VIENA 1967: EUROPEOS EN LA CUERDA

En 1967 ganó el Festival de Eurovisión la canción Puppet on a string , traducida al español como Marionetas en la cuerda. La interpretó Sandy Shaw, cantante que sentó escuela al salir al escenario en camisón y descalza. El concurso televisivo se celebró en Viena. Allí acudió Raphael como representante español con el tema Hablemos del amor , del […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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VIENA 1967: EUROPEOS EN LA CUERDA

En 1967 ganó el Festival de Eurovisión la canción Puppet on a string , traducida al español como Marionetas en la cuerda. La interpretó Sandy Shaw, cantante que sentó escuela al salir al escenario en camisón y descalza. El concurso televisivo se celebró en Viena. Allí acudió Raphael como representante español con el tema Hablemos del amor , del compositor Manuel Alejandro. Repetimos, por segundo año consecutivo, cantante y compositor. Y casi, casi con canción, pues tanto la de 1966, Yo soy aquél, como Hablemos del amor eran muy parecidas. Ambos temas son dos de las mejores baladas enviadas por TVE a Eurovisión, junto con el Eres tú de Juan Carlos Calderón, y alguna otra más.

Hablemos del amor era una canción que trataba de amores prohibidos en lugares oscuros. La censura no se percató y la dejó pasar tranquilamente. Si hay que calificar a la Eurovisión de aquellos tiempos, eso sería con dos adjetivos: gris y austera. Era un festival de canciones puro y estricto. Los intérpretes (la mayoría bien tiesos como pasmarotes en medio del escenario) se limitaban a cantar su tema y se largaban sin más aspavientos, en la mayoría de ocasiones. Las mujeres solían vestir de largo, pero a partir de 1965 se pusieron de moda la minifalda y los camisones. En cuanto a los caballeros, normalmente salían todos con el mismo estilo: traje o esmoquing del más impoluto color negro.

No obstante, durante toda la década a veces hubo excepciones a la regla, como ocurrió el año anterior, 1966, donde indudablemente la que más desentonó fue la holandesa Milly Scott, que estuvo acompañada de una pareja de mexicanos, y protagonizó una espectacular retirada final (La actuación está colgada en youtube, es para no perdérsela). En cuanto a la edición en cuestión, la de 1967, nada a resaltar en general, salvo la magnífica canción L'amour est bleu, que interpretó la griega Vicky Leandros para Luxemburgo, el país anfitrión del año anterior y que cinco años más tarde ganaría el ESC, también con la misma cantante.

Pouppett on a string es un título que viene estupendamente para rebautizar al festival, pues, si hay algo que lo caracteriza es el protagonismo de las marionetas. Desde prácticamente sus inicios hasta 1997, durante la celebración del certamen, las marionetas se encontraban siempre sentadas alrededor de una mesa en los respectivos platós de televisión de cada país. Allí se encargaban de dar sus votos y valoraciones, que eran posteriormente retransmitidos vía telefónica.

Es un verdadero misterio saber quiénes eran los que movían las cuerdas o los hilos de las marionetas. La cosa nunca ha trascendido. La U.E.R sabrá por qué. Es un misterio sin resolver, de tantos que ostenta Eurovisión a lo largo de su historia. Todo un plato fuerte para Iker Jiménez (y Carmen Porter) y su equipo de científicos, psiquiatras y detectives.

Allí estaban siempre Francia e Inglaterra, las reinas del mambo, entre las cuatro primeras clasificadas. También España tuvo sus ocho años de gloria (de 1966 a 1973), así como un país tan extraño como Israel, que desde su debut en 1973 hasta 1988 rara vez bajó del décimoprimer puesto. ¿Quién movía los hilos?

Desde 1997 hasta el presente, ya no existe tanto misterio al respecto. No es bueno esto para Eurovisión, pues si por algo había destacado siempre era por el efecto sorpresa. Desde ese año las marionetas ya no se instalan en las diferentes televisiones durante la retransmisión. En los platós sólo se colocan cuatro o cinco esculturas de mármol de Carrara (que es el más duro) alrededor de una mesa de marfil, sin que sirvan para gran cosa. Ahora las marionetas se encuentran plácida y cómodamente sentadas en los sofás de las salas de estar de sus propios hogares, bien cerquita del telefonillo, a ser posible móvil. Y las cuerdas o los hilos los mueve el mandamás de turno, mientras las compañías telefónicas hacen el agosto (o mejor dicho, el mayo).

Por ejemplo: que la señora Merkel se tira un peo, tiene diarrea o se constipa ese invierno…, las marionetas se contagian, sufren una convulsión y se revuelven, y en mayo votan todas al unísono por la lolita alemana de turno; que el señor Putin unta bien de pasta a la U.E.R en febrero, las marionetas deciden votar todas en mayo por un niñato ruso con su patinadora acompañante; que los petrodólares azeríes le llueven a raudales a la U.E.R., las marionetas deciden apoyar a una ridícula parejita caucásica, como salida de una película Disney; que los de Oddschecker deciden apostar a mansalva por la niña de los pelos largos haciendo Tai chi o por los folklóricos nórdicos, las marionetas se vuelven locas y allí que van todas a votarles como autómatas.

Eso sí, a España, la mayoría de años (con pocas excepciones), ya no la vota ni el Quirico. Ya no apuestan por nosotros ni las ranas; como no tenemos ni un duro…

Ya que se me acusa muchas veces de sólo machacar y no proponer nada, sugiero que desde aquí podríamos ofrecerle una cosa a la U.E.R: cambiarle el título a la canción ganadora de 1967; en lugar de Pouppet on a string, podrían titularla Europeans on a string.

LAS MEJORES CANCIONES DE 1967:

PREFERIDA: L'amour est bleu (Luxemburgo); 2º Hablemos del amor (España); 3º Boum badaboum (Mónaco); 4º Pouppett on a string (Reino Unido); 5º If I Could Choose (Irlanda); 6º O vento mudou (Portugal); 7º Ik heb zorgen (Bélgica); 8º Anouschka (Alemania); 9º Non andare più lontano (Italia); 10º Il doit faire beau là bas (Francia).

La mejor canción de 1967, y una de las baladas más destacadas de toda la década de los '60 en Eurovisión:

Sandy Shaw y sus Marionetas en la cuerda, en español:

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