NORUEGA 2007 o el rescate del efecto “Marie N”

Queridísimas amigas: No sé si les habrá pasado a ustedes, pero hay días en que una se levanta temprano con la idea programada de que le cunda más la jornada y, cuando se quiere dar cuenta, a media mañana, debes tirar la toalla ante la evidencia de que no has hecho nada. Pues, eso mismo, […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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NORUEGA 2007 o el rescate del efecto “Marie N”

Queridísimas amigas:

No sé si les habrá pasado a ustedes, pero hay días en que una se levanta temprano con la idea programada de que le cunda más la jornada y, cuando se quiere dar cuenta, a media mañana, debes tirar la toalla ante la evidencia de que no has hecho nada. Pues, eso mismo, queridas mías, es lo que me ha pasado hoy. Encima, para rematar la faena, he estado toda la mañana con la matraquilla de pensar en lo de la moda roquera que le ha entrado a más de una delegación eurovisiva.

Yo no sé a ustedes, pero a mí me dan una rabia tremenda las modas en el ESC y la creencia ridícula de quienes piensan que lo que triunfó un año puede volver a hacerlo al siguiente. Esto me saca de mis casillas. Sin que nos tengamos que retrotraer muchos años, quién no recuerda la interminable racha de las baladas irlandesas de los primeros noventa, los aires new age de muchas canciones de mediados de los 90's, el traído y llevado "efecto capa" de los finales de los 90's o las necesarias coreografías acrobáticas de los últimos ESC.

Lo bueno que tiene lo original o lo novedoso en cualquier manifestación artística es que su gracia está en no repetirlo, salvo que sea algo tan rompedor e innovador que dicho elemento (musical o extra-musical) cree escuela y pueda ser reinterpretable. La prueba la tenemos en la proliferación de canciones roqueras en esta edición, como si eso fuera un pasaporte seguro para ganar el ESC. Hay un comentario muy bueno de Jesús Palacios al respecto en su columna.

Y, si por lo menos lo imitable fueran las posibilidades musicales del rock, lo tomaría en consideración; pero, cuando estamos hablando de que el mérito eurovisivo imitable consiste, en el caso de Noruega'2007, en interpretar un refrito del peor estilo dance-latino y montar una coreografía donde quitarse un traje y sorprender con otro que se traiga escondido debajo a lo "Marie N" debe ser considerado como la gran apuesta para el Festival, no tengo otra opción que sacar mi vena de profesora de secundaria y dar un suspenso en creatividad a la muchacha. Si esto es lo que se entiende como una apuesta para el ESC'2007 digna de ser alabada, habrá que decir, parafraseando la terminología de la LOGSE, que Noruega en el ESC "no Progresa Adecuadamente".

Este fue, en parte, el motivo de mi último encontronazo con Maite Ripoll. Me llamó primero para que viera las semifinales del Melodi Grand Prix de Noruega. Como siempre me pasa, acepté creyendo que lo iba a ver en un plis plas, pero, cuando me fui a dar cuenta, me vi ante unas 18 actuaciones repartidas en 3 semifinales y una repesca. Vamos a ver, amigas, una es una eurovisiva de pro. Lo admito. Pero una cosa es ser eurovisiva y otra bien distinta es ver, revisar y analizar hasta el color de las bragas de las intérpretes de los 4 programas del dichoso Melodi Grand Prix. Qué pesadez y qué harta acabé de las canciones noruegas, amigas mías.

Encima, la Maite no paraba de decirme que esa Preselección tenía muchísimo nivel y que estaba muy bien. Y yo me fui poniendo mala pensando que tenía que regresar a mi casa para poner dos lavadoras, planchar, hacer la comida para mañana y programar mil cosas para el día siguiente. Me fui poniendo de un mal humor que, con toda seguridad, se va a notar en el comentario que voy a hacer sobre las canciones de la gran final del jodido Melodi Grand Prix noruego. Ahí les va.

