ESC 1995: PEQUEÑA BIOGRAFÍA DE UNA MAESTRA DE PRIMARIA

El caso de Anabel Conde quizá sea el más meritorio de todos los que han pasado por la historia de Eurovisión en España. Meritorio, en primer lugar por su valentía y humildad; en segundo lugar, por su falta de sentido del ridículo, la cual se deriva directamente de lo anterior; y en tercer lugar por […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 1995: PEQUEÑA BIOGRAFÍA DE UNA MAESTRA DE PRIMARIA

El caso de Anabel Conde quizá sea el más meritorio de todos los que han pasado por la historia de Eurovisión en España. Meritorio, en primer lugar por su valentía y humildad; en segundo lugar, por su falta de sentido del ridículo, la cual se deriva directamente de lo anterior; y en tercer lugar por haber sabido retirarse a tiempo. 

Nadie, absolutamente nadie, confió en ella como cantante, y por consiguiente, ni las ratas de las cloacas más inmundas de TVE y promotoras musicales varias apoyaron su posible carrera musical. Es la vida, así de cruel y dura. Es la propia vida la que nos suspende injustamente en muchas ocasiones, y no los profesores que tuvimos. Y, sobre todo, una de las crueldades más viles que tiene la vida (para algunos) es Eurovisión. Allí, en medio de esa cámara de torturas, hay espacio para todas las humillaciones posibles. A algunas las crucifican con un 0. A otras con un 119. 

De hecho, ya desde un principio, desde el mismo momento en que fue sentenciada para morir en el paredón, ni Cristo apostaba por ella ni un duro. Fue un verdadero shock, especialmente para TVE, su segundo puesto. Se llevaron tal soponcio los muy sinvergüenzas que su venganza fue terrible: se confabularon con todas las discográficas posibles, promotoras musicales y mil zanrandajas de esas para que la chiquilla no triunfara jamás en su vida en ese mundillo tan malsano. 

Ella, la muy ilusa, intentó ir varias veces más a Eurovisión. Ya se sabe: esto es como la droga, que cuanto más mala más quieres. Se ve que la muy “inocente” niña es masoca. ¡Quién lo hubiera dicho! Fíense ustedes de los mansos. Pero, para su suerte, todos los europeos pasaron de ella.

Afortunada fue, vaya que sí. Debido a ello acabó tirando la toalla, se retiró y decidió dedicarse a viajar y aprender inglés. Como ya sabía algo de música, con su título de magisterio bajo el brazo decidió dicarse a maestra de primaria especializada probablemente en formación musical e inglés. Hizo bien, claro que sí. Honrosa y necesaria profesión esa hoy día, y bien bonita. Por lo menos no ha acabado perdiendo la dignidad por esos platós de dios (como tantos otros) y puede estar bien orgullosa de su trabajo actual en su pueblo natal, Fuengirola, donde le han dedicado hasta una plaza, y tienen previsto hacerle también un monumento. Gracias a dios, en este aspecto la vida ha evaluado a Anabel Conde con un sobresaliente.

Su trayectoria, comparada con la del resto de competidores que acudieron a esa edición eurovisiva de 1995, se puede considerar más que afortunada. Vamos a hacer un repaso de lo que fue del resto de las víctimas de aquel año:

– A Justyna de Polonia se le atrofiaron las cuerdas vocales tras su participación y acabó muda. Años después recuperó la voz, y se dedica a componer canciones de cuna. Sus folklóricos acompañantes acabaron apacentando ovejas en las praderas polacas.

– El irlandés probablemente se dedique actualmente a embalsamar cadáveres en una morgue de Dublín, y a hacer horas extras de enterrador, pues son profesiones muy demandadas hoy día en Irlanda. De su vida personal y carrera profesional musical posteriores a su participación en el Eurofestival apenas se conocen datos. 

– El matrimonio alemán se separó: de él no se sabe nada, de ella se sabe que se metió a monja.

– El cantante bosnio falleció en 2001, y desde su participación hasta su deceso no se sabe a qué se dedicó.

– Los ganadores se ve que tuvieron un efímero éxito por allá por Extremo Oriente. Como es lógico, son muy populares en su país, y también en Irlanda, país natal de la violinista del grupo. 

– El monstruo ruso creo que continúa dedicándose a machacar los tímpanos a los habitantes de Siberia.

– El islandés ha intervenido en multitud de anuncios de TV. Ha grabado más de 400 canciones y ha recibido 23 discos de oro. Pero claro, esto lo ha conseguido allí en su tierra: un extraño planeta situado a tropecientos mil años luz de distancia del nuestro, y de tan solo 300.000 habitantes. Fuera de allí no lo conoce ni la reina de Inglaterra.

– La cantante berlinesa Stella Jones se dedica a cantar en una banda.

– Arzu Ece es conocida como cantante únicamente dentro del hermético mundo de cultura y lengua turca.

– Lidija es una cantante de ópera popularísima en su país, y actualmente es profesora de canto, música y ópera en la universidad de Zagreb. Fuera de su país sólo la conocen en la Ciudad del Vaticano, donde acude de vez en cuando a dar conciertos. En cuanto a Danijela, volvió a representar a Croacia en el ESC en 1998 con la mejor canción de aquella edición.

– El húngaro interpretó quizá, aunque nadie nos hayamos dado cuenta, el mejor tema del festival, Un hombre nuevo en la pared de la vieja casa. Actualmente vive enclaustrado en su propia casa de Budapest, componiendo canciones para sí mismo, que son escuchadas por las paredes y los muebles de su apartamento.

