LOS QUE HAN QUERIDO REPETIR EN KIEV, Y LOS QUE YA LO HICIERON ANTES.

Se nota que el cincuenta aniversario de Eurovisión está influenciando en la decisión de muchos artistas en volver a representar a su país en Kiev. Y no es mala idea, ya que así podremos verlos de nuevo. Casi todos han sido grandes seguidores de Festival, desde el atractivo y excelente cantante Constantinos, hasta la posibilidad […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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LOS QUE HAN QUERIDO REPETIR EN KIEV, Y LOS QUE YA LO HICIERON ANTES.

Se nota que el cincuenta aniversario de Eurovisión está influenciando en la decisión de muchos artistas en volver a representar a su país en Kiev. Y no es mala idea, ya que así podremos verlos de nuevo. Casi todos han sido grandes seguidores de Festival, desde el atractivo y excelente cantante Constantinos, hasta la posibilidad de ver a Anita Skorgan y su querido Jahn Teigen. Habrá para todos los gustos.

España también podría tomar la opción de llevar a otro de nuestros representantes, ¿por qué no?. Vimos a Karina pidiendo otra oportunidad de trabajo en la tele. Recientemente ha estado de nuevo en Televisión Española hablando de lo mismo que hizo en Telecinco. Karina entraría dentro de los más arriesgado, pero puestos a pasarlo bien, imaginad, sería el récord de diferencia de años entre actuación y actuación, y en Ucrania se iban a quedar impactados, qué queréis este año tengo ganas de que demos la nota, aunque no sé si TVE está por la labor.

Y ahora en serio, quizá habría que recuperar a una Anabel Conde, que estuvo estupenda, la misma Rosa, o David Civera, si no hubiera presentado ya su nuevo disco. Pienso que en nuestro país se coge un pánico escénico al Festival que a veces es incomprensible, incluso habiendo quedado bien clasificados. Qué le pregunten a Jahn Teigen que ha ido tres veces y quiere hacerlo de nuevo, ¿quién va a recordar el clamoroso cero de 1978?, a lo mejor eso también es una buena publicidad. O la misma Regina que se presentó sin suerte este año por Eslovenia, incluso cuando su participación dejó mucho que desear en su día según los jurados que le dieron 16 puntos en 1996. No tienen ese miedo escénico tan nuestro a hacer el ridículo. Dicen “que Eurovisión es quemar a los cantantes”, pero eso se dice aquí, porque en otros países se lanzan a la piscina una y otra vez con una alegría envidiable, qué le vamos a hacer.

Yo no recuerdo una concurrencia tan repetitiva como esta, quizá en los primeros años. En primer lugar destacar que Constantinos estará por Chipre en Kiev, como lo hizo en 1996 y en el 2002 dentro del grupo ONE. Va con ganas, estoy segura, porque cuando se canta así y se siente Eurovisión en las venas, lo puedes conseguir todo. Y esto viene a colación porque recuerdo unas declaraciones de Dana International después de ganar que no le importaría volver, aunque no fuera por Israel, si España le decía que fuera iba, u otra delegación. Claro que ella sacó mucho del Festival, le vino muy bien en su carrera y la lanzó a la fama.

Pero también la sueca Elisabeth Andreasson ha salido por Suecia y Noruega, en dúos varios o como solista, ¡hasta cuatro veces!. Siempre con buenos resultados, todo hay que decirlo. Como nuestra querida Lys Assia que no sólo salió tres años consecutivos, sino que además se presentó a alguna preselección alemana, como una de las estrellas más políglotas de la escena eurovisiva, cantó en francés, alemán e italiano en distintas ocasiones. Ella no tenía fronteras, ha pedido volver alguna vez a pesar de ser casi octogenaria, y creo que lo decía en serio.

Udo Jürgens salió tres años consecutivos hasta que ganó en 1966 con “Mercie Cherie”, sin abandonar nunca la balada fue una estrella en Europa tras el Festival de Eurovisión. Isabelle Aubret ganó en 1962 y fue tercera en el ’68. Esa década España también llevó repetidores, a Conchita Bautista (1961 y 1965) y a Raphael (en 1966 y 1967). A Raphael le propusieron ir en el ’68 pero se negó rotundamente.

