EUROVISIÓN DE 1969, EL ÚNICO FESTIVAL QUE ESTUVO EN ESPAÑA…

Ahora, que ya estamos en puertas de Helsinki 2007, quiero recordar aquel Festival en el que Madrid, España era la anfitriona de Eurovisión. Por fin ganábamos en 1968 y se hacía en Festival en Madrid, qué emoción… para la próxima columna trataré el festival de 1968. A ver si hablando de estos dos años llamamos al […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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EUROVISIÓN DE 1969, EL ÚNICO FESTIVAL QUE ESTUVO EN ESPAÑA…

Ahora, que ya estamos en puertas de Helsinki 2007, quiero recordar aquel Festival en el que Madrid, España era la anfitriona de Eurovisión. Por fin ganábamos en 1968 y se hacía en Festival en Madrid, qué emoción… para la próxima columna trataré el festival de 1968. A ver si hablando de estos dos años llamamos al buen tiempo y en 2008 somos de nuevo los anfitriones. Esta columna la dedico a los chicos de D'Nash para que nos traigan lo mejor de Finlandia y del frío pasamos al calor en nuestro país, Dios nos oiga.

Madrid, 29 de marzo, sábado, desde el Teatro Real. Laurita Valenzuela presentó la decimocuarta edición del concurso. José Luis Uribarri puso voz a la retransmisión de TVE. Ramón Díez y Enrique de las Casas fueron el realizador y director del evento, respectivamente. Artur Kaps se encargó de la dirección artística del show.

 

Se escucharon 16 canciones representantes de Yugoslavia, Luxemburgo, España, Mónaco, Irlanda, Italia, Reino Unido, Holanda, Suecia, Bélgica, Suiza, Noruega, Alemania, Francia, Portugal y Finlandia.

 

La retransmisión se realiza en color, y se ve en varios países vía Intervisión, así como en Chile, Brasil y Puerto Rico.

 

La gala empezó con la fanfarria de Eurovisión interpretada por el órgano del Teatro Real, seguida por una sintonía inspirada en el "La, la, la" compuesta por Augusto Algueró. Unas imágenes de un cartel diseñado por Salvador Dalí acompañaron a la música. Laurita Valenzuela apareció saludando en varios idiomas. Lucía un modelo "pijama" de guipure de la diseñadora catalana Carmen Mir. La presentadora era muy conocida en España por presentar Galas de Sábado junto a Joaquín Prat. Estaba unida sentimentalmente a Jose Luís Dibíldos, el famoso productor de cine, que al final la retiró de la escena para que se dedicará a "sus labores". Ella lo aceptó con resignación porque siempre estuvo enamorada de su marido. Con él tuvo a su única hija en 1973, Larita.

El despliegue mediático fue colosal, equiparable al que tuvo Operación Triunfo en el 2002. Salomé se hizo un fenómeno social en nuestro país, pero no sólo ella, sino todos los participantes de la gala. Se venía haciendo promoción de todos los discos en competición por parte del Corte Inglés y Galerías Preciados desde febrero en una forma masiva. Se hacían porras sobre quien iba a ganar el Eurofestival de Madrid y por unos días dejaron un poco abandonado el fútbol y los toros para dedicarse a hablar de la minifalda que llevaría Lulu, del niño precoz Jean-Jacques, hijo que toda madre quisiera tener, de cómo iba a salir Salomé y de sí Massiel iba a montar el espectáculo o no… En fin un rosario de temas de lo más eurovisivo que significó para nuestro país la etapa dorada de un Certamen que decaería en interés, por parte de los españoles, a partir de 1973 y no se recobraría hasta Rosa y los niños de Operación Triunfo. Sólo en 1979 con Betty Missiego y en 1983 con Remedios Amaya se removieron las entrañas de los españoles con el Evento, pero no con el afán de ensalzarlo, sino para ridiculizarlo hasta hacerse este país nuestro en uno de los más acérrimos antieurovisivos. Daga profunda que no se ha curado y sigue levantando amores y odios irreconciliables.

El Teatro Real de Madrid fue inaugurado por la reina Isabel II el 18 de noviembre de 1850. El proyecto del arquitecto López Aguado para su construcción era de 1818, pero se fue atrasando debido a la dura inestabilidad política que vivía la España de la primera mitad el siglo XIX. Además el terreno tenía problemas de infiltraciones de agua. Antes, en el mismo lugar estaba el antiguo teatro de los Caños del Peral, demolido por las constantes infiltraciones de agua que padecía. La primera persona que interpretó una canción en el Teatro Real en su inauguración fue la diva Marieta Albinoni que cantó La favorita de Donizetti, ante la misma reina y su corte. En 1925, en plena Dictadura de Primo de Rivera, tuvo que volver a cerrar sus puertas debido a las infiltraciones subterráneas. Por aquellos días se representaba La Bohéme con los tenores Miguel Fleta, la soprano Matilde Revenga y el barítono Aníbal Vela. Nadie pensaba que aquel teatro podía cerrar de nuevo sus puertas. Se convirtió en un teatro fantasma, cerrado a cal y canto durante otros cuarenta años. Después vino la Guerra Civil, la posguerra y demás miserias, fue una etapa negra. En 1964, en plena etapa del desarrollismo franquista, ante un informe del arquitecto González Valcárcel se dio vía libre a su reconstrucción. Empezaron las obras y fue inaugurado de nuevo, por Franco, el 13 de octubre de 1966. Costó 80 millones reconstruirlo (según fuente de un artículo de Hola del 22 de marzo de 1969). Actualmente sigue siendo un marco con una magia especial.

