Hola a todos. Antes de empezar, quiero agradecer los comentarios recibidos por mi anterior columna, así como reafirmar que mi intención no es generar odios. En esta ocasión, el tema que quiero tratar tiene que ver con mis impresiones con respecto al festival de este año, así como los elementos que existen detrás.

Quiero empezar con este último punto. Todos sabemos los problemas que ha ocasionado la crisis ecónomica en Europa. En ese sentido, Eurovisión tampoco ha resultado ileso. El número de participantes se redujo con respecto al año pasado por esta causa, derivando en algunas bajas sensibles tales como las de Bosnia y Portugal. También tenemos el caso de Grecia, que tuvo que elegir su candidatura a través de un canal privado y sus representantes se verán apoyados monetariamente por éste y por una discográfica. La nación anfitriona, Suecia, tampoco se ha librado de los recortes en materia eurovisiva. Reducción de ensayos y una única presentadora son parte de los ajustes económicos para esta versión. En teoría, tampoco debería haber puestas en escena demasiado despampanantes como en otros años. Puede decirse, por lo tanto, que la primera reducción es necesaria por causas de fuerza mayor.

Lo que uno no podría pensar es que la reducción de los costos en materia de organización se tradujera también en una reducción de la calidad de las canciones. En mis años de eurofan, nunca había quedado tan disconforme con lo que los distintos países tienen para ofrecer. De hecho, y esto lo digo a título personal, me ha costado mucho elegir mis diez favoritas en cada semifinal, pues hay más canciones que no me gustan que las que sí, siendo algunas bastante malas. Es más, tres canciones fueron cambiadas completamente después de haber sido elegidas, algo que no es común (pues cuando mucho suelen ser dos), aparentemente en busca de más posibilidades de triunfo (aunque en el caso de Macedonia sabemos que hubo otros motivos de por medio). De hecho, no tenía una favorita clara hasta muy recientemente.

Por supuesto, no se puede decir que todo sea malo, pues hay algunas que sí se destacan del resto y que pueden quedar bastante bien. Otras también han mejorado con los arreglos que se les han hecho, y otras que permanecen prácticamente invariables. Si este bajón en el nivel es real o sólo una ilusión queda a criterio de cada quién. Para mí, al menos, existe. No sé si estas dos reducciones estarán relacionadas directamente, pero la puerta de la especulación queda abierta. Cada fan verá este tema según su propio criterio. Lo que sí se puede afirmar es que estas reducciones son reales (eso sí, con la segunda pueden estar en desacuerdo conmigo) y que Malmö, con todas las canciones y los participantes definidos, y también con sus pros y sus contras, será un tema del que los eurofans seguiremos hablando durante un buen tiempo.

Eso ha sido todo por ahora. Espero sus comentarios sobre el tema. Saludos desde Chile a todos y será hasta la próxima.