Y en los noventa, Serafín Zubiri estuvo dos veces, en 1992 y 2000. No hay que olvidar tampoco el tesón en los setenta y ochenta de Katja Ebstein que no consiguió el primer lugar pero fue tercera dos veces y segunda una vez. Otro que no desfalleció a pesar de no ganar, Fud Leclerc por Bélgica, un histórico (1956, 1958, 1960 y 1962), récord de la época. El francés Romuald estuvo tres veces (en 1964, 1969 y 1974) por Mónaco y Luxemburgo, o Ireen Sheer por Luxemburgo y Alemania (1974, 1978 y 1985), en distintas décadas ambos como vemos. Tal y como hizo Siw Malkiwst (Suecia 1960 y Alemania 1969), Marion Rung (Finlandia 1962 y 1973), Vicky Leandros (Luxemburgo 1967 y 1972), Linda Martin (1984 y 1992), Mary Roos (1972 y 1984), Johnny Logan (primeros puestos en 1980 y 1987, y como autor en 1992).

Pero no puedo olvidar tampoco a Massimo Ranieri (Italia 1971 y 1973), Albano y Romina Power (Italia 1976 y 1985), Alexia (en 1981 dentro del grupo Island y sola en 1987, con el acompañamiento coreográfico de Anastazio, por Chipre), Maxi (por Irlanda sola en 1973 y en el grupo Horoscopes en 1981), Simone de Oliveira (Portugal 1965 y 1969), Jacques Raymond (Bélgica 1963 y 1971, con Lily Castell a última hora ante la no comparecencia de Nicole & Hugo).

Y Cliff Richard (Reino Unido 1968 y 1973, siempre quedó detrás de España como un “duro sino para el inglés”), Paola del Medico (1969 y 1980 por Suiza), Guy Bonnet (1970 y 1983 representando a Francia tras el piano con sendas baladas), Gigliola Cinquetti (1964 y 1974, primer y segundos puestos respectivamente), Domenico Modugno (Italia 1958, 1959 y 1966, cuando se peleó para los restos con Eurovisión por el cruel cero que le dieron).

O las infatigables y pizpiretas noruegas Kristie Sparboe (1965, 1967 y 1969) y Anne-Karine Stroem (1973 y 1974 con los Bendik Singers y sola en 1976), Stella Maessen (en tres composiciones distintas, en 1970 con las Hearts Of Soul, en 1977 con Dream Express y sola en 1982, cuando fue cuarta, representando a Holanda el primer año y Bélgica los siguientes), Marie Bergman (en 1971 y 1972 con los Family Four y en 1994 con Roger Pontare), Tommy Koerberg (1969 y 1988) y se ha presentado muchos años más a las preselecciones suecas, Jean-Claude Pascal (Luxemburgo 1961 y 1981), Hanne Krogh por Noruega sola en 1971 y primer lugar en 1985 con Bobbysocks y de nuevo en la cola de la clasificación, en 1991, con el grupo Just 4 Fun, como los que más distanciaron sus participaciones.

La mujer de voz de oro, Anne Marie David (primera por Luxemburgo en 1973 y tercera por Francia en 1979), Peter Sue & Marc por Suiza en distintas lenguas, francés, inglés, alemán e italiano, hasta cuatro veces, en 1971, 1976, 1979 y 1981, los daneses Hot Eyes en 1984, 1985 y 1988, Sigga de Islandia en 1990 (Stjornin), 1992 en el cuarteto Heart 2 Heart, y sola en 1994, Marianna Efstratiou (Grecia 1989 y 1996), la fantástica Doris Dragovic por Yugoslavia en 1986 y como si fuera otra por la cambiada que estaba representando a Croacia en 1999, o Sandra Reemer (1972 con Andres, y sola en 1976 y 1979). Y son más, la lista es infatigable, porque es habitual que en tantos años algunos países hayan repetido cantantes.

Volviendo a los de este año, Nusa Derenda quedó cuarta en la final de Eslovenia. Quiso repetir en Kiev como en el 2001 en Copenhague, ¿con la fuerza de su Energy?. Todos recordamos el vídeo del piano destrozado y a unos bailarines que no sé como no la mataron en el número final elevándola a las nubes del Stadium Parken. Pero tampoco dejemos de lado a la sexy Gina G. que se presenta por la BBC. Mira que si gana y vuelve con otra minifalda de vértigo cómo la que sacó en 1996, ¡Ay qué cosas!. O volvemos a ver a uno de los malteses ya conocidos, Chiara, tercera en 1998, o Fabrizio Faniello, noveno en 2001. En la lista están, y si estás en el bombo te puede tocar el número. De Malta veremos que pasa el día 12 de febrero.

Esperamos con intriga la semifinal sueca del 5 de marzo donde esta la norteamericana Katrina con unos nuevos Wave. Esta mujer de voz ronca a lo Bonny Tyler ya ganó en 1997 batiendo el récord de puntos, 227, no superado hasta 2004 por Ruslana. Representó al Reino Unido y años después se mostró como una férrea antieurovisiva. No se entiende porque ha decido volver, quizá sabe que la delegación sueca es garantía de éxito con su genial “Melodifestivalen” y una promoción estupenda para una cantante que es ya una “revival”.

