TERCER CAPÍTULO DE FINLANDIA: 1988-2006

En este tercer capítulo de las canciones finlandesas en Eurovisión vamos con los años finales, de las cenizas al primer triunfo entre 1988 y 2006. Lo anuncio por anticipado. Seré bastante dura con casi todos los temas de esta etapa, porque salvo poquísimas excepciones, no tienen salvación casi ninguno, son tremendos. Si una delegación ha […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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TERCER CAPÍTULO DE FINLANDIA: 1988-2006

En este tercer capítulo de las canciones finlandesas en Eurovisión vamos con los años finales, de las cenizas al primer triunfo entre 1988 y 2006. Lo anuncio por anticipado. Seré bastante dura con casi todos los temas de esta etapa, porque salvo poquísimas excepciones, no tienen salvación casi ninguno, son tremendos.

Si una delegación ha tenido que vivir lo más penoso en este Certamen esa ha sido Finlandia que a pesar de su larga trayectoria entró en la década de los noventa en una crisis que hizo que siempre estuviese en la vagoneta de cola. Incluso cuando se hicieron Semifinales y Finales desde el 2004, ellos no pasaban con temas en inglés bastante decentes. La sorpresa ha llegado en el 2006 cuando se han quedado con el personal gracias a un número creado expresamente para impactar.

En la década de los noventa sumaron entre 1990 y 1998, porque fueron eliminados para el '95, '97 y el '99, un total de 80 puntos en siete comparecencias, todo un poema. Pero es que en la nueva década fueron eliminados para el 2001 y el 2003. Cada vez que sacaban una canción al año siguiente ya no podían salir, curiosamente los años impares. Pero es que en el 2004 y 2005 no pasaron a la Final. Por eso ya se les llamaba "la Cenicienta de Eurovisión". Bueno este año con los 292 votos se han recuperado con creces.

Entre tanto desastre de esta época sólo se salva "La dolce vita" tema de Anneli Saaristo en 1989 que obtuvo 76 votos y el séptimo puesto. Pero ahora vamos con las canciones año por año.

En 1988 llevaron a Dublín un grupo o una banda que resultaban simpáticos en escena llamados The Boulevard. El solista vistió de con un gusto bastante dudoso que unido a sus entradas prominentes y esa media melena estirada le daba un poco aspecto de Bitelchus. No cantaban mal, pero la canción, "Nauravat silmät muistetaan" era de una melodía enganchosa, con algún silbido y mucho palmoteo por en medio que no la salvaba nadie. "Recordamos los ojos que ríen", título en español, "era un alegato contra la gente que se oculta tras su caparazón sin mostrar sus verdaderos sentimientos", según nuestra comentarista. Está compuesta y escrita por un matrimonio muy popular en Finlandia, Kristi y Pepe Willberg. La Pécker dijo que Pepe Willberg era muy conocido en los países nórdicos por encabezar una orquesta tipo verbenero que llevaba el nombre de Pepe & Paradise y que comenzó su andadura musical en los setenta. Pepe Wilberg fue finalista para el Festival en 1979 cuando fue Katri Helena. Ocuparon el puesto vigésimo o penúltimo con 3 votos concedidos por el jurado de Israel, esta vez no fueron los noruegos. Se salvaron del cero que ese año fue a parar para el austríaco Wilfried.

La veterana Anneli Saaristo llevó "una rumba cantada en finés" y nuestro comentarista de ese año, Tomás Fernando Flores hizo la reflexión de "si España llevaba un tema en forma de rumba, ¿cómo hubiera sido recibido?… Con Peret ya se vio. Pero "La dolce vita" de Finlandia, sus palmeros y el rasgueo de guitarra que acompañaron a la Saaristo nada tiene que ver con eso. Se quiso hacer un guiño a la cultura española con título en italiano y no estuvo mal porque lo defendieron muy dignamente. Esta entre las cinco mejores canciones de Finlandia. Ocuparon el séptimo lugar con 76 votos y quedaron doce votos por detrás de Nina, nuestra representante ese año. Nuestro jurado al que sorprendió gratamente el tema finés le dio un siete. La Saaristo, que llevaba veinte años cantando y empezó su carrera como artista de temas infantiles, cantó algo nerviosa tras el micrófono, pero con su figura oronda y gélida impresionó a todos. El vestido negro de corte ancho con flores rojas pegadas también era de un diseño complicado pero simpático. El coro de negro riguroso y la luz de penumbra le dio a la canción una puesta en escena muy interesante. Me encantó, yo la hubiese incluso puesto más arriba de la tabla, entre los cinco primeros. Pero es que precisamente los cinco primeros, excepto los ganadores Riva, eran también estupendos y España que fue sexta se salió en directo, genial. Era complicado como vemos.

