RESACA POSTEUROVISIVA

¡Hola de nuevo! Ya ha pasado una nueva edición de nuestro festival favorito y creo que pocas veces ha habido tantas cosas que comentar. Desde el nuevo sistema de votación, con todo lo que ha traído consigo, hasta las reacciones de muchos eurofans por temas como el puesto de España o las declaraciones de Federico […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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RESACA POSTEUROVISIVA

¡Hola de nuevo! Ya ha pasado una nueva edición de nuestro festival favorito y creo que pocas veces ha habido tantas cosas que comentar. Desde el nuevo sistema de votación, con todo lo que ha traído consigo, hasta las reacciones de muchos eurofans por temas como el puesto de España o las declaraciones de Federico Llano, diría que esta es la edición más polémica de los últimos años… Y, como no podía ser de otra forma, a mí también me gustaría dar mi opinión al respecto.

Empezaré con mi ya habitual NO A LOS JURADOS. Cada vez queda más patente que introducir la figura de “jurados profesionales” (siempre entre comillas) es un equivalente a dar la mitad del poder de decisión a personas aleatorias. Vale, personas del mundo de la música, pero que probablemente no hayan escuchado nunca las canciones, que votarán basándose en sus gustos igual que cualquier eurofán, que elaborarán su lista definitiva “al tuntún” (no es fácil poner en orden 26 canciones… Que se lo pregunten a un miembro del jurado danés, que encima los puso al revés) y para los que a veces primarán factores como la voz por encima de lo verdaderamente importante, que es la canción. Ojo, no estoy diciendo que no se deban valorar también la voz o el directo, pues lo justo sería valorar el conjunto, pero en cualquier caso creo que la EUR debe plantearse muy seriamente si quiere seguir recurriendo a jurados profesionales que permiten que Estonia quede última (mientras Malta acaba ¡primera!), sólo por poner un ejemplo.

En cuanto al NUEVO SISTEMA DE VOTACIÓN, debo reconocer que los suecos han conseguido lo que se proponían y ha sido todo muy emocionante. De hecho, sólo veo un par de pegas: la primera es que darle tanta importancia al voto del jurado me parece un insulto (millones de personas pendientes de ver a qué canción habían votado los cinco individuos de cada país) y la segunda es que al haber tantos puntos para repartir se han trastocado todas las listas de récords. Claro que esto es algo que ya ocurrió en 2004 y que en realidad no me parece mal. Ah, y como dato anecdótico, parece que a Ucrania le traen “suerte” los cambios en el sistema: ganó tanto en 2004 (introducción de las semifinales) como el pasado sábado (votos de jurados y televoto conjuntos) y quedó segunda en 2008 (introducción de dos semifinales). También parece que le trae suerte incluir en sus canciones fragmentos en alguno de sus idiomas oficiales: tanto Ruslana como Jamala ganaron con temas en los que había frases en ucraniano y tártaro de Crimea respectivamente.

En general, y aunque ya he dicho en alguna ocasión que el nivel de este año ha sido, en mi opinión, inferior al de ediciones anteriores, creo que el BALANCE GLOBAL ha sido ACEPTABLE. Parece que cada vez más países se toman Eurovisión más en serio. Independientemente de mis gustos, creo que todos los países del top ten tenían algo que aportar, pero también apuestas como las de Países Bajos, Hungría, Letonia, Serbia e incluso República Checa e Islandia eran muy completas y se habrían merecido un puesto en la parte (más) alta de la tabla. Las excepciones serían Reino Unido (es toda una potencia musical, seguro que pueden aportar algo mejor que el ‘You are not alone’ de este año; y esto se puede aplicar también a todos los países nórdicos) o Croacia (no ya por el directo de Nina… ¿De verdad alguien pensaba que ese vestido era buena idea? ¡Merecídisimo Barbara Dex!).

¿Que qué pasa con ESPAÑA? Sinceramente, creo que no hay nada que decir. Es una pena que el televoto dejara a Baréi tan malparada, pero no se puede obligar a nadie a votar (aunque en Azerbaiyán piensen lo contrario). Su actuación fue notable y casi de sobresaliente, la canción era de las más frescas de la noche y la puesta en escena estuvo a la altura de las mejores, y sin recurrir a demasiada parafernalia. Esos únicos 10 puntitos del televoto nos dolieron a todos, pero es lo que hay, y tampoco es la primera vez que canciones francamente buenas quedan así de mal en Eurovisión. Por suerte, el jurado le dio un empujoncito que la alejó de lo que podía haber sido un (todavía más) inmerecido último puesto. Evidentemente, hay que cambiar la forma en que TVE se plantea su presencia en Eurovisión, pero no por el mal puesto de este año, sino por todo lo que hemos tenido que tragar desde Operación Triunfo.

Además, la española no es la única delegación que tiene que darse un buen lavado de cara. Como ya he dicho, en el Reino Unido tienen que cambiar muuuuchas cosas, y también Alemania debería considerar si el sistema que usan es el adecuado: han quedado mal en los últimos cuatro años a pesar de que sus preselecciones suelen ser de las mejores del continente. De hecho, estaría bien ELIMINAR EL BIG FIVE o que los países que lo conforman pasen en barbecho un par de años y vuelvan con energía renovada. Aquí evidentemente no incluyo a Italia, que año tras año lleva apuestas de calidad y que en este 2016 se podría haber colado perfectamente en el top ten, igual que ha hecho Francia.

Y hablando de abandonar el festival, tampoco echaría de menos a MALTA. ¿Cómo puede ser que, año tras año y lleven lo que lleven, acaben en el top ten (o cerca) del jurado? Cuando la canción es buena (véase 2013) no importa, o cuando se quedan en semifinales de todos modos (como en 2010, 2011 o 2015), pero creo que este año Ira Losco ha conseguido un puesto absurdamente alto para la tontería de canción que llevaba y que encima no supo defender (me da igual que estuviera embarazada, no es la primera ni será la última que se ha subido al escenario en estado de gestación). Yo, en un arrebato, ya he puesto a Malta última en todos mis rankings y no pienso votarla nunca mientras sigan llevando canciones tan desfasadas (sólo se salvan las de 2013 y 2014) y encima sigan ocupando los primeros puestos.

Otra que puede desaparecer del panorama eurovisivo es RUSIA. Y, sinceramente, no tendría más remedio que darles la razón. Es duro ver que tu propuesta, que, por mucho que a algunos les pese, era una apuesta sólida y muy trabajada, gana el festival gracias a los votos de miles de personas pero se queda sin el título por culpa de (he hecho el cálculo) 205 personas. Y, para más inri, la medalla se la lleva tu acérrimo enemigo. Jamala es una gran artista y su canción era la que tenía más personalidad de toda la edición, pero para mí el verdadero ganador es el que queda primero en el televoto.

De momento eso es todo. Creo que me he excedido un poco con la longitud de la columna y con algunas de mis opiniones, pero estos días posteriores al festival hacen que no veamos la auténtica magnitud de las cosas. Sin embargo, yo siempre digo que las posiciones son algo anecdótico y que lo importante de Eurovisión es que te permite conocer canciones que estarán contigo aunque queden últimas… Cosa que ha ocurrido este año (Jüri, llevabas la mejor canción y la defendiste aceptablemente bien a pesar de la absurda puesta en escena. Merecías algo mucho mejor y desde aquí te deseo la mejor de las suertes en tu carrera).

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