EUROVISION 2014: UN ZAS EN TODA LA BOCA

Eurovisión 2014 pasará a la historia como el año de la bofetada. Tras la resaca post eurovisiva y superando poco a poco esa pequeña decepción por no haber podido ver a España un poco más arriba (Portugal, ¿por qué nos has abandonado?) en la clasificación final ahora nos queda el recuerdo de otra Eurovisión más […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
IMAGENES WEB-03

EUROVISION 2014: UN ZAS EN TODA LA BOCA

Eurovisión 2014 pasará a la historia como el año de la bofetada. Tras la resaca post eurovisiva y superando poco a poco esa pequeña decepción por no haber podido ver a España un poco más arriba (Portugal, ¿por qué nos has abandonado?) en la clasificación final ahora nos queda el recuerdo de otra Eurovisión más en la que casi todos lo han dado todo: Ruth Lorenzo tomándose en serio su representación y defendiéndola con entrega, dedicación y respeto al público, los organizadores produciendo un Festival espectacular, dinámico, ágil, elegante sin excentricidades ni un exceso de buenrollismo impostado ni de cursilería y simpatía forzada, los participantes con sus actuaciones más sobrias que en ediciones anteriores, menos recargadas y excéntricas, apostando más por las canciones que defendían y menos por los excesos visuales y, sobretodo, un público fiel a su festival que ha sabido aúnar su pasión eurovisiva con su compromiso social y su descontento en materias que van más allá del espectáculo eurovisivo.

 
Más allá de las bofetadas políticas, esta edición del Festival ha supuesto una sonora bofetada a tantos pitonisos y agoreros que, a priori, pronosticaban descalabros y vaticinaban ganadores y, sí, yo era uno de ellos. De todas formas me alegra que Eurovisión haya vuelto a ser “impredecible” en cierto modo aunque no estaría nada mal una impredecibilidad mucho más impredecible… pero todo se andará. Quizás si Rusia cumple sus “amenazas” y se retira del Festival sea más dificil predecir de antemano a qué país votarán una serie de países que quedarán algo huérfanos sin la presencia de Rusia y deberán repartir sus puntuaciones entre el resto de países.

Buena bofetada ha sido también la que nos han arreado nuestros vecinos portugueses, desmontando en el proceso la teoría del vecinismo. Parece evidente que el vecinismo sólo funciona allende los Balcanes. De los Apeninos hacia acá no nos dejamos influir por sentimientos de simpatía por proximidad geográfica a la hora de valorar una canción eurovisiva.

También quiero dejar constancia de mi humilde bofetada virtual y suavecita para el señor Nacho Vegas, que no sé muy bien quién es pero debe ser un músico patrio de pedigrí y categoría superior quien recientemente comentaba en un periódico gratuito de tirada nacional que “no sé por qué sigue existiendo Eurovisión”.

Antes de concluir me gustaría hacer una solicitud desde esta web “a quien pueda interesar”. En aras de tener una visión más amplia y esclarecedora del proceso de votación del Festival sería interesante que pudiéramos conocer no sólo el porcentaje de votos de cada canción sino también el número de votos recibidos.
Siempre he tenido mucha curiosidad por saber, por ejemplo, cuanta gente vota en países como San Marino, con un censo de 32.400 habitantes, lo cual me lleva a preguntarme: ¿es posible que en ciertos países la diferencia entre los 12 puntos y los 2 puntos otorgados no supere los 20 o 30 votos de diferencia? ¿Por qué no se informa de cuántos votos “populares” se reciben desde cada país?

Conversación