ESC 2007: VERKA SERDUCHKA Y COMPAÑÍA

Indudablemente fue a partir del festival del año 2000 que el Este de Europa comenzó a apoderarse de Eurovisión mediante estrategias extra-musicales en algunos casos. Las antiguas reinas del mambo (a saber: Inglaterra, Irlanda y Francia) son desde entonces ninguneadas y enviadas al ostracismo. Países clásicos, como la propia Irlanda, o bien España y Portugal, […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 2007: VERKA SERDUCHKA Y COMPAÑÍA

Indudablemente fue a partir del festival del año 2000 que el Este de Europa comenzó a apoderarse de Eurovisión mediante estrategias extra-musicales en algunos casos. Las antiguas reinas del mambo (a saber: Inglaterra, Irlanda y Francia) son desde entonces ninguneadas y enviadas al ostracismo. Países clásicos, como la propia Irlanda, o bien España y Portugal, deberían ser sometidos a un buen rescate urgente por la Troika, el FMI, el Banco Mundial y la madre que los parió a todos. A ver si así consiguen salir del profundo pozo sin fondo eurovisivo en el que se encuentran cada vez más hundidos. En realidad son las propias televisiones de esos países las que deberían ser rescatadas urgentemente, en especial TVE.


Que el Este triunfe no siempre es sinónimo de calidad, como lo demuestra este rápido repasito que nuestra “nave del misterio” va a realizar por el festival del 2007. Mucho trabajo hubiesen tenido los doctores Gaona y Cabrera si en su día hubieran osado entrar en ese desmadre que resultó ser el ESC 2007. Iker Jiménez y su guapa esposa podrían dedicarle una noche entera de domingo.

La gran protagonista de la noche fue la ucraniana Verka Serduchka. La tal Serduchka se pensaba que nos iba a descubrir América con su particular numerito. Pero ¡ay!, de eso nada, monada. ¡Qué mal informada andaba! Está claro que no estaba muy versada, que digamos, en cuanto a eurovisiones se refiere. Sólo le hubiera hecho falta adentrarse un poco por la fascinante Historia eurovisiva para darse cuenta de que, en cuanto a extravagancias estaba ya todo inventado. Ya por 1966, la holandesa Milly Scott y sus mexicanos ilustres alucinaron a todo el personal con su número. Y, ¿qué me dicen de Salomé y los Valldemosa, años más tarde? Aquello fue Serduchkismo total, puro y duro. Ambas sentaron escuela y desde entonces ese ha sido siempre el distintivo de Eurovisión. En el caso de TVE, la marca España en Eurovisión se basa y fundamenta en el Serduchkismo.

Se quedó corta Verka Serduchka en 2007. Pues en aquel festival yo llegué a contar hasta veinticuatro Serduchkas distintas. Y no sé si me quedo corta yo también. Algunas de ellas no desmerecían en absoluto de la original, o, incluso, la superaron (para mi gusto) en cuanto a horterada se refiere. Vamos a hacer un rápido repaso a las principales:

Los irlandeses presentaron una nueva versión descafeinada y abreviada a 3 minutos de duración del famoso cuento de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas. Hubieran redondeado la función si hubiese aparecido algún gnomo bailando junto a la sucedánea de Alicia, colocando además alguna seta de esas de los cuentos y dos o tres margaritas gigantescas en el escenario.

En 2007 debutó Australia. Sí, tal como leen. No me equivoco, no. Estuvo representada por el grupo D'Nash, compuesto por cuatro angelitos de la guarda, vestidos de inmaculado blanco. Dos rubios y dos castaños. Con eso de que se puede elegir idioma, decidieron pasar olímpicamente del suyo y cantar en español. Del inglés sólo sonaron las palabras I love you, que formaban parte del título de la canción. Craso error. Pues el español es una lengua que, hoy día en Europa, ha quedado relegada a mera reliquia religiosa. Por lo demás, entre que a ninguno de los cuatro le salía la voz del culo y la estrambótica coreografía, que si la hubiesen efectuado cuatro pingüinos de Tasmania yo creo que les hubiera salido mejor, lo único que consiguieron en su debut fue hacer el más espantoso de los ridículos. Eso sí, los cuatro inmaculados príncipes australianos eran guapísimos. Aunque de nada les sirvió su belleza masculina. Pues ahí estaban las tres repelentes lolitas rusas para deleite del personal. Mi amor platónico, David Civera (nuestro mejor y más espectacular representante masculino en toda la historia eurovisiva), que participó en la tertulia post-festival de TVE, se enamoró perdidamente de ellas.

Los ingleses y franceses también han estado haciendo el ridículo a lo largo de toda su interminable trayectoria eurovisiva (salvo en algunas honrosas excepciones, -en el caso de Francia son estimables sus participaciones de 1990 a 1992, de 2000 a 2003, y la de 2009). Como ejemplo tenemos las dos gilipolleces de este año: los ingleses nos montaron el aeropuerto de la Barbie y el Ken, todo de plástico, y en su modelo gigante. En cuanto a los franceses, no tengo palabras para calificar la pipirrana que se montaron. 

Conviene destacar también a la aprendiz de soprano eslovena y su espantosa e inenarrable canción, junto a los dos grupos masculinos de barítonos que representaron a Rumanía y Letonia, o, mejor dicho, que se creían barítonos. Más bien pasaron por barítonos frustrados, y no tuvieron otro sitio mejor para demostrarlo que en el Festival de Eurovisión, adecuadamente disfrazados como dios manda. Ambos grupos utilizaron el italiano como lengua, por lo que está claro que se encontraban absolutamente desubicados y fuera de contexto. Se equivocaron de lugar. Quienes les asesoraron en cuanto a idioma y atuendo debían ser sus peores enemigos. 