Guri Schanke (Foto: Fredrik Arff/ Dinamo)

País: NORUEGA

Tema: VEN A BAILAR CONMIGO

Intérprete: GURI SCHANKE

Empezaré por el grupo Infinity. Para empezar está ella, vestida como un auténtico adefesio post-carnavalero y peinada por la prima que no acabó el curso de peluquería en la Escuela Taller "Peloytijera" del barrio griego de Oslo. Dios, qué pintas me sacó con esa falda de telas y tules superpuestos y ese pelo de esparto, rizado con tan mala mano. ¡Niña, pero si pareces una loca!. Y no hablemos de él, con ese gorro y ese chaquetón de payaso. Vamos un espanto. Con el tema "Hooked on you", ellos quisieron emular, en balde (todo sea dicho), los shows y el estilo musical del grupo E-Type, que tan buen sabor de boca dejó en el pasado en el Melodifestivalen de sus vecinos los suecos. Pero, una cosa son los E-Type y otra diferente la mamarrachada de los Infinity.

Luego, en la misma línea pero explorando otro estilo musical, vinieron los Dusty Cowshit con su canción "Chicken Rodeo" y que tuvieron la enorme suerte de quedar 4º. ¡Qué valor!. Personalmente, creo que este tema Folkpayaso, a lo Stefan Raab (pero con reminiscencias del lejano Oeste) le hace un flaco favor al ESC. Me explico. Hay eurovisivas que parecen no hartarse nunca de ver en el Festival esta especie de party-shows, donde todo vale con tal de hacer pasar un buen rato y sacar unas risas al respetable. Tiene más gracia una chirigota de Cádiz o una murga canaria que esta moda de disfrazarse de cualquier cosa que esté de oferta en el Todo a 1 Euro para montar un circo en Eurovisión. Y, yo, reinas, estoy ya cansada de estas infantiladas. Será, quizás, que me estoy haciendo vieja, pero no me molan.

Más decente me parecieron los chicos de Crash con su "Wannabe", una canción cañera, con mucho guitarreo y ese aire de música de garaje británico bien hecha, aunque le faltaba un algo que no sabía yo definir cómo. A mi entender, era la cosa más moderna o actual de la gran final. Nada más lejano de Jenny Jenssen con su "Vil du ha svar" que, aparte de ir vestida con una chaqueta negra a la que le pegó un ramillete excesivo de rosas de plástico en la solapa, cantó una canción sacada de las peores caras "B" de los temas más espantosamente feos de las delegaciones nórdicas de los 80's. Y ya que hablamos del pasado, en cierta manera, Trine Rein feat. Andreas Ljones me recuerdan, con su "Maybe", a la actual Patricia Graus. Hablo de la Patricia Graus que se quiere hacer la más moderna y nos interpreta, en plan intelectual de pro, esos temas imposibles que se inventa ella sola en su casa,  y que graba en los Conciertos de Radio 2 que se emiten de madrugada… ¿alguien los ve?

Poca fortuna corrió también T. Silvertsen and Funky Family con su "Love on the dancefloor". Vale que ella no debió ponerse ese pantalón dorado teniendo la gran cadera que tiene. Lo sabemos, pero el tema nos pareció de lo mejorcito de la noche y su interpretación fue estupenda. Y, para no variar, no podemos olvidarnos de la rubísima intérprete que quedó segunda. Hablamos de Jannicke Abrahamsen, la cual, acompañada por dos bailarinas que no se le despegaban para nada del mundo, nos hizo una demostración, con su interpretación de la canción "Rocket Ride", de lo mucho que le gustan a los noruegos, como buenos nórdicos que son, los sonidos abbaesques en sus muchas versiones revueltas y refritas. Qué pesados son con este tipo de canciones con esa calculada coreografía y de ritmos milimétricamente colocados. Suena, como no podía ser de otra forma, a un tema oido mil veces mil en el ESC. Qué pesadilla, carajo.

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Bueno, y llegamos ya a Guri Schanke con su "Ven a bailar conmigo", una revisión "aMarieNada" de lo que su compositor Thomas G:Son debe creer que es lo que se lleva en España. A mi me parece muy bien que, cuando se trata de estereotipar tópicos, se piense que a los hispanos nos deba gustar algo parecido a estos engendros clasificables bajo la amplia etiqueta de "temas latinos", pero una cosa es lo que servidora cree lo que puede ser "latino" y lo que es "verbenero", ya que ambas cosas son diferentes. No sé es un decir.

