ESC 1979: LEYENDAS URBANAS EUROVISIVAS

Iniciamos una vez más nuestro viaje por la historia. Les propongo de nuevo un paseo nostálgico en nuestra particular nave del misterio. ¿Qué tal si nos metemos en ella y aterrizamos en 1979? Desgraciadamente, el Dr. Cabrera y el Dr. Gaona tienen tanto trabajo con sus investigaciones científicas y psiquiátricas para IV Milenio que han declinado nuestro […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 1979: LEYENDAS URBANAS EUROVISIVAS

Iniciamos una vez más nuestro viaje por la historia. Les propongo de nuevo un paseo nostálgico en nuestra particular nave del misterio. ¿Qué tal si nos metemos en ella y aterrizamos en 1979? Desgraciadamente, el Dr. Cabrera y el Dr. Gaona tienen tanto trabajo con sus investigaciones científicas y psiquiátricas para IV Milenio que han declinado nuestro ofrecimiento para colaborar en este peregrinaje por el fascinante mundo de las leyendas urbanas.

El ESC '79 es uno de los más famosos, precisamente gracias a una de esas leyendas más célebres que corre por ahí. Se trata de la siguiente: El jurado español le regaló el triunfo a Israel para evitar que TVE organizase el siguiente festival con el gasto que ello suponía, por lo que la culpa de quedar segundos la tuvo ese maldito jurado. Pero, antes de entrar en materia, recordemos un poco el festival.

En los '70 los grupos musicales infantiles hacían furor en España. Triunfaba por entonces en la sacrosanta, única e incomparable TVE el programa Aplauso dirigido por el ya mítico José Luís Uribarri. Esa factoría sirvió de trampolín para muchos de aquellos grupos. Por allí pasaron Enrique y Ana, Regaliz, Menudo, Los Golfos, etc. Pero, sin duda alguna los que triunfaron más fueron los Parchís, llegando a convertirse en un fenómeno social. Tal fue su éxito, que el invento traspasó fronteras y la moda Parchís llegó incluso al mismísimo Festival de Eurovisión, concretamente al
de 1981 (que ya comentaremos cuando toque).

Así que a TVE no se le ocurrió otra cosa mejor que llevar al festival a un grupo de corruptores de mayores. La excusa fue un tema titulado Su canción, una composición de claro tinte infantil, además de conservadora, moralista, tradicional y empalagosa. La peruana Betty Missiego la defendió como cantante solista. Miren si era edulcorada, que hasta ese grupo que acompañó a la intérprete se llamaba Caramelos. ¡Imagínense! Demasié.

Sé que voy a crear polémica, soy consciente de ello. Sintiéndolo mucho a mí no me agradó aquella representación, qué le voy a hacer. Esto no quiere decir que Betty cantase mal. Por algo se la rememora tanto. Pero yo cada vez que veo a los niños me entran ganas de estrangularlos. Los jurados que no les votaron o que les puntuaron bajo (que fueron bastantes) debieron desmelenarse de la risa al ver semejante cuadro. El más pequeñín y renacuajo del grupo recordaba mucho a la rana Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo.

Dentro de los fenómenos paranormales también disfrutamos de las apariciones marianas. La Santísima Virgen se presenta siempre en distintas formatos según la tradición y lugares. Pues bien, allí en Jerusalén la Virgen se apareció bajo nueve fisonomías diferentes en diversos atuendos y camisones de colores. Quizás la más espectacular fue la Virgen de Finlandia, inmaculadamente blanca. Betty Missiego, con su túnica azul cielo, resultó a sí mismo una digna transfiguración de María. Sin embargo, yo le concedería el Óscar tal vez a Yardena Arazi.

Por su parte, los franceses llevaban aplicando la misma fórmula desde1956. Como la cosa les funcionaba (rara vez bajaban del top 5) pensarían: “¿Para qué cambiar si así nos va bien?”. Así que siempre enviaban distintas versiones de La vie en rose, de Edith Piaf, diez años más antigua que el primer festival. En efecto, volvieron a quedar en su ya habitual tercer puesto y con la misma delicada Virgen del '73 que repitió participación tras su inmerecido triunfo anterior, todo hay que decirlo.

