Las divas más brillantes de la historia de Eurovisión. Primera parte

Difícil, resulta muy difícil escoger entre tantas mujeres en los casi 50 años de Eurovisión. Son las más numerosas entre los intérpretes de este Certamen y han ganado más veces. Fascinan al público por sus voces, peinados, vestuarios, maquillajes con estilos variados e imposibles, formas distintas que ofrecen color y variedad al evento. Han jugado […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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Las divas más brillantes de la historia de Eurovisión. Primera parte

Difícil, resulta muy difícil escoger entre tantas mujeres en los casi 50 años de Eurovisión. Son las más numerosas entre los intérpretes de este Certamen y han ganado más veces. Fascinan al público por sus voces, peinados, vestuarios, maquillajes con estilos variados e imposibles, formas distintas que ofrecen color y variedad al evento. Han jugado con la novedad y siempre fueron las más arriesgadas en los escenarios. Por eso resulta complicado escoger entre tantas. Es la crónica de las divas más rutilantes de la historia de este Festival.

Quiero que este serial sirva como inicio de debate que espero os anime a comentar sobre vuestras preferencias. Reseño las que a mí me impresionan más, me siguen gustando a pesar de los años y las modas, salvando las diferencias entre unas y otras todas son auténticas artistas, no me lo negaréis. Pongo 70 en la lista, en tres capítulos, teniendo en cuenta a las artistas que figuraron como solistas, no dúos o conjuntos. Así cuadran con los 70 que también reseñé en la lista de galanes, aunque de 12 sólo puse el nombre.

De Lys Assia (ganadora por Suiza en la primera edición de 1956) a Ruslana (ganadora por Ucrania en la cuadragésima novena edición de 2004), la lista es como sigue:

1- Lys Assia (Suiza 1956, 1957 y 1958)
2- Corry Brokken (Holanda 1956, 1957 y 1958)
3- Margot Hieslcher (Alemania 1957 y 1958)
4- Nora Brocksted (Noruega 1960 y 1961)
5- Colette Deréal (Mónaco 1961)
6- Lale Andersen (Alemania 1961)
7- Betty Curtis (Italia 1961)
8- Isabelle Aubret (Francia 1962 y 1968)
9- Esther Ofarim (Suiza 1963)
10- Françoise Hardy (Mónaco 1963)
11- Nana Mouskouri (Luxemburgo 1963)
12- Gigliola Cinquetti (Italia 1964 y 1974)
13- France Gall (Luxemburgo 1965)
14- Kathy Kirby (Reino Unido 1965)
15- Simone de Oliveira (Portugal 1965 y 1969)
16- Michèlle Torr (Luxemburgo 1966 y Mónaco 1977)
17- Vicky Leandros (Luxemburgo 1967 y 1972)
18- Sandie Shaw (Reino Unido 1967)
19- Massiel (España 1968)
20- Salomé (España 1969)
21- Lulu (Reino Unido 1969)
22- Frida Boccara (Francia 1969)
23- Iva Zanicchi (Italia 1969)
24- Katja Ebstein (Alemania 1970, 1971 y 1980)
25- Mary Hopkin (Reino Unido 1970)
26- Sevérine (Mónaco 1971)
27- Clodagh Rodgers (Reino Unido 1971)
28- Tonicha (Portugal 1971)
29- Mary Roos (Alemania 1972 y 1984)
30- Anne-Marie David (Luxemburgo 1973, Francia 1979)
31- Ilanit (Israel 1973 y 1977)
32- Olivia Newton-John (Reino Unido 1974)
33- Ireen Sheer (Luxemburgo 1974 y 1985 –en conjunto- y Alemania 1978)
34- Maggie McNeal (Holanda 1974, en dúo con Mounth y 1980 en solitario)
35- Joy Fleming (Alemania 1975)
36- Mary Cristy (Mónaco 1976)
37- Marie Myriam (Francia 1977)
38- Mia Martini (Italia 1977 y 1992)
39- Betty Missiego (España 1979)
40- Anna Vishy (Grecia 1980 y Chipre 1982)
41- Arlette Zola (Suiza 1982)
42- Corinne Hermès (Luxemburgo 1983)
43- Ofra Haza (Israel 1983)
44- Linda Martin (Irlanda 1984 y 1992)
45- Paloma San Basilio (España 1985)
46- Sonja Lumme (Finlandia 1985)
47- Adelaide Ferreira (Portugal 1985)
48- Daniela Simons (Suiza 1986)
49- Doris Dragovic (Yugoslavia 1986 y Croacia 1999)
50- Liliane St Pierre (Bélgica 1987)
51- Céline Dion (Suiza 1988)
52- Lara Fabian (Luxemburgo 1988)
53- Tajci (Yugoslavia 1990)
54- Dulce Pontes (Portugal 1991)
55- Ruth Jacott (Holanda 1993)
56- Edyta Górniak (Polonia 1994)
57- Youdiphh (Rusia 1994)
58- Anabel Conde (España 1995)
59- Elisabeth Andreassen (Noruega 1996, en dúos por Suecia 1982 y Noruega 1985)
60- Lisa del Bo (Bélgica 1996)
61- Gina G (Reino Unido 1996)
62- Dana International (Israel 1998)
63- Charlotte Nilsson (Suecia 1999)
64- Selma (Islandia 1999 y vuelve en el 2005)
65- Eda Ines (Estonia 2000)
66- Natasha St Pier (Francia 2001)
67- Sahlene (Estonia 2002)
68- Rosa (España 2002)
69- Sertab Erener (Turquía 2003) y
70- Ruslana (Ucrania 2004)
Y ahora vamos de Lys Assia a Iva Zanicchi en este primer capítulo, de 1956 a 1969.

