3 puntos para Noruega 2008 con Hold on be strong de Maria

Maria, la prima vikinga de Jennifer Aniston, llegó a Belgrado sin destacar entre los apostantes y los eurofans con su medio tiempo con toques pop y soul Hold on be strong. Noruega conseguía así no solo la clasificación para la gran final, después de un año en el infierno, sino también un merecido top 5. Además del excelente directo, imagen e interpretación de la conocida por los eurofans como 'La Jaukás', en su éxito fue fundamental el últimamente muy utilizado adjetivo de 'acorde' en su escenografía, donde menos fue más, y el buen gusto en la iluminación, la realización y el vestuario, así como una coreografía prácticamente reducida a un gesto, fueron la clave. 

4 puntos para Albania 2012 con Suus de Rona Nishliu

Albania era el patito feo de Eurovisión 2012. Desterrada de las listas de favoritos de las casas de apuestas y encuestas, su prodigiosa voz, lo desgarrado, dramático y emocionante de su interpretación que conseguía transmitir sin necesidad de entender ni una palabra, y la perfección de su escenografía entre lúgubre y mística, le valieron la medalla de bronce entre los jurados que la elevaron al top 5 de la clasificación final. Y el patito feo se transformó en cisne.

5 puntos para Rumanía 2009 Playing with fire de Paula Seling & Ovi

El dúo formado por Ovi y Paula Seling se encontraba en tierra de nadie para los apostantes y los eurofans que no predijeron el potencial de esta candidatura que consiguió trepar al podium. Si en Londres 1977 la recientemente desaparecida Lynsey de Paul y Mike Moran se retaban de espaldas cada uno en su piano negro, en Oslo 2010 la versión rumana de nuestros Pepa y Avelino lo hacían frente a frente desde el mismo instrumento lanzándose bolas de fuego, cosas de la modernidad. Aunque parezca increíble, todavía no lo habíamos visto todo, Pepa Seling y Ave volverían cinco años después, ella convertida en holograma, y él metido en un organillo de Casio con forma del rosco de Pasapalabra, literal.

6 puntos para Turquía 2010 con We could be the same de maNga

Armenia, Azerbaiyán, Grecia, Rumanía, Rusia, Turquía y Ucrania en la época contemporánea del festival viven su particular festín eurovisivo consiguiendo siempre, salvo escasas excepciones, no solo la clasificación para la gran final sino también excelentes resultados o la victoria. Con este preámbulo sorprende que los expertos no vieran el peligro en la candidatura turca para Oslo 2010, a sabiendas de la enorme popularidad y la gran calidad de maNga, su propuesta que fusionaba a la perfección el estilo rock tan poco explotado en el certamen con los sonidos tradicionales, y una puesta en escena que se preveía espectacular y se cumplió con creces. Turquía dió así su último susto antes de caer en las semifinales de Düsseldorf 2011 y cumplir con sus vecinos en Bakú 2012 antes de que la paranoia y la pataleta presidencial provocara su retirada, por el momento permanente, del concurso.

7 puntos para Islandia 2009 con Is it true de Yohanna

Moscú 2009 fue una de las mejores cosechas de la historia reciente del certamen con muchos favoritos entre grandes estrellas de la canción, nuevos talentos emergentes y algunas caras conocidas. Yohanna, acompañada en los coros por eurovisivos de la talla de la sucesora Hera Bjork y el precursor Fridrik Omar, vestida de Princesa Disney Islandesa, y con uno de los mejores multimedia del majestuoso escenario moscovita, tomo la delantera a todos sus competidores con una actuación sencillamente perfecta a todos los niveles, con una voz y un directo sobresalientes, una imagen y una interpretación que enamoraron a las cámaras, y una de las canciones que ya es un clásico contemporáneo del concurso, aunque la sorpresa no le sirvió para alcanzar a Alexander Rybak, si le valió para conseguir una preciada medalla de plata y el mejor resultado de Islandia en Eurovisión. La aventura rusa de Yohanna también le ayudó a presentar con éxito su primer y hasta la fecha único y recomedable disco, Butterflies and Elvis, por toda Escandinavia.