Seis países lo retransmitieron en color mediante el sistema alemán PAL por el UHF. Eran Alemania, Francia, Holanda, Reino Unido, Noruega y Dinamarca -que no concursaba como sabemos desde 1966-

La realización tuvo innovaciones, la entrada de dos cámaras con grúa que enfocaba a los intérpretes desde distintos planos. Para eso se tuvieron que quitar las tres primeras filas de butacas de platea y apretujar a los músicos de la orquesta porque entre cables, grúas y gente entrando y saliendo estaba todo algo apretado. El Teatro Real era un marco excepcional y precioso, pero algo pequeño para un evento como este. Había 500 espectadores, en la platea y palco, entre los cuales estaban muchos artistas y gerifaltes del régimen.

Hay que recordar que el Albert Hall de Londres, donde ganó Massiel, era enorme y se pudo hacer una pasarela espectacular que desembocaba en la orquesta que estaba a sus anchas en la inmensidad de la platea. Además los artistas entraban por detrás del escenario y salían por el otro lado, mediante otra pasarela. En Madrid todos entraban y salían por la diminuta puerta de la derecha del escenario. Los directores lo hacían por platea sorteando los cables y a los músicos. En fin, cada uno ofrece lo mejor que puede. En el '71 el Gaiety Theatre de Dublín era también muy pequeño y la presentadora hablaba desde un palco habilitado para ella.

Fueron acreditados 700 periodistas de todos los países. Se ubicaron como pudieron en una sala contigua al Teatro Real, donde había una pantalla gigante de Eidophor (en color) a través de la cual podían ver y retransmitir los acontecimientos.

Se preveía un posible empate entre varias canciones, de tal manera que la organización encargó varios galardones. En los ensayos empataron Mónaco y Luxemburgo. Los asistentes al Teatro Real esa noche tuvieron la ocasión de asistir a uno de los festivales con mejores canciones de la historia del Festival. No se deparó en gastos y se invitó a todos los cantantes, compositores, directores y acompañantes a unas vacaciones pagadas con viaje triangular Madrid-Costa del Sol-Mallorca. Se hizo una exhibición de tienta de vaquillas, para asombrar a los invitados con nuestro arte taurino. Cenas copiosas, cócteles a montones, recepciones, tablaos, partido de fútbol y visita por el Madrid de los Austrias.

Empezaba a hacer buen tiempo en una primavera difícil desde el punto de vista político. El país se encontraba en estado de excepción desde el 24 de enero, debido a las revueltas estudiantiles que reclamaban el fin del régimen franquista. Este estado policial se levantó por decisión de Manuel Fraga que aconsejó al Generalísimo que España debía dar una imagen "normalizada" al mundo y durante los días previos al Festival demostrar a Europa que no pasaba nada, que todos eran muy felices porque "Spain is different". Juan José Rosón, jefe de Televisión Española hizo lo imposible por tener contentos a los invitados, así como mantener a las autoridades tranquilas. Los gastos estimados fueron de 100 millones de pesetas de la época. Se escogieron 15.000 claveles españoles para adornar el escenario y una escultura que simulaba la estrella de la Carta de Eurovisión que era un órgano con 5.000 tubos, y que ahora está en la entrada del edificio de TVE en Madrid. El decorado del escenario era de Ballesteros y Benet que pertenecían a los equipos de TVE de Madrid y Barcelona respectivamente.

Inmediatamente después de los saludos, Laurita Valenzuela dio paso a la canción representante de Yugoslavia interpretada por Ivan (Ivica Krajac). Se trata de una canción ideal para empezar un festival. La letra parece una confirmación de la actuación de la presentadora. Con el título Pozdrav-svijetu (Saludos a todo el mundo). Letra y música de Milan Lentic, con arreglos de Miljenko Prohaska. Ivan se dedicó a saludar en varios idiomas a los asistentes y a los telespectadores. La interpretación fue correcta aunque algo sobria. No fue muy valorada por los jurados, consiguió 5 votos, quedando en decimotercera posición. Este cantante era el más mayor de todos los concursantes. Nació en Belgrado en 1929, empezó Derecho, pero lo dejó a medias para dedicarse al mundo de la canción. Cursó estudios de música en Zagreb. Era un excelente pianista y tocaba el clarinete. También era compositor. Consiguió el primer premio de jóvenes talentos en 1956 y fundó su propio conjuntos los 4 M. Había lanzado en su país dos nuevos bailes, el bel-bel y el hej-hej (según Lecturas de 14 de marzo de 1969). Estaba casado y tenía dos hijos. Estuvo acompañado en Madrid por su grupo los M'S con los que había cosechado primeros y segundos lugares en todos los festivales de música en su país. Llevaban juntos desde 1957 y habían grabado más de cincuenta canciones. Habían rodado cuatro películas con muy buenas críticas (según Tele-Exprés de 29 de marzo de 1969).

Le siguió el elegante Romuald, representando a Luxemburgo. Su canción Catherine es una balada de corte romántico al estilo de los mejores representantes de la canción francesa. El tema resultaba poco original, repitiendo varias veces el nombre de la protagonista, aunque podría haber sido un gran éxito de no haber concursado en un año tan excepcional. Llevaba el sello de uno de los músicos más importantes de los sesenta, Paul Mauriat que compuso la melodía junto a André Boroly. La letra es de André Pascal. La orquesta la dirigió Augusto Algueró. De todas formas Romuald la interpretó con una seguridad y profesionalidad envidiables. No quedó muy bien, sólo consiguió 7 puntos y la onceava plaza.

