Euroflashback 1969: Cuando España vivió cantando gracias a Eurovisión
Diseño: Manuel Rivero)
29 de marzo de 1969. 22:00 CET. Eurovisión celebraba su primera y, hasta la fecha, única edición de Eurovisión en España de la que se cumplen 50 años. Presentada por Laurita Valenzuela desde el Teatro Real de Madrid, retransmitida por José Luis Uribarri en TVE y Miguel de los Santos para RNE, también fue la segunda y última vez que la pública ganó el festival gracias a Vivo cantando de Salomé. No fue la única vencedora de la noche pues esta 14ª edición es especialmente recordada por el cuádruple empate en primera posición junto a Francia, Países Bajos y Reino Unido.
Eurovisión 1969 tuvo uno de los contextos sociopolíticos más especiales de la historia. La dictadura franquista trató de lavar su imagen internacional con gestos como una amnistía de presos políticos, tal y como habían pedido algunas delegaciones, o la derogación del Estado de Excepción, impuesto por la agitación estudiantil en las calles, haciendo creer que imperaba la libertad, el orden y la paz. Un total de 16 países visitaron la capital española, con la única ausencia de Austria a modo de boicot político, a los que la organización no dudó en agasajar en los días previos con viajes a lugares como Málaga, Mallorca o Toledo, y diversas actividades culturales como obras de teatro, estrenos de cine y espectáculos de flamenco, amén de las consiguientes cenas y fiestas, como la realizada por el Real Madrid en el Santiago Bernabéu o el cóctel en el Palacio de la Prensa de Madrid.
España invirtió nada más y nada menos que 100 millones de las antiguas pesetas con el fin de crear un espectáculo sin parangón para una audiencia de 500 millones de espectadores que no solo incluía a los estados de la red Eurovisión, sino también a la Intervisión del este, y otros vía satélite como Brasil y Chile. TVE empleó la mejor tecnología del mundo audiovisual, de hecho, fue su primera retransmisión en color, a pesar de que paradójicamente los españoles tuvieron que verlo en blanco y negro porque los nuevos receptores todavía no se comercializaban en nuestro país. También se introdujeron otras innovaciones como la entrada de dos cámaras con grúa, para lo que hubo que retirar las tres primeras filas de butacas de platea y apretujar a los músicos de la orquesta en un recinto para 500 espectadores e inundado gerifaltes del régimen, un escasísimo aforo que fue muy criticado por los 700 periodistas acreditados en la sala contigua al teatro.
Previamente, no podían faltar las polémicas. Salvador Dalí, uno de los máximos representantes del surrealismo, fue designado por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, para diseñar toda la cartelería, lo que le granjeó las críticas de intelectuales europeos por el hecho de que un artista relacionado con el anarquismo y el comunismo trabajara para un régimen fascista. Suya fue también la escultura central del escenario que simulaba la estrella de Eurovisión. La censura no solo alcanzó a la presentadora, obligada a llevar un forro bajo su vestido de encajes, sino también a algunos de los artistas como el sueco Tommy Körberg, a quien se le cortó el pelo, o la portuguesa Simone de Oliveira, cuya canción se presentó como Deshojada en vez de Desfolhada. También hubo que reforzar la seguridad ya que se produjo hasta una amenaza de bomba.
La promoción musical en la televisión y las radios españolas fue atronadora, de hecho, todos los discos en competición estaban publicitados en El Corte Inglés y Galerías Preciados. Entre los 16 representantes europeos participaron hasta cinco repetidores, la noruega Kirsti Sparboe (1967 y 1965), el belga Louis Neefs (1967), la ya mencionada Simone de Oliveira (1965), el francés Romuald por Luxemburgo (1964) y la sueca Siw Malmkvist por Alemania (1960). También compitió por primera vez un niño, Jean Jacques, de tan solo 12 años por Mónaco, y una artista nacida en Irlanda del Norte, Muriel Day.
La gala comenzó con la interpretación de la orquesta de un estribillo del La, la, la de Massiel tras la que irrumpió sobre un escenario decordado con 15.000 claveles Laura Valenzuela vestida por la diseñadora catalana Carmen Mir. No solo presentó el festival en español, francés e inglés, sino que se atrevió a dar las buenas noches a todos los países en sus respectivos idiomas. Todos los amantes de Eurovisión conocen el desenlace que en directo otorgó a las cuatro intérpretes los cuatro trofeos que había preparados para el artista, compositor, letrista y director de orquesta. Curiosamente, el cuádruple empate se habría resuelto en favor de Países Bajos, con la antigua norma de beneficiar a quien haya recibido la puntuación más alta de un jurado, o Francia, siguiendo la actual regla de priorizar al que haya sido votado por más países.
