…Y SE HIZO LA LUZ

Lucía Pérez vence en la Final española de TVE con el tema del compositor Rafael Artesero Que me quiten lo bailao. El televoto se decantó por la joven gallega de 26 añitos que intentará poner sal a ese tema tan pegadizo y que se te mete muy adentro (igual que el Algo pequeñito del pasado […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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…Y SE HIZO LA LUZ

Lucía Pérez vence en la Final española de TVE con el tema del compositor Rafael Artesero Que me quiten lo bailao. El televoto se decantó por la joven gallega de 26 añitos que intentará poner sal a ese tema tan pegadizo y que se te mete muy adentro (igual que el Algo pequeñito del pasado año, diferencias aparte).

Lucía canta bien y tiene ya tablas en escena, y, aunque habrá que arriesgar un poco más y no ser tan comedida, creo que  estaba predestinada a ser nuestra representante en Eurovisión, y que ya el público desde que la viera interpretar ese No tengo edad lo tenía claro, especialmente cuando, paulatinamente fueron cayendo en semifinales grandes voces de solistas que, para nosotros, deberían haber tenido mejor suerte. En fin, no hay que remover ya nada, y la decisión está tomada (con cierta polémica sobre el tema que debía defender dado el empate entre esta canción y la melódica Abrázame que consiguió los mismos votos del jurado, polémica que no debía haber existido dado que se dictan las normas previas del concurso).

Lucía Pérez cantará este tema en Düsseldorf, e intentará transmitir alegría y desenfado como dice la filosofía del tema. Que me quiten lo bailao, expresión más que popular y que en forma de canción ya hicieran una Los Golfos en los 70. Eso, que, una vez llegado hasta aquí, ya nada podrá borrarnos ese camino y esa ilusión, pase lo que pase.

Seamos sinceros, y reconozcamos que la preselección fue mala en general. De las canciones poquitas se salvan y, sin dudarlo, esa opción comercial, pegadiza y alegre del tema elegido es una de ellas, y, aunque la propia cantante aluda al hecho de que le van mejor las baladas, ahora deberá apechugar con ese premio que es ir a Eurovisión, defendiendo la canción lo mejor que sepa (como prometió ella para devolver a España en el puesto que se merece del que no debía salir).

Os aseguro que se mete dentro (toda la noche estoy con el estribillo que perturba mi descanso), y eso, quizá es bueno para un festival, aunque como apuntara mi buena amiga Reyes del Amor, no todo en Eurovisión se tiene que bailar.

Vuelve España a lanzarse a la piscina con alegría (alegría, ¡si quereís tener cantar…alegría de vivir!, o …enséñame a cantar, enséñame a cantar, que tengo triste el corazón…e incluso el Europe´s living a celebration…nana nana nana nanana!!!). Sí, la España en crisis económica se lanza a bailar y cantar y a ponerle buena cara a la vida al mundo y…a los pesimistas: “Vivo como en una nube…al fin de cuentas he disfrutado de todo lo bailao..,” y que se pongan como se pongan no me quitan lo vivido, incluso me atrevo con el “parachuru churu churu…” y ¡qué se mueran los feos!. Es la filosofía de un pueblo español que se conforma con lo vivido y canta y baila a los ojos del mundo: “me siento tan bien que no voy a estropear pensando en negativo…ouoh ouoh ouoh…y que me quiten lo bailao..”.

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