8 puntos para Italia 2011 con Madness of love de Raphael Gualazzi

Italia volvía, 14 años después y con todos los honores, fanfarrias y alfombras rojas (Palace), a La Eurovisión, y lo hacía con el ganador nóvel de Sanremo 2011, Raphael Gualazzi con Follia d'amore que en una decisión tomada por alguien a quien insultaríamos se transformó en Madness of love para Düsseldorf. A pesar del sacrilegio inglés, el joven cantautor y músico interpretó con maestría su obra de inusual estilo jazz, la cual deslumbró a los jurados. Frente a los batacazos británico, estonio o francés, los italianos subieron del puesto 40 de las casas de apuestas, a un imprevisto podium. 

10 puntos para Países Bajos 2014 con Calm after the storm de The Common Linnets

Cuando la AVROTROS presentó Calm after the storm de Ilse Delange y Waylon, unidos fugazmente en el proyecto de ella, The Common Linnets, antes de la espantada de él, la recepción fue helada, no solo en las apuestas y encuestas sino también en un sector de la prensa holandesa que criticó duramente la elección interna. No fue hasta el primer ensayo y, especialmente, hasta la semifinal, cuando protagonizó una de las más espectaculares carreras de fondo como buen caballo negro hasta alcanzar la medalla de plata y un buen puñado de 12's. La dulzura, el intimismo, la sencillez y todo el carácter y personalidad de la canción se plasmó en una actuación de 10, con una interpretación soberbia que derrochaba pasión, sensualidad e incluso sexualidad sin ningún elemento aparente que incitara a ello, una realización tan simple como perfecta con una larguísima y brillante secuencia continua, y una escenografía con uno de los multimedia más acordes, efectistas y originales que se han visto en el concurso.

12 puntos para Austria 2014 con Rise like a phoenix de Conchita Wurst

Conchita Wurst, la reina de Austria, es el mejor ejemplo de la sorpresa en Eurovisión. Segunda clasificada por una ridícula décima en la edición 2012 de la final nacional austríaca, su designación a dedo fue recibida con cautela con numerosas dudas a la forma en la que los jurados y el televoto iban a recibir a un artista con una imagen y mensaje tan marcado y a la vez polémico y, especialmente, el tema que iba a presentar con una carrera discográfica escasa enfocada al europop. Nadie esperaba Rise like a phoenix, una balada con reminiscencias soul y vintage y un deja vu a James Bond que, de nuevo, tampoco convenció a todos pesando más, nuevamente, su aspecto. Sin embargo, esa misma imagen y su actitud reivindicativa, ya empezaba a protagonizar titulares, y alguna polémica de los enfurecidos meapilas, a lo largo y ancho de Europa. No obstante, no fue hasta las pruebas cuando protagonizó un ascenso que la llevó a coronar las casas de apuestas en las semifinales y al posterior triunfo por primera vez en 48 años para la maltratada Austria, cual ave fénix. La victoria de Conchita Wurst va a ser siempre polémica entre quienes defienden y critican a la cantante, la canción o su personaje pero lo que es innegable es que, a los ojos y a los oídos de la mayoría de la audiencia y los expertos, Tom Newirth creó un personaje revolucionario en la cultura pop, con un mensaje musical y humano desgraciadamente tan importante y necesario hoy en día en muchos rincones de nuestra Europa, y realizó una actuación excelente de la que poco más de lo que poco más hay que añadir a lo que se puede ver y escuchar.

Bonus track para Azerbaiyán 2011 con Running scared de Ell/Nikki

Azerbaiyán ha dado varios campanazos eurovisivos pero ninguno sono tan fuerte como su inesperada victoria en Eurovisión 2011. A pesar de estar en el top 10 de las apuestas y encuestas desde el momento de su presentación, y ascender a la primera posición de los apostantes durante la gran final, pocos se esperaban que la tierra del fuego consiguiera la victoria en un año con tantos favoritos que cayeron uno detrás de otro como un astillo de naipes. Sobre el triunfo azerí que llevo el festival más al este que nunca se ha escrito y teorizado mucho, desde la ausencia armenia y turca en la gran final que focalizó en ellos la diáspora turca y soviética, hasta los conocidos trucos de Ictimai con sus petrodólares para arañar votos de aquí y allá. Ell y Nikki, una de las parejas artísticas con menos química de la historia musical al nivel de Enrique y Ana, hicieron una actuación simplemente decente aunque engrandecida por toda la parafernalia habitual en las propuestas suecoazeríes. Running scared ganó Eurovisión 2011 lo que le sirvió para pasar al anecdotario eurofan como una sorpresa pero no como un éxito ante una de las vencedoras con menos brillo y repercusión de este nuestro festival.