Salomé, arrebatadora, actuó arropada a los coros por Los Valldemosa, Rafel, Tomeu y Bernat Estaràs. Vivo cantando fue compuesta por María José de Cerato y Aniano Alcalde y dirigida por Augusto Algueró. La intérprete actuó magistralmente con un histórico traje de Pertegaz de 14 kilos. El tema recibió 18 puntos de nueve países destacando los 3 votos procedentes de los jurados alemanes, belgas y monegascos. Previamente se había grabado la canción en catalán, euskera, francés, inglés e italiano. La cantante israelí Rika Zarai también editó un cover en Francia que fue número 1 en el país durante tres semanas del verano de 1969.
Nacida el 21 de junio de 1943 en Barcelona bajo el nombre de María Rosa Marco Poquet, su madre era modista y su padre obrero metalúrgico y boxeador aficionado que llegó a ser campeón europeo amateur. Estudió medicina y dibujo, idiomas y secretariado y practicó ballet clásico, baloncesto y natación. Precedida por numerosos premios musicales nacionales e internacionales, TVE la eligió internamente para Eurovisión 1969, pero Vivo cantando fue seleccionada en una final nacional para tal fin, el Festival de la Canción Española, organizado el 20, 21 y 22 de febrero en Palma de Mallorca y presentado por Joaquín Prat y Marisa Medina. 10 propuestas desfilaron sobre el escenario, cada una interpretada por un artista distinto, resultando triunfadora la defendida por la gallega Ana Kiro.
La victoria de Salomé siempre ha estado acompañada por una presunta rivalidad con Massiel, las dos únicas vencedoras patrias, en ocasiones muy poco disimulada por la Tanqueta de Leganitos quien se refiere a su sucesora como “María Rosa” o habla de que España ha ganado Eurovisión una vez y cuarto. Su discografía posterior se centró en la canción popular, los boleros y las sardanas, tanto en español como en catalán, y también debutó en la década de los años 90 como presentadora de televisión en Canal 9.
La británica Lulu es una de las cantantes más queridas del Reino Unido. También actriz y presentadora, había conseguido un buen puñado de éxitos antes de participar en el certamen, como Shout o To sir with love, y a posteriori tendrá otros tantos entre los que destacan la BSO de The man with the golden gun de James Bond o Relight my fire con Take That. Su pizpireta interpretación de Boom bang a bang, finalizada con un estruendoso ¡olé!, no solo le valió el número 1 en el Eurofestival, sino también el de las listas de ventas de Irlanda y Noruega, el #2 en su país natal o el #5 en España en uno de los grandes éxitos musicales de esta edición. El premio lo disfrutó recién casada en una luna de miel en las Islas Bahamas con Maurice Gibb de Bee Gees de quien se separó en 1973.
La neerlandesa Lenny Kuhr interpretó acompañada de su guitarra De Trobadour de la que ella misma es autora. Su estilo folk y su imagen hippy conquistaron a los jurados europeos, especialmente a los franceses, quienes le concedieron seis puntos de un máximo de 10. Precisamente en Países Bajos y en Francia es donde ha desarrollado principalmente una carrera artística que llega hasta nuestros días. Su discografia, a pesar de algún escarceo pop, no ha perdido su sello de identidad folkie.
La gala Frida Boccara, finalmente, interpretó con un inconfundible sello francés Un jour, un enfant, una canción romántica compuesta por Emile Stern. Nacida en Marruecos y de origen judío, antes de Eurovisión había participado en otros prestigiosos festivales como el Maratón de la canción francesa, Sanremo o Sopot, y después siguió compitiendo en otros como los de Río de Janeiro y Tokio. Su discografía está plagada de certificaciones de Platino y Oro y recorrió el mundo con giras en las que cantó en una decena de idiomas. En el año 1980 recibió la Orden de las Artes y las Letras de Francia y, además, fue embajadora para UNICEF y una activista de los derechos de los judíos. También intentó volver a Eurovisión participando en las finales nacionales de 1980, quinta, y 1981, cuarta. Desgraciadamente, murió en 1996 de enfisema pulmonar a los 56 años.
Suiza fue quinta con la bella Paola del Medico y Bonjour, bonjour, interpretada en alemán, aunque su título fuese en francés. 11 años después regresaría al festival con Cinema mejorando su marca personal hasta la cuarta posición. La favoritísima Mónaco se tuvo que conformar con el sexto puesto, si bien Maman, maman del jovencísimo Jean Jacques fue un exitazo de ventas y copó horas y horas de radio, hasta tal punto que su versión en español también hizo furor en toda Latinoamérica.
