ESC 1996: HOMENAJE A FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE

Félix Rodríguez de la Fuente nacía en 1928 en Poza de la Sal, provincia de Burgos, y falleció en 1980, justo el mismo día de su cumpleaños, en Shaktoolik, Alaska, Estados Unidos, en un accidente de aviación mientras rodaba. Imagino que a estas alturas no necesita presentación alguna. En 1996 se cumplían dieciseis años de […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 1996: HOMENAJE A FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE

Félix Rodríguez de la Fuente nacía en 1928 en Poza de la Sal, provincia de Burgos, y falleció en 1980, justo el mismo día de su cumpleaños, en Shaktoolik, Alaska, Estados Unidos, en un accidente de aviación mientras rodaba. Imagino que a estas alturas no necesita presentación alguna. En 1996 se cumplían dieciseis años de su fallecimiento, y TVE quiso realizarle un homenaje enviando a Eurovisión a toda una serie de animalicos, de lo más representativo de nuestra querida fauna ibérica, y a los que Félix tanto estimaba.

Y así fue. Allí en Oslo, en el Spektrum Auditorium, donde se celebró el festival el 18 de mayo, nuestros oídos pudieron deleitarse con toda una pompa de balidos, berridos, aullidos, graznidos y rugidos varios, emitidos por los eminentes especímenes de la fauna ibérica que representaron a TVE en tercera posición, en aquél gélido escenario del norte de Europa: el lince, la gineta, la comadreja, el jabalí y el zorro tocaron sus instrumentos y nos maravillaron con sus gráciles y cristalinas “voces”.

Y, por supuesto, allí estaba también el lobo, principal representante de aquella fauna, el cual nos encandiló con su serenata nostálgica y poéticos aullidos. Estupefactos nos dejó a todos los espectadores que asistíamos atónitos y ensimismados desde nuestras casas a aquel nocturno espectáculo en medio del bosque boreal de Noruega.

La verdad es que, al principio la cosa prometía, pues la serenata empezaba con los sonidos de una guitarra con una duración exacta de diez segundos. Y a mí los sonidos de un arpa, un piano o una guitarra en la noche (como decía Juan Carlos Calderón) siempre me han emocionado. Pero desgraciadamente, esos diez bonitos segundos dieron paso enseguida a los desafinados rugidos y espantosos aullidos del lobo (Curiosamente diez segundos tan solo duró también la famosa independencia catalana de este año 2017, la cual ha pasado merecidamente al libro de los récords guiness).

No quedó en eso el homenaje. TVE reunió en plató a otros tantos representantes de la más prolífica fauna ibérica, en lugar de congregar a las ya clásicas marionetas para que emitieran sus votaciones (se supone que poniéndose de acuerdo). Sobre todo fue la tertulia final (cuando se volvió a conectar con los estudios de TVE), el momento en que se pudieron sufrir los chillidos de buhós y lechuzas, mezclados con los graznidos de cotorras, papagayos (estas dos, especies invasoras), urracas, cornejas y cuervos varios, y los balidos de algún que otro berrendo, rebeco y cabra montés. Varias de las cotorras pretendían casarse o bien ligar esa noche con alguien, pero, tal como ellas mismas graznaron, la cosa dependía del resultado del festival, por lo que todas acabaron compuestas y sin novio.

En medio de aquel espectral zoológico se encontraba toda perdida y ensimismada la frágil e inocente niña que representó a TVE justo el año anterior, con la sobrevaloradísima Vuelve conmigo. Con el paso de los años, al final la pobre acabó metida a maestra de primaria. Menos mal. Por lo menos no ha acabado perdiendo la dignidad por ahí, por esos platós de dios y estupicedes televisivas varias.

