EUROVISIÓN 1989. SEGUNDA PARTE.

A petición de algunos lectores vuelvo a editar esta columna dedicada al Festival de Eurovisión de 1989 ya que por fallos técnicos desapareció del listado de publicación. La primera parte la tenéis en el índice. Fue un Festival de gran calidad que merece la pena recordar. Lástima que ganase quizás el tema más simplón de […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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EUROVISIÓN 1989. SEGUNDA PARTE.

A petición de algunos lectores vuelvo a editar esta columna dedicada al Festival de Eurovisión de 1989 ya que por fallos técnicos desapareció del listado de publicación. La primera parte la tenéis en el índice.

Fue un Festival de gran calidad que merece la pena recordar. Lástima que ganase quizás el tema más simplón de la noche a pesar de haber grandes canciones y grandes intérpretes. En fin, esto es muy opinable, a mi Rock me no me gustó nada en comparación con las canciones de España, Reino Unido, Austria, Italia, Holanda o Suecia, por ejemplo.


TOMMY NILSSON-SUECIA

Suecia con Tommy Nilsson echó el resto con su tema En DagAlgún día-. Es una balada romántica donde el intérprete suelta un vozarrón impresionante. Fue una lástima que sólo quedara cuarto con 110 puntos cuando podía haber sido el ganador. Recibió tres 12, de Dinamarca, Austria y Yugoslavia. Quedó un punto por debajo de Dinamarca y es que el tercer puesto se lo estuvieron rozando hasta el final los dos países vecinos, acercándose mucho Austria que fue quinta. Tommy Nilsson tenía 29 años, rubio, alto, guapo, con el pelo largo igual que los componentes del grupo de heavy edulcorado Europe, tan de moda en los ochenta. Precisamente él también había empezado su carrera artística en 1975 como cantante de rock. Su último disco había vendido 200.000 copias en Suecia y en 1989 fue condecorado como mejor artista del año en su país. El coro que llevó fue genial. Por eso los suecos los han elegido casi todos los años para acompañar a los solistas. La letra de En Dag es de Ola Haansson, Tim Norell y Alexander Bard, la música de Tim Norell y Ola Haansson y los arreglos de Anders Berglund.


BIRTHE KJAER-DINAMARCA   PARK CAFÉ-LUXEMBURGO

Una señora llamada Maggie Park, que se parecía mucho a la actriz Briggite Nilssen, representó a Luxemburgo con el tema Monsieur -Señor-, en el grupo Park Café. El tono desenfadado les dio una soltura en escena bastante curiosa. Ella era muy graciosa aunque tenía poca voz. Los acompañantes eran unos músicos espléndidos. Beno Kaufman dirigió la orquesta, que además era el arreglista oficial designado por la Televisión Suiza para el Festival. La letra del tema es de Maggie Park, Bernard Loncheval y Yves Lacomblez. La composición era de la misma Maggie Park y Gast Walzing. Pero este tema era muy arriesgado, o gustaba o resultaba un desastre como así pasó. Quedaron en la vigésima plaza con 8 votos -5 se los dio Francia y 3 España-. Como los portugueses, también la cantante y el compositor eran matrimonio.

Dinamarca apostó por la experiencia y profesionalidad de una de las cantantes más populares del país y les vino muy bien porque fueron terceros con 111 puntos y tres 12 -de Suecia, Finlandia y Holanda-. España no le votó. Birthe Kjær ya había grabado 17 LP de éxito en los países nórdicos. Empezó su carrera en 1969 y era otra favorita. Los compositores, los de casi siempre, Søren Bundgaard, con letra de Keld Heick. Herink Krogsgaard dirigió la orquesta durante la mitad de la canción ya que dejó la batuta a Beno Kaufman para ponerse a cantar con la intérprete, que estaba acompañada por los compositores en escena. Exquisitos. Como el título es Vi maler byen rødPor la ciudad de rojo– la solista escogió también el rojo para su vestido de lentejuelas adornado con una enorme cola de tul. Ellos iban de gentelmen maduros e interesantes en blanco. Junto a la cantante de Finlandia, Birthe era una de las más veteranas por su edad. Todavía en los ochenta salían renombrados artistas en la palestra musical, algo que se ha ido desechando por el riesgo que supone salir en un Certamen como este donde por la clasificación final pueden perder ese renombre ya avalado por los años. Actualmente se prefieren artistas noveles y muy jóvenes, salvo excepciones, que tengan poco que arriesgar. El Festival sirve como trampolín hacía la fama o rampa en descenso al fracaso para algunos, todo hay que decirlo.


