ESC 1974: UN “ESTOPISTA” POR LA AUTOPISTA

El ESC 1974 pasa por ser aquél en que se inauguró el estilo kitsch. Hay quien dice que, en realidad, la cosa empezó con la coincidencia de las primeras retransmisiones televisivas en color, allá por 1968. Y en Eurovisión, concretamente en 1969 con Salomé y su modelito diseñado por Pertegaz y la británica Lulu con su […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 1974: UN “ESTOPISTA” POR LA AUTOPISTA

El ESC 1974 pasa por ser aquél en que se inauguró el estilo kitsch. Hay quien dice que, en realidad, la cosa empezó con la coincidencia de las primeras retransmisiones televisivas en color, allá por 1968. Y en Eurovisión, concretamente en 1969 con Salomé y su modelito diseñado por Pertegaz y la británica Lulu con su canesú rosa.

Desde luego, lo que sí está claro es que a partir de 1974 Eurovisión se convirtió en un segundo carnaval para muchos países, con sus espectaculares disfraces y su colorido. Aunque sólo fuera un carnaval televisivo, que no callejero.

No podemos pasar por alto la actuación de ABBA. Este grupo se adelantó a su tiempo. A estas alturas ya nadie duda que representaron un punto de inflexión en el certamen: Hay un antes y un después de ABBA. Aunque ya hubo anteriormente ciertas intentonas con aires de cambio: The Milestones, por Austria en 1972; o los propios suecos el año anterior -1973-, con The Nova.

Se merecieron ganar los ABBA, por su canción tan pacifista y su look, disfrazados de algo así como los bicharracos de La guerra de las galaxias o El retorno del Jedi, (lo dicho, se adelantaron a su tiempo en años). Hasta nos obsequiaron presentándonos a Napoleón Bonaparte como director de orquesta. Se trata pues, para mi gusto, no sé si de la mejor canción de la historia del ESC, pero desde luego sí una de las mejores actuaciones de todo su palmarés. Con tantas estatuas, esculturas, muñecas de porcelana, figuras de cera y tantos pedestales, los ABBA tuvieron todas las de ganar a pesar de que en su día también fueron tachados de horteras.

Por entonces el festival era cosa muy seria para todos los países, y fíjense si estaba politizado que ese año hasta los franceses aprovecharon el fallecimiento de su jefe de Estado, Georges Pompidou, para ausentarse por primera vez en la historia del concurso. Pero… ¿qué porras tendría que ver una cosa con la otra?, me pregunto yo.

Una de las baladas más pasables, cantada en alemán, fue la de la suiza Piera Martell. Esta cantante se disfrazó de murciélaga verde turquesa. Parecía que en cualquier momento iba a ponerse a volar por todo el auditorio. Pero por lo visto, a los jurados no les debió agradar demasiado su modelito. Acabó la pobre en último lugar.

En aquel show de 1974 resaltaron mucho los camisones de noche. El de la cantante alemana era de color verde esmeralda, y el de la luxemburguesa verde turquesa, como el disfraz de la suiza. Otras cantantes prefirieron presumir de camisón en color azul cielo, como fue el caso de la australiana Olivia Newton John, que representó a Reino Unido acompañada de un coro compuesto por cinco bellezones femeninos. Una de las coristas llevaba gafas oscuras. También la cantante noruega eligió este color para su camisón.

A última hora salió la Cinquetti, tan discreta y moderna ella, como siempre, en su estilo. Como una estatua en medio del escenario, prefirió lucir un vestido de noche azul cielo. La acompañó un coro de cuatro esculturales bellezas femeninas con un único micrófono, como era costumbre en la época, con lo cual tenían que acercar un hombro y la barbilla al micro de marras. Dicen las malas lenguas que el modelito que vistió Gigliola aquella noche lo sacó del baúl de los recuerdos de su abuela. Aun así, estuvo algo mejor que el que lució en 1991 como presentadora, el cual se lo debió fabricar ella misma con la “Tricotosa” o “El Tocador de la Srta. Pepis”, a partir de retales sueltos que le quedaban de una bata de su tatarabuela segunda.