Pero también estaría bien ver en Kiev a Danijela, que dejó boquiabiertos a los británicos con su medio destape de 1998 para abrir la gala. Además la vimos de otra guisa más conservadora en 1995 con el grupo Magazin y la clasicona “Nostalgia”. Precisamente Magazin, como Vesna Pisarovic (Tallinn 2002), se presentan junto a Danijela en el DORA croata la primera quincena de febrero. Y por si estos son pocos, está el excéntrico y atrayente Goran Karan que estuvo en el 2000.

A mí me hubiera provocado mucha ternura, como ya me la dio en 1989, ver a la holandesa Justine Palmelay que ha estado en las semifinales de su país este año sin suerte al ser descalificada para la final. Esa mujer tímida de rostro rotundo y racial cantó en Lausanne una preciosa balada titulada “Blijs zoals je bent”. Fue incomprendida por los jurados, ¡sólo fue decimoquinta!. Estaba muy nerviosa, no tanto como cuando fue coro de Gerard Joling en 1988. Es una voz de lujo que este año no veremos en desfile ucraniano.

Y las que seguro serán unas de las más aclamadas en Kiev por el público eurovisivo son tanto Selma como Helena Paparizou. Tienen un gran grupo de seguidores. Me consta que muchos eurofans las adoran desde sus flamantes puestos en 1999, Selma, segunda por Islandia, y Helena como componente del grupo Antique en el 2001, tercera por Grecia. Con ellas esos países consiguieron sus mejores plazas. Los temas “All Out Of Luck” y “Die for you” levantaron la ovación del público y recopilaron unos asiduos seguidores que las defienden a capa y espada. Las dos son ídolos en sus países, y en el caso de Helena también en Escandinavia. Son mujeres de suerte, a lo mejor dan en la diana como le pasó a Linda Martin, Corry Brokken o Vicky Leandros que ganaron en su segundo intento.

Los hermanos Olsen, que ya triunfaron en el 2000 por Dinamarca con “Fly on the wings of love”, también se han apuntado al carro de Kiev en la preselección danesa. Quieren llevar el tema “Little Yellow Radio”, para dar ese toque nostálgico como ya hicieron en su anterior participación. Dinamarca conseguía el primer lugar 37 años después de haberlo conseguido el matrimonio Grethe & Jorgen Ingmann, otros clásicos de ese país.

Pero si queremos irnos al otro estilo bien distinto, quizá volvamos a ver a aquel señor tan raro, Alf Poier, que ya sorprendió en Riga con sus maniquíes de animales y ese coro tan especial. El meneíto de la cadera también hizo historia. Lo pusieron a caer de un burro, pero eso no importó para el público que le votó masivamente con 101 puntos y se colocó sexto. Muchos pensamos, entre ellos yo, que quedaría entre los últimos. Pero como hacer pronósticos es arriesgado, yo reconozco que metí la pata. También debo reconocer que cuando le vi en los ensayos prefestival pensé que quedaría bien, porque además el público le aplaudió mucho. Llevó mucha publicidad además de montar el numerito en todas las ruedas de prensa. ¿Estará en Kiev Poier con su “Hotel, hotel o Good Old Europa is dying”?…

Sedat Yüce, el turco de traje blanco inmaculado del año 2001, también está entre los candidatos de la cincuenta edición. Entre siete finalistas los turcos este fin de semana quien les representa mediante televoto. Si vuelve Yüce, la delegación turca cada año cambia radicalmente de estilo, y la verdad no les va nada mal, nunca les fue tan bien como en los dos años últimos. Están en racha, como lo estuvo España a finales de sesenta y principio de los setenta. ¡Ay qué nostálgica me pongo!. Sería bonito que en nuestro país vuelviera un poco la afición de otros años por las canciones de Eurovisión, porque aunque muchos se empeñen en poner colores políticos, son sólo canciones, y eso alegra el alma. Y esa puede ser una de las causas que más está crispando a la comunidad eurofan, pero todo llega, y a lo mejor suena la flauta y nos traemos algo de Kiev.

Y con esto el final, puede que haya más sorpresas en los próximos días, todo cambia a marchas vertigionosas a estas alturas. Como los antiguos radio escuchas estamos al tanto, porque ya queda menos para la 50 edición, ¿quién se lo iba a decir a los organizadores del primer Festival hecho en Lugano en 1956?…

Reyes del Amor, 11/02/05

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