Preparado y seguro para la construcción del “escenario más grande de Eurovisión”, según afirma la cadena danesa, DR, tras meses de trabajo y alguna desagradable sorpresa en la fase de adecuación del astillero de Refshaleøen en Copenhague. No ha sido fácil ni barato llegar a este punto, aseguran los ingenieros y organizadores. El plan de acondicionamiento realizado en los últimos meses de 2013 había sido demasiado positivo con respecto a la realidad. Ahora ya ha comenzado la primera fase de toda la infraestructura para el escenario, que se gestará a lo largo de las próximas tres semanas.

El estado y arquitectura de la edificación de B&W no estaba en las condiciones que se creían para llevar a cabo el diseño planificado. Su puesta a punto ha costado 10 millones de coronas más de lo previsto, un millón y medio de euros al cambio, y un ajuste de tiempo que ha hecho dudar a algunos medios que se llegase a tiempo. Con el plan reajustado, se decidió retirar tres columnas gigantes del antiguo astillero teniendo que recalcular la posición de las gradas en dos ocasiones, ambas al poco tiempo de cada una de las dos tandas de venta, por lo que su posición actual no se corresponde de manera exacta con las entradas vendidas, pero la organización ha asegurado que será “lo más similar posible”.

De esta manera, no sólo se podrá utilizar el diseño de escenografía y gradas planificados sino que también se podrán instalar sin problemas todos los equipos de audio, iluminación y equipos de cámara que se han diseñado para el techo del B&W, intentando contrarestar dicho peso con otras estructuras. Los tres pilares retirados deberán volver a su sitio al finalizar el festival. Para después del 10 de mayo, la idea es que las inmediaciones sirvan para seguir explotando el gran complejo para otros eventos y espectáculos no sólo a nivel nacional sino también internacional.

El backstage, al igual que el Press Centre, se encontrará en una carpa gigante al lado del edificio. El lugar de más trasiego para las 37 delegaciones está ya construído y tiene unas dimensiones de 18.000 metros cuadrados.

40 TONELADAS DE ACERO VENIDAS DE TODA EUROPA

Han sido 40 toneladas de acero y aluminio las necesarias para construir el escenario del festival. Tendrá 19,5 metros de altura y el material ocupará en total 800 metros cuadrados. A lo largo del último mes se ha construído la parte más importante, donde se acumula la mayoría de este material, “la parte trasera del escenario, que consiste en un esqueleto de aluminio e hierro”, como ha explicado el director del proyecto Stig Krojer. “Hemos tenido que recorrer toda Europa para encontrar el acero suficiente”, recalca el ingeniero.

Durante la última semana se ha instalado parte del esqueleto del escenario dentro del B&W. Ha sido el gran taller del Teatro Real de Dinamarca el designado para llevar a cabo el montaje del esqueleto y parte principal del escenario. “No es una escenografía habitual, pero el teatro tiene habilidades especiales para proyectos de gran tamaño”, según palabras de Krojer, dado que realiza desde hace décadas los decorados de las grandes óperas y obras de teatro para su complejo.

Acerca del diseño del escenario, Krojer no da pistas y todo sigue en total secreto. La DR destaca que, a pesar del gran material necesario para su construcción, su idea es reciclarlo, dado que las estructuras de este tamaño no sirven para ningún otro evento, por lo que ese será su destino. De esta manera la inversión en este área tendrá unas pérdidas muy reducidas.

ADIÓS A LOS PROYECTORES, VUELVE EL FONDO LED

Si en Malmö 2013 se estrenó el proyector más brillante del mundo de Barco, la marca por excelencia en estas lindes, con 28 de ellos para desterrar los LEDs como fondo de escenario, Copenhague ha decidido en cambio recuperar de nuevo la malla de este tipo de iluminación. Serán 3.000 las luces y luminarias, 730 de ellas LED, abarcando 1.200 metros cuadrados como fondo del B&W, según ha revelado la televisión danesa. “Este es, de lejos, el mayor fondo de luz en la historia de Dinamarca y uno de los más grandes del mundo”, afirma Kasper Lange, diseñador de iluminación en el festival.

Lange y su equipo se encuentran ahora trabajando en la planificación de las 37 puestas en escena, para ver cómo deberán ser iluminadas para sacar lo mejor de cada una. El programa informático para hacerlo “es como un simulador de vuelo, en el que podemos programar toda la luz en un mundo virtual”, comenta el diseñador. “Hemos diseñado la decoración, escenario e iluminación en 3D. En breve tendremos que programar como se verá en las pantallas y luminarias” del complejo. Para ello, Lange explica que buscan la sencillez: “Mi teoría es que el espectáculo cuanto más simple más fácil funciona. Cuando hay tanta información, tan rápida y tan colorida en el escenario, es muy sencillo llegar a generar ruido [visual] innecesario”.

Acerca de las indicaciones de cada delegación, el diseñador explica que cada uno lo planteada de una manera. “Algunos países cuentan con un plan muy específico para su show, con los colores, imágenes y gráficos que desean. Otros dicen simplemente: ‘Debe ser azul'”. La delegación española ha sido criticada en muchas ocasiones por los propios artistas o sus equipos por caracterizarse por utilizar esta última política para explicar sus fondos y escenografías.

32 MILLONES DE INVERSIÓN

La región de Copenhague, su ayuntamiento y la propia Dinamarca, a través de la cadena pública fundamentalmente, han invertido en total 32 millones de euros en el festival y en todo lo que le rodea para generar “empleo a corto y largo plazo” así como para adecuar nuevas zonas de la capital danesa y el propio astillero de Refshaleøen. También en esta cantidad se incluye el despliegue en cuanto a comunicación entre la “isla” y la ciudad, para el ir y venir de las 10.000 personas que se llegan a esperar en los días de las galas, con una flota de autobuses y catamaranes.

Casi mil voluntarios serán el engranaje durante las dos semanas del festival, para que todo funcione según el plan de la organización. Son 966 los voluntarios seleccionados con una edad comprendida entre los 18 y los 77 años. Pero, por si acaso,”[comillas]si algo falla, recordad que está el Malmö Arena a 20 minutos, somos vuestra copia de seguridad[/comillas]”, ha llegado a bromear la alcaldesa de la ciudad sueca, Katrin Stjernfeldt, anfitriona el pasado año.

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