Romuald Figuier ya había representado a Mónaco en 1964 y después, también salió por ese país en el '74, aunque él es francés. Nació en 1941 y era muy famoso Francia. De las tres intervenciones, la mejor fue la de Madrid. Tuvo problemas con el micrófono que dio un chirrido al colocárselo a su altura. Esto le puso un poco nervioso y durante la canción a veces desentonaba. Dio igual porque es un intérprete estupendo, con mucho aplome y dejó a Luxemburgo en un buen lugar, a pesar de la clasificación. El día de los ensayos él quedó ganador junto al niño de Mónaco. Con eso se demuestra la valía del tema, que perdió fuerza a la hora de la verdad.

Le siguió la arrebatadora interpretación del Vivo cantando, la aportación española al Festival del '69, interpretada por nuestra Salomé y acompañada por Los Valldemosa (Rafel, Tomeu y Bernat Estaràs) y sus inolvidables Ey!. Hace poco hemos sabido de la muerte de uno de los coristas, el mallorquín Rafel Estaràs. La canción fue compuesta por María José de Cerato y por Aniano Alcalde. La dirigió Augusto Algueró. Sus arreglos superaron al cien por cien a la versión discográfica dándole una fuerza y una velocidad geniales. Salomé apareció con un magnífico traje de Pertegaz, con pantalones, ajustado al cuerpo. De color azul claro y con canutillos de porcelana, daba a la cantante una imagen como de cascada moviéndose al ritmo de la canción. La misma Salomé manisfestó más tarde lo mal que lo pasó al ponerse el traje a la hora del Festival ya que pesaba catorce kilos. Por eso en los ensayos sacaba otro modelo parecido, aunque más ligero. La realidad es que, canción, arreglos y puesta en escena estaban predestinados a ganar, y así fue. La aportación española recibió 18 puntos y el primer puesto. Mónaco, Bélgica y Alemania fueron los jurados que más puntos le votaron, tres puntos cada uno.

 

El Vivo cantando fue ganadora de la edición del Festival de la Canción Española celebrado en Palma de Mallorca durante los días 20, 21 y 22 de febrero presentado por Marisa Medina y Joaquín Prat. Fue escogida entre diez canciones que interpretaba Salomé, todas ella con otra versión intepretada por otros cantantes como Gloria, Ana Kiro, Don Castor, Lorenzo Valverde, Carlos Antonio, Elena, Adriángela, Ivana, Daniel Velázquez y Toni Obrador. Tuvo muchas posibilidades de ser elegida Palabras, pero era una balada y se relegó a un segundo lugar por ser poco festivalera. También quedó segundo el tema Amigos, Amigos, mucho más movido, pero sin la energía del Vivo cantando. El tema tuvo que ser retocado infinidad de veces para darle fuerza y al final se consiguió, pero esto fue muy criticado porque la opinión publica acusaba el tema de insulso y apenas sin letra. Todo el rato se repetía la misma frase dicha de formas distintas. Daba igual, los extranjeros tampoco lo iban a entender y lo importante era el ritmo. Tuvo que promocionar el tema por casi todos los países participantes en cuestión de un mes y grabarla en inglés, francés, español, croata, italiano y alemán.

Salomé llegó a Eurovisión con 5 premios internacionales bajo el brazo, conseguidos en 1968, uno nacional y otros 8 concedidos por periódicos y emisoras de radio españolas.

En 1969 obtuvo el primer premio en el II Festival de la Canción Catalana con Una música. Después representó a TVE en el Festival Internacional La Clef d'Or en la ciudad checa de Karlovy-Vary consiguiendo el tercer premio con Pase lo que pase. Ganó el premio de interpretación y el segundo premio con Com el vent en el Festival Internacional "Oscar de Malta". Acudió a Sopot (Polonia) por TVE y ganó el Gran Premio de la Prensa.

María Rosa Marco Poquet (Salomé) nació en Barcelona el 21 de junio de 1943, de padres valencianos. Su madre era modista y su padre obrero metalúrgico que en sus tiempos libres practicaba boxeo como amateur, llegando a ser campeón de Europa en esta categoría. Se retiró en 1936 de esa afición por causas obvias, la Guerra Civil.

También Mª Rosa (Salomé) era aficionada al deporte. Le gustaba el baile y alternaba la natación con el baloncesto y lecciones de ballet clásico. Estudió dibujo, idiomas y secretariado. Siempre ha sido muy inquieta. Hoy día tiene dos carreras, entre ellas la de Medicina.

Como bailarina de clásico recorrió Europa y Oriente Medio durante dos años. Actuando en Grecia descubrió su vocación por la canción al sentir el tema Xidma agapimou, que ella cantaría en griego con éxito para la radio en Barcelona. Causó un gran impacto como intérprete. Inició cursos de técnica de voz.

En 1963 consigue el primer premio en el Festival de la Canción del Mediterráneo con S'en va anar. Viajó a México e hizo una gira por América Latina. Actuó en Francia, Portugal e Italia. Ganó discos de oro a la popularidad, etc. Fue nombrada "Cantante de lujo" en América -según Hola de 22 de marzo de 1969-. Armando Manzanero escribió para ella Adoro en 1966. Eurovisión daría colofón a su carrera. Después siguió cantando boleros y temas ligeros de corte romántico. Versionó Morir de amor de Aznavour, etc. Entre sus amistades por el mundo destacan la que tuvo con el cantante Andy Rusell, del que se le puso un idilio por parte de la prensa, los actores americanos Pat Boone y Danny Kaye y el cantante mexicano Enrique Gúzman.

