FE DE ERRATAS: NO QUERÍA DECIRLO PERO LO DIGO

Después del aperitivo en Albania el pasado mes de diciembre, Georgia y Bielorrusia eligieron ayer sus candidaturas para Eurovisión 2017 metiéndonos de lleno en la época de finales nacionales, una de mis etapas favoritas de cada festival. Los comentarios de nuestros queridos y respetados lectores en eurovision-spain.com y en nuestras redes sociales ya están en […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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FE DE ERRATAS: NO QUERÍA DECIRLO PERO LO DIGO

Después del aperitivo en Albania el pasado mes de diciembre, Georgia y Bielorrusia eligieron ayer sus candidaturas para Eurovisión 2017 metiéndonos de lleno en la época de finales nacionales, una de mis etapas favoritas de cada festival. Los comentarios de nuestros queridos y respetados lectores en eurovision-spain.com y en nuestras redes sociales ya están en todo su esplendor, publicando las primeras valoraciones, siempre más negativas que positivas, y las inevitables predicciones desde nuestras bolas eurovisivas, dando buena muestra de que casi sin darnos cuenta ya estamos en plena temporada alta.

Antes de arrancar “El camino que lleva a Kiev”, y comenzar a desgranar mis primeras impresiones de los cantantes que veremos y las canciones que escucharemos sobre el escenario del Centro Internacional de Exposiciones de la capital ucraniana, conviene echar la vista atrás. Todo lo que se dice y escribe en la red de redes queda para la posteriorad y, hoy, he decidido hacer una catarsis de todo lo que opiné el año pasado para recordar mis aciertos y reconocer mis errores. 

Eurovisión no es una ciencia exacta. El festival no cambia anualmente, pero sí evoluciona de una edición a otra, hasta el punto de transformarse por completo de manera cíclica. Lo que viene a ser la moda. Fórmulas del éxito que se convierten en condenas al fracaso, estilos que desaparecen y géneros que irrumpen y nuevas técnicas audiovisuales hacen que sea totalmente impredecible lo que va a gustar, o no, a los jurados y el televoto europeo. 

Las opiniones, además, son subjetivas, personales e intransferibles. Gustos que tendemos a expresar como generales pero que, en ningún caso, son verdades absolutas. Por ello conviene aclarar de aquí en adelante que las ideas de cada uno solo representan a uno mismo, ni a ningun colectivo ni, como en este caso, a todo un medio de comunicación. No obstante y aunque todas las opiniones son respetables, la experiencia también es un grado, y un conocimiento profundo del tema a tratar siempre ayuda a argumentar y a debatir más allá de tantas cosas que se dicen por decir en esta sociedad socializada. 

Por todo ello, he aquí una recopilación de todas mis críticas a primera escucha de las candidaturas de Eurovisión 2016 publicadas en eurovision-spain.com. Fe de erratas para reconocer que no somos adivinos ni gurús, que nos dejamos llevar por las primeras impresiones y que nos condicionan nuestras filias y fobias personales, pero también una demostración de conocimiento de los ingredientes del éxito, de diferenciar entre la materia prima y la venta de humo y de ver un poco más allá de nosotros y nuestras circunstancias, no quería decirlo pero lo digo.

NO QUERÍA DECIRLO PERO LO DIGO

Ucrania: Jamala – 1944.

Jamala tiene una de las mejores y más originales voces que he escuchado jamás, y el talento de adornar y transmitir cada nota con sus gestos e interpretación. 1944 es una canción valiente, en su sonido, su idioma, y su temática, más interesante y profunda que una canción ligera al uso, y no apta para todos los públicos, ni válida para todos los ámbitos. Ucrania regresa por la puerta grande, con una de sus mejores artistas, en la tendencia electrónica eurovisiva, pero con una propuesta totalmente alternativa y diferenciada de cualquier competidor que pueda surgir. “Que hablen de mi, aunque sea mal”. Nota: 5/5

Australia: Dami In – Sound of silence.