Lo que debo matizar es lo de la proeza de este compositor al colocar, como quien no quiere la cosa, a tres canciones en el ESC. No sé si esto se habrá dado en otra ocasión en la historia del Festival, pero lo cierto es que Dinamarca, Noruega y España comparten al mencionado Thomas G:Son. Una cosa, cuando menos, simpática, curiosa y, hasta hace un par de años, impensable.

Bueno, volviendo al tema y a su intérprete, decir que la cosa tiene su miga. Ya sé que parecían ya olvidados los numeritos en plan Marie N y que se habían quedado como una anécdota curiosa de los primeros ESC de los 2000, pero lo cierto es que todo parece indicar que este estilo cutre latino todavía tiene sus seguidores. A Noruega, Dinamarca y Portugal parecen gustarle, si tomamos las canciones horteras que han elegido. Ojo, que no he incluido a España porque creo que Rebeca y los chicos de NASH le han dado un toque que, con sus más y sus menos, se aleja de ese estilo "latino-dance-rumba-verbenero" que tanto aborrezco.

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De todas formas, la chica tiene su mérito. A su edad, defender vocalmente la canción y marcarse la coreografía que lució en la preselección noruega y en la Gala de Misión Eurovisión tiene su mérito. Que nadie le quite la profesionalidad a Guri. Pero, una cosa es su saber estar como artista y otra bien diferente es reconocer que el "Ven a bailar conmigo" es una basura y no digamos nada el numerito de los abanicos y el dress-show. Pasadísimo, vamos. Pero, el público que ve el ESC ni se acuerda ya de Marie N y de nada que se le acerque. Verá una puesta en escena graciosa, divertida, simpática o "funny", como dice Maite Ripoll. Y la interpretación de este tema simpático que les recordará a cuando tomaban "sangría" en Benidorm o La Manga el pasado verano en España.

La música es espantosamente mala y está sacada de la peor tradición salchichera de los refritos de cualquier selección de canciones de verbena. Cada vez que lo oigo, me recuerda a esos típicos temitas que las jóvenes artistas de provincias de nuestra España componen y graban para su primer CD. Y, luego, una las ve, pobres criaturitas, creyéndose que con esos engendros musicales van a conquistar el mundo discográfico. ¿Quién no ha visto a una de estas chicas  buscando desesperadamente que su primer canción (pop latino rumba dance verbenera) suene en alguna de las emisoras locales, a fuerza de pedir favores a un amiguete del mundo del espectáculo que es conocido de un amigo de un cuñado que es pariente de un primo lejano suyo que conoció en la mili en 1986?

Pues bien, el "Ven a bailar conmigo" de Guri Schanke es algo parecido, pero producido con más perras, con mejores arreglos y con la suerte de haber caído bien a la audiencia noruega que vio la preselección. Porque lo que está claro es que el tema es malo y hortera hasta decir basta; pero, claro, lo lleva Noruega (como antes lo llevó Letonia en el 2002) y seguro que quedará más o menos bien. Ahora bien, de llevar España el mismo tema quedaría en el puesto 24, sin ningún problema y se la tacharía de llevar siempre lo mismo en el soulseek o en el esctoday. ¿O alguien lo duda?.

Bueno, lo lleve España o Noruega, que nos da lo mismo, debo decir que no me gusta nada el "Ven a bailar conmigo", como creo haberlo dejado claro. Pero, quiero dejar constancia que ella, nuestra Guri Schanke, me merece el mayor de los respetos por las ganas y el empeño que le pone a la hora de defenderlo, con mucha más gracia que lo que hace la danesa o la portuguesa (a la que, por latina, se le presume más gracia). No obstante, ambas (danesa y lusa) parecen dos pasmarotes en sus respectivas interpretaciones. Por lo menos, a la noruega se le ve una gracia, un empeño y unas ganas, en definitiva, que hacen que ella me resulte simpática. 

Saludos desde Lanzarote.

MASHIEL

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