A mediados de los setenta deja el mundo de la canción. Se casó y tuvo su único hijo en 1973. Después será conocida por la infinidad de versiones que hizo de las sardanas más populares de su tierra. En los años ochenta hace un parón para relajarse en su casa de Valencia donde vivía desde inicios de los setenta. Después, en la década actual, presentó programas de televisión matinal para el Canal 9 de Valencia, con gran éxito de audiencia. Siempre es requerida para las galas eurovisivas, aunque en 1981, cuando la Cruz Roja convocó a todos los ganadores de Eurovisión en la población de Nyssen (Noruega) ella no fue por motivos profesionales. Las que sí estuvieron fueron Lenny Kuhr, Lulu y Frida Boccara, entre los demás ganadores.

Después siguió la canción de Mónaco, una de las preferidas por los comentaristas antes de empezar el Festival. Jean-Jacques, un niño de once años, interpretó Maman, maman, una alegre canción donde un niño habla con su madre para explicarle sus sueños. El tema está compuesto y escrito por Jo Perrier. Hervè Roy dirigió la orquesta. Estuvo a punto de no querer salir por un berrinche provocado por la ropa. Tenía que haber salido de marinerito, pero la organización dijo que el blanco del traje no hubiese quedado bien con el fondo claro del escenario. En los ensayos salió con un traje de pana marrón, pero a la delegación monegasca no le acabó de gustar. El pequeño Jean-Jacques debía estar harto de tanto cambio. Finalmente apareció con una americana gris muy elegante y de corte moderno. La canción fue bastante famosa en España durante los meses siguientes, y sigue siendo una de las más recordadas por las personas que vieron la retransmisión. Jean-Jacques la interpretó con fuerza y con ganas, y quedó bien clasificada aunque no llegó exactamente al resultado que se esperaba. Le acompañaba en el escenario Achille Pellegrini que tocaba el acordeón. Consiguió 11 votos, entre ellos 4 de Italia, quedando en sexta posición, o visto de otra manera, en tercera después del cuádruple empate.

Irlanda se descolgó en 1969 con una canción rápida, alegre y festiva, contrariamente a lo habitual en esta delegación. La canción es la típica música que sonaba en los tocadiscos de los guateques de la época. Muriel Day and the Lindsays interpretaron The wages of love. La orquesta fue dirigida por Noel Kelehan. La letra y la música son de Michael Reade. Muriel apareció riendo y pegando saltitos al ritmo de la canción desbordando alegría y simpatía. El vestido era verde como los campos irlandeses, según comentario de José Luis Uribarri, y acababa en una minifalda de vértigo. No quedó mal del todo, consiguió 10 votos quedando empatada con Bélgica en séptima posición, o en cuarta, como se quiera. La entrada fue espectacular y se sentían los oes de unos señores asombrados por tanta pierna. En España pasaban mucho hambre.

Una preciosa balada representó a Italia, Due grosse lacrime bianche (Dos grandes lágrimas blancas). La compuso Piero Soffici con letra de Daiano y dirigió la orquesta Enzio Leoni. La interpretación de Iva Zanicchi fue una de las mejores del Festival. Pero Italia no suele tener suerte en Eurovisión, y un inmerecido decimotercer puesto confirmó la injusticia de la noche. Iva se merecía uno de los mejores puestos. Se tuvo que conformar con sólo 5 votos aportados por Yugoslavia, Mónaco, Irlanda, Portugal y Finlandia, quedando por detrás de canciones de menor calidad, como la de Finlandia o la de Alemania.
Increíblemente nuestro jurado no le dio ningún punto. Lo cierto es que si hubiera llevado el tema Zíngara con el que ganó San Remo junto a Bobby Solo quizá hubiera quedado mejor colocada en la clasificación, porque el tema era más festivalero que Due grosse lacrime bianche. Pero ella prefirió la calidad a la comercialidad y fue duramente castigada, claro. Hay cantantes que se olvidan que a lo que se presentan es a Eurovisión y no a una gala de eruditos musicales. Lo que entra por el oído es lo que gana, como así pasó ese año. De todas formas ella dijo en declaraciones a Tele-exprés del 29 de marzo de 1969 que a lo mejor ganaba, habiendo escuchado todos los temas.

Lulu (Mary McDonald McLaughlin Lawrie), llegaba con Boom bang a bang, la divertida canción del Reino Unido. Fue compuesta por Alan Moorhouse y Peter Warne. Dirigió la orquesta Johnny Harris. Su alegre letra habla del ruido que produce el corazón de la cantante al estar cerca de su amor. La interpretación fue genial, como todas las de este certamen. Lulu divirtió al personal con sus movimientos laterales y su vestido con minifalda al estilo de Estrellita Verdiales -la protagonista de la obra teatral de La Cubana, Cegada de amor- Al final de la canción añadió un ¡Ole! como homenaje al país donde se celebraba el Eurofestival. Su actuación fue premiada por los jurados empatando con España, Holanda y Francia en el primer puesto y sus 18 votos. El coro estaba formado por dos chicas, una de ellas embarazada. Cuando repitió la canción, ya como ganadora, el director de la orquesta tiró la batuta al aire al acabar en un ataque de euforia anglosajona. Después del Certamen, Lulu se fue con su premio a las Bahamas de luna de miel ya que se había casado en febrero con Maurice Gibb (componente del conjunto Bee Gees). Se separaron en abril de 1973.