THOMAS FORSTNER-AUSTRIA   ANNELI SAARISTO-FINLANDIA

Otro favorito era el joven Thomas Forstner de 19 años por Austria con el tema Nur Ein Leid -Sólo una canción-. El compositor es el conocido ex-componente de Modern Talking Dieter Bohlen que en el '89 estaba en el grupo Blue Sistems. Además era productor de Thomas Forstner, Nino de Angelo y C.C.Cath, entre otros. La letra es de Joachim Horn-Bernges. Como Alemania, Austria llevó sonido pregrabado en estudio sin director de orquesta, tal y como se hace desde 1999. El primer país que no llevó director de orquesta a Eurovisión fue Bélgica en 1980. Después el Reino Unido en el '86, Suiza en el '87 e Italia en 1988.

Thomas Forstner era una especie de príncipe azul. En el '91 no parecía el mismo cuando representó a su país en Roma. Estaba muy desmejorado y es posible que por eso quedara en último lugar con 0 puntos Tampoco llevó al mismo compositor, todo influye. En Lausanne fue quinto con 97 puntos y tres 12 -de Italia, Bélgica y Grecia-

La rumba exótica que llegó de la mano de Finlandia fue una grata sorpresa. El título La dolce vita en italiano, música española con un rasgueo de guitarra propia del flamenco más experto y cantado en finés resultó un cocktail muy bueno que también podía haber ganado. Era una gran oportunidad para Finlandia, ya que desde Marion Rung en el '73 -sexta- no quedaban en un lugar algo decente. En el '89 ocuparon la séptima plaza con 76 votos. La intérprete, Anneli Saaristo, ya tenía una larga trayectoria como cantante de temas infantiles, jazz y pop. Era muy completita. Llebava siete LP grabados en su país. En Lausanne se defendió muy bien, estaba quizá algo nerviosa porque la mantuvo estática todo el rato ante el micrófono, con una melodía que daban unas ganas de bailar impresionantes. Eligió un traje rojo y negro amplio, con rosas de ropa pegadas en la solapa de gusto algo kischt. Dejó al público boquiabierto y es que el coro era también espléndido, sobre todo cuando se pusieron a palmotear con una alegría escandinava inusual. La dolce vita es del compositor Matti Puurtinen y letra de Turkka Mali. Ossi Runne fue el director de la orquesta.


NATHALIE PÂQUE-FRANCIA      NINA-ESPAÑA

La niña de 11 años Nathalie Pâque fue la representante por Francia en esta edición con el tema J'ai volé la vie de Guy Matteoni y G.C. Candy con letra de Sylvain Lebel, balada de corte clásico francés al estilo Anne-Marie David o Céline Dion. Nathalie nació en Bruselas pero se había criado en Francia. Sus padres habían sido muy persistentes procurando que su hija llegará a ser algo en el mundo de la canción y apostaron alto con el Festival. Había ganado varias competiciones infantiles, pero no tenía voz de niña, sino de señora mayor con muchas tablas. Su tono era alto y fuerte, con una aplome asombroso. Quisieron repetir el éxito de Sandra Kim, pero se quedaron a medias ya que sólo fue octava con 60 puntos. Lo cierto es que la vistieron horrenda, el pelo demasiado largo y un pantalón que le hacía las piernas como si hubiera estado montando a caballo todo el día, en forma de arco. Era algo así como una Pippi desmelenada. Pelirroja con cara de traviesa, pero muy mona. Figuraba como favorita en las apuestas junto a Nina y Thomas Forstner.

Anna María Agustí Flores, de nombre artístico Nina fue nuestra magnífica representante en Lausanne. Había nacido en Barcelona en 1966 y desde muy pequeña quiso ser artista. Se sentía el patito feo de la escuela por su melena rizada a lo afro y unos dientes demasiado grandes según ella. Pero superó sus complejos y durante su adolescencia se propuso continuar estudiando, música, teatro y canto. A los 16 años se presentó en un festival de música donde se fijó en ella la Orquesta Brava -según declaraciones hechas a Pronto el 2 de marzo de 2002 en el artículo de Mar Valls- Actuó en tres orquestas hasta los 21 años. cuando fue descubierta por Xavier Cugat que le sirvió de pygmalión. Este le presentó a Chicho Ibáñez Serrador que la contrató como azafata del popular programa de TVE 1,2,3… en la etapa de 1987-88. Después vino lo de Eurovisión y un bajón profesional. Sus discos no tuvieron mucha salida comercial a pesar del éxito cosechado. Cambió de Madrid a Barcelona donde inició una nueva etapa en 1992 como actriz, presentadora y cantante de jazz y comedia musical para el teatro. Destacan los musicales Cabaret y T'odio, amor meu. Mujer polifacética tuvo un considerable éxito en TV3 como protagonista en las series Pedralbes Centre y Nissaga de Poder. Y cómo el tiempo pone a cada uno en su sitio, resurgió su vena musical con el programa Bojos pel ball y Cent anys de cançons para la cadena catalana. Después vino la apoteosis con Operación Triunfo para la Primera de TVE en 2002, programa en el que se descubren nuevos talentos de la canción y representante en Eurovisión. Como vemos el Certamen ha ido apareciendo en su vida de una manera u otra. En cuánto a su vida sentimental la ha mantenido al margen de la prensa rosa. Se casó con un componente de la Orquesta Mondragón, Juan Carlos Mendoza, en 1989 y se separó pocos meses después. En 1994 inició su relación con el actor catalán Miquel Cors, pero actualmente vive sola en Barcelona en compañía de sus gatos -según fuente de Mar Valls para el nº1556 de Pronto- Tras la experiencia de OT entre 2001 y 2004, se embarcó en el mundo teatral con el musical Mamma Mia donde se versionan los temas más populares del grupo ABBA.

