Euroflashback 2003: Cuando Dime fue la banda sonora de un año inolvidable
Vicente Rico
Imagen: Manuel Rivero · Fuente: eurovision-spain.com
Eurovisión 2003 fue una de las ediciones más especiales de Eurovisión, no solo por poner el punto y aparte a una etapa del festival, sino por haber marcado a muchos eurofans con la calidad de sus candidaturas, la emoción en las votaciones, las polémicas previas y posteriores, la exitosa ganadora y la representante española, Dime de Beth, una de las más celebradas de nuestra historia, por -casi- todos, menos por la propia artista. La catalana, 16 años después que a todos -ahora sí- se nos han pasado demasiado rápido, ha suavizado su postura afirmando que el concurso es «brutal», pero que se tomó su participación como un «encargo».
Esta 48ª edición se celebró el 24 de mayo en Riga, Letonia, en la que tan solo era su cuarta participación. La ganadora en 2002, Marie N, y el primer representante en el 2000, Renars Kaupers de Brainstorm, fueron los presentadores desde el Skonto Hall ante 6.500 personas. Bajo el eslogan «Magical rendez-vous» y sobre el escenario «Planet Latvia» se vendió al mundo una imagen de diversidad y versatilidad de la república báltica. La UER, no obstante, tuvo innumerables problemas logísticos y presupuestarios con las instituciones y la televisión pública letona provocaron varios titulares y dimisiones y obligaron a salir al rescate a la SVT sueca y la ETV estonia.
26 países compitieron marcando un nuevo récord con el regreso de Irlanda, Islandia, Noruega y Países Bajos, después de una edición de destierro por las normas de relegación de la época que se aplicaron por última vez, y también de Portugal, tras un año sabático por voluntad propia. Ucrania, por su parte, debutó. Por el contrario, Dinamarca, Finlandia, Lituania, ARY Macedonia y Suiza no pudieron participar por su mal resultado el año anterior en la vecina Tallin. Originalmente estaba previsto que fuera eliminado el bottom 10 de 2002, a excepción del Big 4 que hubiera afectado también a Alemania, pero la organización permitió concursar a las históricas Austria, Grecia y Turquía y retrasó una edición el estreno de Albania, Bielorrusia y Serbia-Montenegro como estado independiente. Curiosamente, ninguno de los 26 artistas había participado previamente.
Cuatro meses antes, el 29 de enero, la UER anunció una novedad que cambiaría para siempre Eurovisión. A partir de 2004 se celebrarían dos galas, la gran final en la que estarían directamente clasificados el top 10 del año anterior y el Big 4, y una semifinal previa en la que competirían todas las demás delegaciones por una de las 10 plazas restantes. Este sistema, creado por la cantidad de televisiones que querían entrar en el festival después la desintegración de la Unión Soviética y Yugoslavia y la apertura europea de otros países del este, se mantuvo vigente cuatro ediciones hasta 2007. La organización había valorado otras opciones que iban desde la subida de las cuotas de participación hasta una serie de finales regionales.
Antes de llegar a la revolución de 2004, este año también se hicieron efectivos muchos cambios, como el plazo de publicación de las canciones ampliado del 1 de enero al 1 de octubre, el televoto como sistema de votación obligatorio salvo en Bosnia y Herzegovina y Rusia por su cobertura inferior al 80%, el ESCoreboard organizado en directo de mayor a menor puntuación, los desempates resueltos a favor de quien haya sido votado por más países en vez del que haya recibido más máximas votaciones, y el primer CD oficial publicado por EMI. También fue muy innovador el escenario, considerado uno de los mejores de todos los tiempos, en el que por primera vez se construyó un suelo digital y una «green room» trasera.
Turquía por fin ganó Eurovisión gracias a Sertab Erener y Every way that I can, presentada en directo con una nueva remezcla y una espectacular escenografía que marcaría el devenir del festival. Co-escrita por Demir Demirkan, responsable de algunos de los grandes éxitos de su compatriota Tarkan, su elección interna causó controversia por ser la primera candidatura turca íntegramente en inglés.
