LOS PAÍSES QUE NO ESTARÁN EN EUROVISIÓN 2013
El pasado día 21 de diciembre, la UER publicó la lista oficial de países (entes televisivos en realidad) que participarán en la próxima edición del Festival que tendrá lugar, como todos sabemos, en mayo de 2013, en la ciudad sueca de Malmö.
A pesar de la previsión de muchos medios acerca de que la próxima edición contaría con menos participantes de lo habitual, a causa principalmente de la crisis económica internacional, finalmente serán 39 las delegaciones presentes en el certamen, igualando el número de participantes de Oslo 2010 y superando otras ediciones recientes como Atenas 2006. Personalmente, creo que aunque se ha dado un paso atrás en el objetivo de la UER de reunir a todos los países del entorno cultural europeo bajo el paraguas del Festival (objetivo difícil, pero que debe ser irrenunciable bajo la perspectiva del espíritu que impulsa, o debería impulsar, a este certamen), también hay que tocar con los pies en la tierra y comprender que en el actual contexto económico que vive Europa es casi un milagro que tantas televisiones estatales (que dependen en gran medida de presupuestos públicos) se comprometan todavía a mantener vivo a este histórico evento musical. Todo esto sin contar que, aparte de los aspectos económicos, hay (y me temo que siempre habrá) algunas televisiones que no confían en la fórmula actual del Festival y pese a poder costear su participación, prefieren mantenerse al margen.
En esta columna me gustaría hacer un breve análisis de la situación de los nueve países que han participado regularmente en algun momento de la historia del Festival, y que, por muy variados motivos, no estarán presentes en Malmö 2013. No voy a considerar a Marruecos, cuya participación en 1980 fue anecdótica, o a Liechtenstein, que ni siquiera es miembro aún de la UER y probablemente aún tardará en llegar a serlo.
Voy a seguir el orden alfabético, y por eso el primer país que voy a analizar es Andorra (RTVA). Andorra participó entre 2004 y 2009, sin conseguir llegar nunca a la final (aunque en 2007 estuvo cerca). La participación de microestados como Andorra se justifica básicamente por la promoción exterior del país, ya que la RTVA no gana nada retransmitiendo un evento que los andorranos pueden ver también por TVE o France 3. Si acaso, le permite organizar una preselección nacional que pudiera atraer la atención pública del pequeño principado, pero estas experiencias también fracasaron. La RTVA depende en gran medida del presupuesto asignado por el Govern d’Andorra, así que mientras este gobierno no vuelva a apostar por el Festival como medio de promoción internacional del principado, no volveremos a ver a Andorra en Eurovisión. La previsión de que esto suceda es poco probable a corto plazo y dependerá de la mejora de las finanzas andorranas, que aunque es un país con mucho dinero, éste está en los bancos y no en un gobierno con los recursos ajustados por una recaudación fiscal bastante frugal.
La ausencia de Bosnia Herzegovina (BHRT) es bastante difícil de entender. Ciertamente, la BHRT está pasando por un delicado momento financiero, con muchas deudas acumuladas, pero esta situación no es nueva, y menos para un país que comenzó a participar en 1993 en un contexto aún más grave que el actual, como fue la guerra en la antigua Yugoslavia. Si la BHRT hubiese tenido una intención real de participar en 2013, podría haber establecido alguna colaboración con otras televisiones tanto públicas como privadas del país, que se ofrecieron públicamente a ayudar al ente bosnio a costear su participación eurovisiva. O haber solicitado ayuda económica a las administraciones bosnias. Y en todo caso, lo podría haber proyectado desde verano, sin esperar al último día para anunciar su retirada. Como desconozco las razones reales de la BHRT para ausentarse del Festival, es difícil pronosticar si volverá en 2014 o tal vez no regrese hasta que su actual jefa de delegación sea relegada por otra persona que apueste más decididamente por el certamen.
La retirada de Eslovaquia (RTVS) es, a diferencia del caso anterior, la crónica de una muerte (eurovisiva) anunciada. Pese a un regreso entusiasta en 2009, tras una década en blanco, y la organización de exitosas y largas preselecciones nacionales tanto ese año como en 2010, los malos resultados unidos a un discreto presupuesto han terminado por minar la confianza del ente (y en gran medida, de su audiencia) en el Festival de la UER. No confío en que Eslovaquia regrese en 2014, a no ser de que algun artista se ofreciera a costear íntegramente la participación de este país en el certamen, pero dada la escasa popularidad del Festival en el panorama musical eslovaco, es una posibilidad que parece remota a día de hoy.
Luxemburgo (RTL) ostenta el récord actual de años de ausencia continuada, nada menos que desde 1993. Pese a las muchas historias que circulan en la red sobre la ausencia de este país, fundador del Festival y cinco veces ganador, la realidad es que la RTL anunció, ya antes de la celebración del Festival de 1993 y de saber si quedaría o no relegada para 1994, que aquella sería su última participación debido a los planes de privatización del ente. La RTL, convertida en un potente grupo privado con múltiples cadenas operando en Europa (en España tiene participación en el grupo Antena 3), no tiene el menor interés en invertir dinero en un programa que en el gran ducado puede verse en los canales públicos alemanes, belgas y franceses. Ciertamente, la RTL ha considerado volver a participar en años como 2004, 2005 o 2010, pero la UER por el momento no ha logrado vender convenientemente las ventajas de volver a participar en un programa, que como he dicho, los luxemburgueses pueden seguir por canales públicos de los países vecinos. Existe la posibilidad (que incluso la serie local Comeback ilustró este mismo año en uno de sus capítulos), de que la RTL organice un talent show cuyo premio fuera representar al país en el Festival, en cuyo caso la rentabilidad provendría de la preselección en vez del certamen eurovisivo en sí. Si la RTL se decide a dar este paso, podría regresar en 2014, aunque lo más probable es que esta posibilidad tarde aún unos años más en madurar.