Asidua en los primeros años, la cantante suiza Lys Assia ganó la primera edición de 1956 con “Refrain” –Refrán, refrán de amor, color de cielo, perfume de mis veinte años…- como decía la canción. Volvió en 1957 y fue octava plaza cantando en francés, y segunda en 1958 con “Giorgio” interpretado en italiano. Tenaz en su afición por el Festival se presentó a la semifinal suiza y a la alemana de 1956. Y cantó en tres de las cuatro lenguas oficiales de su país. Es una todo terreno, diva del canto en palacios de alta alcurnia. A Eva Perón, Isabel II de Inglaterra o el rey Faruk de Egipto les apasionaba esta señora de voz aterciopelada, potente y elegante en la pose. Fue impresionante verla en el 2003 en Riga, como si no pasaran los años. Es una auténtica eurofan que alguna vez ha comentado que no le importaría volver a representar al país que se lo proponga, casi con 80 años. Esta mujer es todo un espectáculo…

Corry Brokken, aquella señora que presentó el Eurofestival de 1976 y que dije en Destino Eurovisión 2004 que “tenía pinta de bibliotecaria”, ya ganó en 1957 con la preciosa balada “Net als toen” –Como entonces-. Mejor no se podía cantar, y encima aquella orquesta con despliegue de violines. Es uno de los temas más románticos de este Certamen. Corry ya representó a Holanda en 1956 y volvió en 1958 para quedar la última con otro baladón “Heel de wereld”. Quizá este último tema no tenía la fuerza de “Net als toen”, pero no estaba mal. Los jurados eran así en los primeros años.

La alemana Margot Hieslcher era una auténtica diva en escena. Además era muy teatral ya que ponía a la interpretación un toque de transformismo muy atractivo. En 1957 salió vestida para matar, arrebatadora, como las actrices hollywoodienses más sexys de los cincuenta. Se acompañó de un teléfono blanco para la puesta en escena ya que el título de su canción era “Telefon, telefon”. ¿Quién habría detrás de la línea?… algún amante al que ella dejaba porque era una señora estupenda que se podía permitir ese lujo. Fue cuarta en los votos entre diez países. Y si el número de 1957 era atrayente, en 1958 volvió rizando el rizo ya que se vistió de “miss Jukevox”, porque ella era la miss de los tocadiscos, pieza imprescindible en cualquier guateque. Se vistió de miss rococó con corona incorporada y estaba impresionante en medio del escenario de los AVRO Studios de Hilversum. La delegación alemana no reparó en gastos para sacar semejante traje de alta costura. Pero no fue tan recompensada en los votos a pesar de ser una canción muy divertida. Ocupó el séptimo lugar de diez canciones, aunque su imagen ha quedado como imprescindible en todos los recopilatorios cuando se rememora la historia de Eurovisión.