Lulu nació el 3 de noviembre de 1948 en Lennox Castle, cerca de Glasgow (Escocia). Ganó una competición musical con 5 años en Blackpool. Para cantar tuvo que subirse en una silla porque no llegaba al micrófono. Fue niña prodigio, como nuestra Marisol. Con nueve años actuaba en una banda de acordeones de su ciudad natal. Después ingresó en un grupo pop. La cazatalentos Marian Massey proyectó su carrera hacía el éxito. Esta señora era una promotora artística muy activa en el Reino Unido. Grabó varios discos a inicios de los sesenta y hizo muchas galas, pero no fue hasta marzo de 1967 cuando lanzó su gran hit "El bote con remo" (en traducción española) y "Al Señor, con amor", canción que formaba parte de la banda sonora de la película Rebelión en las aulas que rodó junto a Sidney Poitier en Londres. Gracias a esto se hizo una número uno en su país y en los Estados Unidos. Ganó mucho dinero y se compró una casa en St. John's Wood, cerca de su familia a la que se sentía profundamente unida. Su padre y su hermano Billy le enseñaron a apreciar la buena música. Su madre para ella era como una hermana, en declaraciones hechas para Lecturas del 21 de marzo de 1969. El acoso de los fans hizo que tuviera que cambiar de residencia porque en su tierra era un fenómeno social. Se hizo asesora de la marca de cosméticos Helene Curtis. Sólo por ofrecer su imagen a la firma cobraba unos 34 millones de las antiguas pesetas, al cambio, por año. Tras Eurovisión su éxito se disparó aun más y sigue en activo. Es una de las cantantes británicas más reconocidas a día de hoy. Otra eurovisiva, Imaani, la representante del Reino Unido en 1998 fue coro de Lulu en los noventa.

La siguiente canción también ganó con 18 votos. Se trata de De Trobadour, la aportación holandesa. La interpretó su misma autora Lenny Kuhr. La música es de David Hartsema. Apareció en escena vestida de hippy, con melena larga que le tapaba la cara demasiado.

La canción empezaba con unos sencillos acordes de guitarra interpretados por ella misma. Estaba acompañada por el músico Piet Souer -que años después compuso muchas canciones para Holanda en Eurovisión-. Poco a poco iba ganando fuerza con un crescendo orquestal constante que le iba dando empuje. Aunque al principio daba una sensación de sobriedad, ésta iba convirtiéndose en un éxtasis interpretativo a medida que iba avanzado la música. Los arreglos del director de orquesta Frans de Kok provocaron la buena acogida de los jurados, especialmente el de Suiza que le otorgó 4 puntos y el de Francia 6.

Lenny Kuhr nació en Eindhoven (Holanda) el 22 de febrero de 1950. Hizo cursos de guitarra, por eso la tocaba tan bien en el Festival, y canto. Después trabajó como vendedora en una tienda de discos, cuando era sólo una adolescente. Ganó el Festival del Cabaret de los Desconocidos en 1967, lo que le supuso muchas actuaciones en la radio y la televisión de su país. Ese mismo año grabó su primer disco. Consigue contratos en salas de fiestas de Holanda y Bélgica, con un estilo melódico inconfundible y nostálgico. Era eminentemente una intérprete folk, del estilo de las fadistas portuguesas. La comparaban con Amalia Rodrigues y era conocida como "la muchacha trovador", que le venía muy bien para la canción que sacó en Eurovisión '69. Todo según declaraciones de Tele-Exprés de 29 de marzo de 1969.

Siguiendo el curso de la gala, Laurita Valenzuela dio paso a la canción de Suecia. Tommy Körberg representaba el joven rebelde de la noche. Cantó con mucho acierto Judy, min vän (Judy, mi amiga) compuesta por el inglés Roger Wallis, que residía en Suecia, letra de Britt Lindeborg y arreglos musicales de Lars Samuelson, los dos nacidos en Estocolmo. Tommy llevaba el pelo medio largo e iba vestido con americana y pantalones negros, y camisa blanca de chorreras, que no quedaba muy bien con su carácter inquieto. Hubiese ido mejor con una ropa más informal, pero los responsables de la televisión franquista no permitían demasiados excesos en el vestuario masculino y le obligaron a cortarse el pelo. Se le veía enfadado con la organización. Al principio de la canción pegó un tirón en el cable del micrófono que se había enganchado al decorado, pero a medida que esta avanzaba la hizo suya cantando de una forma impecable. Su voz era magnífica y la canción muy de la época. Los jurados no sabían a quien votar por la gran calidad de todas las canciones de este año y le otorgaron un total de 8 puntos, quedando en novena posición. Eran muy graciososas las vueltas que daba sobre sí mismo y la manera tan simpática que tenía a la hora de mirar la cámara.

