FINLANDIA 1975-1987. SEGUNDO CAPÍTULO DE LA SAGA FINESA.

Para este segundo capítulo de Finlandia entramos en las mejores canciones de esta delegación, por lo menos las más conocidas. Así me lo habéis demostrado en la pasada columna. Las de los años ’77 y ’83 y ’85, son bastante interesantes y adoradas por los eurofans. Pero no hay que olvidar otra joya, Vicky Rosti […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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FINLANDIA 1975-1987. SEGUNDO CAPÍTULO DE LA SAGA FINESA.

Para este segundo capítulo de Finlandia entramos en las mejores canciones de esta delegación, por lo menos las más conocidas. Así me lo habéis demostrado en la pasada columna. Las de los años ’77 y ’83 y ’85, son bastante interesantes y adoradas por los eurofans. Pero no hay que olvidar otra joya, Vicky Rosti en el ’87 con su "Sata salamaa"…

 

El trienio entre 1973 y 1976 que la UER dejó cantar en inglés a la delegación que lo solicitase no repercutió en los votos para Finlandia que seguía quedando regular.

 

Con todo esos años fueron de lo mejorcito de su trayectoria, porque en 1975 aprovecharon bien el inglés para acoplarlo a una canción eminentemente country que cantaron el conjunto folk Pihasoittaiat titulada "Old Man Fiddle". El sexteto mixto, una mujer y cinco hombres iban vestidos un poco de "campurrianos" sacados de una película de terror de aquellas de los años setenta. Hijos míos, peor no se podía salir, pero era la moda de lo campestre a lo Casa de la Pradera, sobre todo ella, que parecía caída de la higuera. Las gafotas de uno de los chicos eran también tremendas, que si unimos a los jerseys pullover apretadísimos para reventar y los pantalones de campana para los chicos… para qué más. Pero como el tema era agradable y ellos cantaban bien, quedaron en buena posición. Fueron séptimos con 74 votos, la segunda mejor plaza después de la Rung hasta ese momento. Ese año se utilizaba el sistema actual de votación vigente hasta 2005, de 1 a 8, 10 y 12, voto a voto. El jurado español les dio un 1 punto y ellos, generosos ese año, un 8 a Sergio y Estíbaliz.

 

Los golpes de cadera a las coristas del simpático Fredi no dejaron indiferente a nadie en 1976. Con el tema "Pump, pump" Finlandia figuraba entre los temas favoritos junto a las pegadizas canciones de Austria, Francia, Mónaco, Italia y por encima de todas el Reino Unido. No había lugar a dudas que ganarían los ingleses con su archiconocido "Save your Kisses for me". Pero Fredi, que se acompañó de sus amigos y así se llamó el grupo: Fredi ja Ystävät, se llevaron una gran ovación porque animaron el cotarro en La Haya. Hoy día lo vemos como un número cirquero, pero en aquellos años empezaban a llamar la atención los shows coloristas y rimbombantes. Las bailarinas daban unos meneos de cadera muy efusivos. Fredi las miraba desde las alturas, es un hombre enorme, y les iba dando con su enorme culazo, mientras a veces hacía un gesto ante el micrófono a lo cuervo de Jose Luis Moreno al ritmo del "pump, pump". Pero los dos coristas del fondo, el de las gafas y la del pelo a lo Carrá no tiene descripción alguna, las miradas denotaban la amistad que florecía por los poros, más cuando el pianista se lanzaba con un solo en espiral ascendente de locura. Fue un número memorable, y no ha faltado en los habituales resúmenes de Eurovisión, como el "Tom, tom". Sólo quedaron undécimos con 44 votos, pero por lo menos dieron la nota.

