SU CANCIÓN

Ya falta menos para la gran cita. Todos contamos los días pasar del calendario para sentarnos ante el televisor, aquellos más afortunados lo harán en directo, y disfrutar de una buena noche de canciones, espectáculos y desconcertante espera para conocer el país ganador y por ende anfitrión del festival en 2013.   Parece que fue […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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SU CANCIÓN

Ya falta menos para la gran cita. Todos contamos los días pasar del calendario para sentarnos ante el televisor, aquellos más afortunados lo harán en directo, y disfrutar de una buena noche de canciones, espectáculos y desconcertante espera para conocer el país ganador y por ende anfitrión del festival en 2013.

 

Parece que fue ayer cuando comencé a seguir de lleno el Festival, cuando en 2004 vi de casualidad la semifinal y me prendé de la diversidad y el colorido musical de aquella edición. Ya estamos en 2012, un año muy especial, en el que el Festival de Eurovisión nos muestra como nada es para siempre, como todo pasa y llega, aunque lo nuestro sea pasar. Bakú, capital de Azarbaiyán, acoge este evento europeo, consolidado, que forma parte de la historia de unidad del Viejo Continente. ¿Preparados?

 

Todas las canciones ya se conocen, ya sabemos que ofrece cada televisión nacional y encontraremos en el escenario innovador del país oriental. A mi juicio, España este año tiene posibilidades, quizá no de ganar, pero sí de quedar en una buena posición, algo soñado por muchos de nosotros desde hace tiempo. Una canción para…

 

Una canción para declararse. Roman Lob – Standing still (Alemania). El último país anfitrión del Festival ha aprendido en los últimos años a ofrecer sencillez y calidad en un binomio. El intérprete por Alemania interpreta esta bellísima canción, cargada de sentimiento y fuerza, que nos aporta esperanza y ánimos, porque si permanecemos, si somos los últimos en caer, siempre venceremos. Quizá ese ha sido el secreto alemán, resistir y vencer. No creo que esta canción llegue muy lejos en el marcador, pero sí creo que se hará notar y que, además, Jamie Cullum puede iniciar una buena carrera musical si sabe explotar el perfil que ofrece en su videoclip.

 

Una canción para nostálgicos. Kaliopi – Crno i Belo (ARY Macedonia). Un país diminuto pero constante, que no desiste en su intento por alzarse con la gloria eurovisiva. En esta ocasión apuesta por el “blanco o negro” de su canción. Una voz madura y experta que trae ritmos muy melódicos, muy traidcionales, por lo que nostálgicos, como cualquier fotografía en blanco y negro. Quizá Kaliopi debiera endiosarse, que no “divizarse”, sobre el escenario, huyendo de coreografías aburridas y apostando por colorear el escenario azerí con su voz y su traje, poco más.

 

Una canción para enamorarse. Iris – Would you (Bélgica). El país del chocolate, los mejillones y las frites se reencuentra consigo mismo en Bakú. Al fin Bélgica nos trae “calidad de la buena”, una balada ligera, que aspira al pop más básico, que bien pudiera haber ganado cualquiera de los festivales de la década de los 90 liderados por Irlanda. La dulzura, delicadeza y encanto inocente de Iris juegan a favor del país del goffre, un canto para aquellos que están a punto de enamorarse.

 

Una canción para el verano. Ivi Adamou – La La Love (Chipre). Fue la primera canción que conocí de este festival y me encantó. Quizá repité el cliché mediterráneo pero resulta impresdincible que una canción de Eurovisión aparezca en alguna recopilación de verano de ese mismo año. Chipre trae en esta ocasión la frescura, el color y la alegría de Ivi. El directo perderá mucho de no ser que jueguen con la puesta en escena y la intérprete mejora su método, sin embargo, creo que Chipre podría pasar a la final y conseguir una digna posición como desde hace tanto tiempo no lo hace, si no mal recuerdo, desde 2004.