Noruega debutó en 1960 con una gran cantante, la rubia platino Nora Brocksted que llevó a Londres el tema “Voi-voi” y fue cuarta de trece países. Gran debut de esta delegación que confió en la misma estrella para la edición de 1961 en Cannes. Allí cantó “Sommer i palma”, canción romántica de calidad que ocupó el séptimo lugar entre 16 canciones. Desde luego fue la mejor cantante que los noruegos han llevado en la década de los sesenta e incluso una de las mejores en toda su historia, llena de altibajos en este Certamen.

Colette Deréal era una cantante de fama en Francia, auténtica estrella de la chanson de los años cincuenta. Representó a Mónaco en 1961 con “Allons, allons les enfants”, tema de ritmo pegadizo, al más puro estilo de las canciones parisinas de antaño. Se desenvolvió con soltura y saber hacer en el escenario porque era una cantante muy experta, pero no fue recompensada en los votos y quedó décima detrás de nuestra Conchita Bautista el año en que debutó España. Quizá la canción de Deréal era muy corta en comparación con los demás temas mucho más largos. Desde luego se lució menos que porque no hubo tiempo para saborear esta gran composición.

La edición de 1961 fue estupenda, hubo grandes temas, tanto para los hombres como para las mujeres. La estrella más veterana de este Festival fue la alemana Lale Andersen que hizo popular la inolvidable canción “Lili Marlene” que después se haría más famosa en la voz de Marlene Dietrich. Pero la primera intérprete de este tema es Lale. A Cannes fue con el peso que da la experiencia, ese toque romántico de las cantantes con un claro aroma berlinés. De rostro ambiguo, voz profunda y gesto elegante, Lale resultó impresionante en escena. El tema era una balada lenta, de estilo muy alemán, con alguna frase en francés para captar al público en la sala. El título es “Einmalsehen wir uns wieder” y quizá no tuvo votos porque resultaba algo anticuado para la época. Eso no quita que sea un tema precioso de una gran calidad donde se luce la orquesta y la voz de la intérprete que cantó relajadísima, sin aspavientos. Yo cada vez que la veo me pone los pelos de punta, me encanta.

Y si la alemana era prodigiosa, la italiana Betty Curtis y su “Al di lá” era impresionante. Con el tema ganador de Jean-Claude Pascal, eran las mejores canciones de la noche. La Curtis, que había ganado Sanremo, fue quinta en Cannes. Con todo se hizo un clásico de la música italiana y uno de los temas más conocidos de la historia de Eurovisión. Fue la última en salir y podía haber ganado perfectamente porque era la favorita en las apuestas. Vistió de negro, con collar de perlas y peinado crepado. Esta rubia de voz potente es una de las mejores intérpretes que Italia ha llevado a Eurovisión. Como siempre esta delegación hacía historia, qué lastima que ya no concursen porque han llevado temas inolvidables, los seguidores del Festival les echamos de menos, a ver si vuelven de una vez.

