Queridísimas amigas:

Lo malo que tiene ser una eurovisiva de pro (como pretende ser servidora) es que nunca le sale elegida la canción que una quiere. Ésta es, amigas, la gran cruz con la que debe cargar una todos los años. Qué coraje. Y quien diga lo contrario miente o se hace la boba. Evidentemente esto acarrea una desazón muy grande en nosotras y un desgaste en esto de ser seguidora del Festival que acaba (que ha acabado y que acabará) con muchas de nosotras. Desde 1999, fecha en que comencé a navegar en Internet y conocí las primeras webs sobre Eurovisión, he conocido  (y también perdido la pista) a muchísima gente interesada en el Festival. No quiero nombrar a ninguna por no hacer un feo olvidándome, con toda seguridad, de alguien, pero he de constatar que, la mayor parte de las que tenido el gusto (a veces, el disgusto) de conocer ya no están por estos lares, porque han abandonado definitivamente el ESC y ahora lo siguen sin el mayor interés. Buscar culpables no es el motivo de este comentario, pero debo decir que nuestra TVE ha tenido, en todos estos años, mucha culpa, aunque no toda la responsabilidad es del Ente Público. Por todo ello, he querido dedicar este comentario a quienes siguen en la brecha, a los que se siguen interesando por el ESC y que, salga quien salga, sigue ilusionado por un evento musical que tiene más de 50 años.

Este año, aunque para muchas sea un año terrible, yo no lo veo tan negro ni tan malo. Es diferente, como casi todos los festivales. Además, pese a lo mucho que se dice, se escribe, se rumorea y se vaticina, el ESC nunca se termina de perfilar en las preselecciones o en las elecciones internas que hagan las televisiones europeas, sino en las dos noches de la Semifinal y de la gran Final. Y punto. Por mucha preselección (tipo Melodifestivalen) que anteceda al festival, por muy famoso que sea el intérprete elegido en una zona determinada (tipo Dima Koldun o Natalia Barbu, en las repúblicas de Este), por muy bueno que resulte el video-clip promocional (tipo el de DJ Bobo con "Vampires are alive"), por mucha veteranía que se presuma tener sobre el escenario (tipo Evridiki) o, por lo que sea, el verdadero festival lo veremos en mayo en Helsinki. Lo demás, es sólo una referencia. 

Y ya que hablamos de rumores o de vaticinios, servidora es de las que piensa, desde hace varios años, que el ESC, próximamente, caerá en Rusia o Rumanía. Aunque luego, aparecen unos Lordi, una Helena Paparizou o una Sertab que te rompe la predicción y tú te quedas como una mamarracha tipo Aramis Fuster o Cristina Blanco. Sin embargo, no somos pocas las que pensamos que ya son muchos festivales en los que Rumanía y Rusia pasan por el ESC rozando por los pelos la victoria y siempre estamos comentando que, en la próxima edición del Festival, será Moscú o Bucarest quien acoja el Eurovisión venidero. Y ya que estamos hablando de esa gran potencia eurovisiva como es Rumanía, comentemos la canción que enviará el país de los Cárpatos a Finlandia este año.

País: RUMANIA

Canción: LIUBI, LIUBI, I LOVE YOU

Intérprete: LOCOMONDO (o TODOMONDO)

Cuando Maite Ripoll llegó, toda ilusionada como una niña chica, con las canciones de la preselección rumana, ninguna de las dos nos podíamos imaginar que muchos de aquellos temas, que eran los que más nos gustaban, iban a quedarse en el camino, verbigracia de las descalificaciones y de la retirada de las chicas de Indiggo. Por ello, la Selectia Nacionala 2007 de Rumanía tuvo, para nosotras, un final amargo.

          Simplu & Andra, ¡Qué bien hubiera estado esto en Helsinki! 
                          ¡Qué pena que los descalificaran!

De entrada, nuestra favorita era, sin ningún género de dudas, el "Drácula, my love" de Simplu and Andra; pero, la mala suerte de haberse emitido un pequeño fragmento del tema en una actuación de Simplu en un especial de la MTV en el pasado, hizo que la Organización terminara por descalificarla, pese a ser un tema con muchísimas posibilidades. Se trataba de una canción divertida, desenfadada, fresca y con una coreografía original (sin muchas estridencias rumanas).