Por allí se encontraba también una especie de grillo llamado “Azuquita”, el cual, cuando la cotorra de la presentadora le pidió su opinión, dijo que los gruñidos y aullidos del lobo que nos representó eran de muchísima calidad. La cotorra de la presentadora insistió también en que el susodicho grillo era famosísimo y solía dedicarse a hacer serenatas similares a las del lobo. Yo creo que, en realidad, debía conocerlo allí en su pueblo su bisabuela segunda, y las serenatas a la luz de la luna (interpretadas junto al lobo) podían habérselas dedicado a Susana Díaz debajo del balcón de su casa en forma de escrache.

Todos los miembros de las distintas especies allí concentradas llegaron a la misma conclusión: que la calidad del festival en general había subido con respecto a años anteriores, y que la nuestra fue de tanta, tanta calidad, y el “quejío” del lobo tan hermoso, que el resto de especies de la fauna europea no entendieron el show español.  

¡Hombre!, calidad, calidad, que digamos no hubo mucha. Porque no creo que se refiriesen a la de la cangura australiana que representó a Inglaterra, ni a la de la osita de peluche de Malta, ni mucho menos tampoco a la de la cabra loca de Bélgica, o a la calidad de la marmota que ganó, sin ir más lejos. Y ya no digamos a la esquisitez “musical” de la hembra de reno finlandesa, la cual encima la pifió en mitad de su interpretación equivocándose en los estribillos de su insufrible tema, a base de balidos y berridos desenfrenados como si estuviera en celo. ¡Que bestia!

Precisamente, algunas tonadillas trataban de bravura y naturaleza virgen. Destacó entre todas, en este sentido, el tema defendido por las dos golondrinas suecas, Den Vilda (Naturaleza Salvaje El Salvaje).  

Acabo con una inmortal frase de nuestro querido Félix Rodríguez de la Fuente: “Para que en las noches españolas no dejen de escucharse los hermosos aullidos del lobo”.

No sé, no sé. Me parece a mí que a estas alturas, ya no debe quedar ni un lobo sano en toda España. Lo siento por Félix, allí donde se encuentre. Sirva esta columna también, ya de paso, como recuerdo a uno de nuestros más entrañables personajes de la historia de la televisión en nuestro país.

Ahora, eso sí, de lo que sí nos podemos congratular es que en las noches españolas, afortunadamente, ya no se han vuelto a escuchar más, desde hace mucho tiempo, los horrorosos y espantosos aullidos de Antonio Carbonell y compañía.

Canciones preferidas de Linda Martínez en 1996:

Favorita:  Besinci mevsim (Quinta estación), Sebnem Paker, TURQUÍA

2º. Sveta Ljubav, Maja Blagdam, CROACIA
3º. Mono gia mas, Cosntantinos, CHIPRE
4º  Emeis Forame To Heimona Anixiatika, Marianna Efstratiou, GRECIA
5º  Cze znác swój grzech, Kasia Kowalska, POLONIA
6º  O meu coraçâo nâo tem cor, Lucia, PORTUGAL
7º  Kaelakee hääl, Maarja Lis ILus & Ivo Linna, ESTONIA
8º  Den Vilda, One More Time, SUECIA
9º  I Evighet, Elisabeth Andreassen, NORUEGA
10º  The Voice, Eimear Quinn, IRLANDA.


Desde aquí mi pequeño homenaje y recuerdo a Félix Rodríguez de la Fuente. Para que nunca se deje de escuchar su voz. Y ojalá que también los hermosos aullidos del lobo nunca dejen de escucharse en las noches españolas.

Den Vilda (El Salvaje -Naturaleza salvaje-), One More Time, por SUECIA.

Los horribles aullidos de Antonio Carbonell y compañía. Toda una tortura para nuestros tímpanos y córneas. ¡Hasta se llevó la Santa Biblia al festival! No sé pa qué, pues de poco le sirvió.

Reunión de papagayos y cotorras (especies invasoras) y otras especies de la fauna ibérica, tras el festival.

Besinci mevsim (La quinta estación), interpretada por la cantante turca Sebnem Paker

Sveta Ljubav, Maja Blagdam, CROACIA

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