“SEÑORA, ES USTED MARAVILLOSA, PERO ESTAMOS EN 2011″

La frase con la que encabezo el artículo es la que pronunció al final de la actuación de Lys Assia, uno de los invitados de la Gala de la Preselección suiza para el Festival de 2012, en concreto, el actor español, Carlos Leal, que muchos conocen por su papel de Noiret en “El Internado”. Por […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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“SEÑORA, ES USTED MARAVILLOSA, PERO ESTAMOS EN 2011″

La frase con la que encabezo el artículo es la que pronunció al final de la actuación de Lys Assia, uno de los invitados de la Gala de la Preselección suiza para el Festival de 2012, en concreto, el actor español, Carlos Leal, que muchos conocen por su papel de Noiret en “El Internado”. Por cierto, sorprendente su manejo del alemán, del francés y del italiano, idiomas en los que se ha expresado durante todo el programa televisivo, sorprendente por venir de un país en el que eso de hablar en otras lenguas no suele ser muy común.

 

 

Muchos han considerado poco delicadas esas palabras que en realidad, apoyaban otras similares de otro de los invitados a esa gala y que resume la posición que algunos hemos mantenido desde que escuchamos por primera vez la canción de la primera ganadora de la historia de Eurovisión.

 

 

En contra de lo que pudiera parecer, los invitados mostraron sus respetos por una mujer que es historia viva de Eurovisión y de la música suiza, una cantante que ya ha tenido la oportunidad de representar a su país en tres ocasiones y una persona que quiso rememorar viejos éxitos en los escenarios europeos.

 

 

Soy consciente de que era la favorita de muchos, al menos así lo demostraba la encuesta realizada en Eurovision-Spain. Sin embargo, me vais a permitir que yo no me deje llevar por la nostalgia y juzgar a Lys Assia solamente por la canción que presentó en esta ocasión, cuyo título era “C'etait ma vie”.

 

 

Siempre según mis gustos, Lys Assia volvió a lucir espléndida en el escenario de la televisión helvética, la defendió con una voz por la que no pasan los años y con la misma elegancia que la convirtió en todo un símbolo para el Festival. Sin embargo, la canción como bien comentó Carlos Leal era antigua, muy antigua, o vintage, si queréis los más finos. Me parece que un artista puede perdurar en el tiempo pero si no evoluciona, difícilmente puede competir con otros que empujan fuerte.

 

 

Algunos pensaban que los suizos iban a votar con el corazón y no con los oidos, iban a apostar por el sentimentalismo de enviar a una vieja gloria querida entre los eurofans más acérrimos e informados, o incluso romper con esa imagen de que Eurovisión es un evento para cantantes casi casi principiantes.

 

 

Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que no ha conseguido conmover el corazon de sus compatriotas y difícilmente lo hubiera hecho en el resto de Europa, mucho más cuando ahora participan países a los que el Festival de 1956 les suena a la prehistoria, por no hablar de las generaciones jóvenes a las que les resulta indiferente lo que ocurrió en aquella cita.

 

 

Todavía si hubiera presentado otro tipo de canción más acorde con los tiempos, incluso en versión balada, me hubiera hecho gracia su retorno pero no era así.

 

 

Y en el fondo, hay que parar a pensar un poco. Lys Assia tuvo ya su momento, ahora debemos rendirle pleitesía y admiración, pero eso no nos puede llevar a encumbrar una canción que podría haber participado hace 50 años. Algunos creemos en la evolución en todos los órdenes de la vida y también en el mundo de la música.

 

 

Dicho todo esto con el máximo respeto hacia ella y hacia quienes la apoyábais, me parece que la primera canción elegida para estar en Baku es excelente. El grupo Sinplus puede lograr que por fín Suiza esté en los puestos altos de la clasificación con una canción llena de energía, con un magnífico directo y mucho más actual que la mayoría de las catorce que pudimos escuchar en la Preselección suiza.

 

 

Es una buena apuesta y esperemos que se saquen la espina de la injusticia que se cometió con ellos en 2011 que por cierto no es la única que ha padecido Suiza.

 

 

En cuanto a la preselección en general, fue una muestra bastante decente para lo que estamos acostumbrados aquí en España. Me gustó Chiara, aunque quizás le faltase un algo a la canción para hacerla más atractiva; Ivo llevó una canción interesante cuyo título “Peace & Freadom” hubiera sido un gran mensaje para Baku y Katherine, una canadiense que quiso emular a Celine Dion con una interpretación bastante sólida de su canción.

 

 

Pero, amigos, esto no ha hecho más que comenzar….

 

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