En 1989 Ossi Runne se despidió de Eurovisión después de salir casi ininterrumpidamente desde 1966, todo un récord. Recogió el testigo Olli Ahvenlahti hasta el final de las orquestas en 1998.

Entramos en los noventa y pasamos a las tinieblas para la delegación finesa porque hicieron sonoros ridículos con temas imposibles para quedar entre los últimos casi todos los años de la década.

En 1990 les representó un conjunto, que según nuestro comentarista Luis Cobos, "les recordaba a ABBA por la ropa". Sinceramente Cobos se dejó caer la tontería del siglo porque además de ser lo peor visto, el tema "Fri?" que defendieron en sueco los Beat era un engendro monumental. Vistieron de blanco con mucho fleco y tules. Ellas no pegaban ni con cola con aquellos dos chicos tan especiales de pelo largo, el rubio y el moreno, que encima se dejaron la voz por los mares del Báltico. Menudos gallitos y menudo número más pobre y tonto para quedar como merecían, últimos con 8 votos empatando con el noruego Ketil Stokkan que por lo menos cantó bastante mejor que los Beat. Pero los jurados, con la sordera, los equipararon igual. Por lo menos en algún momento los coros les salvaron porque cantaban mejor, hasta tapaban los desacordes de los solistas en el estribillo. Y no comento más porque los Beat cerraron el Festival del '90 con el frikismo del año.

La cantante de origen lapon Kaija optó en 1991 por un misticismo extraño con el tema "Hullu yö". Ella no cantaba mal, pero la canción era muy complicada con un estribillo raro que no gustó nada. Tampoco el baile de marras de los del coro, algo así como el de los dos que han salido este año con las Ketchup, gustó mucho. En plan gimnasta, los coristas hacían una especie de secuencia pseudo amorosa en escena un poco grosera para mi gusto, de espatarre total. Bajan dos votos con respecto a 1990 y obtienen un 6 quedando en el puesto vigésimo porque ese año la indescriptible Baby Doll de Yugoslavia y un desmejorado Thomas Forstner por Austria quedaron peor.

Menudo trienio nos dio Finlandia, porque en 1992 el hiperactivo Pave Maijanen nos recordó a los medio gamberretes Kojo o Riki Sorsa por su número sacado de tiesto. Primero bajaba por la escalera con la guitarra en ristre, que según Uribarri, se pegó un resbalón en los ensayos que casi se parte una pierna. En fin, él, el coro de chicas inspiradas en las azafatas de un congreso de ferias y exposiciones con trajes amarillos chillón, y el ritmo del "Yamma, yamma" dieron la nota y cómo. Cuando Pave miraba a sus chicas como hacían muecas bailando con una coreografía tonta tontísima, te daba un ataque de risa tremendo. Sinceramente, aunque la canción sea una petardada de calibre, divirtió el cotarro como pocos. No pasó desapercibido y es recurrente en seriales remember del Festival. El madurito "roquero" quedó último con cuatro votos. ¿Alguien da más?… Finlandia estaba hundida en el esperpento.

Menos mal que en 1993 vimos un poco de elegancia con una recuperada Katri Helena, catorce años después de lo de Jerusalén. Pero su canción "Tule luo" con estribillo pegadizo no acabó de gustar porque no encajaba en un año donde los cambios se empezaban a notar. Su tema hubiera quedado mejor en los setenta u ochenta, no en los noventa porque ya se buscaba otra cosa más moderna, aunque siguieran ganado las baladas irlandesas. Vistió de azul eléctrico con un traje vaporoso que pegaba mucho con el color de sus ojos, tan rubia y de mirada penetrante ante la cámara, es una delicia. Katri salvó algo a su delegación con 20 votos y el puesto decimoséptimo de 25 canciones. Una buena ristra de canciones quedaron por detrás con una miseria de votos. Fue una coincidencia pero en Millstreet Katri coincidió con un antiguo competidor suyo, el danés Tommy Seebach que quedó bastante peor que ella. ¿Cómo había cambiado todo desde Jerusalén?, los años no perdonan.

