LA MISMA FÓRMULA

Quien no llora, no mama. O eso dice el dicho en un país que parece corroborarlo. Quien grita, quien patalea, quien hace ruido, a unos umbrales vergonzosos de patética palabrería sin contenido, es quien arrima la victoria a su ascua. Es en ese gallinero donde RTVE lleva tres años situando su preselección, bajo los perversos […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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LA MISMA FÓRMULA

Quien no llora, no mama.

O eso dice el dicho en un país que parece corroborarlo. Quien grita, quien patalea, quien hace ruido, a unos umbrales vergonzosos de patética palabrería sin contenido, es quien arrima la victoria a su ascua. Es en ese gallinero donde RTVE lleva tres años situando su preselección, bajo los perversos dictados de “lo popular” y “lo democrático”. Ya son tres años en los que, esta interminable preselección española es lanzada al ruedo, como vísceras a un público con hambre de carnaza. Una plaza donde lidian por llamar la atención personajes histriónicos, grupos de presión y entes mediáticos, espantapájaros, mediocres de la farándula y por fortuna, algún que otro músico atrevido. Ya lo justificó a su manera Eva Cebrián en 2008. “ha permitido algo que era muy necesario: dinamizar y revitalizar todo el proceso previo al Festival. Se habían probado otras fórmulas, casi todas, pero ésta ha animado a los seguidores del Festival más que ninguna otra anterior. Hacía años que no se hablaba tanto de Eurovisión. Hemos roto con la indiferencia y el desinterés“. Quizás aún piense que los que votan son sólo seguidores del Festival, o personas anónimas que lo respetan. Pero como la cuestión es que hablen, aunque sea mal, RTVE repite con la misma fórmula: “todo vale”.

Ya lo expuse el año pasado: hubo suerte con que se presentara Soraya. La preselección online de RTVE es una flauta y los seguidores de Eurovisión desean que alguien digno por casualidad la sople. El año pasado se apuntaron dos cantantes que se lo tomaron en serio y corrigieron en gran parte la imagen de desprestigio alimentada en 2008. Pero este año vuelve a suceder que RTVE no le pone puertas, permitiendo que cualquier persona no cualificada pueda llegar a la gala final.

La primera fase de la preselección, en su definición actual, no premia ni la voz ni la profesionalidad ni la calidad de una canción. Sólo busca impacto en los medios, que el gallinero arme mucho jaleo para que resuene en todas partes. RTVE insiste en su fórmula para que se hable de Eurovisión, sin reflexionar desde qué perspectiva se hace. Los diez que pasan a la gala final serán en su mayoría aquellos que tengan más apoyo en la red. Si has pasado por Operación Triunfo, ¡preséntate, sea cual sea la canción! Si eres famoso en youtube o ¡preséntate! algún foro mediocre te apoyará.

España aún carece de la madurez colectiva para participar y respetar un proceso de votación online. Unos votan por mofarse, otros por aburrimiento y muy pocos porque realmente valoren Eurovisión. ¿Es necesario todo el circo que se monta?, ¿es preciso dar juego a colectivos de Internet que sólo buscan boicotear el proceso, una y otra vez? Si RTVE no cambia de preselección, el próximo año volveremos a tener todo este circo mediático que desprestigia el festival, en una interminable fase de votación online, y con el riesgo permanente de ver a cualquier esperpento en las galas que se lleven a cabo en la preseleccion.

Cansado de grotescos personajes televisivos, de aburridas periodistas que chapotean en su mediocridad intelectual. Cansado de niños monos y niñas simpáticas que van porque no tienen otra mejor cosa que hacer. Cansado de discográficas sin escrúpulos ni horizontes, que Eurovisión les importa un comino, y del necio circo mediático de este país que se ensaña con el festival corroborando su propia carencia de luces. Harto de la televisión media de este país: vulgar, pueril, mezquina. Cansado de los bufones manipuladores que esgrimen “es lo que el público quiere” para justificar su propia incompetencia. Harto de los ineptos que pululan en los medios y en la prensa, vociferando, soltando patrañas y argumentando, sin saber, sin conocer, sin informarse, sin respetar y sin analizar. Cansado de cantantes marionetas, cantantes del “no me importaría” y del “si hay que ir…”. Cansado de los ridículos sin voz, sin música, sin proyecto ni futuro que se arriman a Eurovisión como ascuas de la gracia simplona y la estulticia más profunda. Cansado de los funcionarios responsables de Eurovisión, por su desgana y su inercia, cansado de su escaso esfuerzo y su nula voluntad. Harto de quienes llaman “friki” a cualquier cosa que se sale de sus estándares, que se atiborra de pan y circo y siguen como borregos la farándula, el chiste de turno y al primer mediocre que se pone a dar gritos en un plató de televisión. Cansado del sesgo estúpido que merodea a la prensa y las redes sociales, que no importa que la mayoría de las candidaturas puedan ser serias porque rebuscarán hasta encontrar la candidatura más estrambótica para exponerla como dudoso ejemplo del festival.

Tan cansado de este festejo sin sentido que reclamo que RTVE cambie profundamente su preselección para el próximo año, que la planifique adecuadamente y apueste por aceptar sólo candidaturas serias. Es el único modo de formar y dotar de prestigio una preselección, que puede ser reflejo de la salud e inteligencia musical de un país.
Mientras tanto, espero que al menos para éste dejen que vaya a Eurovisión a alguien profesional. Que dejen que vaya alguien que realmente quiera ir a Eurovisión, que siempre haya querido ir a Eurovisión y ponga profesionalidad, amor y dedicación a esa oportunidad internacional. Que dejen que vaya a Eurovisión alguien que diga “Yo quiero ir a Eurovisión“, que sepa lo que signifique, lo que implica y para lo que le puede servir. Que vaya alguien que sepa aprovecharlo y sacarle jugo.

 

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