Top 20 de España en Eurovisión
Analizando las 20 presentaciones que más me gustaron de España en Eurovisión.
20. Rosa López con «Europe’s living a celebration»
Rosa de España cantando en espanglish y con unos coros compuestos por varias eminencias de este país. David Bisbal, conocido mundial. David Bustamante, costillas rotas y runner up de La velada del año 2, tercer puesto en Master Chef Celebrity 6 y mejor bailarín de Single Ladies, entre otros muchos títulos. Chenoa, a quien vimos con sudadera gris sufrir como Geno antes de que la propia Geno lo hiciera, una persona que es su propia jefa, sin horarios ni complicaciones, “cobra” bien. Gisela, la diosa a la que se reza antes de ir a dormir, habitual de Eurovisión, actriz en la serie de Soy una pringada, profesora de beber agua es divertido, socia de la multinacional Disney y estrella invitada en los Oscars. Geno Machado, durante mucho tiempo primera y última expulsada de OT, regalándonos ese icónico giro, que según cuenta la leyenda, o las malas lenguas, fue un fallo de dirección, pero tan solo fue un pequeño retraso. Como comprenderéis, con todo este cóctel de purpurina no puedo más que rendirme a sus pies, al final, soy humano, como Chenoa.
Durante 50 años han sido los que más puntos han conseguido para España. Poco puedo aportar de las candidaturas que son aun más antiguas que yo, pero reconozco que sin ser muy fan de la canción, una de las más recordadas por el resto de países, no puedo más que quedarme embobado viendo una actuación tan tierna y rural.
Amaia es una reina, hasta aquí es motivo suficiente para que entre el ranking. Sin menospreciar a Alfred que también es un gran artista, pero el problema era su canción, justo al revés que con Betty Missiego. No solo eso, aún recuerdo a Toñi Prieto alardeando de lo mucho que habían trabajado en una puesta en escena que nos iba a dejar con la boca abierta, supongo que se refería al bostezo. ¿Pero qué puesta en escena querida? ¿Las luces? Es que sino no vemos. ¿El vestuario? No van a ir desnudos. ¿El escenario? No van a estar levitando. ¿La realización? Mejor no hablemos de esos zoom out. No entiendo a qué puesta en escena se refería, yo solo vi dos cantantes sobre una superficie plana. Lo peor de todo es que podríamos haber dado alegría a nuestros cuerpos macarenos con «Lo malo» y preferimos elegir el amor, que todo lo puede, menos ganar Eurovisión y sobrevivir al Titanic.
No quiero ser duro con Soyaya, pero que detengan a su logopeda. Ganó la preselección con más calidad de propuestas y, a la vez, la más catastrófica a nivel técnico y organizativo, ojo, que el listón ya estaba bien alto. Solo por eso ya se merece mis respetos, pero había por lo menos cuatro propuestas que me parecían mucho mejores. Aun así, ella se lo curró mucho como buena workaholic que es, quizás eso le juegue en contra porque ser artista es el trabajo que menos se tiene que notar que es un trabajo, sino se puede perder la magia por el camino. La actuación parecía Suecia, para bien por la calidad y para mal por la falta de sello propio, pero el tema no estaba mal, la puesta en escena, aunque no se entendió el momento David Copperfield, era dinámica y… No quiero seguir disimulando, que hubiera una Popstar: Todo por un sueño de bailarina me parece motivo de peso suficientemente justificado para que entre en la lista.
Reivindico esta candidatura de España con un puesto que no le hizo nada de justicia a una gran artista cantando una canción tan emblemática y cargada de emoción. La letra me parece una fantasía de diva absoluta, drama máximo. Perfecto para Eurovisión, no entiendo nada.
