RESUMEN DE 2019 Y EXPECTATIVAS PARA 2020

De nuevo saludos a los y las eurofans que seguís esta página. La verdad es que me hubiera gustado escribir esta columna mucho antes, pero por mucha pasión que se tenga por algo, los quehaceres diarios son obligación. Me apetece mucho escribir sobre lo que ha sido el año eurovisivo para España como siempre desde […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
IMAGENES WEB-03

RESUMEN DE 2019 Y EXPECTATIVAS PARA 2020

De nuevo saludos a los y las eurofans que seguís esta página. La verdad es que me hubiera gustado escribir esta columna mucho antes, pero por mucha pasión que se tenga por algo, los quehaceres diarios son obligación. Me apetece mucho escribir sobre lo que ha sido el año eurovisivo para España como siempre desde mi punto de vista personal. Aunque tarde, siempre está bien un balance del año 2019 desde el punto de vista eurovisivo y aventurar los retos del 2020, en el que ya estamos inmersos.

Miki y La Venda. Jugamos como nunca y perdimos como siempre

Otro año más tuve la sensación de deja vu eurovisivo que nos invade durante casi todos estos últimos años, aunque esta vez me recuerda a la frase del mítico Luis Aragonés. Teníamos todos muy buenas vibraciones tras muchos años de cabreo con la delegación española debido a varios episodios que todos conocemos. A diferencia de otras ocasiones, se hizo muy buen trabajo desde que Miki fue elegido, contratando a un director artístico de prestigio como Fokas Evangelinos, y teniendo todo el trabajo prácticamente acabado antes de llegar a Israel.

Aunque esta vez hemos gustado y hemos hecho bailar de los lindo, no hemos convencido. Había muchas propuesta que para mí eran superiores a la española, y eso es lo que no nos ha permitido entrar en los top 10 de los jurados (tan sólo 1 punto de Rusia). Es importante recordar que sólo se vota a diez países, y solo con quedar undécimo, ya no se reciben puntos. Probablemente no se ha entendido la puesta en escena conceptual de La Venda y quizás se tenía que incidir en el aspecto más fiestero de la canción, aunque hablar a todo pasado es muy sencillo. Como satisfacción, destacaré cómo Miki hizo bailar a toda Europa con su canción, incluído la fiesta que montó en la Green Room.

De todas formas me quedo con la parte positiva de este año. Al contrario que el año anterior, se ha hecho todo un trabajo de planificación y ensayos desde que La Venda fue elegida para representarnos. Miki y su equipo lo dieron todo en el escenario y hasta hicieron bailar a sus colegas en la Green Room. Por una vez no se ha dejado todo a la improvisación y no se ha visto dejadez ni nada parecido. Se le puede decir a Ana María Bordás que éste es el camino que hay que seguir, pero que no es suficiente.

Para elegir la canción que nos representaría se dejó todo a expensas de una gala de preselección entre los cantantes de Operación Triunfo y a expensas de las aportaciones de los compositores que quisieran colaborar. Todo con una apariencia de improvisación total, aunque en las bases de OT figurara que podrían optar a Eurovisión. Además, las canciones no entusiasmaban a priori, exceptuando La Venda y Muérdeme (desde mi punto de vista personal). Para rematar se hizo una tremenda injusticia con el que más estaba interesado en ir a Israel, que era Famous. La canción que le asignaron no le hacía ninguna justicia, valga la redundancia.

En resumen, hemos sabido elegir la canción y el intérprete, pero no hemos logrado conseguir el pack completo. Y a Eurovisión tenemos que conseguir llevar algo que alguien decía el producto: canción, intérprete, puesta en escena.

Melani García y la vuelta a Eurovision Junior. Retorno al pasado

Con este título de una película clásica Jacques Tourneur quiero expresar el júbilo que supuso regresar a Eurovision Junior por la puerta grande tras trece años de ausencia. Por fin parece que escucharon nuestras plegarias y RTVE decidió regresar a un festival que nos ha dado muchas alegrías, un festival donde no hemos bajado del cuarto lugar y que como todos sabemos más que de sobra, ganamos en 2004 con la victoria de nuestra querida María Isabel.

