El nuevo peinado de Kate Ryan es algo así como los ojillos bizcos de Ira Losco: después de un rato, te acostumbras a mirarlos. Tras una acordonada tarima y frente a una colección de simpáticos esperpentos -“me llamo Javi y veo Gran Hermano”-inciso: Mirentxu, ganadora-, la belga se sintió cual Annie Lennox en sus mejores ochenta, década que, por otra parte, tan “hilarantes” columnistas ha parido. El caso es que lo retro vuelve, por redundante que sea esta expresión. Vuelve el jurado, vuelve la Gran Bretaña, vuelven los grupos horteras representando a Holanda. Vuelve el Bratislava calling y hasta parece que San Johnny Logan (me confirman que Italia ni sí, ni no). Y ha vuelto, también, Myspace.

No discutiré por qué me parece inenarrablemente vanguardista la spanish pre de this year. Ya está todo dicho (incluso por Javitekila). Los argumentos ya los han esgrimido mis compañeros de columnata de la Mejor Web de Entretenimiento Española del Año -de nada, por cierto-. Aunque del revés, son básicamente los mismos. Lo del año pasado fue una novatada que les dio notoriedad, y por mucho que nos sintamos ultrajados, Disco y Gráfica fueron y estuvieron en Belgrado. Yo este año confío en la transparencia de la tele pública, aunque sólo sea porque espero sacarme la oposición al ente. Imaginaos las muescas del marco de mi puerta: tanta fidelidad, tanto cuerno.

El caso es que hay que apostar fuerte. Yo no os voy a mentir: Yulia Valentayn gana Eurovisión 2009, con la venia. Juro por el retablo entero de la ermita de San Cristóbal de Bari que no tengo nada que ver con ella (maravilla churrigueresca de nuestro patrimonio español, por cierto). Ni el apellido, por fortuna de mis cuerdas vocales. Pero me presento como su apoyo más ferviente y febril, su embajador oficial, ¡Vote su sencillez! En un festival en el que hasta los doces van con pirotecnia (mardito Roger Pontare, lo que les enseñaste), tres minutos de susurros de sangre eslava son un regalo. Piénsenlo, de sangre eslava, mis dos mil frikazos. ¡Ay si ustedes votaran lo que yo les digo, qué gloriosa democracia tendríamos…!

Soraya -Arnelas Rubiales- para esto no vale, lo siento. Y eso que lo ha hecho ferpectamente. Al presentarse in extremis cual condescendiente soberana que escucha al pueblo, ha concentrado la atención y los votos necesarios con un tema que no sorprende en nada. Mirela, que gasta una perseverancia de retrato, por soberbia que sean voz y balada ¿r&b?, dudo que el paneuropeo respetable quede igual de cautivado. Melody me niego: no a la condensación cañí discotequera sin mi ron-cola. Ni siquiera los desenfadados La-La Love You, aunque a dignos adversarios no les gane nadie. Yes we can, Yulia.

Ahora bien: confío en que tus dos coletas sean síntoma de tu sintonía con el tema. Minimalismo, darling. Pureza de postorgasmo y no disfraz de amazona punkie. Rocambolesco. Nada de coreografías a lo Eläköön ni señales de carretera húngaras; tampoco descalza, que la lista de cantantas que ya lo han hecho es más larga que la de los reyes Godos. Un taburete, una corista y un vestido de Desigual. Sólo así es cómo irradias lo esencial de Najwa Nimri y de mi queridísima Leonor -ella tiene razón, Jorge, tiene más dedos que días os faltan-.

A nosotros no nos toca volver a lo que hemos sido-presentado. Jamás pensé que diría esto, pero no transigir con el inglés, y sobre todo no aprovechar este delicioso experimento, nos sepultará a una insatisfactoria o mediocre posición. Todos los países cuentan los días que faltan para el San Martín del Big 4. Tenemos el órdago en Myspace. Queridos conciudadanos: adhiéranse a la calidad.

Buenas noches, y buena suerte.

 
http://www.rtve.es/television/eurovision2009/candidatos/yulia-valentayn.shtml

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