167 puntos, dos por encima de Bélgica y tres sobre Rusia, le dieron la victoria en una final de infarto. Sertab recibió votos de 21 de los 25 países y 12's de Austria, Bélgica, Bosnia y Herzegovina y Países Bajos. Turquía, además, fue votada por primera vez por Chipre con un 8, de hecho, el portavoz chipriota alució al conflicto entre ambos estados con la frase «Europe, peace to Cyprus». La audiencia española también votó a Every way that I can, aunque con un discreto 3. Su triunfo fue toda una sorpresa en las apuestas lideradas por Rusia, España y una tercera plaza disputada entre Irlanda, Eslovenia, Estonia, Noruega e Islandia, mientras que las cuotas turcas no pasaban del 20/1 y las belgas del 50/1.
El single se convirtió en el mayor éxito eurovisivo desde la diva Dana International en 1998, número 1 de ventas en Turquía, Grecia y Suecia, #3 en Rumanía, #4 en Países Bajos, #5 en España, #6 en Bélgica o #10 en Austria, aunque en el Reino Unido no pasara de un anecdótico #72. Every way that I can, por si fuera poco, fue una de las 100 canciones más vendidas en 2003 en el mercado alemán, belga, neerlandés, sueco y suizo. Esto propició que Sertab publicará en 2004 su primer y único disco en inglés, de título homónimo, co-producido de nuevo por Demir Demirkan y con colaboraciones de artistas como Anggun. El primer single del álbum, Here I am, fue bastante popular en varios países europeos, entre ellos España.
Bélgica dio el campanazo con Sanomi, el primer tema de la historia del festival en una lengua no europea y, de hecho, su idioma era inventado, interpretada por Urban Trad, cuya vocalista Verónica Codesal era descendiente de emigrantes gallegos, concretamente de Guitiriz, Lugo. «Queríamos contribuir a que los belgas supieran algo más de Galicia», afirmaba Verónica, también integrante de otros grupos folclóricos como Foliada e Ialma, todavía hoy muy populares. Les llovieron 165 puntos de 22 países, incluyendo los 12 de España, Francia y Polonia. Urban Trad, posteriormente, visitaron con frecuencia Galicia actuando en la televisión pública autonómica así como en diversos festivales.
Rusia fue a ganar con las superestrellas del momento, el dúo t.A.T.u., y el peor single de toda su discografía, Ne ver’ ne boisia. Con el precedente de los éxitos internacionales de All the things she said y en menor medida de Not gonna get us, su elección interna causó un gran impacto mediático y se postularon como favoritas inmediatas. Su impostado lesbianismo, diseñado en fábrica por su productor Ivan Shapovalov, despertó el morbo de la audiencia por si se besaban en directo. La UER llegó a tener una actuación pregrabada en la recámara por no considerarlo apropiado para un programa familiar. Cosas del pasado.
La desafinadísima y errática actuación se saldó con 164 puntos, fueron votadas por todos los países menos por Irlanda y Reino Unido, y Croacia, Eslovenia, Estonia, Letonia y Ucrania les dieron el 12. 3 puntitos las dejaron sin victoria y, quizá, el karma fue el responsable. Lena Katina y Julia Volkova se mostraron muy maleducadas y prepotentes durante su gira promocional, por ejemplo, durante una entrevista en el periódico alemán Bild en la que llamaron «bruja» a su representante Lou. En referencia a la abanderada previa, Corinna May, Volkova afirmó que en «Rusia cuidamos a los ciegos y viejos, no los enviamos al festival, esto debería ser así también en Alemania». Lou poco después respondió que «No sé si una niñas quejándose, peleándose y emborrachándose son las mejores representantes de un país tan bonito como Rusia». La pareja tampoco fue al primer ensayo en Riga, supuestamente por un problema de garganta de Julia, y cuando tuvieron a bien aparecer en el segundo fueron abucheadas por la prensa en su primera conferencia por criticar la iluminación y el escenario.