Tommy Körberg nació el 4 de julio de 1948 en Skellfteä (Suecia). Cursó estudios de bachillerato, pero la música le podía en ingresó en un grupo llamado The Maniacs como guitarrista. En 1967 dejó el conjunto para formar un dúo, Tom y Mick (junto a Michael Johansson). Se situaron en cabeza del hit parade sueco alcanzando un gran éxito con la canción Somebody's Taken Maria Away. Inicia una gira por su país y galas en televisión y radio. En 1969 dejó el conjunto para seguir su carrera artística como solista. Fue el vencedor del Melodifestivalen en un escrutinio final muy reñido porque había empatado en principio con Jan Malmsjö que cantaba Hej clown. Depués se hizo otra Gala en Helsinki donde se reunieron los tres temas escandinavos y Tommy salió vencedor de entre los temas nórdicos, claro la competencia era muy ridícula. Es curioso, pero también ese año en la final sueca estaba una futura ganadora de Eurovisión, la noruega Anni-Fryd Lyngstad (después la conocimos como Frida del grupo ABBA) que con Härlig är vår jord quedó cuarta.

 

Le siguió el veterano cantante belga Louis Neefs que ya había participado en 1967 quedando en séptima posición. Llevó la canción Jennifer Jennings cantada en flamenco. El compositor era Paul Quintens y la letra de Phil Van Cauwenbergh. Dirigió Francis Bay. Podría decirse que fue la voz de la noche. Su interpretación fue excelente y su voz profunda y potente. La canción tenía un corte muy moderno con una orquestación genial. Su cara era un poco de mueca, sobre todo al principio del tema que hizo un gesto a lo Jim Carrey. Hubiese quedado bien clasificada otro año, pero al igual que su antecesor sueco, no tuvo la puntuación que se merecía por la gran dificultad que tuvieron los jurados al decidirse por una canción. Hay que recordar que en 1969, como en casi todos los Festivales de la época hasta 1971 en que se cambió el sistema, cada jurado disponía de diez miembros y cada uno de ellos sólo podía dar un voto a la canción que más le gustaba. De todas maneras consiguió 10 puntos, tres de ellos concedidos por el Reino Unido, quedando en séptima posición empatando con Irlanda.

Louis Neefs nació en Amberes el 8 de agosto de 1940. Formó parte del coro infantil de la iglesia de los padres jesuitas de su ciudad natal. Con 12 años ya tenía voz de tenor, algo que asombraba a padres y amigos. Esa voz se fue transformando en barítono. Hizo cursos de delineante trabajando durante algún tiempo en este oficio. Era un dibujante muy bueno, no sólo técnico, sino artístico también. Su hoobby seguía siendo cantar, consiguiendo un puesto entre los cantantes belgas de prestigio. En Viena '67 causó buena impresión, como en Madrid '69. En 1968 venció en La Olímpiada de Atenas con el tema Iris, publicado en disco en España. Era estupendo, el mejor intérprete del área flamenca. Estaba casado y tenía dos hijos. Falleció trágicamente en un accidente de tráfico en la Navidad de 1980 junto a su esposa.

Suiza aportó una buena canción interpretada por la guapa Paola del Medico, en alemán, aunque su título, Bonjour, bonjour, fuese en francés. Esta chica era hija de un famoso tenor suizo de origen italiano y nació en St. Gallen en 1950. Es otra de las canciones alegres compuestas para escuchar en un guateque. La interpretación fue buena y quedó bastante bien. Es la típica canción que en las clasificaciones nunca gana ninguna puntuación espectacular, pero es votada poco a poco por casi todos los jurados. Nunca llegó a destacar en la tabla pero al final consiguió 13 puntos, quedando en quinto puesto, o si se quiere en segundo, que fue la posición siguiente después de los cuatro ganadores. El tema está compuesto por Henry Mayer y letra de Jack Stark. Dirigió Henry May. Paola es una de las figuras más conocidas de la televisión alemana por presentar programas de variedades y además también volvió a Eurovisión en 1980 y quedó cuarta con el tema "Cinema".

Después de Suiza nos llegó la canción rara del Festival que fue aportada, como pasaba desde hacía varios años y pasaría en el devenir de la Eurovisión, por Noruega. Este año se encargó de interpretarla la excéntrica y repipi Kirsti Sparboe. La canción es un espasmo de alegría y locura aumentando sin parar de volumen y de delirio acabando en un Oy! Oy! Oy! tremendo. Kirsti apareció con un vestido negro con patas de elefante y franjas blancas a lo marinero y el pelo rubio recogido en forma de alcachofa. Su forma de bailar, levantando las piernas lateralmente muy de moda en los años sesenta, no tenía desperdicio. La canción se llama nada más y nada menos que Oj, oj, oj, sa glad, jeg skal bli (Ay, ay, ay, que contenta estoy). La letra tan onomatopéyica y la música son de Arne Bendiksen -que rerpesentó a Noruega en 1964 como cantante- La orquesta estuvo bajo la batuta de Øivind Bergh. Fue la nota más alegre de la velada, pero tanto exceso de alegría parece que no fue compartida por los jurados que sólo le concedieron 1 voto aportado por su vecina Suecia. Quedó en última posición.

La Sparboe era muy conocida en Europa gracias a dos intervenciones anteriores en Eurovisión. En 1965 y en 1967, quedando muy mal clasificada las dos ocasiones, pero no la última como le pasó en Madrid. De todas formas ella no se desanimó en ningún momento, era muy divertida. Volvió a presentarse en la Final por Alemania en 1970 con el tema "Pierre, der clochard" pero quedó eliminada en la primera ronda. Lo intentará por Noruega también en 1977 y fue tercera haciendo dúo con Benny Borg. Es un mito para muchos eurofans por sus números tan distintos a todo lo demás.

