Otro año más el mismo cantar, el mismo lamento, la misma decepción, pero resultados parecidos. Historias que se repiten año tras año, con intérpretes distintos y melodias diferentes. 
Una historia que se nos hace interminable. Porque, ¿cuándo llegará el momento de España? ¿Cuando TVE se lo tomará realmente en serio? ¿Cuando superaremos el sexto puesto, la mejor marca hasta la fecha de los últimos quince años, de David Civera del 2001? ¿Cuando, cuando y cuando? Preguntas, con dificil respuesta. 

La verdad es que este año teníamos una buena elección. Una canción con un mensaje de superación, positiva, con un grito de guerra como el “Say yay”, un tema totalmente en inglés… para que toda Europa y el resto del mundo nos pudiese entender y bailar con España. Además teníamos a una artista, que a priori nos era desconocida para muchos, pero que se ha ganado el cariño de medios, eurofans y público en general. Una tia curranta como nadie. Que no ha dudado en promocionar su tema en cualquier concierto, fiesta o evento en los últimos meses. Una chica con iniciativa, con las ideas claras y en definitiva, con un par de “bemoles”. Que pensabamos que no se iba a dejar doblegar por los omnipotentes TVE, Federico Llano y Toñi Prieto.

Pero todo cambió, después del primer ensayo en el Globen Arena de Estocolmo. Esa primera actuación que a todos había dejado con tan buen sabor de boca, que a gran parte del sector eurofan había gustado y en la que realmente Barei había estado cómoda se convirtió en más oscura en cuanto a iluminación. En un debate entre, si deberían aparecer las coristas o no, vestuario y bla bla bla bla. En definitiva, una semana de altibajos, cambios de última hora, declaraciones por parte del jefe de delegación de “traca” y un sentir colectivo de desánimo, para finalmente una actuación de notable. 

¿Que es lo que ha pasado? ¿Realmente merecíamos un puesto 22, empeorando el puesto dejado por Edurne el año pasado?

Nadie tiene la fórmula para ganar Eurovisión, pero al menos jugar sus cartas para entrar de lleno en el TOP 10. Yo me pregunto si a TVE, a su jefe de delegación and company, no se le cae la cara de verguenza al ver actuaciones y puestas en escena de países chiquititos que al final hacen mucho ruido. No me vale lo de siempre: no tenemos presupuesto, no podemos dar la imagen de derroche, etc. No hace falta derrochar ni tener un presupuesto millonario para tener una buena puesta en escena y realizar una actuación de 10. Es el caso de Bélgica este año, con una canción muy parecida a la nuestra, pero con una puesta en escena que nos superaba millones de veces.

Y es que muchas cosas TIENEN y DEBEN de cambiar dentro de nuestra televisión pública, ¿renovarse o morir? Pues yo prefiero renovar, que queréis que os diga. Y es que ya va siendo hora de que se les de salida a quienes se les tiene que dar salida. Ya van siendo muchos años de “viejas glorias” al frente de la delegación española y creo o mejor dicho, DESEO que se realice un cambio profundo. Al igual que se han hecho cambios en delegaciones de países como Francia o Italia, con mejoras notables en el festival, en España también se puede. 

Lo que realmente necesita nuestra delegación son personas con las ideas claras, con criterio, autocrítica y ganas de trabajar e intentar ganar el festival. Que no se note que estamos de pega ni que es un mero trámite que hay que pasar año tras año, porque llevamos mucho tiempo participando.

Nuestro próximo jefe de delegación debe de reunir ciertas cosas:

1- Una persona joven. 
2- Que entienda de televisión (Eurovisión es un espectáculo de canciones pero también es un show televisiado en directo y tener nociones de televisión, realizaciones, puestas en escena es importante)
3- Que sepa de música 
4- Y lo más importente: que sea EUROFAN

Porque esa es la clave, una persona que viva, comparta y ame el festival es quién pondrá toda la carne en el asador para salir adelánte.