El berrinche por la derrota en Perviy Kanal fue tal que protestó formalmente a la UER. El motivo, la votación de Irlanda con jurado en vez de con el obligatorio televoto, algo que la delegación rusa alegó que había jugado en su contra ya que los jueces tuvieron a bien darles un 0. Lo cierto es que la compañía telefónica Eircom sufrió una incidencia que impidió que los resultados fueran procesados a tiempo y, siguiendo las normas, se tuvo que recurrir al panel de respaldo. La RTE, días después, desveló el televoto que mantenía tanto el triunfo de Turquía como el 0 a Rusia y al Reino Unido. No obstante, las rusas habrían ascendido un puesto ya que el público redujo de 10 a 2 los votos concedidos a Bélgica. t.A.T.u. continuaría con su carrera a la que solo le quedarían un par de éxitos internacionales, All about us y Friend or foe.
Noruega y Suecia completaron el top 5, la primera con el baladón a piano I’m not afraid to move on de Jostein Hasselgärd reforzado con un coro de lujo, y la segunda con el schlager de libro Give me your love del dúo de triunfitos Fame formado en la primera edición de Fame Factory por el ganador Magnus Bäcklund y Jessica Andersson.
Sexta fue Austria con el inefable Alf Poier y Well der mensch zählt que hablaba de cucarachas, gatos y liebres entre espasmos testiculares y rodeado por dos pintorescas señoras con micrófono y un zoológico de cartón piedra. Este comediante declaró posterior e irónicamente que «Europa ha demostrado no tener gusto musical, no estoy seguro de que la vergüenza me permita regresar a mi país», pero lo cierto es que se volvió a presentar al festival en 2005 y 2011. Polonia también sorprendió en el siete con la pacifista Keine Grenzen – Żadnych granic de Ich Troje y su impactante imagen. El grupo sí conseguiría regresar en 2006, embarazadísimos y a ritmo de reggaetón polaco, pero con mucha menos fortuna.
Beth (23 de diciembre de 1981, Súria, Barcelona) no ganó OT2, ni siquiera acarició la victoria pese a ser una de las voces más especiales de aquella promoción, muy superior artísticamente pero menos carismática que la del estreno. Sin embargo, la audiencia se decantó por ella sobre la triunfadora Ainhoa y el subcampeón Manuel Carrasco en las tres Galas Eurovisión.
La culpable fue Dime, obra del dúo vizcaíno Andermay formado por Ander Pérez y Amaya Martínez, cuyos primeros compases y golpes de cadera provocaron tal euforia en el público que el jurado cambió sus votos del ensayo en los que había previsto su eliminación apostando por las poperas La vida sin ti y Cerrando heridas. Finalmente, el 17 de febrero los espectadores dictaron sentencia con un 24% de los votos para Viviré Moriré de Carrasco, compuesta por David Santisteban y Pablo Pinilla, un 31% para Mi razón de vivir de Cantalapiedra, obra de Rafael Artesero, y un 45% para Rodergas que recibió la noticia entre lágrimas que no eran precisamente de emoción. Poco después se presentó un fantástico videoclip grabado en la Ciudad Condal y alrededores, con algunos de sus edificios y monumentos más famosos, y en el que Beth lucía radiante un traje blanco con pendientes a juego.
La delegación española llegó a Riga entre las favoritas, y esta vez iba en serio, y los ensayos no hicieron más que afianzar su condición. A la hora de la verdad, Beth, sus dos bailarines y tres coristas salieron a comerse el escenario, con un espectacular vestuario blanco y plata de Etxart & Panno, y una llamativa coreografía y realización que, sin embargo, quedaron algo eclipsados por el desafinado y gritadísimo directo del conjunto. El resultado final fue una octava plaza que supo a poco, pero que nunca más hemos vuelto a alcanzar, con 81 puntos de 13 países, a destacar los 12 de Portugal e Israel. Eurovisión 2003 reventó los audímetros en España con 8.790.000 espectadores y un 58,4% de share, el tercer festival más visto de la historia por debajo de su antecesora Rosa en 2002 y el Chikilicuatre en 2008.
