Dos semanas, solo quince días para la final de Eurovisión 2013, muy pocas horas para el comienzo de todo el calendario anual de ensayos, ruedas de prensa, eventos y demás. Todos, desde la organización, hasta las delegaciones, sin olvidar a los eurofans y los turistas, ultimamos en estas fechas los preparativos de esta nueva aventura. Malmö 2013 sin embargo no será lo mismo ni una edición plenamente feliz debido a la retirada por motivos económicos de Bosnia y Herzegovina, Eslovaquia, Turquía y mi querido Portugal.

España y Portugal somos vecinos pero, además de ello, gallegos y portugueses somos hermanos. Juntos compartimos una parte de nuestro carácter, cultura, idioma, música e incluso una porción de historia. Un sentimiento de hermandad y unión difícil de explicar al resto del país. Quizá, dentro de Eurovisión, solo los catalanes y andorranos pueden entender dicha fraternidad. 

La retirada de Portugal de Eurovisión 2013 ha sido una triste noticia para todos los eurofans, igual que la marcha puntual o reiterada de otros países clásicos del festival, una decisión motivada no solo por motivos económicos sino también las silenciadas razones políticas. La televisión pública, RTP, será privatizada próximamente por el gobierno luso, después de haber sido utilziada como instrumento oficialista por unos y otros, hasta acabar moribunda tanto en audiencias como en credibilidad. Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…

El futuro de Portugal en Eurovisión es incierto pero el pasado no se puede borrar, lamentablemente no tendremos a nuestros vecinos, amigos y hermanos en el festival pero sí 46 años de historia como la mejor de las compañías, este es mi pequeño homenaje y recorrido por lo más destacado de la historia de Portugal en Eurovisión. 

PORTUGAL EN EUROVISIÓN 1964-2012

Portugal debutó en Eurovisión 1964 celebrado el 21 de marzo en el Tivoli Concert Hall de Copenhague, Dinamarca. La RTP fue la decimoséptima televisión en participar en el certamen del la UER, la única debutante dicha edición, tres años después de TVE. Su primer representante fue el mítico Antonio Calvario con Oraçao. El resultado fue nefasto: Última posición con cero puntos. Antonio Calvario estuvo seguido por Simone de Oliveira, Madalena Iglesias, Eduardo Nascimento y Carlos Mendes. Las cinco primeras participaciones de Portugal fueron un fracaso, un anticipo del injusto palmarés del país en el concurso, ya que ninguna consiguió el top 10. Uno de los cinco primeros abanderados volvería a representar a Portugal en Eurovisión 1969, Simone de Oliveira con Desfolhada.

La artista es una de las grandes divas de la música y el celuloide en Portugal con una carrera plagada de éxitos que continua en activo. El tema ha pasado a la historia de la música portuguesa por su letra comprometida que consiguió burlar la censura de la férrea dictadura del “Estado Novo”. Eurovisión 1969 se celebró por primera y única vez en España, desde el Teatro Real de Madrid, tras la victoria el año anterior del La la la de Massiel. Simone de Oliveira no solo tuvo problemas con la dictadura portuguesa sino también con la española, Desfolhada fue expuesta en los gráficos traducida al castellano como Deshojada, quizá el título original sonaba demasiado comprometido para las mentes puritanas del ya decadente Franquismo. Portugal sumó con esta candidatura un nuevo batacazo en su pírrico palmarés, un decimoquinto y penúltimo puesto con cuatro puntos, a pesar de lo cual de ha convertido en todo un clásico de la música de nuestro pais vecino además de una de las mejores actuaciones de toda la historia de Eurovisión.

Tras la retirada simbólica como protesta ante el sistema de votación de Portugal junto a Dinamarca, Finlandia y Suecia de Eurovisión 1970, el país vuelve al certamen un año después en 1971, Tonicha con Menina será la elegida para el regreso. Portugal consigue por fin una alegría, un noveno puesto con 83 puntos, un resultado que si bien no es un rotundo éxito mejora con creces las marcas anteriores. Tonicha es otra de las figuras de la canción portuguesa que ha desfilado por el concurso, famosa principalmente en la década de los 60 y 70 aunque en activo, su música estuvo dividida en dos fases, una pop y otra folk, Menina es un claro ejemplo de estos dos estilos con una fusión muy original de ambos géneros, cuyos arreglos curiosamente fueron realizados por el español Augusto Algueró.