El caso de Mónaco (TMC) es muy similar al expuesto para Andorra, aunque en este caso creo que la UER siempre invertirá un mayor esfuerzo para negociar su vuelta, dado que el principado monegasco ha participado muchos más años que Andorra (en la llamada época dorada del Festival), y además cuenta con una victoria en su haber, la de 1971. Dados su pobres resultados en el trienio 2004-2006 es improbable que se decidan a volver pronto, pero no es del todo descartable.
En cuanto a Polonia (TVP), estaba bastante claro que su retirada en 2012 por los famosos motivos de la Eurocopa y demás, escondía otras razones de fondo, como se ha comprobado este año. La TVP, como anunció esta página y otras similares, sí llegó a preinscribirse para la edición de 2013, pero volvió a considerar que cualquier esfuerzo que hicieran enviado a un artista polaco al Festival sería en vano. Aquí se trata de un problema de descrédito del Festival a ojos del ente público polaco. Como en el caso de la BHRT, podría ser que la TVP reconsiderase su postura para 2014, especialmente si entrara gente nueva en su cúpula directiva, pero personalmente no me hago muchas ilusiones. Lo que esta claro es que el peso de la TVP en la UER es superior a la de sus vecinas CT y RTVS, por lo que el organismo europeo hará un mayor esfuerzo para reintegrar a Polonia en el concierto eurovisivo.
Y llegamos al triste caso de Portugal (RTP). Considero que la ausencia de nuestros vecinos es una de las más justificadas de esta edición. No solo por la gravísima situación financiera del ente público, como la de todo el país, sino por los planes de privatización que sumergen el futuro de la RTP en una incertidumbre que impiden la planificación de nuevos proyectos a medio plazo. Muchos dirán que Grecia está en una situación similar y aún así estarán en Malmö, pero no es del todo cierto: la ERT griega no está afectada como la RTP por un plan de privatización, y ni siquiera ha padecido unos recortes económicos tan agresivos. Además, en Grecia el Festival es mucho más popular que en Portugal, donde se ve como algo prescindible. Y un punto muy a tener en cuenta es que para la RTP, las fórmulas de colaboración griega con otros canales y con discográficas locales, allí son impensables teniendo en cuenta el contexto musical portugués. Confío en que Portugal vuelva a Eurovisión, básicamente por su fuerte vocación europeísta que la llevó tantos años a participar pese a los malos, y a veces injustos, resultados. Pero esto no sucederá hasta que la RTP haya resuelto su situación económica y su nuevo estatus jurídico.
No voy a explayarme con la República Checa (CT). Tras una nefasta trilogía de participaciones (2007-2009), la CT perdió completamente el interés en un Festival que ni ella ni el público checo entendían, y por tanto se retiraron en consecuencia. En vista del poco interés de la UER en reintegrar a los checos en el Festival (ciertamente, opino que prefieren a muchos otros países antes que a ellos) y del nulo interés que tiene actualmente la CT, creo que tardaremos muchos años en verlos de nuevo en Eurovisión, a no ser que algún directivo checo apueste por darle un nuevo enfoque a las participaciones de la CT y a la proyección del Festival entre su audiencia.
Y por último, el extraño caso de Turquía (TRT). Muchos decían que la TRT estaba disgustada por los sucesos del Festival de 2011 (inclusión de Italia en el Big Five, eliminación del grupo turco en semifinales etc.) pero había aparcado la ‘pataleta’ en 2012, ya que no podía hacerle el feo a Azerbaiyán retirándose de la edición de Bakú. Para alguien que siga un poco la política internacional, no le debería sorprender que el gobierno turco sí le haga este feo a Suecia, país con el que han tenido rifirrafes diplomáticos a causa del poco disimulado apoyo tradicional del gobierno sueco a los activistas kurdos, considerados terroristas por Ankara. No es convincente que la TRT se queje ahora del Big Five (después de más de una década funcionando) o del sistema mixto de televoto y jurado (que apenas les ha perjudicado, consiguiendo incluso un segundo puesto en 2010). Está claro que hay otras motivaciones de fondo, no sé si de un matiz político antieuropeísta, o por ‘calentones’ de los directivos de la TRT con la UER por algunas decisiones. Supongo que la UER negociará urgentemente este caso con la TRT, ya que después del Big Five es uno de sus mayores contribuyentes.
En conclusión, espero que para 2014, si la situación económica lo permite, la UER logre de nuevo incluir a muchos de estos países (y evitar que marchen otros, como San Marino) en el concierto eurovisivo anual. No sería bueno mantener una tendencia a la baja mucho tiempo, ya que el Festival actual necesita de una ‘masa crítica’ de países para hacerlo viable, y ya no valen los 20-25 de los años 80 y 90. Confío en que el Festival volverá a reunir a (casi) todos los países de la Europa cultural.