Para esta ocasión se eligió a Melani García, cantante lírica conocida por haber ganado el concurso de talentos La Voz Kids. A todos nos encantó su elección desde el principio, puesto que sabíamos que podía dar un toque distinto en el festival. En cuanto pudimos escuchar Marte y luego pudimos ver el videoclip, la expectativa fue aún mayor, realzado además con una letra sobre un tema de actualidad como es la emergencia climática. Y por supuesto, Melani. Es tan encantadora que nos ha enamorado a todos.

Una vez en Gliwice, pudimos comprobar que los deberes estaban muy bien hechos. La actuación de Melani fue apoteósica, con una puesta en escena impecable. Por fin llevábamos el tan hablado pack necesario para triunfar: artista; canción; puesta en escena. Por fin los eurofans pudimos tuvimos la sensación de que podíamos ganar un evento musical relacionado con Eurovisión tras muchísimos sinsabores. Y casi lo conseguimos; quedamos en un tercer lugar que al principio nos supo a poco, pero que hay que valorar como un triunfo.

Desde aquí me gustaría felicitar a Ana María Bordás por su excelente trabajo con la delegación española y por cómo arropó a Melani y a sus coristas durante todos aquellos días. Le hemos criticado en otras ocasiones, pero en esta ocasión es obligado reconocer su gran trabajo. Poco a poco se ve cómo va cogiendo protagonismo con la delegación española y cómo este trabajo puede tener su recompensa.

Elección de Blas Cantó. Grandes Esperanzas

Con el título del clásico de Dickens, no quiero pasar por alto la designación de Blas Cantó como nuestro representante en Rotterdam este año. Desde el punto de vista personal me parece una elección muy afortunada. Por un lado, él siempre ha querido representar a España en Eurovisión y siempre ha manifestado sus deseos e ilusiones al respecto. De hecho, intentó representar a España en Eurovisión Junior 2004 y unos años más tarde lo intentó como integrante de desaparecida boyband Auryn. Por otra parte hay que sumar que es un artista más que contrastado, cuya calidad ha quedado más que demostrada tanto en su participación en Tu Cara Me Suena como en muchos éxitos como “Él no soy yo” o “Si te vas”.

Además parece que se le ha dado libertad artística y creativa para componer su canción para eurovisión. Espero que esta tónica se mantenga y que de cara a Rotterdam no hay intromisiones en su trabajo como sucedió en otras ocasiones. No obstante, crucemos los dedos puesto que aunque la trayectoria de Ana María Bordás va progresando de manera positiva, yo no me fío de lo que Toñi Prieto pueda hacer o dejar de hacer.

Desde aquí sólo quiero desearle la mejor de las suertes y que nos dé una gran alegría a todos los eurofans con un buen puesto. Y como soñar es gratis, ojalá nos trajera la victoria a nuestro país tras una sequía que se prolonga desde 1969. Sería el mayor de los regalos que podríamos recibir todos y todas los que amamos el festival.

Respecto a la elección de Blas y consideraciones para el futuro

Ante todo siempre he defendido que tanto una preselección como una elección interna son dos opciones igual de legítimas. Como escribí en mi primera columna, hemos tenido aciertos y malas designaciones usando ambos métodos.  Ahora bien, dado la apatía que caracteriza a RTVE para organizar una preselección de altura en los últimos años, considero que la designación interna (o “dedazo” como lo llaman algunos) ha sido lo correcto, con una elección en la que todos o casi todos estamos de acuerdo.

No quiero obviar aquí una de los puntos que siempre he defendido en redes sociales y ante mis amistades eurofans. Siempre he defendido que había que desligar Operación Triunfo como método de selección de representante para Eurovisión. No vería mal que el ganador o los finalistas pudieran tener acceso directo para una gala de preselección, pero que OT sea el método exclusivo es injusto y discriminador. Deja sin ninguna oportunidad a otros artistas o grupos que les haría mucha ilusión ir al festival.

Mientras tanto seguiré soñando y esperaré otro año más a que haya un formato de preselección nacional en mi país a la altura de otros países eurovisivos, todo ello complementado con una programación musical en televisión pero de verdad, como la había antes, y no reducida a programas de talentos y excepciones como La Hora Musa o Los Conciertos de Radio 3.

Como colofón, felicitar también a los amigos de esta página por La Elección Interna 2020 que nos hizo disfrutar tanto en verano, y que podría ser un señuelo de cómo se podría organizar una serie de galas con canciones llenas de calidad, diversidad de estilos y diversidad lingüística. Sólo con este ramillete de canciones tendríamos para dos Melodifestivalen y ser la mejor preselección de Europa.

Conversación