Os amigos fue un grupo formado única y exclusivamente para Eurovisión por Fernando Tordo (Portugal 1973), Paulo de Carvalho (Portugal 1974), Ana Bola, Edmundo Silva, Fernanda Piçarra y Luísa Basto. Portugal no coraçao es una de los actuaciones con mayor carga política y social de la historia del certamen tres años después de la Revolución de los Claveles, no solo el tema en si con alusiones a dicha temática poco o nada disimuladas, sino a la propia actuación con un vestuario que incluía un significativo clavel en la solapa del vestuario de la formación. Portugal no coraçao de Os Amigos probablemente no es una de las 10 mejores candidaturas de la historia de Portugal en Eurovisión pero sí es representativa de dos corrientes fundamentales en el certamen, por una parte los intérpretes o grupos de canción protesta y por otra los temas de temática comprometida, muy comunes ambos factores de una forma más o menos velada para esquivar censuras en países como Chipre, Grecia y la propia Portugal.

Portugal en Eurovisión ha tenido representantes extremos, sin medias tintas, artistas reconocidos y reconocibles con temas de indudable calidad o cantantes nóveles con canciones mediocres, muy pocas ocasiones han apostado por una fórmula pop, comercial y radiable pero a la vez cuidada y estudiada como el caso que nos ocupa a continuación. Doce fue la girl band más famosa de la historia de la música portuguesa, el grupo estuvo formado por Fatima Padinha (Portugal 1978), Teresa Miguel (Portugal 1978), Laura Diogo y Lena Coelho, el cuarteto fue uno de los máximos exponentes del equivalente luso a nuestra “Movida”, una imagen desenfadada y original y unos temas fáciles y pegadizos, todo ello con una actitud irreverente y moderna en aquella época. Doce obtuvieron un éxito másivo no solo en Portugal, donde sus discos siguen siendo superventas a cada nuevo recopilatorio en la actualidad, sino en otros muchos países de Europa. Bem Bom actuó en primer lugar y finalizó en el decimotercer puesto con 32 puntos, un resultado mediocre que no impidió su éxito comercial. Entre las curiosidades de esta candidatura se encuentra el vestuario del director de orquesta, ataviado con un traje de mosquetero como el grupo, además de la versión en español titulada Bingo, toda una rareza kitsch.

Dulce Pontes es probablemente la artista más internacional que ha representado a Portugal en Eurovisión. La intérprete acudió al certamen en los inicios de su carrera profesional antes de dar un giro a su estilo musical hacia el folk. Dulce Pontes, leyenda y revitalizadora del fado, es famosa en prácticamente todo el mundo donde ha publicado sus ocho álbumes de estudio y realizado sus innumerables conciertos. Lusitana Paixao, un tema que versa precisamente sobre el fado, obtuvo una octava posición con 62 puntos, el mejor resultado y único top 10 de Portugal en 11 años, después de una larga travesía en el desierto durante la década de los 80.

Lucía Moniz con O meu coraçao nao tem cor representó a Portugal en Eurovisión 1996. 34 años después del debut de la RTP en el certamen de la UER el país obtuvo su mejor posición en el concurso, un sexto puesto, y su récord de puntos, 92. Ni antes, ni después, ha conseguido en una gran final un top 5 muy merecido en muchas ocasiones pero negado por los jurados o el televoto. La actuación posee, además de un derroche de carisma de la intérprete y un acertado y animado coro, numerosos elementos tradicionales de la cultura portuguesa, tanto en la imagen como en el sonido, los cuales han sido muy explotados con orgullo por el país en el certamen con un buen número de resultados positivos. Lucía Moniz ha desarrollado posteriormente una exitosa como cantante y actriz de televisión y cine donde destaca su papel en la taquillera película Love actually.