 

Como los fineses vieron el filón de lo cómico y la posibilidad que podían ofrecer los coros para decorar las canciones en el escenario, en 1977 la rubia platino Monica Aspelund vino con aires nórdicos por encima del círculo polar ártico con su "Lapponia" de la que era autora. Vistió de blanco con una especie de casulla muy divertida. Al abrir los brazos y mirar desafiante a cámara se ganó el beneplácito de los jurados que la votaron con 50 puntos y el décimo puesto, casi en medio de la tabla. España y Micky le adelantó por dos votos. Los golpes de palmas, en otro estilo más refinado a la Rung, fueron increíbles, pero lo más, el grito estridente que pega casi al final de la canción y que dejó al público sin habla. Monica era una cantante muy experta y así lo demostró en Wembley, a parte de su clasificación. No pasó tampoco desapercibida y es que la señora cantó muy bien. Los coros fueron también estupendos, el conjunto de voces se acopló a la perfección, aunque quizá los chicos ponían un poco cara de anonadados, normal, con la potencia interpretativa de la Aspelund cualquiera, menudo carácter…

 

El idioma hacía que esta delegación fuese poco votada, es una teoría, pero resulta extraño que cuando se pasaron al finés tras el trienio ‘73-’76, fueron bajando en los votos. En 1978 el bajón más que considerable fue escandaloso con la pulcra y comedida Seija Simola. Atrás quedaron los arpegios posturales y los números rimbombantes para pasar a una balada convencional titulada "Anna rakkaudelle tilaisuus". Pero a la pobre se le agrió la noche parisina porque sólo le votó un país, Noruega, con un 2. Como en 1968 les salvaron el cero. Ni la canción era tan mala, ni ella cantó tan mal, pero en Eurovisión esto es habitual. Lo cierto es que Seija con su traje gris y su flor en la solapa quedó penúltima empatada en el conjunto turco Nazar y delante justamente de los noruegos que ese año llevaron al indescriptible e hiperactivo Jahn Teigen.

 

Tras el chasco de París, a Jerusalén ’79 llevaron a la estrella más famosa de Finlandia, muy conocida en Escandinavia y Europa del Este, porque fuera de allí no la conocía nadie más. Hablamos de mi diva finesa preferida, Katri Helena, que a día de hoy se conserva guapísima. Está en activo y sigue siendo una figura de primera fila. Cuando fue por primera vez al Festival ya tenía una sólida carrera de éxitos. Cantó "Katson sineen taivaan" con un pedazo de voz como pocas. Entre las mejores voces femeninas de esa noche una era la de ella junto a Anne-Marie David y Jeane Manson. Pero el tema era un poco barroco para los gustos tan festivaleros de la época y sólo obtuvo 38 votos quedando en el puesto decimocuarto. Creo que fue injusto porque temas para mi gusto peores como el de Suiza, Portugal o Noruega quedaron por delante. Fue otro año de gran competitividad. La sorpresa vendrá en 1993, cuando un montón de años después volvió a Eurovisión como salida del túnel del tiempo, más fresca que el perejil, pero eso será para el próximo capítulo…

 

Finlandia venía rondando el fracaso desde el ’78 y no pudo remediar quedar en último lugar en 1980 con la cosa que cantó el rubio y expresivo Vesa-Matti Loiri con su "Huilumies". Destaca por la flauta y su voz a lo barítono. La canción no podía ser más rara. Desde luego ese año junto con los noruegos, los belgas y el orondo danés se quedaron con el público por ser de lo más freaky nunca visto. Con todo a mí el tema me hace gracia por el chico es simpático, menudo ímpetu puso a su interpretación. Fueron los años negros de Finlandia, nadie entendía porque cada vez se complicaban más la vida, pero bueno, eso es lo gracioso de Eurovisión. Vessa-Matti consiguió 6 votos y pare de usted de contar, gracias de nuevo a Noruega que le dio el 5 y Francia, de propina, el puntito. Es curioso como los vecinos les fueron salvando modestamente de la quema, qué lastima sí no…

 