Y en 1994 optaron por lo moderno con unas desafinadas Cat-Cat, que alguien se atrevió a decir que eran favoritas. Con su puesta en escena, cogida por los pelos, se pegaron el batacazo por interpretar de pena la canción "Bye bye baby" que vino muy bien el título de "adiós" porque fueron eliminados para el Eurofestival de 1995. Las hermanas Catia y Catca, de ahí lo de Cat-Cat, se acompañaron de dos negros que daban unos saltos impresionantes mientras ellas, con aquellos minishorts espantosos y esos guardapolvos de colorín, estaban más paradas que una estatua de sal. Encima la orquesta sonaba a lata y cacerola, menudo trabajo el de Ahvenlahti ese año, sin comentarios. Cuando dan esos ataques de nervios suele pasar, y más cuando no se puede salvar un tema en un escenario que impone tanto como es Eurovisión. Obtuvieron 11 votos y quedaron en el puesto vigesimosegundo de 25 canciones.

Y ahora entro en un tema que por su ternura en la interpretación y esa melodía enganchosa gusta mucho a algunos eurofans, aquellos que aman lo distinto. Jasmine, de origen gitano y que tenía un novio en Zaragoza, llevó la histórica "Niin kaunis on taivas" a Oslo en 1996. Amante de la cultura española según Uribarri, la chica de pelo rizado y morena con ojos claros sacó una guitarra typical spanish que tocaba con desparpajo. Al final de la canción lanzaba una rosa amarilla al público y no paró de sonreír durante todo el número. Incluso cuando iban mal dadas en las votaciones desde la Green Room soltó alguna sonrisa, la pobre. Pero, horror, la chica vistió de amarillo y claro, la mala suerte la inundó. Quedó la última con 9 puntos, y aunque resulte un tópico, la chica no cantó tan mal como para que sólo le votasen dos países nórdicos, Noruega con un 2 e Islandia con un 7. Bueno, sé que muchos adoran esta canción, y a mí cuando la escucho tampoco me desagrada porque por lo menos esta mujer se tomó la experiencia eurovisiva con deportividad y elegancia, como debe ser. Para el '97 fueron de nuevo descalificados.

Una mujer de ojos penetrantes y cara llena de misterio fue la representante finesa de 1998 después del obligado descanso de 1997. Su nombre es Edea y la canción lleva el título de "Aava". La intérprete apareció acompañada con una arpa antigua y varios instrumentos de percusión, entre ellos una vasija de cerámica. Ofrecieron un número muy decente. El escenario se llenó de una niebla blanca a ras del suelo. La canción tenía un cierto estilo grunge tranquilo. Edea salió maquillada a lo Lili Monster, muy siniestra, era como una máscara de cera. Con todo estaba guapísima a la par que exótica. Tenía aspecto de mediterránea mas que de nórdica. Aunque la canción era muy bonita resultó un poco aburrida y no obtuvo el beneplácito del público, que con sus llamadas sólo le concedieron 22 puntos quedando en decimoquinta posición. Ese misticismo de Edea no impactó y eso que este año la preselección del tema se la dejaron a los eurofans de Finlandia, ante los malos resultados de todos los años y como vemos no sirvió para mucho, seguían siendo ignorados en los votos. Olli Ahvenlahti dirigió la orquesta, y esta vez sería la última dirección orquestal para todos los países. Las orquestas pasaron a la historia para desdicha de muchos, entre ellos yo misma. Los cambios obligaban y el sonido pregrabado será la norma para 1999, año en que Finlandia tampoco participa.

En el 2000 cambiaron de estilo con la sosísima, para mi gusto, Nina Aström que era profesora de profesión, pero dedicada al canto desde hacía bastante tiempo. La balada "A little bit", intepretada en inglés no buscaba ni lo exótico, ni lo rimbombante, ni lo freaky de otras veces en esta delegación. Era un tema que no molestaba por ser de una melodía agradable, aunque la puesta en escena era muy aburrida. En un Certamen como este ya se buscaban cosas más delirantes y la descafeinada Aström quedó decimoctava con 18 votos, peor que Edea. Por lo tanto son desbancados de nuevo para la edición de 2001.