Paralelamente, Beth publicó su primer álbum, Mi otra realidad, mucho mejor perfilado y producido que el de la mayoría de sus compañeros de academia con un sonido eminentemente pop con influencias folk y rock. El disco entró al número 3 de Promusicae, pero pronto subió al #1, donde se mantuvo dos semanas, gracias a las buenas críticas y, por supuesto, el éxito de Dime, convertida en la canción del verano y #1 de Los 40. Se despacharon más de 200.000 copias que le valieron el doble Platino. Después llegaría My own way home (2006), prácticamente en inglés y con un sonido más brit y acústico, pero que pasó desapercibido para el gran público, y Segueix-me el fil (2010) y Familia en (2013), ambos en catalán y con los que se reinventó musicalmente gozando de una gran popularidad en Cataluña. Beth también ha actuado en más de una decena de obras de teatro, ha presentado programas de televisión y tiene su propia línea de moda infantil, Little Lia.
La artista ha protagonizado varias polémicas por sus opiniones políticas. «Estoy a favor del derecho a decidir y tengo muy clara mi identidad. Aunque no cantara en catalán, catalanista sí lo he sido desde siempre; independentista ya no lo tengo tan claro», declaró en una entrevista concedida al diario Ara. En lo personal, mantiene una relación desde hace años con Joan Boix, y tienen dos hijos, Lia y Kai, este último concebido a través de una fecundación in vitro debido a la endometriosis que padece desde su adolescencia.
El top 10 se cerró con la islandesa residente en Barcelona Birgitta y la bonita Open your heart y la rumana Nicola y la irritante Don't break my heart. Por debajo de la barrera se quedaron el triunfito irlandés Mickey Harte y su deja vú We've got the world y la alemana Lou y la neerlandesa Ester Hart y sus disfrutables clichés Let's get happy y One more night. En el lado derecho del marcador destaca el debut de Ucrania con la rimbombante Hasta la vista de Olexandr, #14; Croacia con el «placer culpable» Vise nisam tvoja de la «Britney Spears» balcánica Claudia Beni, #15; o Grecia con la barroca Never let you go de la más barroca si cabe Mando, #17.
La vecina Portugal recibió uno de sus varapalos más injustos, un incomprensible #22, con la preciosa balada Deixa-me sonhar y la grandiosa interpretación de Rita Guerra. La actuación, además, esconde la triste historia de que estaba dedicada a su madre por su reciente fallecimiento, pero esa misma noche murió uno de sus hermanos en un accidente de coche, algo que no se le comunicó hasta su regreso al día siguiente a su país.
Letonia también se hundió con Hello from Mars de F.L.Y., antepenúltimos con 5 puntos regalados por Estonia, el peor resultado histórico para una anfitriona hasta que lo empeoraron los austríacos The Makemakes en 2015 y la portuguesa Claudia Pascoal en 2018.
El titular de honor de los batacazos, sin embargo, está reservado para el Reino Unido con el glorioso 0 a Cry baby de Jemini, el punto de inflexión en el descenso a los infiernos del imperio británico en el festival. Tal fue la conmoción y escarnio que su discográfica les rescindió el contrato y canceló la publicación de su álbum debut. El dúo justificó el desastre alegando que los cascos de Gemma fallaron al inicio de la actuación, pero lo cierto es que se mantuvo desafinada, desubicada y nerviosísima durante los tres minutos de rigor, algo que contrastaba con la hiperactividad de Chris. El inagotable locutor de la BBC, Terry Wogan, también justificó la debacle como consecuencia a la Invasión de Irak.
2003 fue el año del «No a la guerra» de Irak a la que nos llevó el Trío de Las Azores, George Bush, Tony Blair y José María Aznar. Allí fallecería a manos del ejército estadounidense el cámara José Couso de Telecinco. En otro sentido, la Audiencia Nacional condenó a TVE por violar los derechos fundamentales de huelga y libertad sindical y, para el recuerdo, la lectura de aquella sentencia por el director de los Telediarios, Alfredo Urdaci, refiriéndose a Comisiones Obreras como «ce ce o o». A su lado, la entonce periodistas en activo y actual reina Letizia Ortiz.