Es evidente que aquel año imperó el verde en todas sus tonalidades, así como también el azul cielo, desbancando al ya clásico y habitual rosa pink panther. Hubo, no obstante, alguna excepción, como la propia presentadora Kathy Boyle, ya afiliada al festival, que prefirió ser fiel al color oficial del certamen llevando un camisón rosa pálido. El escenario era todo fucsia. Aquí la organización sí que fue de lo más estricta.

En cuanto a los hombres, en la década de los '70 estaban de moda las patillas, las greñas y las barbas, por lo que abundaban mucho en el ESC los barbudos. A este respecto cabe mencionar al cantante holandés Mouth, que formó dúo con su compañera Maggie McNeal, con una de las interpretaciones más “chorra” e infantil del certamen; al estrafalario grupo de rabinos israelís; y al solista del grupo yugoslavo que apareció con un look estilo “Jesucristo Super Star”.  Korni (así se llamaba el grupo yugoslavo) acudieron con una de las canciones más innovadoras, desmarcándose claramente del resto de participantes: Moja Generacija 42  (Mi Generación del 42). Al año siguiente, el grupo que ganó ya lo formaban varios bigotudo-barbudos con patillas.

Quienes no se enteraron de qué iba la película fueron los españoles y el cantante portugués. Salieron todos vestidos, ¡asómbrense!, del luto más riguroso. Vamos, que estaban totalmente fuera de tono, nunca mejor dicho. Eso sí, acordes a sus respectivos países que por aquella época eran de lo más gris y negro.
Vamos a deternos ahora (¡cómo no iba a ser si no, faltaría más!) a comentar la participación española, la cual para no perder ya la sana costumbre resultó ser la mar de sonada y cachonda.

Nos representó un tal Peret, el rey de la rumba catalana, junto a un grupo en que todos sus componentes (junto con él) deberían sumar unos 350 años. TVE quiso dar un giro radical con respecto al año anterior, cuando fueron Mocedades y su magnífica canción con la que estuvieron a punto de ganar (sólo cuatro años después del último triunfo), por lo cual los de TVE se llevaron un susto de muerte que para qué contarles.

Así que, probablemente, los responsables de musicales indagaron la siguiente trama:  “Más vale que llevemos una mierda este año, porque no nos conviene ganar, tal como está el patio en la actualidad -tanto político como económico-“.

La verdad es que los representantes españoles no lo debieron pasar demasiado bien aquella semana. A pesar de que TVE pretendió llevar una aire festivo y alegre a Europa con su canción, la realidad del país, por aquel entonces, era muy distinta. Incluso habían sido ejecutadas varias personas en España a garrote vil. La imagen del país no era muy buena que digamos, y Peret y su grupo hasta llegaron a sufrir amenazas de muerte, tal como él mismo ha comentado en más de una ocasión.

En cuanto al show, lo que vimos en directo fue la “España de la pandereta y las castañuelas” en su más pura esencia. Sólo faltó, dando vueltas por el escenario, el típico tío con boina, la bota de vino y el botijo. El tipo aquél que salió, años más tarde, acompañando a Micky en el escenario, soplando una especie de garrafa o sifón, podría haber salido también aquí, y la actuación hubiera resultado redonda del todo.

Respecto a la canción, analizándola, cualquiera diría que se la habían encargado a algún cachondo mental. El caso es que el autor de la letra es el propio Peret. Pero el tema, la verdad es que se encuentra a años luz de sus mejores creaciones, como por ejemplo Una lágrima cayó en la arena.

Más abajo les he puesto el vídeo para que la escuchen. Hay que reconocer, eso sí, que al igual que Waterloo, ésta también es una canción “moderna” a su manera que se adelantó a su tiempo. Podemos observar que habla de empinar el codo, de que ya estamos en Europa, de que si te encuentras a una rubia y luego resulta que es un tío, de que si no vale la pena hacer el amor por dinero (o algo así). Como ven, era atrevidísima para la época.

Fijémonos en una de sus estrofas:  “-Si vas por la autopista y te encuentras a una rubia, y luego resulta que es un estopista, no sirve de ná-“.