Y, como siempre me pasa en el ESC cuando a una le dan un pequeño disgusto, de repente todo lo demás me parecía una basura. Aquel ramillete de perlas que descubrí con Maite se me marchitó y dejaron de gustarme las canciones rumanas que quedaron tras las descalificaciones posteriores y en las semifinales. Para empezar le cogí un coraje tremendo a "Un pot sä ui" de Tibi Scobiola, una balada eslava.  que, gracias a la voz quejumbrosa y a la ingeniosa interpretación de Tibi, la convierte en una experiencia musical interesante. Físicamente, él tiene su tirón con su barbita de tres días cuidada, sus gafas Bonardi de pata ancha, trajeado y con una muy buena planta que hace, como diría mi tocaya Massiel, que me lo quiera pedir para Reyes.

El tema "Time" de Ionut Ungureanu-Provincialli que tanto me gustaba porque tenía unos silbidos la mar de interesantes, se me hizo una cosa insufrible, al igual que "Dulce amaruie" de Nico que ahora me parecía una balada eslava con un estribillo tremendamente repetitivo. Tampoco me decía nada la "aciverada" latinada de "No podré vivir", de la mano de Marcel Pavel, al que todas recordamos como el calvito que hizo pareja con Monica Anghel en el Esc'2002. Y mucho menos me decían ya los Morando & Wassabi con su "Crazy", el tema dance de rigor de toda preselección rumana que se precie.

              Aquí los tenemos a todos posando para la foto promocional 
                   que se difundió con motivo de la preselección

Lo único que me tranquilizó un poco el ánimo fue descubrir que, al menos, el público rumano tuvo dos dedos de frente y eligió el segundo tema que me gustaba. Y que ha resultado ser, como todo el mundo sabe, el "Liubi, liubi, I love you" de los Locomondo (o Todomondo, como han pasado a denominarse posteriormente).

Desde que oí esta canción pensé que era una cosa original. La originalidad, la sorpresa o lo novedoso, amigas, es un elemento importantísimo en el ESC. Ya sé que con esto nada nuevo estoy diciendo que no se haya dicho. Pero, a fuerza de saberlo y no trabajarlo, resulta ser un elemento que debe estar siempre en toda canción que busque hacer algo en Eurovisión. Después de veintitantas canciones, el público recordará sólo unas pocas. Y, entre esas pocas, está siempre una que les ha llamado la atención por alguna cosa novedosa o no muy vista en el ESC.

                Los componentes de Locomondo/Todomondo 
               en los pasillos tras su actuación en la semifinal

La novedad en esta ocasión está en unos pequeños detalles. De entrada, el cantante principal sale con chistera y fumando una pipa. Al poco de cantar, alguien le quita la chistera y de ella sale una paloma. Luego, interviene el resto del grupo. Cantan  formando una simpática coreografía que me recuerda a la fila que formaban los humoristas de aquel programa de televisión llamado "No te rías que es peor", en el que los humoristas intentaban hacer reír, contándole chistes, a un concursante que debía permanecer impasible. Aquí sucede algo parecido, pero en lugar de contar chistes los integrantes del grupo cantan en varios idiomas diferentes (incluido el español) una estrofa de la canción, en clave de humor. Todo se desarrolla en un clima de divertida cordialidad, mientras se nos vende un tema folk, resultón, algo descarado, desenfadado y con mucho gancho.

Sin que sea necesario que saquemos un polígrafo, todas sabemos que Rumanía va a hacer una buena cosecha de votos no sólo de la recolección de llamadas de la población emigrada rumana repartida por toda Europa, sino por llevar un tema que Maite Ripoll denomina "funny", por original y por propiciar un clima de cordialidad y de bromas en su interpretación. Por tanto, salvo sorpresa de última hora, podemos decir que en el ESC'2007 Rumanía volverá a hacer un Top 10 sin muchas complicaciones. Este país recibe últimamente 12 puntos de España. Sin embargo, aunque ya poca gente se acuerde, pese a no haber pasado muchos años, hubo una época en que nuestro país siempre le daba sus twelve points a Alemania, llevase lo que llevase. Para que luego digan las entendidas en el ESC que los países siempre se dan sus máximas puntuaciones a las mejores canciones. Y es que donde esté un buen número de emigrantes gastándose sus euros en votos a su país, que se quite la calidad musical (y si no que le pregunten a Rosa por qué Bélgica, Suiza o Alemania le dieron 12 puntos a aquel engendro llamado "Europe's living a celebration).

Bueno, chicas, pues esto ha sido todo.

Saludos variados desde Lanzarote.

MASHIEL