 

Una canción para historias épicas. Eva Boto – Verjamem (Eslovenia). Una voz como sólo Eslovenia sabe ofrecer, un carisma como sólo transmiten los ojos de Eva, una mística como sólo el esloveno transmite modelado en canción. La propuesta de este país adriático no creo alcance altas cotas de popularidad, pero si merece especial mención, sobre todo cuando el entorno melódico recuerda a un cuenta de caballeros y princesas en aquellas tierras eslavas…

 

Una canción para triunfar. Pastora Soler – Quédate conmigo (España). Por primera vez, sin necesidad de acudir a aparatosas finales, metodologías de selección o realities musicales, España apuesta de lleno y en serio por aspirar a ganar o al menos conseguir un buen resultado en el Festival de Eurovisión. Pastora Soler es desgarro, fuerza, arte y pasión en directo. El duende será eurovisivo y la posibilidad española. Si en esta ocasión España no resulta bien parada, creo que debemos plantearnos muy en serio el devenir del Festival. No hablamos de patriotismo, sino de simple coherencia. Ahora llevamos intérprete, canción y calidad. Dependerá de otros factores.


Una canción para la soledad. Ott Lepland – Kuula (Estonia). La canción estonia, que al español viene a ser “Escucha” trae los colores frios de la bandera nacional de este país, por no decir el estilo tradicional de las baladas de los países del norte. Me recuerda mucho a la canción sueca de 1995, la propia estética del intérprete de Estonia es similar a la del sueco que quedó en tercer lugar aquel año (en el que nos alzamos con la segunda posición…). La canción, en estonio, apela al silencio, al arcoiris, a la sombra, a la voz… Poesía hecha música para esas tardes en las que todos necesitamos reflexionar.

 

Una canción para imaginar. Anggun – Echo (You and I) (Francia). Francia intenta innovar, consiguiendo buenas apuestas como las que este año nos propone. Mezcla de músicas y estilos que encuentran la guinda especial en esos silbidos y tonos orientales. ¿Acaso no os habéis imaginado sobre qué iría la canción antes de ver el videoclip? Por cierto, muy propio de la gran Mylène Farmer. La voz de esta intérprete es sensacional, deja volar la fantasía interior de cada uno ¿quién nos silbaría de ese modo tan de marcha militar?

 

Una canción para la fiesta. Eleftheria Elelftheriou – Aphrodisiac (Grecia). Imprescindible que Grecia se cuele con mayor o menor intensidad en mis listas y, claro está, en las de festejar y bailar. Sí, el mundo mediterráneo adora la celebración, pero ¿qué es acaso el Festival? Desde Sakis Rouvas en 2004 hasta ahora, Grecia ha sabido explotar bien su repertorio. No es una canción que sorprenda, pero sí aporta al festival ese aire de alegría y anticipo del verano, muy en la línea de Chipre. Espero que Grecia triunfe, al menos, en la música.

 

Una canción con chispa. Izabo – Time (Israel). Originalidad, en parte, por la canción del país asiático. Si mezclásemos en un caldero una canción turca de los 80, con un fondo instrumental de una película del destape española, el videoclip de Daniel Diges en el circo y Dana Internacional tendríamos por resultado esta canción y su correspondiente videoclip. Alegre, simpático y con aires orientales, de los de verdad, como sólo Turquía sabe traer, y ahora Israel. Me gusta esta canción para pasear por la ciudad y mirar lo que ocurre en ella.

 

Una canción pegadiza. Anmary – Beautiful song (Letonia). El poco mérito de esta canción es tener mérito de presentarla a Eurovisión. No es gran cosa, no tiene una letra destacable ni es una aportación desmesurada, pero su ritmo es tan pegadizo y sencillo que desde que la escuché no he podido olvidar en ningún momento. Sencillez y simplicidad frente a lo aparatoso que en ocasiones Letonia hace su espectáculo (recordemos 2008). Una canción de guardería, pero no por ello menos merecedora de conseguir, al menos, pasar a la final.

