TOMATAZOS O “KETCHUPAZOS”

Eso, eso precisamente es lo que no queremos que pase, que las pulpas de los tomates no lleguen a los escenarios, que no salgan más llagas en nuestras sufridas pieles de eurovisivos pacientes e incomprendidos, ignorados y ninguneados, como siempre, como todos los años. Sí hijos, para qué tantos cantantes, para qué tantas noticias, rumores, […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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TOMATAZOS O “KETCHUPAZOS”

Eso, eso precisamente es lo que no queremos que pase, que las pulpas de los tomates no lleguen a los escenarios, que no salgan más llagas en nuestras sufridas pieles de eurovisivos pacientes e incomprendidos, ignorados y ninguneados, como siempre, como todos los años.

Sí hijos, para qué tantos cantantes, para qué tantas noticias, rumores, dimes y diretes de que si unos que si otros… Total van las que ya se preveían. Hace algún tiempo se dijo, estas chicas del Asereje son ideales para Eurovisión, por su gracejo, su juventud y ese ritmo simpaticón que tantos votos puede dar porque el estribillo en esa ocasión era trepidante. Pero no fueron al Festival y las niñas triunfaron aquí y acullá como el tema más in del verano. Y como estaban destinadas para eso, al final veremos a las Ketchup en Eurovisión, ahora que han pasado 50 años desde su nacimiento que tanto nos ha dado, pero también nos ha indignado.

Resulta curioso ver como nuestra delegación se empeña en ir para atrás como los cangrejos para luego pegar un subidón y bajar de nuevo a las tinieblas. Nos pasa como Alemania, somos impredecibles por cada año sacar temas dispares, sin ton ni son. Y por eso nos llevamos batacazos históricos bastante memorables. El tema “Bloody Mary” quiere ser la nueva cara de una Televisión de Talante, esa que tanto nos venden como muy democrática, pero que a la hora de la verdad siguen siendo los mismos, los de siempre. Son esos a los que lo de Eurovisión les produce un prurito irreversible porque viene durando desde el affair “La, la, la”, donde parece que el éxito nos sentó como un tiro, porque hubo para todos los gustos. Desde entonces el tema Eurovisión es para el medio público un tema complicado, peligroso y hasta tabú. Por qué, porque están empeñados en mezclar política con canciones, que no tiene nada que ver a mi modesta forma de entender este tipo música eurovisiva que es ya un género propio.

De nuevo volvemos a los inventos de aroma pseudoandaluz, uy qué digo. ¿Alguien piensa que el Bloody Mary tiene aroma andaluz!… A mi no me lo parece, es más estas chicas siguen empeñadas en inventarse un idioma tonto para captar al público, con ese aire de niña moderna aunque ya no son tan niñas. Televisión Española probó inventitos con nuestra Remedios Amaya, Antonio Carbonell y Eva Santamaría en estilos imposibles que no nos dieron nada, sólo hacernos enrojecer. Y es una lástima porque esos tres artistas son muy buenos, pero los temas que llevaron, con el mejunje orquestal, los arreglos y demás eran como un engendro de aquello de quiero y no puedo.

¿Dónde quedaron las baladas melancólicas de Julio Iglesias, Sergio Dalma o Marcos Llunas?, ¿Dónde quedaron los vozarrones de Anabel Conde, Nina o Paloma San Basilio?, ¿Dónde quedaron los ritmos trepidantes de Beth, Rosa o David Civera, y el desparpajo de Azúcar Moreno?, el ímpetu de Massiel o Salomé y la calidad de Mocedades… ¿dónde, dónde están?. Es sólo una cucharada de nuestro caminito pedregoso por Eurovisión. Con ellos nos ilusionamos. Pero dónde están todos aquellos a los que TVE dijo no, Olé, Olé, Mecano, Alaska y Dinarama, Tino Casal, Iván, etc. porque ellos no fueron y qué pena. Pero es que también estuvieron a punto de ir Lorenzo Santamaría, Dúo Dinámico, Raúl y Nino Bravo, magníficos cantantes que por lo menos aquí no fueron porque el público no les votó. Las intenciones estaban claras, mejor llevar lo que pasa rápidamente al olvido desechando una oportunidad de oro para destacar. Da igual ganar o no, pero imagina el orgullo que hubiese sido para nuestra delegación llevar gente de tanta historia y prestigio musical al Certamen.

