PEOR, IMPOSIBLE

Sí hijos míos, el dicho de peor imposible lo podemos trasladar al atraco a mano armada que anoche hizo Televisión española con los seguidores de la esperpéntica primera gala para escoger cantante que nos represente en Moscú el próximo 16 de mayo. Uno, hasta dos errores se pueden permitir en un show, pero ese cúmulo […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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PEOR, IMPOSIBLE

Sí hijos míos, el dicho de peor imposible lo podemos trasladar al atraco a mano armada que anoche hizo Televisión española con los seguidores de la esperpéntica primera gala para escoger cantante que nos represente en Moscú el próximo 16 de mayo. Uno, hasta dos errores se pueden permitir en un show, pero ese cúmulo de despropósitos tan seguidos es un escándalo tan sonado que pasará a la historia como en su día, allá por 1983, lo hizo el despido inminente de Carlos Tena por llevar a su progre programa a Las Vulpes cantando “Me gusta ser una zorra“. Sí señores, aquel despido fue justo como lo debería ser el del responsable del desaguisado de anoche.

Hubo momentos en que no daba crédito, empezando por ese carromato en que llegó Alaska a la fachada del desvencijado teatro, es como si viésemos una película de aquellas de Almodóvar de los primeros tiempos, todo parecía como personajes de película cómica. Desde ese presentador, que no tenía ni idea de Eurovisión porque lo suyo son las motos, que lástima que no le diese por coger una y salir corriendo de aquel marasmo. Y el mito Alaska a mi anoche se me cayó, porque tras recalcar que pocas veces se veía cantar artistas en directo en nuestro país ella se desayunó con un bonito playback al final, vestida como lo hubiese hecho Katri Helena en 1979, por nombrar alguna antigualla televisiva. Ranciedad es la palabra que lo define todo. Hubo momentos, que como la cosa no tiraba, el guión era un engendro y había una falta de imaginación tremenda, la señora Alaska se tuvo que poner hasta con el rictus serio y parecer una especie de madrastrona, que le venía muy bien a su peinado al parecerse a Lily Monster, mandando callar a un público entregado a la memez más absoluta que supuso el “espectáculo”.

Y los jurados del Quinto Elemento, osea que los que realmente entienden de Eurovisión tengan que pasar por un cásting que casi acaba con la vida de uno al darse el castañazo de la noche debido a la maldita curva de un escenario diseñado para Blancanieves y los Siete Enanitos. Parecían piojos en costura, tanta gente para tan pocos metros cuadrados, era normal que no fuese la única caída de noche, también un participante de Athalis bailando se cayó al acabar el número. Si es que no sé como no hubo roturas de tibia y peroné a parte de la crisma. Esa curva de la pista, a qué estaba dedicada, ¿a las curvas de nuestra querida costa del Garraf? Para la próxima vez que tengan preparada la ambulancia en la puerta del curioso teatro, por si acaso.

Lo tremendo es que los otros cuatro “entendidos” estén sentados en su trona de sabelotodo para que los del Quinto Elemento tengan que defender una candidatura en sólo 15 segundos. Venga ya, si entre publicidad, la paja que soltó Alaska por su boca, y reiteraciones del muy mayor ya Uribarri, perdieron minutos y minutos de tiempo. Yo hubiese salido corriendo, lo siento, soy muy mayor para aguantar tanto desprecio en público. Es que no se les podía haber dado una silla, una posición más decente o algo más de tiempo para defender su propuesta para ser uno de los jurados. Venga ya, señores de televisión española, son ustedes unos tacaños desvergonzados, para tener en pantalla a la musa del progresismo ochentero que es Alaska o a los demás jurados que qué narices entienden de Eurovisión, en contra de los candidatos a jurado que no se pudieron lucir apenas nada.

Entre las perlas del jurado “VIP” estaba la que soltó la señora Orellana cuando le dijeron que Ketama fue a Eurovisión dijo: NOOOO, menos mal, sólo eran autores. Es decir, que ella da por supuesto que Eurovisión es algo ramplón y rancio. Claro, si vemos las mamarrachadas que hacemos en Televisión Española se entiende. Y luego, a qué venía hablar de Camarón o Paco de Lucía, ¿se cree esta que con ellos hubiésemos ganado?… Eso es mezclar churras con merinas… Y otro iluminado resultó el señor Canut que parecía que todavía no se había acostado desde la noche anterior con ese cúmulo de tonterías que dijo en todo momento a parte de esa cara de insustancial presencia ponía todo el rato.

Por supuesto que a Canut le ganó Garrido. Toni Garrido quiso poner la nota simpática cayendo en el tópico de que a Eurovisión tiene que ir el esperpento mayor del Reino, cantado cualquier memez donde las haya, pues hijo mío, ves tú mismo y te llenas de gloria. Más repelente no pudo estar en todo momento, hasta mal educado. Cómo les gusta meterse con Eurovisión a este atajo de listillos impertinentes con cara de ¿qué me estas contando ahora? El prurito no se lo quitan de la piel ni con agua hirviendo.