A ver, si suelen ustedes leer mis columnas, imagino que ya se habrán dado cuenta que el léxico y la ortografía no son mi fuerte. No obstante, he tenido la santa paciencia de buscar la palabra “estopista” en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, concretamente en uno que tengo no demasiado gordo. Pues bien, les puedo asegurar que no la he encontrado por ningún sitio. Ni en el mío, ni en otro más grueso que tiene mi sobrina, en el cual hemos mirado también, por si acaso. Si alguien de los lectores tiene algún diccionario extenso, la busca y la encuentra, que me corrija si me equivoco.

Por otra parte, también resulta absurda esa estrofa porque, que yo sepa (y aún sin ser conductora habitual) por las autopistas está flagrantemente prohibido caminar por el arcén. Sólo es posible pararse si se sufre algún percance o avería con el automóvil, por lo que no se puede hacer autostop por ellas. Consecuentemente, es imposible encontrar autoestopistas por las autopistas.

Ya ven, la composición será alegre, pero… ¿puede haber algo más surrealista y kafkiano que esta estrofa?  Es más absurda que cualquier versículo del Evangelio con sus mitologías.  Al igual que el resto de la canción, aunque en parte se puede entender que para ser feliz y dejar de estar triste, más vale cantar, y no hacer otras cosas “peligrosas”.

Peret dijo en alguna entrevista por la TV catalana que, durante los ensayos nadie daba un duro por su canción según la prensa acreditada en Brighton. Pero al final, resultó que sí hubo varios jurados que les votaron, y Canta y sé feliz se clasificó 9ª. Durante mucho tiempo se pensó que habíamos quedado fatal. Pero lo que ocurrió es que se volvió al sistema antiguo de votación de los años '60, en que se repartían muchos menos votos, por lo que Peret sólo obtuvo 10. Por eso se creyó durante años que nos había ido muy mal con esta rumba cuando en realidad no fue así.

La estratagema no salió del todo mal. Es para quitarse el sombrero. Se lucieron los de TVE, vaya que sí. El asunto merece más que aplausos. ¡Y nos quejamos del Chiki Chiki! ¡Como si la cosa viniera de nuevas! Y además,  está claro que el idioma español no se entendía en Europa (lo digo por los que nos votaron). Ni hoy día se entiende…

A partir de aquí comenzó TVE su esplendorosa andadura por el mundo de Eurovisión, haciendo el ridículo más espantoso año tras año, y dejándonos a todos los españoles como el hazmerreir que somos en este festival. Salvo honrosas excepciones (Bravo -1984-, Paloma San Basilio -1985-, Sergio Dalma -1991-, Anabel Conde -1995-, Marcos LLunas -1997-,  David Civera -2001-, o Pastora Soler -2012-).

Peret y su grupo en Brighton '74. ¡Atención al lugar dónde le colocaron el micrófono

La anodina e insulsa L'amour a 25 ans de Danny, que hubiese representado a Francia en Eurovisión '74:

Las diez canciones más interesantes de Eurovisión '74:

Las cuatro mejores:

Waterloo,  ABBA,  Suecia.

Si,  Gigliola Cinquetti,  ITALIA.

E depois do adeus (Y después del adiós), Paolo do Carvalho, PORTUGAL.  Con emocionantes imágenes de “La Revolución de los Claveles”, a la cual, indirectamente, hace referencia la letra.

Moja Generacija 42 (Mi generación del 42),  Korni Grupa,  YUGOSLAVIA.  Una de las canciones más difíciles e innovadoras de la década de los '70 en Eurovisión. 

Las seis restantes:

Cross your heart,  Tina Reynolds, REPÚBLICA DEL EIRE
Celui qui reste, et celui qui s'en va,  Romuald, PRINCIPADO DE MÓNACO
Thalassa kra t'agori mou,  Marinella,  GRECIA
Fleur de Liberté,  Jacques Hustin, BÉLGICA
Mein ruf  nach dir,  Piera Martell, SUIZA
Bye, Bye, I Love you,  Ireen Sheer, LUXEMBURGO
 

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