El periódico The Boston Globe recibió el Pullitzer por su cobertura de los escándalos sexuales de la Iglesia católica en Estados Unidos. El Papa Juan Pablo II visitó Madrid y, semanas después, beatificó a la controvertida monja albanesa Teresa de Calcuta. Fernando Alonso se convirtió en el primer español en ganar un Gran Premio de Fórmula Uno, Juan Carlos Ferrero se llevó el Roland Garros y el Barcelona se hacía con su primera Copa de Europa de Baloncesto. El mundo de la música perdía casi a la vez a dos de sus mayores estrellas, Celia Cruz y Compay Segundo, y el de la ciencia a Dolly, la oveja más famosa y el primer mamífero clonado.
Televisivamente se estrenó una serie mítica, Aquí no hay quien viva, hito de la comedia y el costumbrismo español y rellano de encuentro de algunos de nuestros mejores actores. Otro serial de éxito fueron Los Serrano, exportados a prácticamente toda Europa, aunque todo fuera un sueño de Resines. En la época dorada de la telerrealidad, Telecinco estrneó el Hotel Glam, un «gran hermano» friki, y Vivo Cantando, una «operación triunfo» senior que ganó la eurovisiva Karina y en la que participaron otros compañeros como Micky y Braulio, ambos presentados por Jesús Vázquez. Antena 3, por su parte, se lanzó con La Isla de Los FamoS.O.S conducida por Alonso Caparrós y Paula Vázquez y sus bikinis. El mundo del corazón también vio nacer dos formatos míticos, Aquí Hay Tomate y ¿Dónde Estás Corazón?. Además se estrenaron otros dos programas icónicos, el humorístico Homo Zapping, y el infantil Los Lunnis.
El Óscar fue para El Retorno del Rey de El Señor de Los Anillos y el Goya para Los Lunes al Sol, pero si hubo un premio emocionante fue el segundo Óscar para Almodóvar al Mejor Guión Adaptado para la brillante Hable con Ella. Las salas de cine se llenaron para ver el inicio o desenlace de las sagas Kill Bill, Matrix (Reloaded y Revolutions), Piratas del Caribe (La Maldición de la Perla Negra) y Saw o el crossover de las de «Freddy» y «Jason». Allí además buscamos a Nemo y Dory, nos reímos con La gran aventura de Mortadelo y Filemón, lloramos en la Planta Cuarta, nos enamoramos de Love Actually, nos excitamos con los Soñadores y nos asustamos con el terror asiático que Ju On, La Maldición o La Señal pusieron de moda. El rapero Eminem también dio el salto a la gran pantalla en la aclamada 8 Millas.
Musicalmente seguíamos inmersos en la triunfomanía con los segundos trabajos de Rosa con La esencia de tu voz, David Bustamante con Devuélveme el alma, Chenoa con En tu cruz me clavaste, Verónica con No hay otro amor, Nuria Fergó con De vuelta, Gisela con Más allá o Natalia con Besa mi piel, y los primeros de Beth con Parando el tiempo, Ainhoa con Acéptame así, Manuel Carrasco con Que corra el aire, Vega con Grita, Nika con Ser yo o Lunae con Hipnotizadas. El eurovisivo David Civera también se unió a David Bisbal en Rosa y espinas.
Otros dos programas, Un Paso Adelante y Popstars: Todo Por Un Sueño, nos dejaron más temazos como Sámbame de UPA Dance, Chicas al poder de Bellepop o Quiero besarte de Roser. Alejandro Sanz estrenó No es lo mismo, La Oreja de Van Gogh Puedes contar conmigo, El Canto del Loco La madre de José, Jarabe de Palo Bonito y David Demaría Cada vez que estoy sin ti, a la vez que del norte nos llegaba Mago de Oz con La costa del silencio y desde el sur Las niñas con Ojú y Junior con Down. 2003 fue el año en el que empezamos a sufrir la invasión del reggaeton con la Obsesión de Aventura o el Papi chulo de Lorna, aunque la música latina tradicional seguía predominando con el Color esperanza de Diego Torres y la Fotografía de Juanes con Nelly Furtado.