La canción Nacida para amar es una balada de Juan Carlos Calderón, como La fiesta terminó (1985), Eres tú (1973) y Volverás (1975). Durante la semana de ensayos le llenaron la cabeza con que iba a ser la ganadora y eso quizá no es bueno. Samaranch, Presidente del COI la recibió como una medallista olímpica y la premió con un trofeo en adelanto a su posible victoria en el Palais de Beaulieu. Quedó en un meritorio sexto puesto con 88 votos. No recibió ningún 12, pero sí cuatro 10, de Luxemburgo, Suiza, Grecia y Alemania. Nina cantó muy bien y la orquesta se acoplaba a su voz a la perfección. Al piano estaba el músico Alejandro Gutiérrez, nacido en Puertollano. Todos se entregaron pero faltó ese punto que siempre nos falta a España para ganar. Sacó un traje rosa con lazitos negros y largos guantes a juego. Era muy adecuado a la imagen sensible y romántica que ella quería dar en el Festival. El pelo suelto se desbordaba en una mata negra rizada impresionante, con dos mechones acaracolados que se le venían a la cara mientras cantaba con energía. La orquesta aplaudió su interpretación y el público la ovacionó, pero ya sabemos que las baladas nunca nos han dado el primer lugar, por lo menos dejó el listón bastante alto y España entró en una buena etapa interpretativa, con Azúcar Moreno -quinto lugar en el '90, y Sergio Dalma -cuarto en el ‘91-.


FANNY & YANNIS-CHIPRE       FURBAZ-SUIZA

La pareja chipriota nos recordaba aquella moda de los dúos tan típica de los años setenta en el Festival. Iban vestidos de novios y el coro de los acompañantes, padrino y damas de honor. Enternecedores como su canción Apópse as brethoúme con letra de Efi Meletiou y música de Marios Meletiou. Fanny Polymeri y Yannis Savidakis eran los guapos intérpretes. El aroma mediterráneo flotaba en todas las notas del tema y en la acertada entonación de los chicos sin ser grandes cantantes, lo que les valió el beneplácito del público y una undécima plaza (justo en medio de la clasificación) con 51 votos. El 12 se lo dio Islandia. Resultaba raro que un país nórdico votara a uno mediterráneo, pero como las reglas de tres aquí no valen así pasó ese año. Fanny era Licenciada en Informática y Yannis profesor de Educación Física. La orquesta la dirigió Haris Andreadis.

Suiza cantó en romance, lengua de los cantones interiores de la Confederación, con la hiper nacionalista Marie-Louise Werth que era la autora de Viver senza tei -Vivir sin ti-. Interpretó con destreza e ímpetu sentada al piano, junto al magnífico grupo de cuatro chicos llamados Furbaz. Ella iba de amarillo y ellos de rojo. La orquesta estuvo bajo la batuta de Beno Kaufman. Marie-Louise intentó desde 1983, cuando inició su carrera, llevar una canción en romance a Eurovisión sin conseguirlo. En el '89 se aprovechó que ella era la anfitriona para lanzar al mundo los ecos de una lengua que hablan muy pocos en su país ya que ha sido aplastada por el francés, el alemán y el italiano. Bueno ahí quedó esa nota reivindicativa que no era innovadora. Recordemos a Malta en el '71 y '72 cantando en maltés, lengua autóctona absorbida por el inglés, sin éxito por cierto -último lugar las dos veces-. O la audacia de Sandie Jones en Edimburgo cantando en gaélico por Irlanda en plena guerra declarada en Belfast en el '72. Al año siguiente los irlandeses volverían al inglés que tanta suerte les da porque con la Jones fueron decimoquintos. Francia en 1996 cantó en bretón sin fortuna tampoco. Suiza en el '89 sólo quedó decimotercera con 47 puntos.