 

Una canción de todos. Mandinga – Zaleilah (Rumanía). Una canción con aires latinos y cíngaros, cantada en español con matices en inglés, ¿acaso no es una buena fusión que es a la par metáfora de la Europa que todos queremos? La canción de Rumanía es candidata a ser otra de esas que pongamos en nuestro coche este verano cuando vayamos a la playa. De nuevo, Rumanía hace uso de lenguas diversas, como ya lo hiciera con el italiano en 2006 (Tornero) o con los maltrechos Todomondo. No creo que los rumanos aspiren a mucho más que una modesta posición en la final (¿o sí?) pero hay que reconocer que es una de las canciones más movidas de esta edición.

 

Una canción para la ironía. Buranovskiye Babushki – Party for everybody (Rusia). Las abuelas rusas, como todos las conocemos, hacen alarde de la complejidad de su lengua y optan por un nombre artístico cuanto menos complicado de pronunciar para los latinoparlantes. Las que fueran en otros tiempos muñecas matriuska, ahora se pasan al espectáculo eurovisivo y apuestan con la ironía (como siempre, viniendo de Rusia, política), en la tierra azerí. Las chimeneas que le acompañan al inicio de su canción sobran, pero aportan ese estilo frikicool que se ha convertido en un clásico por desgracia. No creo que nos vayan a dar grandes sorpresas ya que la gracia la tienen los ucranianos (2007) y no los rusos. Lo siento Putin.

 

Una canción para innovar. Loreen – Euphoria (Suecia). Gran favorita, todos lo sabemos, Loreen puede alzarse con la corona eurovisiva en la próxima edición del Festival. Sin embargo, primero deberá superar una semifinal, y puede que le ocurra el efecto Xandee 2004 o Ryan 2006, es decir, partir como favorita y darse guantazo. Sí, ya sé que Xandee estuvo en la final, pero los resultados finales fueron muy lamentables (para mí). El festival se bate entre la Europa del Este y la Nórdica, que si Rusia, que si Noruega… Admito que tanto septemtrionalismo me aburre sobremanera y que esta canción me encanta pero de tanto escucharla puede que pierda chispa. Espero que Loreen sea más carismática en su puesta en escena y deje de lado las coreografías de películas ninja de los 80. SI hablamos de “eurphoria” tiene que transmitírnosla, no hacer amagos. ¿Nos vemos en Suecia 2013? Me encanta las sorpresas.

 

Una canción para colorear. Gaitana – Be my guest (Ucrania). La cantante hija de ucraniana y guineano, o al revés, no me acuerdo muy bien, pone la nota de color (y sin ironía) al festival. Es la única canción que podría ser bailada en un macroconcierto. Claro está, Gaitana no ha descubierto la pólvora, es la Shakira de los Cárpatos. Su canción aspira a ser la canción de la Europa 2012, que se celebrará entre Ucrania y Polonia (un país que lo ha dado todo por el fútbol, dejándole todo el protagonismo futbolero y eurovisivo a Ucrania). Igualmente no creo que Gaitana repita una victoria ruslaniana como la de 2004 (recuerdo mucho este año por lo que veo… ¿augurios?), pero sí estoy seguro que dará mucho espectáculo a una de las ediciones más baladistas de los últimos años.

 

Sin más, os dejo estas consideraciones previas. No están todas ya que no creo que todas lo merezcan… Me dejo algunas dignas de mención como Turquía, Montenegro o Finlandia, pero no creo que aporden algo nuevo a la Historia del festival… Quizás entre ellas se encuentre la ganadora, pero como ya sabemos, no siempre gana “la mejor”, sino la más votada. Esta semana es la recta final, ¿qué pasará? En parte dependerá de nosotros.

 

¡Hasta dentro de unos días!

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