Primaballerina fue la canción de la televisión alemana. La interpretó Siw Malmvist, cantante de nacionalidad sueca que ya participó en 1960 representando a su país sin demasiada fortuna. A finales de la década era una cantante muy reconocida en Alemania y en los países nórdicos. Dirigió la orquesta Hans Blüm, el compositor y letrista de la canción, la cual no estaba a la altura de la Siw, una cantante veterana con una serie de éxitos de gran calidad en su haber. Primaballerina era una balada falta de imaginación que buscaba enganchar fácilmente al público repitiendo varias veces su título a ritmo de Kasacksock. No enganchó demasiado a los jurados consiguiendo 8 votos posicionándose en novena plaza, aunque teniendo en cuenta las canciones de este año, quizá esta plaza fue demasiado buena para esta composición. Sin duda la profesionalidad de la Siw y la modernidad de la puesta en escena al estilo mujer independiente, con el pelo corto y pantalones ajustados, aportó simpatías a la representación alemana. No obstante la canción se oyó mucho en los meses posteriores al Certamen.

Siw Malmkvist nacida en Suecia en 1936 se hizo famosa en toda Escandinavia gracias a los temas Tweedle Dee y O-Ro-Robinson a finales de los cincuenta. Fue contratada por el Tivoli de Copeanhague y el Chat Noir de Oslo. En 1957 era cantante de la orquesta de jazz de Arne Domnereus. Sale en Eurovisión por Suecia con "Alla andra faar varann" en Londres '60. Después hizo una película titulada Enamorada de Copenhague. Fue al Olympia de Paris e interpretó en Finlandia el papel de Irma La Dulce para el teatro. Participó en el Festival Alemán del Disco en 1962, quedando en segundo lugar. En el IV Festival del Disco Alemán celebrado en la ciudad balnearia de Baden-Baden en 1964 Siw ganó el primer premio. Fue un gran éxito en Centroeuropa. Entonces le ofrecen el principal papel de la revista "Albert Gaubier's Sternenkaskade" para hacerla en Göteborg (Suecia). Sus temas seguían en los hit-parades de Escandinavia y Alemania. Gana de nuevo el Festival del Disco Alemán en 1968 con el tema Arlequín. Después llegó Eurovisión, pero aquí no tiene tanta suerte, a pesar de ser una de las favoritas. Hizo un show muy popular en Alemania en 2002 junto con otras eurovisivas, Gitte Haenning (Alemania '73) y Wencke Myhre (Alemania '68) e intento volver a Eurovisión por Suecia en 2004 formando el trío, Hanson, Carson & Malmkvist.

 

Una de las notas de más calidad fue la canción de la participación francesa, como ha sido frecuente en la historia de la Eurovisión. Frida Boccara, interpretó Un jour, un enfant, una canción romántica compuesta por Emile Stern y letra de Eddy Marnay. Dirigió la orquesta el gran Franck Pourcel que realizó unos arreglos excelentes. Frida cantó muy bien. Su voz y el buen hacer de Franck Pourcel convirtieron a la canción francesa en algo histórico. Con tal despliege de calidad esta interpretación estaba destinada a ganar, consiguió 18 puntos y quedó en primera posición.

Frida Boccara nació en Casablanca (Marruecos) y vivió allí hasta los 17 años de edad. Era de origen judío. Desde pequeña participó en su país en festivales infantiles, para después incorporarse a un trío especializado en espirituales negros junto a sus hermanos. Precisamente su hermana ha sido su inseparable pianista durante años. Conoció al conjunto americano The Platters y el mánager de estos le recomendó que se fuera a París porque era muy buena intérprete y allí tendría muchas salidas como cantante. Desde allí inició una larga gira en los años sesenta por 40 países cantando en once lenguas: ruso, hebreo, turco, árabe, griego, español, italiano, alemán, italiano, inglés y francés. ¿Qué más se puede pedir? Vivió en España tres años y ganó el Primer Festival de Palma de Mallorca. Además participó en el Festival Internacional de Barcelona con varias canciones que fueron grabadas en nuestro país. "Cent mille chansons" fue número uno en Francia. Intentó representar de nuevo a Francia en 1981 con la canción "Voilà comme je t'aime" quedando cuarta en la Final de ese país para ir a Eurovisión. Falleció en 1996 de enfisema pulmonar a los 56 años de edad.

Simone de Oliveira cantó la melodía de Portugal. Una canción de estilo clásico con aires de fado era la aportación de este país. Sacó un vestido precioso verde en gasas, muy elegante. mientras las chicas del coro iban de rojo, así hacían la bandera portuguesa. Dirigió la orquesta Ferrer Trinidade. Aunque el tema no fuese lo suficientemente "moderno" para lo que se esperaba en comparación de lo que se escuchó esa noche, éste era muy original, precioso sin más. Los jurados no lo vieron así y solo consiguió 4 puntos por parte de España, Bélgica y Francia, quedando en penúltima posición. En el coro que la acompañaba figuraban Antonio Luis Gómez, Maria Alexandra de Brito y Natalia Rodrigues de Matos. El título era Deshojada, en español, que fue como se mantuvo ya que en portugués era "Desfohlada portuguesa". La composición es de Nuno Nazareth Fernandes y la letra de José Carlos Ary Dos Santos. Este tema que tenía una letra muy feminista pasó a medias la censura en España que era muy reticente a cualquier proclama de cualquier tipo, con todo la letra bastante poética confundió tanto a los regímenes salazarista como franquista y pudo ser expuesta en el Festival, aunque salió muy perjudicada en los votos.