Ni siquiera el grupo sueco nos libró de su bazofia o smorrebrod personal, bien sazonado con arenque en vinagre y salmón ahumado. Indigerible de verdad. Aunque también es verdad que la Perrelli les superó con creces al año siguiente.

El Serduchkismo campó a sus anchas en la semifinal: los israelíes sacaron de su cosecha particular un indigesto potaje, intentando ir de modernos, como suelen hacer; el grupo se llamaba Teapacks, haciendo referencia a una infusión de té, imagino; y Noruega la pifió de lleno al enviar una mamarrachada de fandango, olvidándose por completo que tanto eso como el idioma español están totalmente proscritos en Eurovisión. 

Resucitaron las ya olvidadas Evridiki y Edsilia sólo para hundirse más en el fango hasta acabar desapareciendo del todo; hubo también hasta vampiros suizos; inclusive la canción de Estonia me parece que iba de crímenes (que me corrijan si me equivoco). Como ven, se podría hacer un especial de Cuarto Milenio completísimo con este ESC.

Observamos que casi todo fueron grupos, por eso digo que me parece que me he quedado corta contando sólo veinticuatro Serduchkas. Eso sí, ninguna de ellas tenía nada que envidiar al modelo original. Porque, díganme ustedes, ¿qué tenía Verka Serduchka que no tuviera DQ y su Drama Queen?

TVE organizó la ya clásica tertulia post-festival. No sabemos muy bien pa qué, pues aquel año no estuvo representada por nadie. Allí imperó de nuevo el Serduchkismo, que como ya digo suele ser norma oficial de la casa. La marca España en Eurovisión. Formó parte de la tertulia, entre otros, una chica (que no me acuerdo del nombre) que por entonces solía ser muy prolífica en tertulias televisivas y bodrios del estilo Sálvame Supervivientes, la cual defendió a ultranza la canción rusa; de ella dijo que “era la que más vendía”. También resucitó de las catacumbas un clásico de la tele, Alfredo Amestoy, un poco fuera de onda también el hombre, la verdad sea dicha; y un humorista llamado Mariano, que cuando suele salir en televisión la gracia la tiene en el sobaco.

Pero quien más destacó en esa tertulia, sin duda alguna, fue mi amor platónico, David Civera, nuestro flamante representante masculino en 2001 (Inolvidable su pantalón ajustado de cuero negro y su meneo de caderas en escena). Digo inolvidable más por su look y su belleza que por su canción, una pachanga con bandurria, machacona a más no poder e inaguantable. Si hubiese ido con Sueño su boca, el tema que nos debería haber representado el año anterior, hubiera quedado por lo menos en cuarta posición. Pues bien, David Civera defendió también a las rusas, de las cuales se enamoró perdidamente, mientras que despotricó contra los representantes masculinos de Grecia y Turquía. En general, casi todos los contertulianos coincidieron en que las mejores canciones fueron las de Hungría, Bulgaria, Alemania, Serbia, Moldavia y Rusia, independientemente del numerito que montaron en escena, cosa que yo comparto plenamente. 

Y para acabar me voy a referir a otro suceso, muy destacable siempre en Eurovisión, y que en 2007 llamó la atención sumamente, al menos para mí: las desapariciones. Como fenómeno paranormal son de lo más habitual en Eurovisión. En 2007 desapareció la cantante georgiana Sopho. Sí. Cuando llegó el momento de la actuación, apareció en escena una señora mucho más mayor que ella, de unos cuarenta a cincuenta años de edad más o menos, muy clasicota, ataviada con un vestido de noche, largo y encarnado, y peinada al más puro estilo años veinte, que lo único que hizo fue destrozar la maravillosa Visionary Dream (My Story). ¿Quién era aquella mujer? ¿Dónde se metió la verdadera cantante, y que fue de ella? ¿Qué pasó con el estupendo tema que iba a interpretar, que para mí gusto era el mejor de la noche, tal como nos prometieron en el espectacular y fabuloso vídeo promocional?

Eurovisión y sus misterios. Acuérdense de Patricia Kraus o de Gisela (me remito a las columnas respectivas ya publicadas). Entre las representantes españolas, algo similar le ocurrió a Eva Santamaría, a la cual ya me referiré cuando toque. ¡Que venga Iker Jiménez de una vez! No sé por qué en esta web no lo invitan y le hacen sitio. Él y sus colaboradores podrían tener su propia columna o espacio para publicar sus rigurosas investigaciones científicas en cuanto a misterios eurovisivos. 

¿Cómo pueden haber pasado estas cosas tan raras y extrañas en Eurovisión? Y además, tan injustas. Y no sólo es que hayan pasado, es que continúan pasando. A este paso, al final va a resultar que Mónica Naranjo, la más diva entre las divas y favorita de toda la vida entre los eurofas españoles, es la que más sabe y la más experta en Eurovisión.

MEJORES CANCIONES DEL 2007

Favorita: Georgia
2º Alemania; 3º Hungría; 4º Bulgaria; 5º Serbia; 6º Moldavia; 7º FYR Macedonia; 8º Islandia; 9º Suiza; 10º Andorra.

Aquí debajo el elaborado vídeo promocional de la espectacular Visionary Dream (My Story). 

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