Grecia presentó su particular versión de la ópera rock Jesucristo Superstar, pero dedicada al filósofo Sócrates. Acto seguido salieron los israelíes con su Halellujah! Como ven todo supuso un aperitivo a la Semana Santa que vendría poco después y en la cual TVE proponía siempre una programación muy amena: santos oficios, sesión contínua de procesiones, vigília pascual, vía crucis, conciertos de música clásica, y por supuesto Espartaco. Era terrorífico.

Italia participó una vez más con una de sus mejores bazas, el grupo Matía Bazar, que por aquella época tenía mucho éxito en Europa. Pero los italianos, a diferencia de los franceses, no solían tener mucha suerte y aquel año no iba a ser menos. A pesar de que llevaron tal vez la mejor canción, les falló el directo y acabaron en el cadalso guillotinados. Así era y es Eurovisión.

Por lo que respecta a los disfraces (que no podían faltar), los más espectaculares fueron los de los suizos, que se montaron una granja en el escenario, y los de los alemanes, que salieron de mongoles interpretando una canción que acabó siendo la más popular del certamen durante los siguientes meses: Dschinghis Khan.

Tras este repasito vamos a intentar desenmascarar esa leyenda urbana que se ha creado en torno al show español. De hecho hay más leyendas urbanas referentes a este ESC, como por ejemplo aquella que dice que los participantes llevaban chalecos antibalas y corazas debajo de los disfraces y camisones.Tal era el supuesto despliegue de seguridad que se armó.

Si no tienen alma para tragarse el vídeo del festival completo (está en youtube), avancen hasta la votación e intenten zampársela entera desde el primer jurado hasta el último. Si se fijan  bien, de los 18 jurados que nos tenían que valorar, seis de ellos pasaron olímpicamente de Betty Missiego y sus angelicales criaturas: Portugal, Finlandia, Mónaco, Irlanda, Noruega y Dinamarca. Los cuatro primeros no les concedieron ni un puto voto, el jurado noruego tan solo un ridículo puntito, y el de Dinamarca sólo tres; en cuanto a la canción israelí, pasaron de ella cuatro jurados. La verdad que lo de Israel olía demasiado. Desde 1973 hasta 1985 nunca bajaron del puesto 11º. En esta ocasión reconozco que mereció ganar, pues el tema era algo mejor que el nuestro.

Esa leyenda urbana da a entender que el jurado español, por votar el último, fue el responsable directo de que Betty no ganase. La leyenda no se sostiene en base alguna. Si los cuatro jurados que no nos votaron lo hubieran hecho hacia el final, a día de hoy diríamos que los responsables fueron ellos. Y efectivamente así fue. A Betty Missiego todavía ahora le dura la pataleta. El caso es que gustó menos. Independientemente de que el jurado español votara el último. A lo mejor es que aquellos otros jurados vieron su actuación muy cursi o ñoña, vayan ustedes a saber. Además, los votos no se pueden cambiar una vez entregados y comenzada la dichosa votación. Esta es la triste y cruda realidad.

Finalmente me permito sólo darles un consejo de cara a este año 2014: No se pongan nerviosos ni nerviosas. No se estresen tanto. Intenten diversificar sus horas de ocio. Les recomiendo que no estén tan pendientes de preselecciones, canciones, vídeos o rankings, y menos aún de encuestas, sondeos o apuestas británicas. Es mejor el efecto sorpresa. Créanme y háganme caso, ya verán. Disfrutarán más así del festival, especialmente de la final.

Feliz febrero y marzo de carnaval.

Actuaciones y canciones más interesantes, a mi juicio, de 1979:

Favorita: Raggio di Luna, Matía Bazar, Italia

– Disco Tango, Tommy Seebach, Dinamarca
– Socrates, Elpida, Grecia
– Halellujah!, Gali Atari, Milk & Honey, Israel
– Dschinghis Khan, Grupo Dschinghis Khan, Alemania
– Mary Ann, Black Lace, Reino Unido
– Happy Man, Cathal Dunne, Irlanda
– J'ai déjà vu ça dans tes yeux, Jeanne Manson, Luxemburgo
– Je suis l'enfant soleil, Anne-Marie David, Francia
– Su canción, Betty Missiego y sus Caramelos, España

 

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