EUROVISION NO ES “X FACTOR” NI “OPERACIÓN TRIUNFO”

Después de muchos años como lector pasivo en esta web he decidido pasar a la acción y animarme a opinar abiertamente sobre lo que vivo en este entorno eurovisivo nuestro cada vez que entro por aquí. El momento no puede ser más idóneo ya que acaban de ofrecernos en Internet el audio de los temas […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
IMAGENES WEB-03

EUROVISION NO ES “X FACTOR” NI “OPERACIÓN TRIUNFO”

Después de muchos años como lector pasivo en esta web he decidido pasar a la acción y animarme a opinar abiertamente sobre lo que vivo en este entorno eurovisivo nuestro cada vez que entro por aquí. El momento no puede ser más idóneo ya que acaban de ofrecernos en Internet el audio de los temas que aspiran a representarnos este año, los cuales están generando reacciones de todo tipo.

En primer lugar, me gustaría opinar en general acerca de la calidad de los 5 candidatos, pero me siento incapaz de hacerlo. Incapaz porque si algo hemos sabido de este nuestro querido festival con el tiempo, es que es imposible hacer una predicción desde un momento tan temprano: solo conocemos los audios, algunos de los cuales ya nos aventuran que sufrirán modificaciones y desconocemos, por tanto, sus versiones definitivas. Participar en Eurovisión no es participar con un simple audio: implica también una puesta en escena, una presentación, una voz, unas tablas en el escenario que eviten unos nervios a la hora de la verdad, o un gallo en el momento más inoportuno, y ahora mismo carecemos de la información mínima suficiente como para hacernos una idea realista de cuál de las 5 es la mejor propuesta. Lo único que podemos hacer en estos momentos es soñar y autoengañarnos. El día que vea actuar en directo a nuestros 5 artistas y los pueda comparar, ese día yo opinaré con fundamento, pero hasta entonces ni una cara conocida ni una voz espectacular, ni una melodía cautivadora serán por sí solas decisorias.

En segundo lugar, me cansa bastante este impacientismo carpetero que nos lleva a apoyar a muerte a una cantante en concreto solo por su chorro de voz, a pedir a nuestra televisión pública que la designe “a dedazo” aunque sepamos que no es lo más justo, y finalmente a dejarla de lado medio abandonada cuando vemos que la canción con la que compite nos ha desilusionado. El eterno binomio “eurofan-diva” en el que nos hayamos anclados sin visos de salir es muy peligroso, porque hace que otros países nos adelanten con propuestas más avanzadas y actuales, que nada tienen que ver con esta fórmula arcaica basada en “una chica con su gran chorro de voz”.

Por otra parte, yo me pregunto por qué en la práctica España tiene impuesto una especie de veto a otras fórmulas musicales para participar en Eurovisión. Hemos confundido Eurovisión con un reality de voces en las que un jurado técnico se dedica básicamente a valorar unas dotes interpretativas al versionear una canción, y pensamos que lo que triunfa en X Factor puede trasladarse a otra cosa tan distinta como es un concurso de canciones y no de intérpretes. Yo echo en falta alternativas más pop-rock, música más cañera, música más alternativa y arriesgar con cosas más experimentales. Todos los años seguimos enfrascados en un conservadurismo suicida, aburrido y repetitivo, que solamente aspira a llevar una participación digna pero poco más, y así no ganaremos jamás. ¡Qué digo ganar!… ni Top 10.

Toda mi columna se resume en unas pocas ideas: me cansa este mismo rollo de siempre, de gente perdiendo la cabeza, los estribos y los modales por un puñado de opciones muy limitadas musicalmente y que se engloban entre “lo mediocre” y “lo correcto” y “lo digno” pero con ninguna posibilidad real de luchar por los puestos de cabeza… ¡y tenía que decirlo!

Conversación