 años de audiencia, no se ha reenganchado al formato que en su día era una de las joyas de la corona de la pública de la mano de Eurojunior.