Australia desembarca de nuevo en Europa, no solo para participar en Eurovisión, sino para ganar. Una vez superado el trauma que para algunos ha supuesto su presencia en el festival, un hecho que a mi me parece bien, pero me parecería mejor si se recogiera en el reglamento, ahora debería ser tratado como un país más en la competición, sin tanta deferencia, ni mención continua. Dami In impacta muchísimo, además de por su exótica imagen, por una voz descomunal que contrasta con su aparente fragilidad. Sound of silence no sale de la colección de 'power ballads con base r&b masterizadas en Estocolmo' que inundan los 'top of the ESC' de los eurofans, pero suena francamente bien, con una producción de lujo, y un efectista y pegadizo estribillo que recuerda a algunos de los temazos de Beyonce, Leona Lewis o Rihanna. La actuación en directo, igualmente, será fundamental para convertir algo ya visto y prefabricado en una propuesta con vida propia. Nota: 4/5.

Rusia: Sergey Lazarev – You are the only one.

Espectáculo puro y duro. Rusia lanza la segunda ofensiva consecutiva por la victoria de Eurovisión, con uno de sus cantantes más famosos que suple su discreta voz con carisma y belleza para dar y tomar, una canción de corte europop, tan manido, como efectista, y un videoclip espectacular que probablemente van a intentar reproducir con todos los medios a su alcance sobre el escenario del Globen Arena. Algunos opinan que si esta candidatura la presenta otro país con otro cantante no sería el favorito, yo precisamente pienso que si no fuera Rusia ni se llamara Sergey Lazarev no sería tan criticada. Apuesta muy fuerte para llevar el Eurofestival de nuevo a Moscú, o a San Petesburgo o Sochi, o quizá el señor Putin nos mande a todos a Siberia. Nota: 5/5

Bulgaria: Poli Genova – If love was a crime.

Bulgaria se integra en dos de los rasgos de Estocolmo 2016, los regresos y la radiofórmula, pero escapándose del pelotón en la última curva. Siempre he pensado que el riesgo de volver al festival solo se debe correr para mejorar, como Udo Jurgens, Vicky Leandros, Carola, Linda Martin o Dima Bilan, o para hacer leyenda, como Johnny Logan, de lo contrario vale más conservar un bonito recuerdo que no añadir un fracaso que, al final, pesará más. Poli Genova no solo debe resarcirse de su injusto resultado hace cinco años, sino que debería conseguir una de las mejores marcas de Bulgaria en Eurovisión. Nota: 4/5

Suecia: Frans – If I were sorry.

No era mi favorito del Melodifestivalen 2016, ni lo será de lejos de Eurovisión, pero lo considero uno de los candidatos a la victoria por tres razones muy sencillas: Frans no tiene una gran voz, pero canta bien, no tiene una gran belleza, pero rebosa carisma, no tiene un gran nombre, pero transmite naturalidad; If I were sorry suena totalmente contemporánea, con un soniquete tan básico y tonto como pegadizo y recordable, y podría ser radiable en cualquier parte del mundo; y La SVT preparará un espectáculo estudiado y medido al milímetro, en casa, con un Globen Arena que se vendrá abajo durante su actuación. Suecia apuesta fuerte, con un renuncio, una candidatura que va a por la séptima huyendo de los artificios, la pluma y todo lo que se podría esperar de la cuna del schlager. Nota: 4/5

Francia: Amir – J'ai cherche.

A veces vale más lo actual que lo moderno, lo natural que la pose, la sonrisa que la belleza. Francia no ha apostado fuerte, pero ha jugado la mejor carta. Una propuesta amable en cuya sencillez recae todo su encanto. Preciosa canción, cálida interpretación y bellísimo videoclip que merecen por fin el reconocimiento de Europa. Et, finalement, la France, 12 pointe. Nota: 5/5.

Armenia: Iveta Mukuchyan – LoveWave.

Todo parece indicar que en Estocolmo 2016 disfrutaremos de un festival experimental y oscuro que, para los que ya vamos repitiendo modas, recuerda muchísimo a Dublín 1995. Armenia, nada más llegar, destaca en esta línea con una producción de lujo, impactante y desconcertante, con personalidad propia, y tan rara con atrayente. Si consiguen defender en vivo y en directo su poder musical y visual, algo que será muy difícil pero no imposible, estamos ante uno de los rivales más duros y me temo que infravalorados hasta el momento de la verdad. Nota: 4/5.

Lituania: Donny Montell – I've been waiting for this night.