La edición de 1962 no tuvo grandes temas, eran en su mayoría algo desfasados para la época. Pero entre las 16 delegaciones que se presentaron resalta una joya, el tema de amor más bonito de la historia de Eurovisión para mí. Se trata de “Un premier amour” interpretado por Isabelle Aubret. Habla de ese primer amor que no se olvida nunca, que queda siempre y es tan fuerte, plantándose donde fue, donde quedó y cómo estará al cabo de los años. Frank Pourcel hizo los maravillosos arreglos y la letra es de Roland Valade con música de Claude-Henri Vice. Esta cantante nacida en Lille en 1938 su nombre verdadero es Thérese Coquerelle y como de ella ya hay en esta web una biografía publicada no me extiendo más, sólo decir que ganó porque sin duda fue la mejor de la noche. Su tema sonaba como un susurro, una brisa amorosa puesta en la voz de una de las cantantes más conocidas en Francia, todo una estrella que a pesar de lo duro de su vida, los altibajos, los accidentes y operaciones quirúrgicas que tuvo que padecer fue resurgiendo de la desdicha para renovarse y a día de hoy sigue estando en activo tras más de cuatro décadas cantando. En 1968 volvió a Eurovisión con otra canción, “La source” –La fuente- escrita por Guy Bonnet, conocido porque también representó a Francia en 1970 y 1983 cantando. Pero en esta ocasión no ganó el Festival, fue tercera detrás de Cliff Richard y Massiel. La canción es muy buena, poética como todo lo que cantaba Isabelle, pero quizá los arreglos de Alain Gouraguer eran muy acelerados para el estilo y voz de esta cantante y en concreto a esta composición no le quedaban bien. Vistió de azul e iba con recogido y tirabuzones. Por entonces ya siempre salía con vestidos largos para que no se viera su cojera tras haber sufrido un accidente de coche en 1963 que casi le cuesta la vida y ser sometida en cinco años a una infinidad de operaciones.

Si 1962 no tuvo temas realmente buenos, 1963 fue un desfile de grandes canciones y figuras de mundo de la música, tanto los hombres como las mujeres. Destaco a tres, Esther Ofarim, Françoise Hardy y Nana Mouskouri. Las tres cantaron en francés en representación de Suiza –segundo puesto-, Mónaco –quinto puesto- y Luxemburgo –octava- respectivamente. Los tres son temas de amor pero los estilos eran notablemente distintos. Esther Ofarim de origen israelita era muy conocida en Europa y tuvo una carrera brillante hasta los años setenta. Cantó “T’en va pas” y de hecho era la ganadora al final de las votaciones, pero como el jurado noruego se desdijo de sus votos para beneficiar a sus vecinos, Dinamarca, la pobre quedó segunda y se quedó con dos palmos de narices. Además de ser un gran tema esta mujer canta con un gusto increíble. El francés estaba en alza y los mayores éxitos se los llevaban los temas interpretados en ese idioma.

La niña rebelde, adolescente precoz, con voz de susurro y candor fingido e insinuante en la mirada, Françoise Hardy salió por Mónaco con “L’amour s’en va”. Es la típica canción francesa de los años sesenta. Pero ella tenía otros temas mejores con los que era más conocida y no precisamente el que llevó a Eurovisión. Por ejemplo “Tout les garçons et les filles” se hizo himno de los jóvenes franceses y europeos. Muchas cantantes de ese país llevaban el sello de la Hardy como Sheila, Silvie Vartan, Chantal Goya o Jeanette por poner unas cuantas. Su éxito duró lo que duran las modas, unos años. Con todo se hizo una referencia de los jóvenes que por entonces empezaban a cambiar, a protestar contra lo establecido. La Hardy era un icono de la rebeldía de los niños de clase bien.

De Nana Mouskouri podemos decir que ha sido la voz griega femenina más internacional y conocida de todos los tiempos. Era muy famosa en Europa y América. A Eurovisión llevó “A forcer de prier” en representación de la televisión luxemburguesa. Tema de garra, balada de amor donde la Mouskouri suelta su chorro de voz de una manera prodigiosa, porque la canción empieza lenta para ir tomando fuerza y al final acabar de una forma sobrecogedora. Sólo fue octava, claro, entre tanta competencia era difícil ese año. Pero ella siguió triunfando. Todos tienen en la mente a esta griega fantástica, políglota y diva, por sus gafas de pasta negra que le dan un toque de distinción. Para saber más de ella consultar la biografía en esta web.