La única concursante española del talent show por excelencia, The X Factor, con denominación de origen. Consiguiendo, no solo dejar a Simon Cowell con la cara partida en los castings después de mirarla como si fuera una friki extranjera que iba a hacer el chorra al programa, sino que terminó quedando quinta en una competencia de élite. Pues eso, motivo suficiente, no me pagan por ser objetivo, viva Ruth Lorenzo. La canción era una balada de lo más genérica, insustancial y olvidable que hemos mandando en toda la historia, mérito tiene que el talento de esta musa la alzase a un consistente décimo puesto. La virgen de Lourdes se debió sentir usurpada.
Tengo dos opciones, o tomarme esta canción en serio agravando su hembrismo exagerado, y como todos los extremos al final se tocan, su machismo también, o tomármelo como lo que es, un sketch, una comedia romántica llena de clichés, pero con su punto de parodia que no se toma en serio a sí misma. La letra es una risa, podría ser un diálogo de La que se avecina, Eva rebosa carisma y la canción es muy animada y pegadiza. Estoy seguro que mucha gente pensará en lo mal que ha envejecido esta canción mientras que a mí me parece una adelantada a su época.
Massiel es hipnótica, tiene una voz muy potente y la canción es bonita, no es solo la, la, la, hay más letra, hay una historia, una breve y con pocos matices, como todas las canciones del mundo si nunca hubiese existido Mecano. Pero creo que nos hemos quedado con que ganó algo tan sencillo como una sílaba repitiéndose hasta la extenuación, pero a mi parecer había bastante más que eso, una gran actuación.
Normal que quedásemos en tan buen lugar si aún hoy por hoy nadie le hace ascos a que te la pongan en la feria. Además, aunque no tengamos que ceñirnos a este tipo de propuestas, al final es muy lo que espera Europa de nosotros, y si encima se hace bien y Civera lo da todo, funciona.
Las similitudes con la propuesta de Dancing in the rain no se acaban en la posición que obtuvieron. Volvemos a tener a un portento vocal cantando un tema de marca blanca. La gran diferencia es que la canción en este caso, a mí personalmente me parece bastante mejor, además Pastora consigue una cosa muy importante y especialmente difícil cuando se canta una balada, que es conectar emocionalmente con lo que estás contando, más cuando tienes pánico escénico y vas a actuar para todo un continente. Pastora Soler, congelando corazones en 2001, derritiéndolos en 2012.
Quizás me digan que vivo en una realidad alternativa, pero ni con Chikilicuatre percibí tanto hate como con esta candidatura, parece que había mucha gente que le daba coraje extremo esta canción. A mí me gustaba mucho, me parecía algo genuino, quizás la puesta en escena era rizar todavía más el rizo de lo cursi con lo vintage pero, aun así, a pesar de arriesgada, me pareció una propuesta estupenda. Aunque los agudos me sonaron bastante estridentes, no digo desafinados, no lo sé, no soy cantante, pero soy usuario y como tal no me sonaba agradable al oído. Aunque no es suficiente para dejar de alzar en valor una de las propuestas más originales e interesantes que hemos mandado.
Karina es amor. Fin. No, principio, a partir de Karina se debería plantear la sociedad y todo sería un remanso de paz y cariño, un mundo nuevo, como su propia canción indica. Esta actuación no puede ser más redonda, no había mejor canción para mejor artista, ni al revés. Parece que la madre que parió a Karina y el letrista fueran la misma persona. Además, canta con mucha garra, se nota que disfrutaba de cantar su filosofía de vida, es un gran tema con crescendo muy potente. Karina for president.
Como si se tratara de una gala de preselección en una actuación de Mirela el playback se fue al carajo, regalándonos uno de los momentos más icónicos de la historia eurovisiva, que no frenó a las Azúcar Moreno a entrar en el top 5, que se dice pronto. Ellas tienen mucho arte, la canción es un temazo, la puesta en escena y la realización eran muy simpáticas y al final se quedó una memorable actuación con mucha marca España y olé.
A veces se nos olvida que no solo ganamos con Massiel, supongo que cuando la gloria se reparte entre cuatro sabe menos a triunfo. En ocasiones no sé si me encanta o me espanta, en realidad si lo sé, me encanta, pero me espanta un poco, es parte de su encanto. La canción es despiadadamente pegadiza y la subida de revoluciones que va adquiriendo cuándo va alcanzando el culmen de la obra es totalmente enfermizo, nivel traigan a un exorcista o un cubata. Me maravilla, pero de verdad de la buena, tendríamos que haber ganado, más todavía.