Portugal regresó a Eurovisión 2003 tras la segunda de sus tres retiradas voluntarias el año anterior. La intérprete Rita Guerra, probablemente la solista femenina pop más famosa en las últimas tres décadas, fue elegida internamente por la RTP mientras que el tema Deixa-me sonhar fue elegido a través del televoto con un apabullante porcentaje del 75% entre tres opciones en una gala de Operaçao Triunfo, la versión local de nuestro Operación Triunfo. El tradicional Festival da Cançao fue así suspendido por segundo año consecutivo, situación que duraría dos años más, hasta el 2006. Portugal sufrió en esta ocasión una de sus mayores decepciones en la historia de Eurovisión, ya que a pesar de la magistral actuación y los elogios de los fans y la prensa solo obtuvo una humillante vigesimosegunda posición con 13 puntos, un resultado considerado como uno de los más incomprensibles e injustos del certamen de la UER. Esta candidatura además tiene una triste anécdota, el hermano de Rita Guerra falleció en un accidente de tráfico el día de Eurovisión, un suceso que para que no le afectara a nivel profesional y muchos menos personal le ocultaron hasta el día siguiente.

La implantación de una semifinal supuso la mayor revolución de la historia en el formato de Eurovisión en 2004. Portugal fue eliminada en ella en sus cuatro primeras ediciones. Durante esta nueva etapa negra de la RTP en el certamen de la UER no solo influían sus tradicionales malos resultados sino sus anodinas candidaturas, unas con intérpretes nóveles y otras con temas mediocres, incluso algunas con todo a la vez. Sofia Vitoria de Operaçao Triunfo, 2B de Operaçao Triunfo y Popstars, y NonStop de Popstars entre el 2004 y 2006 fueron un rotundo fracaso. Portugal no tuvo la suerte de España con sus candidatos elegidos o procedentes de los más importantes talent shows. No fue hasta el año 2007 cuando rozaron la clasificación para la final, Sabrina obtuvo un undécimo puesto con 88 puntos, tan solo a tres votos del pase a la ronda de honor del multitudinario Eurovisión 2007. Un año después se produjo el milagro: Vania Fernandes, ganadora de Operaçao Triunfo III, y Senhora do mar (Aguas negras) conseguían por primera vez en la historia contemporánea del festival la clasificación para la gran final. Uno de los momentos más emocionantes y emotivos de Eurovisión, ya que el anuncio de produjo en el último de los sobres, ante el rugido del público en el estadio. El mérito de Portugal fue doble, ya que en dicha semifinal obtuvo la segunda posición, la mejor clasificación en una gala de su palmarés. Vania Fernandes y Senhora do mar (Aguas negras) hicieron soñar a todo un país con la posible victoria, la actuación más aplaudida de la noche y la favorita en el press centre tanto de la prensa como de los fans acreditados, finalmente se tuvo que conformar con un meritorio pero escaso decimotercer puesto. Las críticas al sistema de votación, 100% televoto en aquella época, fueron absolutamente feroces. Muchos opinan que el jurado hubiera valorado y clasificado como realmente se merecía este ya clásico de Eurovisión.

Flor-de-Lis y Todas as ruas do amor fueron los representantes de Portugal en Eurovisión 2009. Muchas eran las voces críticas cuando esta candidatura se alzó con la victoria del Festival da Cançao 2009. Lo cierto es que tanto los arreglos y transformación posterior como la actuación, a destacar la escenografía, realización y vestuario, fueron un lujo, probablemente el diseño de escena más bonito en el majestuoso escenario de Moscú 2009. Flor-de-Lis conseguían el segundo pase consecutivo de Portugal a la final de Eurovisión. La clave de su éxito quizá estuvo en su carisma, un auténtico derroche de alegría y simpatía, además del ángel de la emocionada solista del grupo ante los aplausos y los vítores de un sector del público, curiosamente en su mayoría españoles. 

Flor-de-Lis marca el punto y final a esta columna, después vendrían Filipa Azevedo con Ha días assim, el tercer y último capítulo del resurgir portugués, Homens da Luta con A luta e alegria, una canción protesta contemporánea con un gran mensaje pero malentendida por su equivocado envoltorio freak, y Filipa Sousa con Vida minha, la última candidatura antes de la retirada supuestamente temporal de Portugal en Eurovisión. Gracias a Portugal por habernos brindado 46 años de historia eurovisiva que espero que pronto tengan un nuevo episodio. Solo así mi corazón volverá a tener color.

Y tan ricamente.

A Coruña, a 3 de Mayo del 2013.