Simone de Oliveira era una de las cantantes más famosa de Portugal por sus fados. Nació en Lisboa en 1938 y a día de hoy sigue cantando, es una de las interprétes más populares de su país. Inició su carrera a finales de la década de los cincuenta y tras padecer unos años una afección en la voz que la dejó sin cantar entre 1969 a 1973 y a su vez padecer un cáncer del que se recuperó volvió a la televisión y el cine en la segunda mitad de los años setenta. Se presentó al Festival de la OTI de 1980. Sigue en activo. También salió en Eurovisión en 1965, cuando se hizo en Nápoles no quedando bien situada. Allí coincidió curiosamente con Kristie Sparboe. En España era también bastante conocida.
El último país en participar fue Finlandia, representado por el único dúo de la noche: Jarkko y Laura. Su tema se llama Kuin silloin ennen (Otros tiempos). Letra de Juha Vainio música de Toivo Koiki. Él apareció con un sombrero de paja y un bastón, y en medio de la actuación intentó imitar sin mucha fortuna a Charlot mientras Laura bailaba a son de la música. La canción imitaba un Charleston con cierta gracia, debido al buen hacer de Ossi Runne, el director de orquesta. Tampoco obtuvo el beneplácito de los jurados, solo ganó 6 puntos quedando en décimo segunda posición.

El desfile de canciones dio paso a una película llamada "La España diferente" donde con una música contemporánea se ofrecían imágenes de los cuatro elementos, el aire, el agua, el fuego y la tierra, intentando mostrar a Europa la belleza y la modernidad de nuestro país.

Las votaciones fueron de vértigo desde el principio. Algunos fallos en el marcador y las continuas peticiones de repetición de los escrutinios por parte del notario Clifford Brown pusieron a Laurita de los nervios. Se estaban disputando el primer premio el Reino Unido y Francia con varios empates, cuando a falta de tres países por votar, Francia hizo girar la tortilla cuando otorgó seis puntos a Holanda y desbancó a los dos primeros por un punto de distancia. El penúltimo jurado, el de Portugal, dio dos votos a España y dos a Francia igualándolos con Holanda provocando un triple empate. Finlandia, el último país por votar no concedió ningún punto a estos tres países y dio uno al Reino Unido dando lugar al cuádruple empate. Laurita no sabía que hacer y pidió la confirmación a Clifford Brown, quien sentenció con autoridad salomónica que cuatro países acababan de ganar el Festival de Eurovisión de 1969.

Después de la aparición estelar de Massiel, archifamosa gracias al éxito del año pasado, con el traje de chinchillas, cristal checoslovaco y brillantes de Suecia, diseñado por Elio Berhayer -según Armando Matias Guiu para Lecturas de 4 abril de 1969-. El controvertido abrigo hecho con 92 chinchillas sacrificadas -otras fuentes dicen que 103- valía un millón y medio de pesetas, lo que resultó una indecencia para el público español que se asustó ante tal dispendio cuando el sueldo medio de los españoles era de poco más de 12.000 pesetas al mes. Además ese vestido le trajo problemas judiciales a Massiel ya que los diseñadores la denunciaron porque no lo quería devolver. En realidad ella decía que lo sacaba en el Festival con la condición de que se lo regalasen a cambio de la publicidad que se hacía de la firma diseñadora -The Canada Chinchilla S.A.-, pero después se tiraron atrás y la denunciaron. La casa quería regalar a Massiel un traje hecho con pieles de 50 chinchillas, pero ella dijo que era algo corto y la hacía gorda. Por eso pidió que lo alargaran. Para ello se tuvo que matar a 42 animalitos más y el precio se disparó. El traje les llevó dolores de cabeza ambas partes hasta 1970. Eso sólo puede pasar en nuestro país. Según artículo de Jaime Peñafiel para Hola del 19 de abril de 1969.

Se interpretaron las cuatro canciones ganadoras, dándose final al Certamen con una sintonía inspirada en varias canciones ganadoras de Eurovisión, entre ellas Tom Pillibi y Dansevise, compuesta y dirigida por Augusto Algueró. Ante el éxito de organización y la buena recibida que se hizo a todas las delegaciones, se propuso Barcelona para la edición de 1970 y cómo todos estaban eufóricos no se dijo que no. Pero la cruda realidad llegó cuando se hicieron cuentas de lo que había costado la broma y se denegó la propuesta como era natural.

El jurado español votó desde Prado del Rey y estaba compuesto por diez personas, de las cuales ninguna tenía que ver con el mundo de la música, por imperativos de la UER. Eran: Alvaro de Laiglesia (presidente del jurado), Paquita Crespo (estudiante de Ciencias Políticas), Carmen Deben (periodista), Luis Sánchez Aguildey (médico), Manuel Gil (actor), Ramón Ébia (técnico), Pilar Suárez Carreño (estudiante de Políticas), José Luis García Montero (estudiante de la Escuela de Radio y Televisión), Andrés Sobrebay (obrero agrícola) y Ramón Alcalá (estudiante de Económicas). Todos estaban muy serios, como asustados y el debate que tuvieron antes y después de Festival conducido por Jesús Álvarez era como para autistas. No se atrevían a decir nada, eran inoperantes y aquello parecía un velatorio. Hay que reconocer que aquella España que nos querían vender como moderna era de lo más aburrido. El aire en el estudio era asfixiante, oscuro, en fin un documento para la historia.

 

 

Reyes del Amor, 19/04/07

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