La Reina del Pop, Madonna, publicó la polémica American life y colaboró con La Princesa Britney Spears en Me against the music. Beyoncé y Justin Timberleake debutaron en solitario con Crazy in love y Cry me a river. Kylie Minogue cantaba Slow y la hermanísima Dannii hacía lo propio en I begin to wonder. También había espacio para el rock de Evanescence con Bring me to life y el r&b de The Black Eyed Peas con Where is the love. Las británicas Atomic Kitten nos decían adiós con If you come to me y las ya divorciadas Spice Girls continuaban sus carreras en solitario destacando, Maybe, a Emma. La francesa Alizee, en cambio, seguía a las órdenes de Mylène Farmer con temazos como J'en ai marre!.
Por si fuera poco, el 15 de noviembre nacía Eurovisión Junior, el festival infantil de la UER en el que España participó en sus cuatro primera ediciones y al que regresará este 2019. Sergio con Desde el cielo, dedicada a su madre, fue el primer representante de TVE e inauguró nuestro exitoso palmarés con una sobresaliente segunda posición. Elegido en Eurojunior, toda una cantera de estrellas musicales, pasó a formar parte con algunos de sus compañeros del grupo 3+2, con los que tuvo una enorme popularidad, aunque hoy en día se encuentra alejado de los focos trabajando de higienista bucodental. La historia continúa el próximo mes de noviembre.
Conversación
Y dicen que el Festival no va acorde con la actualidad musical fuera del mismo??? Estilos y sonidos parecidos dentro y fuera en un 2003 que significó mucho para la música con todo lo que reflejais en el articulo y también muy buen año para España en todos los campos menos en el que nos llevó el Gobierno a la Guerra con todo un país en contra
De ese ya lejano año, sólo destaco a Austria, para mí, la ganadora, me encanta Alf Poier y lo he seguido desde entonces, y Alemania, un magnífico tema con una bo espectacular. Me alegré de la victoria de Turquía, aunque no me gustaba su canción, y respecto a Beth, una canción del estilo de la época, muy de principios de siglo, lo que se llevaba entonces, creo que obtuvo una justa posición, ni más ni menos.
Este es uno de los festivales que recuerdo con más cariño. Muchas gracias por retrotraerme a mí juventud.
hubo esa noche sobre el escenario (en la actuación española)mas gallos que el spot del ladron de manzanas
Una pena el mal directo de Beth y el coro, creo que eso impidió quedar mejor, pero hay que reconocer que "Dime" es uno de los mejores temas que hemos enviado nunca, y ahi está, a pesar de todo, ese octavo puesto, tan difícil de alcanzar para España. Y un recuerdo para Rita Guerra, que cantó como nunca a pesar de la muerte de su hermano esa noche. Eso es ser una artista de la cabeza a los pies.
Muchos comparten la opinión de que no conseguimos un puesto más alto por los desajustes vocales... Pero parece que a las rusas, que no cantaron como ángeles precisamente, una actuación muy mala vocalmente no las pasó tanta factura. Una muestra más de la disparidad de criterios que cada año ocurren en el Festival
Adoro estos tiempos de OT, el cambio de Eurovisión a una nueva era, DIME sera para mi la mejor canción española en el festival
2003 es un buen año en general, aunque también hubo temas horribles: Rusia, Bélgica, Austria, Polonia, Noruega,Malta, Israel o Chipre. Dime fue un tema competitivo en su momento que fue destrozado en directo y Beth resultaba antipática.
Y desde entonces nunca más hemos llevado un tema competitivo a Eurovisión. Esa es la dura realidad de los pésimos resultados.
Como canción dime era la mejor pero perdio mucho en todo en conjunto esa noche.Con lo bien que cantaba en ot con esa voz tan rasgosa y bonita.Luego ella decidió apartarse para ser mas anónima hacer sólo pequeñas cosas y dedicarse a su familia.Si no hubiera sido una gran estrella de la música en españa y fuera.
La cancion era fantástica, la actuacion, todo menos el vestuario, un despropósito .muy interesante el articulo.