Si el barítono era la propuesta del ’80, para 1981 buscaron un roquero de postín llamado Riki Sorsa que se vistió medio de arlequín con pantalón de rombos y el pelo de punta a lo punk. El conjunto que lideraba tenía el look a lo New Age muy moderno que abría la nueva década. Eran de lo más innovador de ese año y la canción "Reggae OK" no estaba mal del todo, arriesgaron con algo poco eurovisivo y se pegaron de nuevo el batacazo. Riki obtuvo 27 votos y quedó decimosexto de veinte países. Según comentó Miguel de los Santos, nuestro enviado ese año, "Rikki cantaba desde 1965 y en ese tiempo había liderado más de veinte conjuntos musicales distintos". No sé si es una exageración de nuestro insigne periodista, pero la fuente es esa. Como vemos el chico era culo de mal asiento. Otra curiosidad es que en la semifinal finesa de ese año celebrada en Turku Riki fue escogido, entre otros, por los eurovisivos Marion Rung y Lasse Martenson y desbancó a otro famoso, Markku Aro, ¿lo recórdais del ’71?…

 

En 1982 buscaron también lo moderno, pero con un tono más gamberrete y desafiante con el rubio, ¿cuánto rubio no?… llamado Kojo. El nombre, como él, era muy peculiar. Kojo vistió de rojo en cueros más que sexys con un tema estruendoso que decía todo el rato "Nuku…nuku pommiin" que significa "bombas fuera". Según nuestro comentarista era una canción políticamente incorrecta en una bélica por aquellos pagos Reino Unido, recordemos Las Malvinas. Los del conjunto vistieron con bombín y traje negro a lo británico. Yo no sé si iban de cachondeo al Festival pero el cantante al final de la canción se abre de golpe la chaqueta y saluda al público de una manera un poco extraña. ¿Se habría tomado algo?. En las votaciones, que por cierto no se estrenó, miró a cámara cuando ganó Nicole e hizo la "V" de victoria. Era todo un personaje que obtuvo un sonoro rosco, no lo sacaban desde 1963. Esta vez no les salvaron los vecinos.

 

Y ahora una favorita de los eurofans, Ami Aspelund, hermana de Monica, la del ’77. Con su "Fantasiaa" en 1983 dio el campanazo visual en Munich. Fue un año de temas algo regulares, muy cursis en plena etapa de crisis eurovisiva. Con todo Finlandia llevó un tema divertido y atrayente interpretado por una mujer que miraba a cámara como pocas, se nota que es hermana de Monica por su desparpajo ante los medios y el público. Cantó sin hacer alardes de voz, pero poniéndole sentido a la ondulante coreografía. Iba de aquí para allá, insinuándose a los guapetones del coro que vistieron con frac y deportivas. El vestido de Ami con volantes puntiagudos por encima de la cintura era de un diseño de aquellos que dices, Jesús y esto como me lo pongo sin que me dé un ataque de risa. Según Ullán, nuestro comentarista que es un cachondo mental, dijo que "la letra trataba de un amor zoofílico de una mujer que prefería el cariño de su perro al de su pareja"… imaginad eso en 1983. Bueno como no lo entendía nada más que los fineses, que son muy modernos y diplomáticos, sólo quedó en lo anecdótico. Lo divertido fue el número y la melodía, pegadiza a más no poder. Sólo consiguió 41 votos empatando con el bellísimo y estupendo cantante italiano Riccardo Fogli en el puesto undécimo.

 

En los años ochenta los fineses destacaron por llevar lo más cirquero en Eurovisión, aunque fuese rubricado por estrellas de la canción con muchas tablas detrás. Para 1984 prepararon un show auténtico con Kirka, según Ullán, "hombre de rostro confundente que llevaba treinta años en esto del cantar"… Parecía más joven de lo que era, aunque por sus tablas se demostró que se había recorrido varios escenarios en el triángulo Turku-Tampere-Oulu. Con su armónica y acompañado por una señora vestida de los años cuarenta, un chico moderno y cachas de jersey amarillo pollo y una niña cocoguaga, no sabías dónde poner aquel trío coral que merecía el Barbara Dex a los peor vestidos del ’84 junto a los daneses de Hot Eyes. El tema "Hengaillaan" es de aquellos que levanta a un muerto. Era una música estridente además de inclasificable en cualquier estilo. Resultó de lo más rarito de la noche, qué le vamos a hacer. Con todo superó en votos a la Aspelund y se colocaron novenos con 46 votos por delante de canciones bastante menos sonrojantes en infinitamente mejores como la Portugal, Holanda o Alemania que llevaron baladas buenísimas.