Gigliola Cinquetti se convirtió en la cantante más joven que ganaba Eurovisión en 1964. Tenía 16 años e interpretó como nadie “Non ho l’età”, canción que le venía muy bien porque decía que ella no tenía edad para amar, que debía esperar. Como todos saben este tema gustó mucho a los conservadores castos y felices de ver una niña tan decentita. El mismo Papa Pablo VI la recibió en audiencia tras ganar Eurovisión. Pero a parte de eso, el tema es una obra de arte, una canción histórica que en España gustó mucho. Se puede decir que era el segundo gran éxito de la historia de este Certamen tras el “Tom Pillibi” de Jacqueline Boyer. Sonó mucho en las radios e hizo infinidad de galas por Europa versionando la canción en francés, español, inglés, etcétera. Diez años después volvió a representar a Italia en Brighton ’74 con “Sí”, cambio radical, pasó del no al sí porque ya tenía edad para amar. En 1974 quedó en segundo lugar detrás del conjunto sueco ABBA, pero su tema, además de estar envuelto en la polémica, resultó un éxito de ventas en los meses siguientes. La polémica venía porque en Italia se hacía el referéndum sobre el divorcio el 7 de abril y por eso la RAI, gobernada por los democristianos, decidieron no emitir el Festival el 6 de abril, día de reflexión, pensando que ese “Sí” de la Cinquetti podría decantar al voto afirmativo cuando ellos apoyaban el no. Al final ganó el sí por un 60% de los votos e Italia aprobó la ley del divorcio. El Festival se retransmitió en diferido la semana siguiente para los italianos que deseaban ver el casi triunfo de la Cinquetti, todo una estrella en ese país.

Se pusieron de moda tras el éxito de Gigliola Cinquetti las adolescentes en Eurovisión y en 1965 ganó otra de nacionalidad francesa pero en representación de Luxemburgo. France Gall, su nombre verdadero es Isabelle, triunfó con “Poupée de cire, poupée de son”, otra canción pegadiza y atractiva para el Festival que fue un mega éxito en los sesenta y la catapultó a la fama como una especie de lolita cantarina. Era la auténtica niña prodigio que empezó muy joven y se cansó pronto del papelón para reconducir su carrera a un estilo muy distinto en los años setenta, como publicamos en la biografía que hay de ella en esta web. Ganó con 17 años y se hartó pronto de ser la niña mona y pizpireta que entretiene al personal. Yo la comparo un poco como nuestra Marisol que dio un giro tremendo a su estilo inicial tras conocer a Antonio Gades. El mentor del cambio de France Gall fue Michel Berger a mitad de los setenta.

Ese año el Reino Unido fue segundo con la sin par Kathy Kirby que llevó “I belong”, tema precioso que no pudo con el candor de la Gall en los votos. Con todo era una canción muy del gusto anglosajón de fuerza interpretativa que llevó una experta cantante. Pero todavía no acaban de cuajar las canciones en inglés, habría que esperar un poco más. Resulta paradójico hoy que casi todos cantan en inglés en Eurovisión pensar que hasta la edición número doce no ganó un tema cantado en ese idioma.

Pocas intérpretes tan espectaculares como Simone de Oliveira hubo en el Festival. Esta cantante de fados y música tradicional portuguesa representó a su país en 1965 y 1969 con dos canciones muy buenas, “Sol de inverno” y “Desfolhada” –Deshojada-, aunque su título inicial era “Desfolhada portuguesa”, acortado para el Festival. Simone cantó con energía en sus dos comparecencias pero fue incomprendida injustamente por los jurados que buscaban temas algo más frívolos a la hora de dar votos. Recibió un punto en 1965 y fue decimotercera, y 4 puntos en 1969 y penúltima. Con todo era un ídolo no sólo en Portugal, sino en España y América Latina, reconocida como la sucesora de la gran Amalia Rodrigues y que años después tomó el testigo otra eurovisiva, Dulce Pontes.

Desde que ganaron la Cinquetti y la Gall, Eurovisión cambió mucho y las cantantes buscaban ese toque fresco y juvenil revolucionando el Festival. Se presentaron muchas cantantes juveniles en los años siguientes por todas las delegaciones. Además entramos en una época dorada para las intérpretes femeninas que destacaron en los ránkins hasta 1973. Exceptuando a Udo Jürgens que ganó en 1966, de 1964 a 1973 las vencedoras fueron mujeres.