Irlanda fue séptima con The wages of love de la desatada Muriel Day y Bélgica octava con el crooner Louis Neefs con Jennifer Jennings, habitualmente recordada en los recaps humorísticos por una involuntaria, e irrepetible, mueca en pleno subidón de la actuación. Alemania con la circense y pegadiza Primaballerina de Siw Malmkvist y Suecia con el rebelde Tommy Korberg y su Judy, min van cerraron el top 10. El vagón de cola lo abrió Luxemburgo con la sobria Catherine de Romuald, seguido por Finlandia con Jarkko y Laura a ritmo del charleston y con una divertira coreografía en Kuin silloin ennen, y Yugoslavia con Ivan & 3M deseando a todos continuamente “Dobar dan”, o lo que es lo mismo, Buenos días.
La antepenúltima y penúltima plaza son consideradas una de las mayores injusticias no solo de esta edición sino de la historia de Eurovisión. Italia con la ganadora de Sanremo, Iva Zanicchi, y la bellísima Due grosse lacrime bianche no pasó de los cinco puntos. Muchos piensan que con Zíngara, la famosísima vencedora del Festival de la Canción Italiana, hubiese tenido mucha más suerte.
Peor le fue a la grandiosa Simone de Oliveira con la emocionante Desfolhada con tan solo cuatro votos. Un fado de letra feminista y poética que desconcertó a los regímenes salazarista y franquista y tampoco fue entendido por los encorsetados jurados de la época. El farolillo rojo fue para Oj, oj, oj, sa glad, jeg skal bli persistente Kirsti Sparboe que empeoró su ya de por sí pobre palmarés, 13 en 1965 y 14 en 1967.
Después de las votaciones y la intervención de Mr.Brown, Massiel y su discutido vestido de chinchilla y pedrería valorado en un millón y medio de pesetas entregó los premios. La sintonía del cierre fue compuesta y dirigida por Augusto Algueró inspirándose en algunas de las canciones ganadoras de Eurovisión. Posteriormente, se propuso Barcelona como sede de 1970, pero una vez se hicieron las cuentas se olvidaron de la idea.
El 21 de julio de 1969 a las 03:56 CET vivimos otro acontecimiento, la llegada del hombre a la Luna con Neil Amstrong y su famosa frase: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Su retransmisión televisiva marcó un antes y un después, narrada en España por Jesús Hermida. Familias enteras se reunieron en torno a los televisores y, los afortunados que lo vivieron en directo, recordarán sin duda dónde y con quién vieron la escena.
El 28 de junio, un grupo de personas homosexuales y transexuales se resistieron a ser detenidos en una de las habituales redadas de la policía en el neoyoquino bar gay Stonewall Inn, lo que derivó en una serie de disturbios durante días en pro de los derechos civiles y en lo que hoy en día se conoce como Orgullo. También en Estados Unidos marcharon 250.000 personas en protesta por la guerra de Vietnam. Allí, Richard Nixon se convirtió en Presidente, cargo al que Charles de Gaulle renunciaba en Francia.
También irrumpieron las sectas a nivel mediático, especialmente por la impactante noticia del culto liderado por Charles Manson que asesinó a cinco personas. Coca-Cola introdujo uno de los rasgos más característicos de su identidad visual, la llamada “curva dinámica”, una línea contorneada de color blanco cuyo nombre oficial es Dynamic Ribbon. El campeón mundial de boxeo en pesos pesados, Rocky Marciano, moría en accidente de aviación, y el Milán dominaba el mundo del balón y Jackie Stewart el de la Fórmula 1.
Mientras tanto, en España, Franco atisbaba que sus años estaban contados, pero sin dar su brazo a torcer, el 22 de julio designaba a Juan Carlos de Borbón como su sucesor en la jefatura del Estado, instaurando con premeditación la institución monárquica. Barcelona era en estos años el escenario de la cultura y intelectualidad. Años antes de que surgiese la movida madrileña, la ciudad condal atrajo el movimiento de la Gauche Divine, cuya imagen fue la modelo Teresa Gimpera.
El Oscar a la Mejor Película fue para Cowboy de Medianoche, y los cines de barrio se llenaron para ver Dos hombres y un destino, Hello, Dolly! o The Italian Job, mientras que aquí se producían españoladas míticas como Abuelo made in Spain de Paco Martínez Soria, Carola de día, Carola de noche de Marisol o La vida sigue igual de Julio Iglesias.