 

Por fin en 1985 encontramos la joya de la corona, la excelente cantante Sonja Lumme con el tema preferido por los eurofans, entre los que me sumo. "Eläköön elämä" sorprendió gratamente en Goteborg, lástima que la Lumme estuviese como un flan. Se notó que estaba algo nerviosa en la ejecución de la canción pero como tenía un ritmo trepidante la salvo con creces. Rubia, con pelo a lo punky, ropa de lo más moderno y unos dientes que nos recordaron otros ya famosos, los de Massiel, Sonja obtuvo 58 votos y recuperó de los chascos un poco a la delegación finesa. Con todo no consiguieron pasar del noveno puesto. Por dos puntos quedó por debajo de un tema peor para mi gusto defendido por el del guapísimo Gary Lux por Austria, y con veinte votos menos que los italianos Al Bano y Romina Power. Los autores Veli-Pekka Lehto y Petri Laaksonen han sido de los que mejores temas han llevado por su delegación porque dos años después traerán otra maravilla que defendió Vicky Rosti y de la que hablaré más adelante.

 

Con Kari Kuivalainen en Bergen ’86 tenemos una balada de aquellas que a pesar de su calidad, de la que nadie duda, era demasiado lenta para un Festival que busca otros bríos. Kari tiene voz de baritono y cantó con elegancia un tema del que era autor y compositor "Päivä kahden ihmisen" –Nunca el final- que según nuestro comentarista Antonio Gómez sonaba como de "radio de galena". Nuestros enviados de los ochenta eran bastante críticos con todos los temas, ni que nosotros llevásemos lo mejor posible, ¡ay qué ver!… Bueno ese año nos salvamos porque Cadillac llevó una canción algo mejor que Finlandia que era un pelín aburrida. El rubio Kari obtuvo 22 votos y quedó en el puesto decimoquinto por detrás de la portuguesa Dora. Es un poco injusto ya que el chico hizo el tema expresamente para el Festival con la ilusión que da presentarlo ante Europa sin saber que ese tipo de baladas si no son en inglés pasan desapercibidas.

Y para acabar este segundo capítulo vamos con otra canción como la del ’85, la de Vicky Rosti en 1987. Roquera de pro, pasó por Eurovisión sin pena ni gloria, aunque quedó en la mente de los eurofans que vimos ese Festival porque su tema "Sata salamaa" era de un ritmo excepcional. Vicky Rosti había abandonado el mundo de la canción a finales de los setenta para dedicarse a su familia. Era una gran estrella en Finlandia y por eso fue recuperada para representar a su país. No estábamos acostumbrados a escuchar temas así por parte de Finlandia exceptuando el de Sonja Lumme. Los autores eran los mismos pero no buscaron una canción idéntica como hacen otros de otras delegaciones. "Sata salamaa" sonaba moderna y atrayente con un estribillo que te levanta de la silla para bailar, pero aquí hubiese necesitado más ritmo pregrabado y menos orquesta, la hubiese hecho más discotequera. Con todo la Rosti salió con mucha energía con su traje negro que llevaba una especie de rayo verde de adorno. Los modelitos indumentarios de Finlandia seguían haciendo historia. Volvieron a ser decimoquintos como el año anterior, ahora más injusto que nunca con sólo 32 votos, nuestro jurado sólo le dio dos puntos, qué horror. Lo cierto es que la pobre tuvo que lidiar un Festival de mucha competencia con números muy vistosos y temas muy pegadizos, algunos excelentes también.

 

Para el próximo capítulo de las cenizas y la indiferencia al primer premio: 1988-2006.

 

 

Reyes del Amor, 20/06/06

 

 

 

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