Palabras mayores, no ya porque todos sabemos quién es Raphael, que es como si un ángel celestial se hubiese tragado un ruiseñor que había almorzado gramola. Además de derrochar su carisma único y su gran presencia escénica. Pero es que, a diferencia de su segunda participación, Yo soy aquél es un temazo de la vida que nunca pasará de moda porque está por encima del espacio tiempo.
Nos estrenamos en Eurovisión con una canción que todos asociamos más a Marisol, supongo que no la mandaron a ella porque sería menor de edad, pero vaya, que no lo sé, no me he documentado, hace mucho tiempo, ha prescrito. Lo importante es que es otra gran canción muy bien defendida, a pesar del puesto en el que quedó, es un orgullo que nos presentásemos así por primera vez, esto es lo que somos y lo que sabemos hacer. Que con esto no estoy diciendo que sea una esclavitud tener que llevar siempre algo muy español, sabemos hacer muchas cosas, pero dar el primer paso con una copla tan alegre y tan bien cantada me parece poético.
A pesar de Beth, que no está nada de acuerdo, Dime es otro temazo, no todo tiene que ser baladas emotivas, las canciones que te llenan de energía y que te transportan a una fiesta veraniega o a saltar desde todo lo alto de la Sagrada Familia hay que ponerlas en valor, a todos nos gusta el verano, el buen tiempo y alegría pal cuerpo.
Sergio Dalma tiene una voz única y esta canción tuvo un fuerte impacto en la sociedad cuando mi cerebro aún se estaba formando, no la puedo valorar, estaba en mi cabeza antes que mi criterio, quizás mi criterio se haya desarrollado en base a canciones cómo esta. Veredicto: épica.
El bucle mío se llama Vuelve conmigo, la actuación la habré visto una cantidad ingente de veces, pero el problema no es ese, es que ha pasado del cd al mp3 y del mp3 al Spotify y seguro que pasará a lo que venga después. No creo que sea mejor canción que otras de por aquí, pero Anabel Conde es increíble, no me aburro de oír esos tonos, esos giros, ese vozarrón usado con tanta excelencia y buen gusto. Espectacular, seguimos sin haber igualado su puesto desde entonces y poco se habla de ello. Al menos en Fuengirola le pusieron su nombre a una plaza, yo se lo pondría al mundo, planeta Anabel Conde, para entrar a vivir.
Se acabó la nostalgia, este año hemos tenido, a mi parecer, la mejor actuación de España jamás contada. Se ha criticado mucho la canción, pero ni es la quinta sinfonía de Beethoven ni tiene que serlo. Al final era la perfecta para dar semejante espectáculo de dimensiones bíblicas. Todo brilló, desde Chanel demostrando que está al nivel de las divas más cotizadas a nivel mundial hasta una realización inteligente, pasando por toda la iluminación, vestuario y demás aspectos técnicos que se notaban que estaban muy pulidos y trabajados. Por último, la guinda al pastel, lo que menos estamos acostumbrados a ver y lo que eleva esta candidatura el número uno es todo el tema del baile. La coreografía fue genial, no paraba de sorprender y evolucionar a lo largo de la canción. Cuando en una actuación se canta y se baila, normalmente se alternan, pero hacer las dos cosas a la vez a esos niveles impacta. Por último, es curioso como casi nunca he visto en Eurovisión números bailongos dónde haya una sincronización absoluta por parte de los bailarines, pero justo en la coreografía más compleja que se ha llevado ha sido donde los bailarines eran espejos unos de otros, ni poniéndola en slomo se aprecia un mínimo desajuste, el nivel de precisión es de ingeniería técnica. No existe palabra a la altura para describirlo todo, bueno ahora sí, Chanelazo.
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