Y sigo cabreada, porque tampoco escogieron a nuestra propuesta, Luka (José García), nuestro compañero y el único que dio en su corto mensaje un poco de brío a las reiteraciones de los demás. Ya se encargaron de darle un mísero voto los jurados “VIP” para que no ganase. Después, al vencer Víctor Escudero puso algo de cordura a la lista de tonterías dichas por los demás miembros del jurado, o como aquello de la presentadora de decir que las estadísticas decían que en Eurovisión habían ganado muchos grupos. Pues hija, si la nota te la pasó Uribarri aviada estás, porque él mismo hace pocos días dijo que Vánia Fernandes, la representante portuguesa del año pasado, era negra.

Y ahora vamos con los cantantes, que poco pudieron hacer con el sonido, pero no voy a echar la culpa sólo al mismo, algunos cantaron de pena, de juzgado de guardia. Empiezo por la primera en la palestra, Yulia Valentayn, en qué camerino del teatro perdió esta mujer la voz, yo no la sentía, era un nervioso susurro todo el rato y dormía a las piedras. Ni la canción tenía gracia, ni ella supo defenderla con ese estatismo frío propio de la región rusa de donde proviene, la Siberia.

Le siguió otro tostón que empezó a preocuparme, porque La Red de San Luis eran como un Il Divo de baratillo muy descafeinado e insustancial. No cantan mal, pero el tema es tan, tan, tan aburrido, que no había por donde cogerlo. Me recordaba a esas canciones de OTI en sus horas más bajas.

Y tras ellos, llegó el desafine de la noche con los berridos vertidos por Vicente Casal. No voy a hacer más sangre, porque eso ni es cantar ni narices. Pasará al olvido como otros muchos que se han sometido a este esperpéntico y triste show. Después siguió desafinando y ofreciendo muy mal gusto en el vestir Noelia Cano, lo siento por ella, porque la canción me parecía bonita al principio, pero ese directo, hija mía, tómate algo para la ronquera. Con todo, como vieron que a ella el sonido le funcionó peor, quizás por ese se le dio la oportunidad de quedar tercera, veremos qué hace en la Final, pero sobre todo que te asesoren con los tonos al cantar, el vestuario y el peinado.

Carlos Ferrer fue la desvergüenza de la noche, como los últimos que actuaron. Ni eso era canción ni él cantante, que se dedique a su antigua profesión, porque ni es artista ni cantante, fue el engendro friki de la noche o infiltrado. Ah y el patito dáselo a tu sobrino para que se entretenga bañándose en la bañera de tu casa, sitio en el que anoche te debías haber quedado, total para ofrecer esa desfachatez de canción.

Los La la love you salvaron un poco el sonido pero el ritmo es muy repetitivo noño y cansino, con lo cual, entre tanta cosa mala ellos se libran del chaparrón y pasan a la Final, aunque siga pensando que esa canción no sería en Moscú nuestra mejor propuesta. Después llegó Normativa Vigente que ofrecieron poca cosa, a mí a esas alturas de la “galucha” me dejó que ni fu, ni fa. Quizá es que estaba ya mareada por tanto desmadre, Dios mío y lo que quedaba todavía. Luego llegaron los siniestros de Athalis que iban a juego con la presentadora. Sin comentarios, porque para llevar esas indumentarias hay que tener más glamour y ser algo más joven y original. Aunque ya se va oliendo que estamos llegando a los Carnavales, ellos son las muestra y cantar no cantaron nada.

Melody hija, eso son bemoles ante la adversidad. A ella no le podemos criticar nada porque fue la única artista real sobre el mini escenario de anoche. Lo hizo como pudo tras haberla dejado muda como a Belinda al principio para darle un micro de mano que se cargó toda la coregrafía ensayada. Ay si no fuese por esa garra andaluza que te corre por las venas, y la energía de mis paisanos de Barcelona, Los Vivancos, pusieron con sus piruetas, no sé qué hubiese sido de todo en conjunto. Pero también hay que decir que hubo momentos de la coreografía en que a ella no se la veía porque los tiarrones la tapaban, pero eso no es culpa de vosotros, es del lumbreras que ha ideado ese escenario. Melody y Los Vivancos siguen siendo para mí, hasta el momento, uno de los firmes candidatos para representarnos en Moscú.

Y el trasnochado y sombrío grupo que salió al final, los Gran Baobab, mejor los obvio, porque ni cantaron, ni na de na. Madre mía, con la de gente que hay en el metro cantando infinitamente mejor, tal y como dije anoche en mis cortos comentarios del directo, salen estos cutre roqueros para dejarme ya con la boca abierta y encima les quieren repescar, repescar para qué… Dios Bendito. Nunca he visto en una única gala tan poco talento junto, lo siento.

La próxima columna sobre la segunda ¿gala?, de la que ya no espero nada porque es mejor no esperar nada a llevarme el chasco de anoche. Peor pifia no se ha visto jamás en una televisión pública, lo digo para aquellos que en su día criticaron la gala andorrana, qué más quisiéramos nosotros siquiera haber tenido eso que hicieron nuestros vecinos.

Reyes del Amor, 15/02/2009

 

 

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