La francesa Michèlle Torr también era muy joven cuando representó a Luxemburgo en 1966 con “Ce soir je t’attendais”. Maurice Chevalier la apodó como “la mujer nacida cantante”, y desde luego es una gran voz. Siendo una adolescente destacó por su tonalidad profunda y potente, que no era propia de su edad. Unido a eso es una mujer de una gran belleza y magnetismo que deslumbra cuando actúa. Miraba a la cámara como nadie. Once años después volvió a Eurovisión ’77 representando a Mónaco. Quedó cuarta con “Une petite française”. Ya era una estrella internacional, a los 30 años de edad. Vendía discos por millones. Esta rubia cañón es todo un referente en la música francesa de todos los tiempos considerada a día de hoy una clásico. Para conocer más detalles sobre ella ver biografía en esta web.

Otra adolescente, Vicky Leandros, de 17 años representó a Luxemburgo en Viena ’67 con el tema “L’amour est bleu” y fue cuarta. Después se hizo un récord de ventas en Estados Unidos por la versión musical que realizó Paul Mauriat. Vicky, que era como se llamaba artísticamente Vasiliki Papathanasiou, nacida en la isla de Corfú pero emigrada con su familia a Hamburgo con 11 años, era lo que se conocía por entonces niña prodigio de la canción. Los años sesenta sacaron muchas de estas joyas. Algunas se mantuvieron, cambiaron de estilo, se renovaron, otras sólo fueron flor de un día. El caso de Vicky fue de una continua transformación para hacerse una estrella en Centroeuropa, todavía en activo. Leandros lo añadió al nombre inicial en 1969, en honor al nombre de pila de su padre, y así se presentó en la edición de Eurovisión ’72 por Luxemburgo, totalmente distinta a la jovencita de 1967, y ganó con un sobrio vestido negro, el pelo más largo, a la moda de los setenta, y un tema histórico, “Après toi”. Sin duda fue la mejor canción de la noche. De ella también hay una biografía en esta web.

Por fin ganaba el Reino Unido el Festival de Eurovisión en 1967 con Sandie Shaw (Sandra Goodrich de nombre real) y la popular “Puppet on a string” –Marionetas en la cuerda-, récord de ventas en el mundo y tema absolutamente imprescindible en la historia de este Certamen. Fue la primera intérprete en salir descalza en un escenario eurovisivo, y eso fue un bombazo porque se la conoció por crear una moda que se repetirá por alguna delegación en los años siguientes. A los ingleses les costó ganar, pero cuando vieron que con los crooners y las divas engoladas de medio pelo no conseguían nada apostaron por lo que estaba en boga, la chicas yeyés que tenían un pelotón de fans detrás. Y encontraron la gallina de los huevos de oro porque dos años después, en 1969 vuelven a ganar con otra chica yeyé, actriz y cantante de fama en el Reino Unido, Lulu (Mary McDonald McLaughlin Lawrie) y el “Boom bang a bang”, pegadiza hasta decir basta. Quizás no son los mejores temas de estas cantantes, porque han tenido una carrera de éxitos si cabe de más calidad, pero sí fueron número uno en Europa, y temas históricos de Eurovisión, imprescindibles en cualquier resumen que se haga del evento. Tanto Sandie Shaw como Lulu eran grandes artistas que han permanecido en el candelero de la música británica, como referentes de una época, y transformadas en otra. Sandie Shaw dejó el mundo de la canción para dedicarse a temas benéficos y mantener un hospital y fundación propia, y la escocesa Lulu en constantes cambios llegó a ser una de las artistas más veteranas del Reino Unido, todavía en activo. De ambas hay también biografías en esta web.

España también dio en el clavo con la elección de Massiel para representarnos en Londres ’68, tras renunciar Serrat a cantar en castellano poco antes del Certamen. Ella aprovechó la oportunidad y como he comentado alguna vez, hizo bien en no dejar escapar el tren, a pesar que después le costaría estar siempre justificándose por el affair La, la, la hasta la saciedad. Le tocó lo “políticamente incorrecto” según los serratistas, cantar en sustitución de la gran estrella que era y fue años después “el noi del Poble Sec”. Fue una historia llena de dimes y diretes, propia de cualquier sainete que se precie, porque la instrumentalización política por parte de unos y otros manchó lo que era simplemente una canción. Massiel cantó con maestría ese tan traído y llevado 6 de abril de 1968 desde el Albert Hall. Forma parte de la historia sentimental de nuestro país y la podemos ver como queramos, en blanco y negro o en color. De Massiel también hay publicada una biografía en esta web.