La bomba rubia, de escultural figura y pose algo rígida ante el micrófono fue en el 2002 en Tallinn con Laura Voutilainen y su "Addicted to you" o adicta a ti. Vistió con pantalón blanco y camisa azul eléctrico muy sugerente, pero fue una lástima no ver esas piernas larguísimas tan megapotentes con una de esas minifaldas de vértigo que a veces sacaba en sus espectáculos. Miraba a cámara como desafiante, pero no paraba ni un momento por el escenario, no sé ni como pudo cantar porque se dio una de paseos que para qué las prisas. Aunque el tema era movido, incluso figuraba entre los favoritos por la potencia interpretativa de Laura en los ensayos, se quedó algo descolgada el día del Festival. Creo que estaba exageradamente tensa y no le benefició. Con todo es un tema que es muy pegadizo, ideal para la discoteca. El corte de pelo, y los ojos claros, creo que lo he dicho alguna vez en otros comentarios, me recuerda a otra finesa para mí adorable, Katri Helena, claro que no son comparables en estilo musical, lo digo para que no me acribillen algunos puristas. Laura quedó vigésima con 24 votos, qué desastre, con la ilusión que pusieron en ella los eurofans fineses, de nuevo maltratados, qué le vamos a hacer. En el 2003 no pudieron de nuevo salir, los impares seguían siendo malditos. Lo peor es que Laura se lo tomó algo mal, lo clasificó de injusticia y más para una cantante que llevaba nueve años entre las más exitosas de su país con récords de ventas, muy conocida también en Escandinavia y los países Bálticos. Ese chasco lo han pasado tantas estrellonas en Eurovisión…

Tras cuatro mujeres seguidas, buenos en años pares, llegaron los hombres. En 2004 y 2005 llevaron a señores de voces potentes y mucho estilo en el escenario. Parecía que Finlandia buscaba un cambio que no acababa de encontrar, ahora entre la balada y la melodía pegadiza en otras ocasiones. Por eso en 2004 fue a Estambul el simpático Jari Sillanpää que vestía medio de ángel, o demonio alado, según la lectura que se quiera hacer. Tiene una voz potente, es un gran cantante. El tema "Takes 2 to tango" era muy pegadizo, pero debía pasar de la Semifinal a la Final y se estrelló en los votos quedando con 51 puntos en el puesto decimocuarto de la Semifinal y entraban como sabéis los diez primeros clasificados. Le faltaron 20 votos que fueron los que tuvo el macedonio Tose Proeski para pasar la "reválida". Por lo menos el tema, aunque fue algo criticado por muchos eurofans por pecar de "extravagante", no desagradó en general, y ya no quedaron entre los de la cola. Pero les faltaba un soplo para pasar a la Gran Final y cuando pasen serán destructores.

En 2005 buscaron a un experto en Semifinales nacionales. Se trata del noruego Geir Rönning que intentó ir por su país en dos ocasiones y por Finlandia en el 2002 y 2004. Tiene, como Sillanpää, muy buena voz y mucha presencia escénica, pero pinchó con una balada al más puro estilo irlandés titulada "Why". A mi este tema me gusta bastante, pero en directo quedó algo mediocre. Obtuvieron casi como el año anterior, 50 votos pero quedaron en un puesto peor, decimoctavo. Ese año la Semifinal estuvo reñidísima entre los de en medio. Entre el puesto decimocuarto y el decimonoveno había cuatro votos de diferencia, en un auténtico pañuelo.

El cambio de chip que se esperaba en un triunfador de Eurovisión, y que yo preveía, ha llegado en 2006 con Lordi. Ya estaba todo inventado y había que sacar algo nuevo. Pero que ellos representasen a Finlandia ha sido una doble sorpresa porque esta delegación no confiaba mucho en el numerito de los "monstruítos". Concursando desde 1961, la trayectoria ha sido larga y dispar y por fin ganan. Pero no ha sido a base de llevar temas brillantes, sino de ser los raritos de la clase que destacaban por algo, qui lo sa. Esta vez sí han destacado para ganar con 292 votos, justo los mismos puntos que consiguieron en la Semifinal. Era de prever, aunque con figuras de la talla de Anna Vissi, Carola, Kate Ryan, Hari Mata Hari, Mihai Traistariu o Dima Bilan, que estuvieron brillantes, te haces cruces. Sé que muchos no están de acuerdo conmigo, es totalmente lícito, pero yo por más que quiero sigo sin verle su aquel a el "Hard Rock Hallellujah" de los Lordi.

Pero como la gloria todas las delegaciones se la merecen y llega un día u otro, los finlandeses por fin tienen su victoria y pasan, ¿cómo no?, y de qué manera, a la historia de nuestro amado Festival de Eurovisión en su Cincuenta y Una edición. A ver con que nos sorprenden el año que viene, mira que si les da por recuperar a la Rung haciendo un dúo con Katri Helena y de coro Jasmine, la Hautala y una de las Aspelund… Mejor no dar ideas, aunque sería un lujazo para los eurofans ¿no?. De lo que estoy segura es que el año que viene en Helsinki veremos a varias de esas estrellas finlandesas que han pasado por el Festival y sobre todo un deseo: que podamos ver las caras lordianas al natural.

 

 

Reyes del Amor 06/07/06

 

 

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