Mis Rancias: amo a Martini
Queridos eurociegos,
Debería caerme la cara de vergüenza, tanto tiempo sin encontrarme con vosotros… pero no se me cayó la cara, me caí yo todo entero y llevo un mes haciendo rehabilitación en la rodilla. Por eso no he podido estar aquí antes… aunque vuelvo con una columna cortita. Hecha esta introducción, vamos a por la carnaza.
Hace tiempo dediqué la que se suponía iba a ser la primera de una serie de columnas a Simone de Oliveira, agrupadas bajo el título genérico Mis rancias favoritas. Por lo visto el título y el contenido no sentaron nada bien, así que dejé madurar la idea hasta hoy.
Ya en su momento expliqué que ser rancia no es nada malo, sino simplemente es una forma de calificar al gusto de otra época, ya no muy presente en el Festival de Eurovisión. Y una de sus grandes divas es la portuguesa ya mencionada. Y le llega el turno a otra rancia, aunque de cariz muy diferente. Me refiero a que no es el rancio que huele a naftalina de los trajes almidonados del público, sino al saber hacer de la delegación italiana y a su doblemente representante Mia Martini.
Su vida es digna de una novela, e incluye final dramático. Participó en la fundación de la Sociedad Italiana de Autores, Compositores e Intérpretes, encarcelada en el 69 por un altercado en una discoteca y debutante discográfica en el 71 con Más allá de la colina, uno de sus trabajos más representativos. Tiene una trayectoria musical plagada de éxitos, pero la personal la atormenta: cae en una profunda depresión de la que nunca saldrá a flote: en 1995 moría de una sobredosis de drogas. En la prensa italiana hubo rumores de que fue un suicidio, pero esto nunca se aclaró.
Si hemos de ceñirnos a su trayectoria festivalera, abarca mucho más que Eurovisión. Primero participó en el Festival de Venecia del 72 con la gran Donna Sola, una canción con coros muy potentes, que personalmente me encanta. Al año siguiente, cantaría Io, domani, junto a Marcela Bella. Por fin, en el 77 la vemos con Libera en el Eurofestival, pero no será ganadora de ninguno de ellos, hasta que en 1982 gana el primer premio de la crítica en Sanremo, con E non finisce mica il cielo. Este Premio volvería a ganarlo en el 89 (año de la Oxa y el Leali) con la canción Almeno tu nell'universo. El Premio de la Crítica de Sanremo lleva ahora el nombre de Mia Martini en su memoria. En el 92, magnífica su Rapsodia con gran puesto final para Eurovisión.
Es un caso curioso dentro de las rancias eurovisivas (obviando el resto de su carrera, podemos mencionar Minuetto, Agapimú, Padre Davvero, Piccolo Uomo…), su primera participación en el Festival es más moderna que la segunda. Libera era audaz, moderna, sorprendente, reivindicativa, mientras que Rapsodia es una balada de corte más clásico, con la típica voz rasgada italiana, que quedó en cuarto lugar con 111 puntos, mientras que Libera no logró más de 33 puntos y un puesto 13. Una pena.
Para recordarla, su interpretación de Almeno tu nell'universo en el Festival de Sanremo. Espero que lo disfrutéis. ¿Qué pensáis vosotros de Mia Martini? ¿Qué canción os gusta más?
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