Como los británicos volvimos a dar en la diana y en 1969 España se alzó con una segunda victoria ahora en la voz de la catalana Salomé (María Rosa Marco Poquet). El directo del “Vivo cantando” en el Teatro Real de Madrid fue increíble, lleno de fuerza y todo gracias a los cambios en los arreglos que tuvo un tema que parece simple, pero está lleno de garra. Augusto Algueró modificó el ritmo y lo hizo más fresco, puesto en la estupenda voz de Salomé, no podía por menos que ganar. Aunque fuera un premio compartido entre cuatro, supo a éxito, cómo no. Fue una proeza de la delegación española que tiró la casa por la ventana para la celebración del show. Y Salomé con el traje de catorce kilos, hecho de canutillos de porcelana y diseñado por el insigne Pertegaz, es otro de esos momentos inolvidables de Televisión Española en medio del tardofranquismo.

Como vemos de 1969 cito a muchas cantantes porque hubo grandes estrellas esa edición, como la del ’63. Se lucieron más las mujeres ese año. Simone de Oliveira, Lulu, Salomé, y ahora le toca a otra ganadora, Frida Boccara e Iva Zanicchi que cantando como los ángeles con un tema precioso sólo fue decimotercera.

Frida Boccara nació en Marruecos, pero su carrera se desarrolló en Francia, y por todo Europa. Como Nana Mouskouri tenía una facilidad para cantar en cualquier idioma. En España pasó largas temporadas y era muy conocida cuando salió en el Teatro Real con “Un jour, un enfant”, tema lleno de sentimiento que no tenía nada que ver con la expresa frivolidad de las canciones de Lulu o Salomé. Frida buscó una balada al más puro estilo francés, porque a las francesas las baladas les venían como anillo al dedo. No es la típica canción eurovisiva, se sale de lo habitual y es de una calidad extrema. Así Francia consiguió su cuarta victoria haciéndose líder en este campo, no igualada hasta 1973 por Luxemburgo y 1975 por Holanda. Precisamente Holanda ganó por tercera vez en Madrid ’69 con Lenny Kuhr, pero no la incluí en la lista quizá por ser el tema menos famoso de esta cuádruple victoria y ser la cantante que menos proyección posterior tuvo. Y la verdad, en comparación con la canción italiana, la holandesa me parece mucho peor.

Sí, fue una tremenda injusticia que Iva Zanicchi quedase en la plaza decimotercera con “Due grosse lacrime bianche” –Dos grandes lágrimas blancas”. Para asombro de propios y extraños sólo obtuvo 5 votos concedidos por Yugoslavia, Mónaco, Irlanda, Portugal y Finlandia como limosnas. Una vergüenza ya que canciones peores como la alemana o la finesa quedaron mejor. Iva había ganado Sanremo con “Zíngara” que también cantaba Bobby Solo, pero la RAI llevó a Madrid una canción menos pegadiza, pero de mayor calidad, sin darse cuenta que desde mitad de los sesenta se buscaban ritmos pegadizos para hacerlos hit parades o pieza del verano. Dio igual porque Iva Zanicchi siguió siendo una estrella de fama mundial y el resbalón de Eurovisión no fue más que una anécdota en su carrera. Con todo los italianos empezaban a estar hartos de llevar estrellas de proyección internacional con temas de gran calidad y sólo habían ganado una vez en 14 ediciones, y lo conseguirán de nuevo en 1990. Es uno de los motivos que hicieron que Italia dejase la competición en 1997, a parte de otros puramente comerciales.

Para el próximo capítulo las estrellas femeninas eurovisivas desde Katja Ebstein (Alemania ’70, ’71 y ’80) a Sonja Lumme (Finlandia ’85).

Reyes del Amor 24/04/05

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