MARIANNA-GRECIA               DANIEL-ISLANDIA

Marianna Efstratiou ya fue coro dentro del grupo Bang por Grecia en 1987. En Laussane salió sola con la preciosa balada Tó dikó sou astéri con letra deVilly Sanianou y música de la misma Marianna y Yiannis Kyris. Dirigió Giorgos Niarchos. Grecia llevaba este año una buena delegación y la esperanza de ganar. Tenía posibilidades, era otra favorita, pero quedó mal clasificada en comparación con lo excelente de su canción, novena y 56 puntos, empatada con Italia. Grecia consiguió un 12 de Chipre y otro de Suiza. España le dio 4 puntos, en fin poco para lo que merecía. El vestido en blanco de la griega también parecía de novia, fue moda ese año. Marianna había grabado su único LP en la ciudad norteamericana de Menphis y la volvimos a ver en el Festival en 1996 con un cambio de look asombroso.

Si los de Chipre y Grecia iban de boda, el chico de Islandia, Daniel, iba de comunión. Con pantalón gris de pata ancha, camisa blanca y un crucifijo al cuello entonó la extraña Pad sem enginn sérLo que nadie conoce– del autor Valgeir Gufnarsson que también dirigió la orquesta. Un 0 es el premio que recibe inmerecidamente y con ello el último lugar. Aunque el tema no era pegadizo, ni festivalero, sí resultaba agradable. Daniel era un rubito angelical, de 20 años nacido en Suecia y criado en Islandia que tenía poca voz, pero miraba muy bien a cámara y por lo menos algún voto le debían haber dado. Otros años han habido temas peores con mejor clasificación. El coro era bueno y la melodía de piano estupenda. En 1985 empezó su carrera con sólo 16 años. Lo más emocionante fue cuando besó la cruz que llevaba al cuello al finalizar el tema, lo tenía que haber hecho al principio también, a lo mejor le hubiera dado más suerte en su interpretación. En resumidas cuentas el público se quedó atónito con esta actuación y el jurado le ignoró.
 

NINO DE ANGELO-ALEMANIA   RIVA-YUGOSLAVIA

Nino De Angelo era número uno en Centroeuropa, Francia, Italia y España en los ochenta. A Eurovisión llevó la balada Flieger -Voladores– en representación de Alemania apostando por la calidad a la que nos tenía acostumbrados este intérprete. En 1984 vendió 700.000 discos en Francia con el Valle del Edén, preciosa balada que llegó a las listas de éxito españolas. Después su popularidad se afincó en Alemania donde trabajo para bandas sonoras de series televisivas de ese país como Samurai, etc. Era absolutamente guapo y un estupendo intérprete algo que no acaba de gustar en Eurovisión. Cuando un cantante es ya muy conocido como Nino sufre a veces el castigo de los jurados. Ahí están Alain Barrière, Mary Hopkin, Katja Ebstein, Nana Mouskouri o Paloma San Basilio que fueron vencidos por cantantes desconocidos en Europa mientras ellos eran máximas figuras de la música. Obtuvo la decimocuarta plaza con 46 puntos. El tema Flieger es de Joachim Horn-Bernges y música de Dieter Bohlen que jugaron por partida doble ya que fueron los compositores de la canción austríaca de este año también. De corte eran parecidas, pero para cada intérprete buscaron el estilo adecuado a su personalidad y fueron de lo mejorcito del año. Tampoco utilizaron director de orquesta para Alemania, como con Austria.

Después de tanta calidad llegó la mediocridad festivalera con la tontísima Rock me baby por Yugoslavia que ganó con 137 puntos. El grupo Riva eran de la población croata de Zádar, muy estudiosos, todos eran universitarios, pero unos cantantes muy ñoños. La solista se llama Emilija Kokic. Parece mentira que ese país hubiera sacado temas estupendos años atrás y ganara con esa melodía empalagosa y dulzona que ya nadie recuerda. La canción reivindicaba el rock frente a la música clásica, pero ellos de rockeros tenían poco la verdad, eran verbeneros y poco más. Mucho saltito, movimiento gracioso, media vuelta y a empezar al son del rock me baby que gustó a casi todos los países ya que sólo pasó de votarles Italia, España y Grecia. Se quedaron con el personal en su speetch pro-perestroika que era lo que querían dar a entender, aunque yo no veo relación alguna. Fueron por encima de todo la sorpresa yugoslava.

Así finalizó la trigesimocuarta edición. Yugoslavia aguardaba la próxima convocatoria sin saberse en qué ciudad se reunirían. La incertidumbre política que se estaba viviendo en el país era enorme, dos años después llegó otra dura guerra en los Balcanes y la disgregación del país en cinco repúblicas con otra serie de nacionalidades y etnias enfrentadas de por vida a lo largo de la historia.

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