En la pequeña pantalla se estrenaban series internacionales como El conde de Montecristo, La hormiga atómica o Tarzán, así como programas musicales en plena efervescencia ye-ye como Especial Pop, dirigido por Valerio Lazarov, o Ritmo 70. También triunfaba en la Cadena SER la radionovela humorística La saga de los porretas. Al otro lado del charco nacían Epi y Blas en la primera emisión de Barrio Sésamo.
Los Beatles realizaron su última actuación en público en el tejado de su discográfica, Apple Records. Un improvisado concierto que fue interrumpido por la policía antes de sacar su álbum Abbey Road. Ese año en el que se casaron John Lennon y Yoko Ono, medio millón de personas se reunieron cerca de la población de Woodstock, Nueva York, para llevar a cabo cuatro días de sexo, drogas y rock-and-roll. Entre los participantes del evento destacaron Janis Joplin, Jimi Hendrix y The Who.
El concepto de “La canción del verano” se afianzaba en España con éxitos como María Isabel de Los Payos, mientras que otros superventas del año fueron Cuéntame de Fórmula V o El baúl de los recuerdos de Karina. La cosecha nacional de 1969 también nos dejó temazos como Cuando un amigo se va de Alberto Cortes, Penélope de Joan Manuel Serrat, Mami Panchita de Juan Erasmo Mochi, Ob-la-di ob-la-da de Los Mustang, Tu nombre me sabe a yerba de Marisol, mientras que de la internacional importamos himnos como In the ghetto de Elvis Presley, Sugar sugar de The Archies, I want you back de The Jackson 5, Honky tonk women de The Rolling Stones o Venus de The shocking blue.
Salomé celebra hoy sus bodas de oro por partida doble, un éxito que catapultó su carrera musical y, siete meses después, su matrimonio con el empresario Sebastián García Vernetta por quien cambió Barcelona por Valencia donde sigue instalada entre un feliz anonimato y los recuerdos de su vida como artista tras recuperarse de una reciente operación de rodilla. “Aquella noche me lo pasé bomba”, evoca en sus entrevistas y afirma que “siempre he procurado que mi vida fuese un festival”. Como lo es para todos nosotros Eurovisión que nos hace vivir cantando.
Conversación
Un gran año con grandísimas canciones. Solamente Italia me pareció que sesnetlnaba entre tanto buen nivel. Irlanda era mi favorita, y respecto a las ganadoras, tirando a la dados, por mi parte habría salido Países Bajos vencedora con permiso de Salomé, cuya canción es un clásico y un tema por el que no ha pasado el tiempo. De hecho, el Vivo Cantando una vez mínimo por semana lo escucho, últimamente la versión en euskera, que me encanta.
Pues como dice el artículo tenía que haber ganado Francia u Holanda. Las canciones inglesa y española eran ramplonas y tirando a malas, por mucho que ahora nos hagan gracia por motivos ajenos a su calidad.
IMPRESIONANTE!!! Cómo os lo currais.... Todos los videos super interesantes... 12. Puntos para todo el equipo EQUIPAZO!! :))
Es que la dictadura franqiista era franquists, también se la puede llamar criminal,despiadada,monstruosa,etc, pero ya con franquista esta dicho todo.Solo faltaba.
Aunque las 4 canciones ganadoras me gustan, mi top2 de ese año son Portugal y Mónaco. Fue un gran año de canciones y es normal que empataran.
Definitivamente Massiel y Salomé son las Nicki Minaj y Cardi B de Eurovisión, esas mujeres nunca dejan de lanzarse punta de vez en cuando, pero me da igual ya que me encanta las dos canciones de ellas, y me llama la atención las controversias que hubieron, eso significa que los eurodramas existen desde los inicios del festival XD. Bueno solo le pido a Dios que ya sea la hora que España gane de una vez por favooooorrr
El 69 para mi uno de los mejores años de Eurovision ¡Si han pasado 50 años y seguimos maravillados con sus músicas y letras! Justo mis favoritos ningúno de los ganadores: Suiza, Monaco y Alemania.
Excelente artículo, con toda la información, no sólo de ese gran Festival, sino también de ese año 1969. Muchas datos no los conocía y disfruté leyéndolos. Fue un gran Festival, en una España de Franco, tan criticada por muchos pero valorada por otros... un gran Festival del que podemos sentirnos orgullosos, en una España con menos medios y nuestro único Festival en nuestro país. Gattosaludos y enhorabuena otra vez por el artículo.