– Sin que nadie lo esperara, en el Point Theatre de Dublín, la francesa Nathalie se alzó con el cuarto lugar, al obtener 94 puntos. Además del sencillo con la canción del Festival, el 14 de febrero de 1997 publicó el álbum Entre rêve et réalités, que fue un fracaso comercial. Tras él, Nathalie Santamaria desapareció del panorama musical.

– Después de su participación en Eurovisión, el cantante belga grabó su primer y único álbum que fue un fracaso de ventas y supuso el final de su breve carrera musical, de la que se desconocen más datos. Debido a semejante exitazo, se autoexilió en el Québec donde vive en la actualidad dedicado a la pesca del salmón.

– El portugués se ha dedicado tras su participación al doblaje de dibujos animados.

– Algunos de los componentes de la banda inglesa que participó en este certamen siguen dando hoy día la lata por las calles de Londres.

– La frustrada aspirante a cantante danesa actualmente trabaja como profesora, traductora e intérprete de Danés y Alemán, vive en Decatur (Tennessee, Estados Unidos). Su mayor afición es viajar haciendo auto-stop.

– Jan Johansen de Suecia ha tenido problemas con el alcoholismo, por lo que tuvo que recibir tratamiento durante años. Desde entonces es un adalid de la lucha contra esa adicción, trabajando actualmente en un libro sobre su experiencia personal con el alcohol publicado en 2013. Se dedica también a componer y cantar villancicos.

– Darja Svajger fue la mejor intérprete del festival con su espectacular, sobria y elegante presencia, además de que defendió el mejor tema de la noche. Actualmente es profesora de Teatro y Música en la universidad y realiza actuaciones por toda Eslovenia donde es una cantante muy popular. Volvió a representar a su país en 1999 con otro tema muy similar al de 1995. Fuera de Eslovenia está completamente olvidada.

– Alexandros Panayi de Chipre es uno de los participantes de esta edición más masocas: su vida artística y musical está dedicada de pleno al Festival de Eurovisión. De ahí no sale. Fuera de allí, ningún mortal lo conoce.

– La cantante israelí, si nos tenemos que creer las crónicas eurovisivas, ha tenido bastante éxito en Sudamérica. Pero yo les he preguntado a mis amigos sudamericanos (que son muchos) si la conocen, y todos me contestan que no tienen ni idea de quién es esa mujer.

– El representante de Malta se dedica a cantar en cruceros.

– De la intérprete griega tampoco se sabe absolutamente nada desde su última aparición en Eurovisión en 2005 hasta día de hoy.

Como ven, podemos concluir que algunos de los desdichados participantes optaron, al igual que nuestra representante, por dedicarse al honroso oficio de enseñar. Otros han acabado casi en la indigencia, y muchos han desaparecido del mapa. Así de cruel es Eurovisión. De lo más cruel de la vida para todo aquél insensato e insensata que decide confiar en ello.

Es de destacar en esta edición la poca salsa de los temas presentados y el lúgubre y oscuro escenario. En realidad podrían haberlo organizado perfectamente en el interior de la catedral de Dublín o cualquier otra iglesia de por allí. Además, casi todas las canciones tenían un carácter y puesta en escena pseudoreligiosas: Irlanda envió un villancico; la cantante israelí, en su vídeo promocional, salió hasta con un candelabro detrás como adorno; la canción griega se titulaba ¿A quién rezar?; el tema chipriota parecía un espectáculo de los Druidas; inclusive los españoles montaron una puesta en escena para acompañar a Anabel Conde como muy de Semana Santa, solo faltaron los cirios y el Nazareno por allí dando vueltas, al son del tema compuesto por José María Purón Vuelve conmigo, muy sobrevalorado por cierto, pues no aportaba nada nuevo.

Por tanto, aquí el segundo puesto no fue para una canción, sino para una mujer con valentía y garra (aunque también masoca perdía), una gran voz, y un enorme talento, lo cual desembocó todo en una actuación absolutamente redonda que hizo que un tema más bien mediocre, y por el que poca gente apostaba, acabase emocionando a todo el mundo.

NOTA: Alguna información biográfica de los participantes de esta edición se ha obtenido de este misma web, en su sección “Historia”.

MEJORES TEMAS DE EUROVISIÓN 1995 SEGÚN LINDA MARTÍNEZ

Favorito:  Prisluhni mi Eslovenia

2º Keep me in mind Malta
3º Pia prosefhi Grecia
4º Sti fotia Chipre
5º  Amen Israel
6º  Vuelve conmigo España
7º  Fra Mols til Skagen Dinamarca
8º  Nocturne Noruega
9º  Ùj nèv egy règi hàz falàn Hungría
10º  Nostalgija Croacia
11º  La voix est libre Bélgica
12º  Die Welt dreht sich verkehrt Austria
13º  Sev! Turquía
14º  Se på mig Suecia.

ARQUEOLOGÍA EUROVISIVIA:

El cantautor José María Purón, en su faceta de cantante nos representó en el Festival de la OTI en 1978, en Santiago de Chile, con el tema folk Mi sitio, canción-protesta, pues escondía un mensaje político, y se atrevió a reivindicar la libertad en pleno Chile de Pinochet. Tampoco era para tirar cohetes, pero su letra era bastante mejor que la de Vuelve conmigo. 

La espectacular actuación de Anabel Conde. Si algo se puede criticar sería el modelito con el que la disfrazaron, e indicar también que la peluquera y estilista elegida para la ocasión debía ser su peor enemiga (Aunque esto ya es habitual en Eurovisión).

Darja Svajger, la mejor intérprete del festival y el mejor tema.

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