La final de Eurovisión 2022 se saldó el pasado 14 de mayo con el aplastante triunfo de Ucrania, que arrasó especialmente en el televoto. A su vuelta a Ucrania, los integrantes de Kalush Orchestra dieron una rueda de prensa en la que la cadena ucraniana Suspilne manifestó su deseo de albergar la edición de 2023. Incluso el presidente, Volodímir Zelenski, declaró su voluntad de que el festival se celebrara en una Mariupol liberada y reconstruida. Por su parte, la UER ya le ha hecho llegar a la cadena y la delegación ucranianas la carpeta con toda la información que se le proporciona al país organizador.

Todo esto, no obstante, choca con la realidad que se está viviendo en suelo ucraniano. El país está sumido en la guerra, con grandes zonas ocupadas por las fuerzas rusas y millones de ciudadanos desplazados a otras zonas y otros países. Mariupol ha sufrido especialmente la fuerza de los ataques militares rusos y cuesta imaginar un escenario en el que la ciudad pueda ser liberada a corto plazo y ofrecer las condiciones de seguridad impuestas por la UER para la celebración del festival. Otros de los requisitos que pone el organismo incluyen contar con un aeropuerto internacional a menos de una hora y media y disponer de suficientes plazas hoteleras, así como un recinto con capacidad mínima para 10.000 personas.

Ante esta disyuntiva, son varios los países que se han ofrecido para ser el país anfitrión en 2023, incluyendo el Reino Unido, segunda en la clasificación final, la vecina Polonia o las sedes de los dos últimos años (Róterdam y Turín). También han manifestado su interés países como Suecia e Islandia e incluso TVE ha propuesto España.

LAS ÚLTIMAS SEDE DE EUROVISIÓN

Stefano Coletta, director de la RAI, ha sido de los primeros en anunciar que su país estaría dispuesto a organizar Eurovisión. Sería de nuevo en Turín, sede de la edición de 2022. El alcalde de la ciudad piamontesa, Stefano Lo Russo, ha añadido que, aunque desea que Ucrania esté en condiciones de albergar el festival el año que viene, pone a su disposición todo el know-how adquirido durante la organización de este último festival.

Del mismo modo, la NPO y la AVROTROS neerlandesas han afirmado que estarían dispuestas a ofrecer Róterdam como sede, después de la edición de 2021 (y la fallida edición de 2020). Marnix Kaart, director de la organización de Eurovisión 2021, ha declarado que sería un “bonito gesto” y que no sería simplemente ayuda neerlandesa, sino de toda Europa, también a nivel financiero. En cualquier caso, portavoces de ambas cadenas dejan la decisión en manos de la delegación y la cadena ucranianas y de la UER.

ESTOCOLMO, ¿EUROVISIÓN VUELVE A SUECIA?

La ciudad de Estocolmo también estaría interesada en organizar Eurovisión 2023, aunque la SVT aún no se ha manifestado al respecto. La capital nórdica ya ha sido sede de Eurovisión en 1975, 2000 y 2016, y ha habido equipos suecos en la organización de muchos de los últimos festivales. Posibles recintos serían el Friends Arena, donde se suele celebrar la final del Melodifestivalen, o el Globen Arena (actualmente Avicii Arena), que ya fue sede de Eurovisión en 2016.

De hecho, la alcaldesa de Estocolmo ya se puso en contacto con el embajador ucraniano en Suecia el 10 de mayo, cuatro días antes de la final, para ofrecerse como sede en caso de que Ucrania ganara y no pudiera hacerse cargo. Así lo publicó el medio sueco Aftonbladet. Además, cabe destacar que las ciudades de Estocolmo y Kiev están hermanadas. Sería el cuarto festival en Suecia en lo que va de siglo y el séptimo en la historia.

OTRAS OPCIONES

La RÚV islandesa ha sido otra de las cadenas que están dispuestas a acoger el festival, asegurando que dispone de todos los medios necesarios. Cabe destacar que también sería la sede en caso de victoria de Australia, que no podría serlo por motivos de horario y distancia (y porque no es miembro asociado de la UER). Skarphéðinn Guðmundsson, director de programación de la cadena islandesa, ha recalcado la confianza de la UER en las naciones pequeñas, aunque ha recordado que no hay ningún acuerdo firme. En caso de que Islandia fuera el país elegido, la sede sería seguramente el Egilshöll, un edificio multiusos con capacidad para 18.000 personas.

El director de la TVP polaca ha mostrado también su voluntad de ayudar a Ucrania con la organización del festival, si bien reconoce que aún necesita la aprobación del gobierno. Polonia se ha volcado mucho con sus vecinos ucranianos desde el comienzo de la invasión rusa, con lo que acoger Eurovisión sería una parte más de toda esa ayuda. Además, la delegación ha aprovechado para confirmar su presencia en Eurovisión 2023, donde redoblarán sus esfuerzos para igualar los buenos resultados que alcanzan en la versión Júnior del festival.

Por último, los rumores apuntan al Reino Unido como opción principal después del segundo puesto de Sam Ryder. De hecho, parte del círculo eurofán va más allá y da por hecho que Eurovisión 2023 se celebrará en Glasgow.

Y… ¿SI FUERA EN ESPAÑA?

Además de todas las opciones que hemos mencionado, hay una más en liza… España. Después del lanzamiento del renovado Festival de Benidorm y del brillante tercer puesto de Chanel en Turín, María Eizaguerre se ha apresurado a postularse. Concretamente, ha declarado que RTVE está dispuesta a ayudar a Ucrania en todo lo que necesite, incluyendo la opción de ofrecer como sede una ciudad española, aún por determinar.

A lo largo de la historia de Eurovisión, ha habido varios casos en los que el país ganador no ha podido (o no ha querido) celebrar el festival. No obstante, esto no ocurría desde 1980, cuando Israel se retiró después de haber ganado en 1979. El año siguiente, el festival acabó celebrándose en La Haya (Países Bajos) después de haber valorado todas las opciones, y sin que el puesto obtenido desempeñara un papel relevante. En las bases se estipula que el país ganador tiene el derecho de albergar la siguiente edición, por lo que la voluntad de Ucrania tendrá mucho peso. Sin embargo, puede darse el caso de que la UER no considere que la propuesta sea apta, en cuyo caso recurriría a una segunda opción. Esto podría ocurrir si, por ejemplo, no se garantiza la seguridad de los cantantes, los miembros de las delegaciones y los aficionados al eurofestival. Un precedente sería la edición de 1972, que no se pudo celebrar en Mónaco (ganador el año anterior) porque no disponía de un lugar en el que hacerlo, y también supuso un problema la organización del festival en Ucrania en 2017 tras el triunfo de Jamala en 2016, si bien la situación bélica en 2016 no es comparable a la que se está viviendo ahora.