Después de cienes de galas, aunque ya quisiéramos nosotros el éxito de esta final nacional, Lituania decidió el representante para Eurovisión 2016 que todos sabíamos desde el primer día. Donny Montell vuelve al festival cuatro años después, con una canción mucho mejor, más actual y con un estribillo asquerosamente pegadizo, un asombroso cambio físico, y el carisma intacto. I've been waiting for this night tendrá más fuerza en Estocolmo que la demostrada en su acogida, probablemente influída por el hartazgo de su preselección, y la considero desde ya uno de los caballos negros de esta edición, no para la victoria, pero sí para un buen resultado. Nota: 4/5.

Países Bajos: Douwe Bob – Slow down.

Eurovisión es un festival en el que tienes que gustar y sorprender en tres minutos de actuación, lo que da lugar a infinidad de artificios, piruetas y máquinas infernales. A veces se agradecen propuestas estrictamente musicales, quizá menos competitivas, pero por lo general con buen gusto. Países Bajos llama la atención por la sencillez y a la vez atractivo de su cantante y canción, quienes parecen haberse perdido en el tiempo entre Albert Hammond y REM, con una letra y melodía deliciosas. Douwe Bob completa el trío country holandés con Anouk y The Common Linnets, un escalón por debajo, pero en un nivel muy alto. Nota: 4/5

Austria: Zoe – Loin d'ici.

Con el sonido de Alizee o Mylene Farmer, y una belleza entre Brigite Bardot y Vanessa Paradis, llega una de mis primeras favoritas del año. Una voz dulce y limpia, una letra que entendemos a la perfección todos los que de vez en cuando nos sentimos “lejos de aquí”, y una mirada que traspasa la cámara, hacen de esta una propuesta diferente, interesante y con muchísimo encanto. La canción, no obstante, me pide más una escenografía protagonizada por una Lolita que por una Princesa Disney que le resta madurez y personalidad a la actuación. Nota: 4/5

Alemania: Jamie-Lee Kriewitz – Ghost.

Me gusta Jamie-Lee Kriewitz, me hace gracia su imagen, y me despierta ternura su juventud y su sonrisa. Ghost, sin embargo, es totalmente anodina, un suma y sigue electrónico pero, en este caso, carente de carácter y personalidad. También hay algo que desconcierta entre su aspecto, alegre, colorido y friki, y una canción que pretende ser oscura pero se queda en un gris cualquiera. Con el sistema de votación nuevo, con el viejo, o con cualquiera que se quiera inventar, Alemania parece condenada este año a volver a pasar sin pena ni gloria entre el jurado y el televoto, y ya sabemos que significa eso. Nota: 2/5.

FE DE ERRATAS

Estonia: Juri Pootsmann – Play.

Estonia le ha cogido el gusto a las bandas sonoras, si el año pasado nos deleitó con un corte a lo Tarantino, este no le va a la zaga a Bond. Play suena a rock clásico, a jazz, a big band, con una estética sesentera en la que queda muy elegante la combinación de negros, azules y rojos, y una interpretación a la altura de Jüri Pootsmann, con una sugerente voz grave, y su imagen de actor clásico hollywoodiense. Digno de mención también es la calidad musical, el escenario y la realización del Eesti Laul que se ha ganado a pulso el ser una de las mejores finales nacionales de Europa. Nota: 4/5

Irlanda: Nicky Byrne – Sunlight.

Irlanda despierta del coma inducido en los años 90. Se agradece que algunos países dejen atrás la caspa, y se acerquen a la radiofórmula, a la música que se escucha y triunfa hoy en día, y aproximen el festival al gran público. Nicky Byrne tiene una voz que no es del todo pop ni del todo rock pero con toneladas de carisma, y Sunlight suena muy pero que muy bien aunque, quizá, debería diferenciarse más de lo estándar y políticamente correcto introduciendo más electrónica y guitarreo. Nota: 4/5

Finlandia: Sandjha – Sing it away.