Y ahora dirán, ya está aquí otra pesada que no quiere que las Ketchup vayan a Eurovisión. Pues no, no estoy indignada porque lo miro con la indiferencia que me da el saber que tarde o temprano España da la nota con lo peor de lo peor jamás visto. Y ya no hablo de mi “famoso espanto de Lepanto”, digo directamente que me da igual. Y ante el pataleo quiero saber por donde van los tiros y tengo curiosidad por saber qué pasa en Atenas el próximo 20 de mayo, fíjate, cuatro días antes de que sea el cumpleaños de Eurovisión que nació un 24 de mayo de 1956 en Lugano.

El tema Bloody Mary es una píldora de indiferencia que los de TVE nos han regalado por estar detrás de la pista tanto tiempo, por intentar tener a los eurofans informados con los candidatos, cuántos, casi trescientos temas, qué manera de tomar el pelo al personal.

Volvemos a los ochenta, pero también a principio de los sesenta dónde no sabían dónde poner el huevo. Como he dicho antes, España sigue empeñada en ser mediocre y eso que uno de los países con mejor nómina de artistas del mundo. Da igual, Eurovisión seguirá siendo ese género ínfimo al que tanto temen los productores y mánagers. Claro, con semejantes canciones tan nefastas, como el odio que procesan al Certamen, no sacamos los pies del plato.

Italia se retiró un día de Eurovisión, harta de salir sin conseguir los puestos esperados, pero no quiero poner en el mismo listón a la delegación italiana y a la española por que se me caen los palos del sombrajo de la vergüenza, ya que compararlas es imposible. Ellos se fueron pero después de sacar a lo mejor de su país todos los años, y qué canciones. ¿Hubo algún freaky por esa delegación?, ¿algún tema feo?, ¿alguna puesta en escena chirriante?, ¡qué valor!. España se irá algún día también del Festival, me da el cuerpo que pasará, pero cuando pasemos nómina de nuestras participaciones veremos que tenemos unos inventos algo extraños, y yo me pregunto, ¿qué hemos hecho para merecer esto?. Nada, el que Eurovisión siempre estará en boca de los españoles como lo más freaky, hortera y extravagante del mundo. No me extraña que todavía nos pregunten, ¿cómo veis eso?.

Pero no quiero estar deprimida porque todavía tenemos a Suecia que nos pasa por la cara su magnífica preselección, qué lujo, o esos Festivales antiguos qué cuando una tiene mono de ver momentos fantásticos de este Certamen, veo aquellas canciones francesas, italianas, inglesas e irlandesas que destacaban por su calidad en los sesenta y setenta, después el efervescencia nórdica y germana de los ochenta. También están nuestras victorias y aquellos artistas españoles que siendo de lo mejor de nuestro país nunca se avergonzaron de pasar por el Festival porque a grupos como Mocedades, Sergio Dalma, Azúcar Moreno, Salomé, Massiel, Karina, Anabel Conde, Betty Missiego, Rosa, David Civera o Raphael, nos ofrecieron un espectáculo digno y nos hace pensar que todo no ha sido tan tremendo. Que hemos sacado a artistas que cuando fueron al Festival eran de lo mejor porque además de estar de moda le pusieron unas ganas como pocos.

Y a las Ketchup desearles suerte, total ellas no son las culpables de que su canción sea otro pestiñazo como lo fue Antonio Carbonell, Lydia, Mikel Herzog, Peret, Eva Santamaría, TNT, entre otros. Y así seguimos, haciendo historia, mira que si encima vamos y ganamos, aunque no quiero ser la maldad personificada, pero aunque ganemos ni fu ni fa porque ya de entrada la canción Bloody Mary no me dice nada, y cómo esto es sólo una opinión aceptaré con deportividad las críticas porque para eso estamos, para recibirlas.

Pero sigo intrigada en saber qué opinan ellas, las Ketcchup, del “apedreamiento” que están recibiendo por parte de muchos eurofans y algunos medios. Menuda publicidad para ir a Atenas, aunque quien sabe, también pusieron verde en Austria a Alf Poier y tuvo más de cien votos destacando en la cabeza de la noche letona, aunque con él por lo menos te reías… ahora no sé si llorar o morirme de la risa.

Reyes del Amor, 04/03/06

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