Me gustó cuando la escuché por primera vez pero, cuando la vi en directo, me enamoró por completo. Qué voz, qué interpretación, qué directo, qué carisma, qué fuerza, qué rollazo y ¡qué pedazo de coro!. Me transmite tanta alegría la actuación, la melodía y las cuatro coristas desenfrenadas que ya he conseguido olvidarme del ultraje a Saara Aalto. Lo que no pierdo de vista es que Finlandia le va a quitar a España una gran porción de público objetivo, aunque estamos a tiempo de preparar una gran actuación con la que gustar y marcar la diferencia, teniendo siempre presente a la hora de comparar la deportividad y el respeto hacia la competencia. Finlandia, nunca dejarás de sorprender y, esta vez, para (muy) bien. Nota: 4/5.

Islandia: Greta Salome – Hear them calling.

Greta Salome repite con dos fómulas: La musical, la suya, mezclando pop y folk con especial protagonismo de su diabólico violín; y la escénica, de Loreen y Mans Zelmerlow, recogiendo lo mejor del misticismo de ella, y las proyecciones de él, dándoles entidad propia. El resultado quizá no es original pero desde luego es bellísimo. Con los restos de un buen cocido se puede hacer una riquísima ropa vieja. Nota: 4/5

ARY Macedonia: Kaliopi – Dona.

No puedo ser objetivo con ARY Macedonia 2016 porque ha atacado a todos mis puntos débiles, el pop clásico balcánico, la melodía orquestal, el idioma local, y una diva de verdad. La interpretación es sencillamente deliciosa, con una voz sutil y a la vez poderosa, una presencia por momentos dulce y en otros arrebatadora, y con una carga emocional que llega al corazón sin entender ni una sola palabra. ARY Macedonia no va a ganar Eurovisión 2016, ni es la candidatura más original o moderna, pero para mi va a ser un auténtico lujo volver a escuchar en directo a esta 'gran dama de la canción'. Nota: 4/5

Georgia: Nika Kocharov & Young Georgian Lolitaz – Midnight gold.

Ni el indie ni el rock son una novedad en Eurovisión, aunque siempre se agradecen propuestas alternativas fuera de lo políticamente correcto, pero lo que sobre todo se agradece son canciones de calidad, independientemente del estilo, precisamente lo que en mi opinión le falta a esta candidatura. Si no soy un eurofan moderno por no gustarme Nika Kocharov & Young Georgian Lolitaz, y mucho menos Midnight Gold, no pasa nada, me quedo tan feliz con mis divas de ventilador, y con el buen rock eurovisivo de Softengine, Manga o Lovebugs. Nota: 1/5

Letonia: Justs – Heartbeat

Después de siete años de fracasos consecutivos, Letonia reinventó su final nacional, y acertó con la tecla eurovisiva. Esta edición marca el segundo capítulo de esta historia, nuevamente bajo la creación de Aminata, quien ha conservado lo mejor de su sonido y estética, pero con un resultado más comercial, probablemente fruto de su aprendizaje en Viena 2015. Justs tiene carisma, una voz sobresaliente, y un atractivo que enamora a la cámara no solo con su físico. Los letones van a repetir o incluso mejorar su resultado y, a la vista de su palmarés reciente, única y exclusivamente gracias a su excelente trabajo. Nota: 4/5.

Polonia: Michal Szpak – Color of your life.

David venció a Goliat. Las gigantes Margaret y Edyta Gorniak perdieron el partido por un gol en propia meta, la primera con una canción ganadora pero con un directo, una escenografía y sobre todo una actitud lamentable, y la segunda con una voz grandiosa pero con un tema olvidable y una presencia muy lejana de la elegancia y seguridad de hace 22 años. Entre medias tomó la delantera un desapercibido Michal Szpak que engalana su balada clásica e intrascendente con vozarrón, atractivo y carisma (y pelazo). Polonia, quizá, ha dejado pasar la oportunidad de hacer algo grande en Eurovisión o, probablemente, ha librado del batacazo a una, y ha mantenido en el recuerdo a la otra. Nota: 2/5

Italia: Francesca Michielin – No degree of separation.

Si tuviera que definir con algunas palabras lo que me transmite esta candidatura sería dulzura, magia, paz. La RAI vuelve a dar una lección de calidad eurovisiva con una de las jóvenes promesas de la canción italiana, un tema que tiene vida por si mismo, sin artificios, ni disfraces, ni ensamblajes. La forzada introducción del inglés le resta carácter, pero no deja de ser una de las propuestas más especiales de Eurovisión 2016. Nota: 5/5

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